El tatuaje se ha convertido en una forma de expresión cultural y una declaración de identidad. Representa diferentes experiencias y crisis en la vida de una persona. Aunque a menudo se asocia con la adolescencia, el tatuaje refleja una tendencia a canalizar inquietudes a través del cuerpo que existe en personas de todas las edades. Las mujeres a menudo usan tatuajes para expresar liberación mientras que los hombres los ven como un acto de virilidad. Para algunos, el proceso de tatuaje puede volverse una obsesión.
1. El tatuaje: un fenómeno social
Más que una forma de "decorar" el cuerpo, el tatuaje se ha convertido en una forma de
expresión de la cultura actual. Con el tatuaje la persona quiere decir algo más de él y
resaltar esa parte del cuerpo dónde se lo hace.
El contexto donde nace el tatuaje es el cuerpo en sí mismo. Hoy en día hay como una
devoción por la figura. Y el tatuaje es un emergente. Los adolescentes comenzaron a
imponerlo, pero ya no se puede hablar de una etapa adolescente tan delimitada como
antes. Todas las personas buscan ser jóvenes y esa aspiración se ve en la vestimenta,
las conductas y hasta en los tatuajes.
¿Por qué la gente se tatúa?
En general existen dos ejes sobre los que se apoya la práctica del tatuaje:
1. La identidad.
2. Los distintos duelos que uno atraviesa en la vida.
Todas las personas atraviesan diferentes crisis durante sus vidas. Pero existe un tejido
social que es menos consistente y menos continente y hay menos canales para
registrar esas crisis. Por eso cada persona transmite sus propias experiencias a través
de un medio más tangible y modificable: el propio cuerpo.
El tatuaje no es sólo una moda pasajera (ya que dura para toda la vida). Además es la
expresión de un síntoma social, y es como una nueva modalidad de arte.
En general se lo liga a la adolescencia porque esta etapa tiene la característica de crisis
pero en sentido positivo, es un tiempo de romper ataduras, de despegarse de las
figuras de los padres, de encontrar nuevas formas de identificación.
El tatuaje juega un papel importante para el chico, ya que es como un sentimiento de
identidad nueva. El adolescente con su tatuaje está diciendo: “este soy yo, mírenme”.
2. Por otro lado, el tatuaje se puede emparentar con las intervenciones corporales como
los piercing y las cirugías estéticas. Son todas expresiones de la tendencia a canalizar
cualquier tipo de inquietud a través del cuerpo.
Diferencias entre el hombre y la mujer
En todos los ámbitos existen diferencias de géneros. Y los tatuajes no son la
excepción. Así, por ejemplo, el dibujo de una flor lo asociamos a lo femenino y el de un
dragón a lo masculino.
Para las mujeres el tatuaje es un sucedáneo de liberación sexual, ligado al permiso
para mostrar su cuerpo. Por eso es muy común que ellas empiecen por tatuarse
diseños más pequeños y muchas veces estos están ubicados en zonas erógenas: los
pechos, la zona baja de la cintura, los hombros o el cuello.
En cambio para los hombres es más un acto de virilidad, ya que lleva aparejado el
dolor del tatuaje. Para ellos el sufrimiento es una experiencia que los integra a un
grupo, y por otro lado el dolor lleva a tener una conciencia más aguda de su propia
existencia y es una manera de experimentar nuevas sensaciones.
¿Puede transformarse en una obsesión o en una adicción?
Para muchas personas el acto de tatuarse puede convertirse en una adicción
comparable al consumo de drogas. En una sociedad de consumo donde existe la idea
de que hay un cuerpo que debe ser producido y trabajado, las expresiones del
erotismo buscan nuevas fronteras de expresión como una manera de trasgresión.
¿Para qué sirven los tatuajes?
Los tatuajes cumplen determinadas funciones para el psiquismo individual. El tatuaje
viene a reparar algún aspecto que uno considera faltante en uno mismo. Puede servir
para compensar situaciones de pérdida, ya sea de un ser querido o de ideales, o de
aspiraciones no cumplidas. Puede ser un medio para regular tensiones internas y para
expresar afectos y deseos de perdurabilidad.
También el hecho de que sea “para siempre” fue cambiando con el paso del tiempo.
3. Muchas personas se lo hacen con la idea de que pueden ser removidos o
transformados en otras cosas cuando el diseño original pierda su sentido, por ejemplo
cuando termina una relación de pareja.