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El reconocido autor David Levithan cuenta la base de la verdadera historia de Harry y
Craig, dos chicos de 17 años de edad que están a punto de participar en un maratón en el
que se besarán durante 32 horas para establecer un nuevo Guinness World Record.
Toda la novela es narrada por un coro griego de una generación de hombres
homosexuales víctimas del SIDA. Mientras que los dos chicos cada vez más
deshidratados y con falta de sueño, se les cierran los labios, se convierten en un punto
focal en la vida de los otros chicos adolescentes que se ocupan de languidecer relaciones
a largo plazo; al salir, el control por la identidad de género, mientras que la pareja
besándose trata de averiguar sus sentimiento el uno por el otro.
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Sinopsis
Two Boys Kissing
Sobre el autor
Staff
Créditos
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o puedes saber cómo es para nosotros ahora… siempre estarás un paso
atrás.
Agradece eso.
No puedes saber cómo era para nosotros entonces… siempre
estarás un paso por delante.
Agradece por eso también
Confía en nosotros: hay un balance casi perfecto entre el pasado y el futuro. A medida
en que nos convertimos en el pasado distante, tú te conviertes en un futuro que pocos de
nosotros hubiésemos imaginado.
Es difícil pensar algunas cosas cuando estás ocupado soñando o amando o follando. El
contexto se cae. Somos cargas espirituales que llevas, como esa de tus abuelos o de
amigos de tu niñez quienes en algún punto se alejaron. Tratamos de hacer tan liviana una
carga cómo es posible. Y al mismo tiempo, cuando te vemos, no podemos ayudarte sin
pensar en nosotros mismos. Fuimos una vez los que estuvieron soñando y amando y
follando. Fuimos una vez los que vivían, y después fuimos los que morían. Nos
remendamos a nosotros mismos, con el ancho de un hilo, a tu historia.
Fuimos una vez como tú, solo que nuestro mundo no fue como el tuyo.
No tienes idea de lo cerca que estuviste de la muerte. Una o dos generaciones más
temprano, y tú podrías estar aquí con nosotros.
Te molesta. Nos sorprendes.
Son las 8:07 de la noche de un viernes, y justo ahora Neil Kim está pensando en
nosotros. Él tiene 15 años y está caminando hacia la casa de su novio Peter. Han estado
saliendo por un año y Neil comienza a pensar sobre cuán duradero parece. Desde el
comienzo, todos les han estado diciendo que no durará. Pero ahora, incluso si no durase
para siempre, se siente como que duró lo suficiente para ser significativo. Los padres de
Peter tratan a Neil como su hijo y, mientras los padres de Neil están todavía
alternativamente confundidos y angustiados, no han cerrado ninguna de las puertas.
Neil tiene dos DVDs, dos botellas de Dr Pepper de dieta, masa para galletas y un libro
de poemas en su mochila. Esto, y Peter, es todo lo que necesita para sentirse
profundamente afortunado. Pero la suerte, como hemos aprendido, es en realidad parte
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de una ecuación invisible. Dos cuadras lejos de la casa de Peter, Neil consigue vislumbrar
esto y es golpeado por un profundo sentimiento, gratitud sin nombre. Él se da cuenta que
parte de su buena fortuna es su lugar en la historia y piensa fugazmente en nosotros, los
que llegaron antes. No somos nombres o caras para él; somos una distracción, una
fuerza. Su gratitud es una cosa rara, es más probable para un chico sentirse agradecido
por la Dr Pepper de dieta que estar agradecido por estar saludable y vivo, por ser capaz
de caminar a la casa de su novio a la edad de quince sin ninguna duda de que esto es lo
correcto.
Él no tiene idea de lo hermoso que es mientras camina y toca el timbre. No tiene idea
de lo hermoso que se vuelve lo ordinario una vez que desaparece.
Si tú eres un adolescente ahora, es improbable que nos conocieses bien. Somos las
sombras de tus tíos, tus angelicales padrinos, el mejor amigo de la universidad de tu
madre o de tu abuela, el autor de ese libro que encontraste en la parte homosexual de la
biblioteca. Somos personajes en una obra de Tony Kushner o nombres en un edredón
que rara vez es sacado. Somos los fantasmas restantes de la generación más antigua. Tú
conoces algunas de nuestras canciones.
