El documento expresa preocupación por la incorporación de Felipe Calderón como investigador asociado de la Kennedy School de Harvard, dado que durante su presidencia en México hubo más de 60,000 muertes y 25,000 desaparecidos relacionados con la guerra contra el narcotráfico. Se solicita a la Kennedy School que justifique esta decisión, ya que Calderón no respetó la dignidad de las víctimas ni se responsabilizó de las consecuencias de sus políticas.
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13 de enero del 2013
David T. Ellwood
Dean, Harvard Kennedy School
Scott M. Black Professor of Political Economy
david_ellwood@Harvard.Edu
Estimado Profesor Ellwood,
En la Declaración de Derechos y Responsabilidades de la Kennedy School se dice que
quienes forman parte de esa comunidad se distinguen por respetar “la dignidad de otros”
y por tomar en cuenta las “consecuencias que las políticas tienen en las personas”. En la
Misión de la Universidad de Harvard se lee que sus integrantes asumirán la
“responsabilidad por las consecuencias de [las] acciones personales”.
Dado que el expresidente de México Felipe Calderón es investigador asociado de la
Kennedy School ¿qué tanto cumple con esos criterios? Hay aspectos que reconocerle a la
gestión de Felipe Calderón (2006-2012). Rindió cuentas positivas en cifras
macroeconómicas y salvo algunas excepciones importantes tiene un historial razonable
en libertad de expresión y acceso a la información. Como parte de la normalidad
democrática el análisis de su gestión ya está haciéndose en las universidades.
Lo que se discute intensamente es la responsabilidad que tuvo en la tragedia humanitaria
causada por esa guerra: más de 60 mil muertes, al menos 25 mil personas desaparecidas,
260 mil desplazados, 18 mil migrantes secuestrados cada año, etcétera. Las principales
organizaciones de derechos humanos del mundo (Amnistía Internacional, Freedom
House, Human Rights Watch, etcétera) coinciden en que México vive una crisis
humanitaria sin precedentes debida, en parte, a decisiones tomadas por el expresidente
Calderón quien, incluso, tiene dos denuncias ante la Corte Penal Internacional.
Sería injusto acusar a Felipe Calderón de haber ordenado la barbarie. Sí podemos
asegurar que no respetó la dignidad de las víctimas, se desentendió de las consecuencias
de sus políticas y evadió la responsabilidad de sus actos. Por razones de espacio nos
centraremos en la tragedia de los desaparecidos.
Calderón se comprometió en diversas ocasiones a crear un Registro Nacional de Víctimas
porque según declaró en octubre del 2012 es importante que “todos sepamos dónde está
la gente que más sufre”. La Procuraduría General de la República sí elaboró una lista de
desaparecidos durante los seis años de Calderón, pero nunca lo dio a conocer.
Cuando terminaba su gobierno funcionarios de la PGR le entregaron al corresponsal del
Washington Post, William Booth una lista con 25 mil desaparecidos (publicada el 29 de
noviembre).
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El Centro de Investigación y Capacitación de Propuesta Cívica recibió de Tracy
Wilkinson corresponsal de Los Angeles Times un documento que ella también obtuvo de
empleados de la PGR. Tiene los nombres, apellidos y condiciones de desaparición de
20,851 personas durante cinco años y medio del gobierno de Felipe Calderón
(www.propuestacivica.org.mx). El documento demuestra la poca prioridad que su
administración le dio al asunto: las denuncias no fueron investigadas y los familiares no
fueron informados.
El Estado mexicano ya tiene una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos sobre el tema de desaparición forzada (caso Rosendo Radilla): en ella se indica
que existe la obligación de investigar la suerte de los desaparecidos e informar a los
familiares. Además, el 20 de diciembre de 2011, el Grupo de Trabajo sobre
Desapariciones Forzadas o Involuntarias de las Naciones Unidas, hizo público su informe
derivado de la misión que en marzo de ese mismo año realizó a México
(A/HRC/19/58/Add.2). Ahí se describe con objetividad y mucho detalle la situación que
se gestó durante la administración del presidente Calderón. No obstante el lenguaje
diplomático que se acostumbra en este tipo de documentos, en ese informe se descubre la
responsabilidad gubernamental, se enfatiza recurrentemente la participación de agentes
del estado a nivel federal en las desapariciones y la ausencia de medidas para solucionar
la situación. Señaladamente, el informe reprueba el uso de las fuerzas armadas en labores
de seguridad, por propiciar graves violaciones de derechos humanos, y recomienda su
retiro paulatino pero en el corto plazo.
