2. 1. Señor, te llamo, ven a mí sin
demora, oye mi voz cuando te
grito.
2. ¡Suba a ti mi oración como
el incienso, mis manos que a ti
levanto sean como la ofrenda
de la tarde!
3. Pon, Señor, una guardia
ante mi boca y vigila la puerta
de mis labios.
3. 4. Mi corazón no inclines a obras
malas, que en negocios oscuros no
me meta con los que hacen el mal.
¡No me dejes probar sus golosinas!
5. Que el justo me golpee y me
corrija y el óleo de los malos no
luzca en mi cabeza. Mi oración
denunciará siempre sus crímenes.
6. Sus jefes fueron echados desde el
peñón, comprendieron entonces que
hablaba con bondad;