No queremos espantarte sombríamente. No queremos que nuestro legado sea serio.
No te gustaría vivir tu vida de esa forma y no querrías ser recordado de esa manera
tampoco. Tu error sería encontrar uniformidad en nuestro morir. La parte viva importa
más.
Te enseñamos como bailar.
Es verdad. Mira a Tariq Johnson en la pista. En serio…míralo. 1,89 metros de alto, 82
kilogramos, todo lo cual puede ser transformado con la ropa adecuada y la canción
correcta en una masa desatenta de alegría, el cabello adecuado también ayuda. Trata a su
cuerpo como si estuviese hecho de fuegos artificiales, cada uno cronometrado para
estallar. ¿Está él bailando solo o bailando con todos en la habitación? Aquí está el
secreto: no importa. Él viajó por dos horas para llegar a la ciudad y, cuando termine, le
tomará dos horas volver a casa. Pero lo vale. La libertad no es solo sobre votar y casarse y
besarse en la calle, aunque todas estas cosas son importantes. La libertad es también
sobre lo que te permitas hacer a ti mismo. Vemos a Tariq cuando está sentado en su
clase de español, haciendo bosquejos de mapas imaginarios en su cuaderno. Vemos a
Tariq cuando está sentado en la cafetería, robando miradas a los chicos más grandes.
Vemos a Tariq poner la ropa en su cama, creando el perfil de la persona que será esta
noche. Pasamos años haciendo estas cosas. Y esto era lo que buscamos, la cosa que Tariq
busca. Esta liberación.
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La música no es muy diferente ahora de lo que era cuando salíamos a la pista de baile.
Esto significa algo. Encontramos algo universal. Enfrascamos ese deseo, después lo
lanzamos al aire. El sonido golpea tu cuerpo y te mueves.
Estamos en esas partículas que te envían. Estamos en esa música.
Baila para nosotros, Tariq.
Siéntenos en tu libertad.
Fue una ironía exquisita: solo cuando detuvimos el querer matarnos, empezamos a morir.
Justo cuando empezábamos a sentir fuerza, nos fue arrebatada.
Esto no debería pasarte a ti.
Los adultos pueden hablar todo lo que quieran sobre la juventud sintiéndose invisible.
Ciertamente, algunos de nosotros tienen esa fanfarronería. Pero estaba también esa
oscura voz interior diciéndonos que estábamos condenados. Y después estuvimos
condenados. Y después no.
Tú nunca deberías sentirte condenado.
Son las 8:43 de la misma noche de viernes, y Cooper Rigss está en ningún lugar. Él está
en su habitación, solo, y se siente como ningún lugar. Podría estar fuera de su habitación,
rodeado de gente, y seguiría sintiéndose como ningún lugar. El mundo, en sus ojos, es
plano y aburrido. Toda sensación ha sido filtrada y en su lugar su energía está corriendo a
través los ocupados pasadizos de su mente, provocando un enojado y frustrado ruido.
Está sentado en su cama, luchando en su interior y últimamente la única cosa en la que él
puede pensar es estar navegando en internet, porque la vida que hay allí es tan plana
como la vida real, sin las expectativas de la vida real. Solo tiene 17 años, pero en línea
puede tener veintidós, quince, veintisiete. Lo que sea que la otra persona quiera que él
sea. Tiene perfiles falsos, fotos falsas, estados falsos e historias falsas. Las conversaciones
son mayormente falsas también, llenas de coqueteos que nunca cumplirá, pequeñas
chispas que nunca se convertirán en fuego. Él no lo admitirá, pero en realidad está
buscando la sorpresa de algo genuino. Abre siete sitios de una vez, manteniendo su
mente ocupada, engañándose a sí mismo lejos de ningún lugar, incluso si todavía se siente
como uno. Él se pierde en la búsqueda en la que nada más parece importar y el tiempo
se vuelve insignificante, para ser gastado en cosas insignificantes.
* * *
Sabemos que algunos de ustedes están todavía asustados. Sabemos que algunos de
ustedes están todavía en silencio. Simplemente porque es mejor ahora no significa que
siempre será bueno.
