1. Aprovecha los momentos de soledad
Evita aunto-compadecerte, y nunca permitas que otros “te tengan pena”, o te hagan
sentir que eres menos que alguien que este emparejado.
Enfréntalos, haz frente a la presión social y defiende la idea que lo principal en la vida
no es formar una pareja.
Dile adiós a la desesperación, no te desesperes por volver a enmaciparte, ya que
“puedes” confundir príncipes o princesas con sapos y ranas.
Quiérete, aprende a quererte más y date un homenaje siempre que puedas.
Alégrate, encuentra la alegría en ti mismo, en la gente que rodea y en las situaciones
que regala la vida.
No salgas con cualquiera, recuerda que ahora estas solo por que eres selectivo y no te
vale cualquier persona para formar una pareja.
Conoce, conoce, conoce, amplia tu circulo social y reúnete con buena gente de todo tipo,
en lugar de limitarte a tus iguales; los solteros.
Mueve el cuerpo, apúntate a clases de danza, yoga, tai-chi, pilates o cualquier otra
actividad que te produzca placer.
Estar solo y feliz significa que, si en algún momento decidimos volver a unirnos con
alguien, esa decisión no esta condicionada por el miedo a la soledad, sino que será
libremente escogida. Amar por amor y no por necesidad.
Estaremos dispuestos a entregarnos, por que tendremos suficiente para dar, sin buscar
una relación que potencie la dependencia. Estaremos seguros para seguir solos cuando
las relaciones se terminen, si es que tiene que ser así y, si no, será estupendo.
El secreto de la felicidad es aprender a vivir solo, sin depender de nadie y sacarle
provecho a la soledad.