Al definir un problema de políticas públicas, el analista debe considerar varios aspectos para lograr una definición integral y efectiva. a) Debe evitar la "suboptimización" e incluir todas las soluciones plausibles. b) Es importante estimar los sentimientos ciudadanos pero sin definir el problema solo por percepción. c) Se deben considerar los nexos causales del problema social. d) La definición debe ser sobria e imparcial. La delimitación adecuada del problema es fundamental para encontrar soluciones apropiadas.
1. Problemas de la definición de problemas en el análisis de políticas
Eugene Bardach
Al definir el problema en una política el analista debe considerar lo siguiente:
Contemplar la integridad del
problema, incluir todas las
soluciones plausibles
Incluir el sentir ciudadano Materia prima del problema
Tener claros los nexos causales del
mundo social puesto que se
relacionan con la manera de
resolver los problemas
La definición debe ser combria e
imparcial, debe rechazar los
elementos causales y prescriptivos
El analista debe basar su definición
en el consenso social
2. Algunas dificultades que se presentan al definir problemas son:
Evaluar el ámbito,
Definir los límites del carácter, e intensidad "Desempacar" una
problema para evitar de los sentimientos buena definición del
la suboptimización ciudadanos acerca de problema del paquete
inadecuada en la las situaciones o de cuestiones
busqueda de su condiciones retóricamente
solución consideradas definidas
problemáticas
Deslegitimar ciertas
definiciones que ,
Evaluar críticamente
aunque basadas en
los componentes
sentimientos
factuales o causales
ciudadanos genuinos,
que conllevan ciertas
van en contra de
definiciones del
concepciones más
problema
razonadas del interés
público
La definición del problema es una
etapa determinante para el
encuentro de la solución más
adecuada al mismo.
Eugene Bardach
Aspectos a considerar en la delimitación del problema- Al acotar la definición del
problema se debe incluir la integralidad del problema y las mejores soluciones que se
encuentran para su atención.
3. Aspectos a considerar en la definición del problema-
a) Es importante que el analista de políticas no caiga en la “suboptimización”. Es muy
frecuente que limitaciones políticas y organizacionales fuercen a analistas y
organizaciones a suboptimizar, y aunque siempre queda margen al encuentro de
mejores soluciones, el analista debe hacer lo posible por considerar la integralidad
del problema.
“Suboptimización” Es la dificultad que se tiene en la contemplación de la
integralidad de un problema.
b) El analista no debe perder de vista el contexto por lo que debe estimar la extensión,
intensidad y calidad de los sentimientos de la gente sobre la condición o situación
de vida que les afecta.
En las democracias es preciso articular la definición de problemas con lo que la
ciudadanía define como problema. Es importante que se tome a consideración las
satisfacciones e insatisfacciones previas a la formulación de la política. No obstante,
la democracia tiene límites, y no debe definirse el problema solamente por la
percepción social.
c) Los problemas están relacionados con alguna situación o condición que afecta a los
ciudadanos, la cual es la causa de la incomodidad o insatisfacción, lo que es a su vez
la materia prima del problema. Es preciso tener claros los nexos causales del mundo
social puesto que las teorías causales se vinculan con teorías sobre la manera de
resolver problemas. Y por ello es preciso que los remedios y los problemas causales
tengan una lógica.
d) La definición del problema debe ser tan sobria e imparcial como sea posible. La
primera tarea del analista es desempacar el asunto (to unpackage the issue), es decir,
tirar por la borda los subrepticios elementos causales y prescriptivos e identificar los
sentimientos de malestar, incomodidad, etc. que constituyen el problema.
e) Se debe evitar enmarcar la definición del problema en términos que podrían suponer
de antemano conexiones causales o remedios, tales como “estamos consumiendo
demasiado” (lo cual supone como remedio consumir menos) que podría ser cierta,
pero sus conjeturas causales deben probarse y no se debe permitir que se
establezcan simplemente “por definición”, como sucede al creer que el “problema”
lingüísticamente “definido” de suyo suponga validez.
f) Si en su definición un problema inmediato se resuelve completamente, la solución
comportará también la eliminación de todas sus consecuencias; pero, si no lo hace,
cualquier solución parcial agravará algunas de las consecuencias del problema, aun
cuando mitigue otras.
Al definir un problema intermedio como “el problema”, se puede tal vez
incrementar la capacidad de controlar los otros problemas que provoca, pero se
corre también el riesgo de empeorar las cosas.
4. g) No todos los problemas, en el sentido de insatisfacción de los ciudadanos, pueden o
deben ser de la incumbencia del gobierno. Hay problemas que el gobierno no puede
ni debe tocar.
h) El analista, al decir “no hay problema”, basa sus razones en el consenso social cuyo
agente y portavoz quiere y debe ser. Es deber ineludible del analista articular y
representar algún tipo de consenso social implícito en las cuestiones de economía
política. Sobre todo cuando enfrenta el reto de atender a un agraviado ciudadano
que reclama “justicia”, basado en consideraciones muy particularistas.