Historia criminal del cristianismo dechner karlheinz tomo 3
La raíz nazi del pan
1. La raíz nazi del PAN
Rafael Barajas, el Fisgón
Durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, los hombres que fundaron
el Partido Acción Nacional (PAN) en 1939 –Manuel Gómez Morín, Efraín González
Luna, Gustavo Molina Font, Manuel Herrera y Lasso, Aquiles Elorduy, Pedro
Zuloaga Irigoiti y Luis Calderón Vega, entre otros– fueron retratados como hombres
de sacrificado heroísmo que tenían fe en el futuro democrático de México. Para la
derecha mexicana, Gómez Morín, el ideólogo y primer dirigente panista, es una
figura ética y sus biógrafos lo recuerdan como un sabio, un humanista, un defensor
de libertades, el heredero espiritual de José Vasconcelos, un creador de
instituciones que luchó incansablemente por los valores de la democracia, el
Estado de Derecho y la justicia social.1
Esta imagen idealizada oculta que los fundadores delPAN tenían fuertes vínculos
políticos e ideológicos con movimientos de ultraderecha nacionales y extranjeros.
No podemos olvidar que en la década de los años treinta del siglo pasado, en
especial durante el cardenismo, la derecha radical mexicana creció de manera
significativa y fue muy beligerante. La Unión Nacional Sinarquista (UNS) llegó a
tener más de 500 mil afiliados y la Falange cerca de 50 mil.2
En este período se
conformó un grupo pronazi, armado, pequeño, violento, anticomunista, antisemita
y antichino llamado los Camisas Doradas, el cual era dirigido por un tal Nicolás
Rodríguez. Diversos grupos reaccionarios apoyaron la rebelión de Saturnino
Cedillo de 1938 y la candidatura de Juan Andrew Almazán en las elecciones
presidenciales de 1940. Finalmente, durante la segunda guerra mundial, en nuestro
país circularon varios periódicos afines al Eje Berlín-Roma-Tokio, entre
2. ellos, Timón, Revista Continental (dirigida por José Vasconcelos, mentor de Gómez
Morín), Omega y El Hombre Libre.
La cercanía de los primeros hombres del PAN con ideas y personajes de la derecha
radical era notoria. De hecho, los servicios de inteligencia estadunidenses de la
época sostenían que había una relación muy estrecha entre la UNS, el PAN, el clero
conservador, la Falange Española y los nazis.3
Sin embargo, esta versión ha sido
desdeñada por la derecha con el argumento de que se trata de una interpretación
errada, hecha por un funcionario extranjero. En México, como en todo el mundo, es
muy difícil probar las ligas de cualquier individuo, grupo o institución con el
movimiento internacional que encabezaban Adolfo Hitler y Benito Mussolini. Los
involucrados niegan sistemática y vehementemente cualquier liga con el fascismo,
y los documentos y testimonios directos de este período escasean (muchos fueron
destruidos) o resultan tan delirantes que terminan siendo cuestionables. Incluso
las publicaciones profascistas, que circularon profusamente entre 1938 y 1945, hoy
son difíciles de encontrar ya que muchas fueron destruidas al término de la guerra.
Faltan muchas piezas de este rompecabezas histórico, pero cuando alguna
aparece, aporta información muy valiosa.