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Soñando y amando y follando. Ninguna de estas son identidades. Tal vez cuando otras
personas nos ven, pero no nosotros mismos. Somos mucho más complicados que eso.
Desearíamos poder ofrecerles un mito de la creación, una razón exacta por la que son
de la forma que son, porque cuando leas estas frases sabrás que se trata de ti. Pero no
sabemos cómo empezó. Apenas entendemos el tiempo en que lo supimos. Recogemos
las cosas que aprendimos y esto no está cerca de llenar el espacio de una vida.
Se perderán el sabor del Froot Loops.
Se perderán el sonido del tráfico.
Se perderán su espalda contra la de él.
Se perderán incluso a él robándose las sabanas.
No ignoren estas cosas.
No teníamos internet, pero teníamos las noticias. No teníamos las páginas web, pero
teníamos sitios donde tejíamos nuestra red. Pueden verlo más en las ciudades. Incluso
alguien tan joven como Cooper, tan joven como Tariq, pudo encontrarlo. Malecón y
cafeterías. Lugares en el parque y librerías donde Wilde, Whitman y Baldwin reinan
como reyes bastardos. Estos eran los puertos seguros, incluso cuando temíamos que
siendo tan abiertos significara que nos estábamos abriendo a los ataques. Nuestra
felicidad tenía desafíos, y nuestra felicidad tenía miedo. Algunas veces había anonimato, y
otras estábamos rodeados de amigos y amigos de amigos. De cualquier modo, estábamos
conectados. Por sus deseos. Por su desafío. Por la simple y complicada realidad del
hecho de quienes eran.
Fuera de las ciudades, la conexión era más difícil de ver, la red más delgada, los
lugares más difíciles de encontrar. Pero estábamos ahí. Incluso si pensábamos que
éramos los únicos, ahí estábamos.
Hay unas pocas cosas que pueden hacernos tan felices como un baile gay.
Ahora, 9:03 en esa noche de viernes, estamos en el pueblo con el improbable nombre
de Kindling1
, seguramente los pioneros tenían el ardiente deseo de muerte o tal vez era
solo un tributo a los palos ardientes que mantenían los colonos vivos. En algún lugar a lo
largo del camino, alguien debió de haber aprendido la lección del tercer cerdito, ya que el
centro comunitario está enteramente construido con ladrillos. Es un aburrido y tranquilo
edificio en un aburrido y tranquilo pueblo, su arquitectura tan bella como la palabra
municipal. Es un lugar poco probable para que se conozcan un chico de pelo azul y un
chico de pelo rosa.
1
Kindling: astillas, útil para encender fuegos.
8
Kindling no tiene suficientes chicos gay para soportar un baile por sí solo. Entonces
esta noche los carros estarán conduciendo a lo largo y ancho. Algunas de las parejas
manejarán juntos, riendo o peleando o sentados en sus silencios separados. Algunos de
los chicos manejando solos, ellos se han escabullido de la casa o se han encontrado con
amigos en el centro comunitario o vieron la lista en la red y se decidieron en el último
minuto. Hay chicos en esmoquin, chicos adornados con flores, chicos en sudaderas
rasgadas, con lazos tan delgados como sus jeans, irónicos vestidos de tafetán, no-irónicos
trajes de tafetán, con playeras de cuello V, chicos que se sienten incómodos con zapatos
de vestir. Y chicas… chicas vistiendo todas estas cosas, manejando al mismo lugar.
Si fuimos a nuestros bailes, fuimos con chicas. Algunos de nosotros tuvimos un buen
tiempo; algunos de nosotros vemos hacia atrás y nos preguntamos cómo habíamos
conseguido ser tan inconscientes de lo que somos en realidad. Algunos de nosotros nos
las arreglamos para ir juntos, con nuestra mejor amiga cubriéndonos como nuestra cita.
Fuimos invitados a ese ritual, pero solo manteniendo la línea de la historia ante nuestros
supervisores. Era más probable que Neil Armstrong nos invitara a un baile en la luna que
para nosotros ir a un baile como el que se mantiene en Kindling esta noche.
