Los satélites geoestacionarios orbitan la Tierra a una altura de aproximadamente 35,930 km, lo que les permite dar una vuelta completa cada 24 horas y permanecer fijos sobre un punto de la superficie terrestre. El documento calcula esta altura aplicando la segunda ley de Newton y la fórmula para la velocidad orbital, sustituyendo los valores conocidos de la masa de la Tierra, su radio y el periodo orbital de 24 horas.