Hace unas semanas pude consultar una colección casi completa del semanario de
opinión titulado La Reacción (?), un tabloide de doce páginas que circuló entre
1938 y 1942.4
Esta revista fue pronazi. Los artículos, las columnas y las caricaturas
daban por hecho “la naturalísima admiración” que provocan los “fulminantes
triunfos alemanes” en “toda persona no cegada por la pasión o influenciada por
otros motivos menos confesables”.5
Elogiaban el valor y el liderazgo militar del
Führer: “Hitler habla poco, y cuando lo hace es porque las circunstancias lo
obligan a ello. En todo caso, obra militarmente más de lo que habla. Está en el
frente de la lucha y como director de ella…”.6
El semanario era anticomunista y veía
en los avances nazis la promesa de un futuro mejor para el hombre: “Alemania, con
sorpresa general, le declaró la guerra a Rusia y procedió a invadirla. Seguramente
con ello ha señalado nuevos derroteros de progreso a los destinos
humanos.”7
Para justificar las agresiones militares alemanas, los colaboradores de
esta revista hacían suyas las versiones más delirantes de Goebbels: “esta faz de la
lucha iniciada en 39, es un acto de defensa del Tercer Reich contra la democracia y
el comunismo, feudos de la judería internacional”.8
Los colaboradores eran racistas; uno de ellos aprobó la incursión alemana en los
Balcanes con el argumento de que “¡La Grecia actual no es siquiera helénica de
raza, sino una mezcla de eslavonio, albanés, dálmata, turco, veneciano…!”.9
Por
supuesto, la revista justificaba la persecución de los judíos: “Los judíos, con su
espíritu de mafia racial se apoderaron, fácilmente de todos los puestos de dirección
[de Alemania]… Es natural, pues, que el nacional-socialismo les declarase la guerra
más enconada.”10
Por supuesto, el semanario protestó cuando México le dio asilo a
30 mil israelitas que huían del exterminio.11
3. A nivel nacional, La Reacción (?) era anticardenista, anticomunista, antilombardista
y veía en los Camisas Doradas la salvación de la patria.12
Denunciaba las
“falsedades” de la prensa “anglófila” monopolizada por las potencias “saxojudías”
y se mofaba de quienes denunciaban la existencia de una Quinta columna fascista
o una conjura nazi en México (conjura documentada recientemente por Juan
Alberto Cedillo en su reportaje Los nazis en México). En 1941, el semanario le
exigió una y otra vez al gobierno de Ávila Camacho que se mantuviera neutral en el
conflicto mundial; que no siguiera los pasos de Washington, que le había declarado
la guerra a Alemania.
Explotando los sentimientos antiyanquis del pueblo mexicano, La Reacción (?) hizo
una campaña constante contra el presidente de Estados Unidos, Franklin Delano
Roosvelt, a quien acusaba de entrar en guerra contra Alemania “obedeciendo al
impulso de la sangre judía que corre por sus venas y a las influencias de sus
consejeros (semitas)”.13
De hecho, La Reacción (?) es responsable de la
publicación de los tres volúmenes del libro Los judíos sobre América, del Dr. Atl, la
obra cumbre del antisemitismo mexicano.
Por todo lo anterior, se puede afirmar que La Reacción (?) fue una herramienta de
propaganda del Eje en México. Ahora bien, en todo el mundo, el nazismo tuvo
aliados estratégicos que esperaban el triunfo del Tercer Reich para tomar el poder
en sus respectivos países. La llamada Quinta columna estaba organizada a varios
niveles; entre otras cosas, solía mantener frentes de propaganda que solían estar
ligados a partidos o grupos políticos concretos. México no fue la excepción a esta
estrategia y en las páginas de La Reacción (?) se puede rastrear fácilmente qué
agrupación política estaba detrás de este proyecto propagandístico.
Para empezar, entre 1941 y 1942 (los años consultados), ese semanario nazi fue
dirigido por el licenciado Aquiles Elorduy, fundador y líder importante del PAN (fue
uno de los primeros diputados federales de ese partido; después, en 1947, fue
expulsado por declarar contra el clero), pero Elorduy no actuaba de motu proprio.
En siete de los sesenta números estudiados, la revista ostentaba, en la
contraportada, con grandes letras –a veces a página entera– un listado de
colaboradores que conformaban una suerte de comité de redacción, de aval
editorial. Esta lista permaneció prácticamente inalterada durante el tiempo que
circuló el semanario y los enlistados jamás se deslindaron de la línea de la revista.
Entre los personajes que “daban la cara” por el semanario estaban los más
connotados escritores fascistas mexicanos: Nemesio García Naranjo (ministro de
Educación de Victoriano Huerta y abogado de compañías petroleras
estadunidenses), el Dr. Atl (seudónimo del pintor Gerardo Murillo, prolífico autor de
textos antisemitas y pronazis), Rubén Salazar Mallén (comunista converso al
fascismo) y Alfonso Junco (representante de la derecha regiomontana).
Entremezclados con ellos estaban los nombres del padre fundador del PAN, Manuel
Gómez Morín y de otros tres destacados fundadores de ese partido: Gustavo
Molina Font, Manuel Herrera Lasso y Pedro Zuloaga. De hecho, Elorduy y Zuloaga
4. colaboraban regularmente en el semanario. Elorduy estaba consciente del
autoritarismo hitleriano, pero justificaba así su posición:
…el triunfo de Alemania ha de significar la propagación de hábitos tan benéficos y
de normas tan útiles, ¡cómo no suspirar por el triunfo de una causa que pueda
influir en México para convertir a su pueblo apático, vicioso, holgazán, ignorante y
degradado en pueblo trabajador, técnico, económico, culto, y digno? (...) considero
necesario el mal del nazismo alemán para llegar a ser nación y después ser nación
libre…14
Pedro Zuloaga era tan “germanófilo” y pronazi que sus artículos bien podrían haber
sido escritos por el ministerio de propaganda alemán.