El Gobierno de Calderón se limitó a ignorar las recomendaciones del Grupo de Trabajo
de Naciones Unidas y las peticiones que organizaciones y académicos de México y el
mundo hemos hecho. Por ello es que sostenemos que Felipe Calderón es presunto
responsable de la violación de los derechos de al menos 25 mil víctimas de la
desaparición forzada.
Profesor Ellwood, usted calificó al “presidente Calderón de ejemplo vivo de un servidor
público dinámico y comprometido”. ¿Cómo puede usted sustentar dicha afirmación,
cuando hay tanta evidencia en contra?. Felipe Calderón fue un presidente insensible: su
gobierno no investigó lo sucedido con los desaparecidos y ocultó de manera deliberada
información importantísima para las familias.
Franklin Delano Roosevelt justificó la Ley de Préstamos y Arriendos (marzo de 1941)
para entregar equipo bélico y humanitario a los aliados amenazados por los países del Eje
diciendo que se trata de “ayudar a apagar el fuego en la casa del vecino antes de que tu
casa se incendie y termine hecha cenizas”.
México se consume en una tragedia humanitaria ante la indiferencia de una parte de la
sociedad estadunidense. Otra, por el contrario nos ha acompañado todo el tiempo y ha
enjuagado nuestras lagrimas y restañado nuestras heridas. En suma, profesor Ellwood,
consideramos que la incorporación de Felipe Calderón como investigador visitante de la
Kennedy School es un insulto a las víctimas de la violencia en México.
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Es por ello que le solicitamos respetuosa y formalmente que nos informe por escrito
las razones que llevaron a la Kennedy School a incorporar a Felipe Calderón como
integrante del Programa Global Angelopoulos de Líderes Públicos del John F.
Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard. Con base en la
información aquí presentada no cumple con los criterios éticos de esta institución.
Sergio Aguayo Javier Sicilia
Profesor de El Colegio de México Poeta
Presidente de Propuesta Cívica Movimiento por la Paz con Justicia y
Dignidad
seaguayo@gmail.com javiersiciliaz@gmail.com
Sergio Aguayo es profesor del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de
México desde 1977. Es columnista del diario Reforma y ha defendido los derechos
humanos desde hace varias décadas. Se doctoró en la Johns Hopkins University y en
Estados Unidos ha enseñado, entre otras, en las Universidades de Chicago, Columbia y
Berkeley y en la New School for Social Research.
Javier Sicilia, poeta, ensayista y periodista mexicano. Colaborador de diversos medios
impresos como Proceso y La Jornada. Integrante del Sistema Nacional de Creadores de
Arte desde 1995, profesor de literatura, estética y guionismo en la Universidad La Salle
de Cuernavaca, Morelos y fue director de la extinta revista Ixtus. Fundador e integrante
del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad http://movimientoporlapaz.mx/.
Personaje mexicano del año en 2011 mencionado por la revista Time.
Ccp. Drew Gilpin Faust, Presidenta de la Universidad de Harvard.
president@harvard.edu
Ccp. Jorge I. Domínguez. Vice Provost for International
Affairs. jorge_dominguez@harvard.edu
Ccp. Lydia Cummings, Ombdusman de la Universidad de Harvard.
Lydia_cummings@harvard.edu
Ccp. Donna Wray Ombudsperson de la Kennedy School. donna_levy_wray@harvard.edu
Ccp. Matthew Alper, Ombudsperson de la Kennedy
School. matthew_alper@ksg.harvard.edu
Gianna Angelopoulos-Daskalaki
https://www.facebook.com/gianna.angelopoulosdaskalaki