Caperucita azul fue enviada por su madre a comprar pan, queso y mantequilla en la tienda de la Sra. Chepa. En el camino, su amigo peludo llamado Lobo la convenció de ir a otra tienda más barata, pero resultó ser más cara. Lobo tuvo que prestarle dinero a Caperucita para completar la compra. Ambos aprendieron que es mejor hacer caso a los padres.