Pero esto no es todo. La revista le daba espacio a organizaciones filopanistas,
como la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF)15
y sirvió como tribuna y
portavoz delPAN de manera abierta. El número del 29 de septiembre de 1941 de La
Reacción(?) reproduce, íntegro y en exclusiva, el informe de Gómez Morín en el
segundo aniversario de la fundación del PAN. Este discurso estaba escrito en un
lenguaje elíptico y elusivo, pero encajaba con la línea de la revista: criticaba el
agrarismo, la educación socialista, los “malos líderes obreros” y campesinos;
arremetía contra “el crudo y primario materialismo, el marxismo político de última
hora” del cardenismo. Para rematar, exigía la neutralidad de México en la segunda
guerra mundial y, en un momento en que el triunfo nazi parecía inevitable, concluía
con un llamado a reconstruir el mundo a partir de los valores tradicionales:
La paz que todos ansiamos y que deseamos justa, humana y generosa, habrá de
celebrarse para dar comienzo a la inmensa tarea de reconstrucción (…) Pero en
este torbellino de ahora o en el mundo en ruinas que lo sucederá, sólo pueden
salvarnos la fé en los valores eternos y la esperanza de que los hombres y los
pueblos podrán siempre entenderse con lealtad generosa, al amparo de esos claros
valores del espíritu.
Por todo lo anterior, se puede afirmar que La Reacción (?), fundada en 1938, y
elPAN, fundado en 1939, fueron dos órganos de un mismo cuerpo político, y que en
el momento en que Alemania va ganando la guerra, el semanario nazi fue portavoz
de Acción Nacional. De modo que, más que sabios humanistas que tenían fe en el
futuro democrático de México, una buena parte de los políticos y escritores que
fundaron el PAN en 1939 –el año en que dio inicio la segunda guerra mundial– eran
simpatizantes del nazismo.16
Cabe suponer que el nombre de Acción Nacional
pareciera estar inspirado en el de dos importantes partidos fascistas: Action
Française (partido de restauración monárquica, fundado por Charles Maurras en
1898) y el Partido Nacional Socialista de Hitler.
Hasta donde sabemos, la vocación democrática es incompatible con el fascismo. Si
los panistas invocaban la libertad de expresión y la democracia no era para
implantarlos, sino como parte de una estrategia para imponer un orden fundado en
5. la religión y los valores “superiores” de la tradición. Esta cultura política que apela
a los valores de la democracia como mera estrategia formal para tomar el poder e
instaurar un nuevo orden estaba muy expandida en la década de los años treinta,
tanto en la derecha como en la izquierda (sólo que los comunistas buscaban
imponer el comunismo y la derecha un orden tradicionalista).
Con razón, la derecha le ha reclamado a la izquierda mexicana su pasado
estalinista, autoritario y sectario, pero si bien es cierto que en México estuvieron
muy activos grupos estalinistas impresentables, también lo es que los trotskistas y
los anarquistas denunciaron los horrores de la dictadura de Stalin, que en 1968 el
Partido Comunista Mexicano criticó la represión soviética en Checoslovaquia, que
los estalinistas se hicieron una fuerte autocrítica antes de la caída del muro de
Berlín y que la gran mayoría de la izquierda mexicana hoy defiende la vía
democrática y los derechos democráticos.
A lo largo de su historia, Acción Nacional atrajo a ciudadanos que creían en los
valores de la democracia (entre ellos, los miembros del Foro Doctrinario), pero la
estrategia de usar la democracia como mera fachada siguió viva en el PAN mucho
después de la derrota mundial del fascismo. En 1955, en una carta a un
correligionario, Gómez Morín escribe:
En México, la autoridad debe instaurarse por el sufragio. Por el sufragio universal.
