El documento presenta una serie de anécdotas y consejos sobre la comunicación efectiva. Una de las historias trata sobre un sacerdote que pierde uno de sus pájaros y, al preguntar sobre él en la misa, causa confusión por formular la pregunta de manera ambigua. Otra anécdota involucra a un farmacéutico que se arrepiente de preguntar para qué necesita una cliente el arsénico.