1. La doncella que enamoró a Cervantes con un baile.
La historia que voy a escribir sucedió en los campos de Castilla allá por el
1850; aunque es papel mojado, yo la narraré como si la contara una chica
cualquiera.
Le sucedió a un esclavo llamado Cervantes, que aprovechaba la dudosa luz del
día del amanecer, para contar su historia a un público que no lo escuchaba; lo
que él plañía era como las palabras en la arena que borran las olas del mar,
un desnudo integral de su alma, un diccionario pánico.
Cervantes venía de una guerra africana, cansado y pobre. Se dió cuenta de
que necesitaba agua y comida con urgencia. Aquella noche se escuchaba una
música cercana en la que parecía sonar el romancero gitano. Se encaminó
hacía ella. La peripecia se convirtió en una misión al pueblo desierto. La música
se escuchaba, pero no se veía a nadie. Golpeó una puerta, (Cervantes pensó
que estaba llamando a las puertas del cielo) y una mujer misteriosa le ofreció
agua en un cuenco.
2. Lo que ocurrió a continuación parecía la llegada de los dioses. El grupo de
músicos irrumpió con fuerza marcando los acordes de “ La destrucción o el
amor “ ; la doncella comenzó una danza con su mejor traje flamenco que dejó
completamente enamorado a Cervantes de por vida. Ese mismo día tomó la
decisión más importante de su vida: fugarse con la doncella para una isla
caribeña y para ello le escribió una carta a Fidel Castro en la que le pedía
ayuda para establecerse en su nuevo destino.
Laura Giz