Esa es nuestra realidad formal. Más tarde veremos o verán nuestros hijos si se da
un voto calificado al jefe de familia, si deben tener representación como tales, los
claustros universitarios, los intereses económicos, las comunidades profesionales,
las jerarquías eclesiásticas…17
Esta utilización pragmática de la democracia sigue viva en la derecha mexicana y
explica el caso de Los Amigos de Fox en el 2000, los fraudes electorales de 2006 y
2012, y las redes clientelares que el PAN le pelea al PRI en 2013.
Origen es destino. No podemos olvidar que, entre los fundadores del PAN, al lado
de Elorduy y Zuloaga estaba Luis Calderón Vega, el padre de Felipe Calderón. En
elPAN profascista de 1939-1942 –el de La Reacción (?)– parecen estar las raíces de
la cultura política que imperó en el sexenio calderonista: la promesa democrática
como medio para imponer una visión autoritaria, tradicionalista y clerical, el
discurso humanista que encubre la disposición a sacrificar a miles de personas por
un fin superior (ya sea acabar con el comunismo, el populismo o las drogas), el
recurso de convertir el odio a un enemigo en una causa sagrada (llámese Stalin,
Cárdenas, Lombardo Toledano o López Obrador), la idea de que hay grupos
humanos inferiores que no tienen derecho alguno (ya sean judíos, chinos, nacos o
delincuentes) y la disposición a someterse a las lógicas de un imperio (llámese el
Tercer Reich o Washington).
La derecha mexicana nunca ha practicado la autocrítica; niega y esconde sus
horrores y errores. Ha hecho lo imposible por enterrar las pruebas de su pasado
6. nazi, pero conserva su esencia dogmática y autoritaria. Mientras no se haga una
revisión profunda y una autocrítica sincera, no podemos esperar nada mejor de
esta derecha que el fanatismo, el atraso, la hipocresía y la crueldad. Esta
autocrítica debería de comenzar por una revisión de su pasado nazi.
1 Ver María Teresa Gómez Mont. Manuel Gómez Morín, 1915-1939: raíz y
simiente de un proyecto nacional, FCE, 2008 y Carlos Castillo
Peraza, Discurso en el centenario de Gómez Morín, Nexos, enero de 1997.
2 Datos en Hugh G. Campbell. La derecha radical en México.1929-1949.
México, Secretaría de Educación Pública, 1976, p. 104. Apud. El
Sinarquista, mayo de 1941, en Juan Ignacio Padilla.Sinaquismo:
contrarrevolución. México, Editorial Polis, 1948.
3 Ver Informe de Harold P. Braman, agregado naval de la Embajada de EU,
citado por Juan Alberto Cedillo, Los nazis en México.
4 Por el título del periódico, se puede pensar que pudo ser fundado por el
ultraconservador Jesús Guisa y Azevedo, autor del libro La Doctrina
Política de La Reacción, pero no hemos podido comprobar esta hipótesis.
5 Pedro Zuloaga. En defensa de la barbarie. La Reacción (?), 28 de abril,
1941, p. 7.
6 Eduardo Pallares. Patrullas y convoyes. La Reacción (?), 5 de mayo,
1941, p. 3.
7 Daniel Jiménez. Tudescos frente a moscovitas, La Reacción (?), 7 de
julio de 1941, p. 5.
8 Dr. Atl. Estupefacción, La Reacción (?), 30 de junio de 1941, p. 5
9 Pedro Zuloaga. Esa dignidad cívica. La Reacción (?), 5 de mayo, 1941, p.
5.
10 E. Márquez Gómez. ¿Son un peligro los judíos? La Reacción (?), 28 de
abril, 1941, p. 7.
11 Daniel Jiménez. México y el problema judío. La Reacción (?)9 de marzo
de 1942, p. 2
12 Antonio R. Bello, Los Dorados, La Reacción (?), 9 de junio de 1941.
13 Dr. Atl. Roosvelt, el gángster de América, La Reacción (?) 1 de agosto
de 1941, p. 9.
14 Aquiles Elorduy, Criterio simplista, La Reacción (?), 12 de mayo de
1941.
7. 15 Manifiesto de la UNPF, 22 de diciembre de 1941.
16 Esto implica que los informes de los servicios de inteligencia
norteamericana no estaban errados y que los historiadores deben
tomarlos más en serio y revisarlos exhaustivamente.
17 Gómez Morín. Carta inédita, Letras Libres, agosto de 2000.
http://www.jornada.unam.mx/2013/06/09/sem-rafael.html
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