2. Desperté como todas las mañanas en el campamento de Arizona, era un día extraño, poco soleado y todo
lo que escuchaba eran ruidos muy fuertes y un fuerte dolor en mi ojo.
Me encontraba en la cafetería, mientras me encargaba de cuidar a los niños más pequeños del
campamento. Entonces una joven de mi edad se sentó a mi lado.
Que aburrido es tener que cuidar de estoy estorbos ¿Por qué no hacemos algo más divertido con
ellos? – acerco su mano y sentí la necesidad de tomársela. - Soy Samanta.
Melisa. Mucho gusto.
La chica sonrió y llevándome de la mano no paro de decir cómo nos volveríamos las mejores amigas. Era
una chica extraña, excesiva con la sangre y el arte. Quise interrumpirla pero seguía sintiendo la
necesidad de seguirla y obedecerla.
Ahora vamos a divertirnos un poco con estos niños… y veras muy pronto que amaras este juego…
ese será mi deber.
No sabía a lo que se refería hasta que fue demasiado tarde. Tomo a unos de los niños más pequeños y le
inyecto un paralizante, después lo ato y para que mantuviera cerrada la boca le hizo consumir una
taza de agua hirviendo. Y ahora si quede aterrada y a la vez encantada – ella era una artista en
verdad -. Empezó a quemar cada centímetro de carne del niño hasta dejarlo carbonizado, después
con una navaja empezó a dejar al descubierto la carne.
¿Sigue vivo?
Si y ahora veras la mejor parte, el sedante se irá en unos minutos.
Y así fue. El niño sin poder gritar se retorcía del peor dolor posible, pero su dolor continuaría, para
acabar con su agonía vertió un litro de gasolina en él y le prendió fuego.
3. Es hermoso… como se retuerce. Ninguno de ellos tienen salvación, no se salvarán, no se salvarán, no se salvarán…
– Y seguía repitiendo mientras veía como sus ojos se volteaban.
Además del miedo y las nauseas eso se sentía bien, así que no pude dejar escapar unas cuantas carcajadas. Y así siguió el
día tomando niños y volviéndolos arte… viéndolos suplicar, llorar y gritar. Cuando terminamos ya era de noche; el
campamento ahora era sangre y cadáveres por doquier.
Aún no lo amas… – dijo Samanta mientras me tiraba en el suelo y me sacudía haciendo que me doliera la cabeza. –
Si no lo amas tendré que obligarte a amarlo…
Entonces tomó un rastrillo de jardín y empezó a atacarme, yo esquivaba y corría por mi vida, me escondí en la cocina y
pensé hasta en tomar unos guantes de hule los cual utilicé para tomar unos de los cables de corriente; me paré
detrás de la puerta y esperé hasta que un cuchillo empezó a perforar la puerta. Entonces entró y nos miramos una a
la otra, ella estaba llorando.
¿Por qué no puedes amarlo? Solo quería a una amiga con quien ser yo misma… solo quería a alguien que me
entendiese…
Esto no tiene que ser así, solo ven conmigo y olvidémonos de esto… – dije mientras le ofrecía mi mano y soltaba
mi arma eléctrica.
No, ya es muy tarde.
Luego colocó el mango de madera del cuchillo en la pared dejando la navaja a centímetros de su cabeza.
Espero… que… con… esto… aprendas a amarlo… por…que… es… mi… destino… – dijo dividendo cada palabra
para que la entendiese.
Entonces empezó a envestir su cabeza contra el cuchillo una y otra y otra y otra y otra vez hasta que cayó al suelo y la
sangre se derramaba en el suelo. Entonces supe a que se refería; la sangre, el dolor, el placer de matar a alguien eso
era lo que quiso decirme, la muerte es simple, después curioso y luego hermoso… Pero ya no podía moverme todo
estaba rojo y unas voces me llamaban.
4. “El noticiero de las ocho le quiere informar una noticia
muy trágica para el campamento de Arizona. El 17
de enero de 1999 a las 3:00 Pm, la cuidadora de las
cabañas infantiles, Melisa Gordon fue mordida por
una serpiente causándole un profundo coma
después de una hora, la cuidadora encendió una
fogata para evitar que el animal mordiese a los
pequeños lo que ocasiono que todos murieran
carbonizados. Las autoridades confirman que el año
pasado la joven Samanta Daniels, una paciente
con esquizofrenia y desordenes mentales del
hospital psiquiátrico también fue mordida por una
serpiente desmallándose y rompiéndose el cráneo
con un cuchillo con el cual intento utilizar para
defenderse del animal. Gracias a esto el
campamento será cerrado hasta nuevo aviso.
Esperamos que el coma no haya causado
problemas mentales a la joven Melisa, se espera
que despierte dentro de dos semanas.”