Cuando estábamos en la secundaria, el cabello existía en el espectro soso de negro,
café, pelirrojo, rubio, gris, blanco. Pero esta noche en Kindling tenemos a Ryan
caminando dentro del centro comunitario con su cabello teñido de un azul como un
huevo de petirrojo. Diez minutos después, Avery entra con su cabello del color de un
Cadillac de Mary Kay. El cabello de Ryan es levantado como la superficie de un océano
rocoso, mientras que el de Avery cae generosamente sobre sus ojos. Ryan es de Kindling
y Avery de Marigold, un pueblo a cuarenta millas. Podemos decir inmediatamente que
ellos nunca se han conocido y que ellos lo van a hacer.
No somos unánimes acerca del cabello. Algunos de nosotros pensamos que es
ridículo tener cabello azul o rosa. Otros de nosotros deseamos que pudiéramos volver
atrás y hacer que nuestro cabello imite la gelatina que nuestras madres nos servirían en la
tarde.
Raramente somos unánimes sobre cualquier cosa. Algunos amamos. Algunos no
pudimos. Algunos fuimos amados. Algunos no lo fuimos. Algunos nunca entendimos de
qué se trataba el alboroto. Algunos lo queríamos tan mal que hemos muerto
intentándolo. Algunos juramos que morimos de un corazón roto, no de SIDA.
Ryan entra al baile y entonces Avery entra diez minutos después. Sabemos qué es lo
que va a pasar. Hemos sido testigos de esta escena muchas veces antes. Solo no sabemos
si va a funcionar o si va a durar.
Pensamos en los chicos que besamos, los chicos que follamos, los chicos que amamos,
los chicos que no nos amaron de vuelta, los chicos que estuvieron con nosotros al final,
los chicos que estuvieron con nosotros más allá del final, el amor es tan doloroso, ¿cómo
puedes incluso deseárselo a alguien? Y el amor es tan esencial, ¿cómo puedes incluso
mantenerte en su camino?
9
Ryan y Avery no nos ven. Ellos no nos conocen o necesitan o sienten en la habitación.
Incluso no se ven entre ellos hasta cerca de veinte minutos después. Ryan ve a Avery
sobre la cabeza de un chico de trece años con (es verdad, muy gay) tirantes de arcoíris. El
nota el cabello de Avery primero, después a Avery. Y Avery levanta la vista justo en el
momento y ve al chico cabello azul mirando hacia él.
Algunos de nosotros aplaudimos. Otros se voltean porque duele mucho.
Siempre subestimamos nuestra propia participación en la magia. Esos es, pensamos en
la magia como algo que existe con o sin nosotros. Pero eso no es cierto. Las cosas no son
mágicas porque han sido conjuradas para nosotros por alguna fuerza externa. Son
mágicas porque las creamos y entonces las juzgamos. Ryan y Avery dirán que el primer
momento en el que hablaron, el primer momento en que bailaron, fue mágico. Pero
ellos fueron, ningún otro, nadie más, quienes le dieron la magia. Lo sabemos. Estuvimos
ahí. Ryan se abrió él mismo a esto. Avery se abrió él mismo a esto. Y el acto de abrirse
fue todo lo que ellos necesitaron. Esa es la magia.
Enfocado. El chico de cabello azul conduce. Sonríe mientras toma la mano del chico
de cabello rosa. Él siente lo que sabemos: lo sobrenatural es natural y la admiración
puede venir del movimiento más mundano, como un latido o una mirada. El chico de
cabello rosa está asustado, increíblemente asustado, solamente la cosa que más deseas te
puede asustar de esa manera. Escucha sus latidos. Escucha con atención.
Ahora retrocede. Ve a los otros chicos en la pista de baile. Los confortables
inadaptados, los rebeldes rotos, los cobardes y los valientes. Bailando o no bailando.
Hablando o no hablando. Pero todos en la misma habitación, todo en el mismo lugar,
reunirse de una forma que no se les permitió antes.
Retrocede aún más. Estamos de pie en el alero.
Di hola si nos ves.
El silencio equivale a la muerte, diríamos. Y debajo de eso estaría la suposición, el miedo,
de que la muerte sea igual al silencio.
A veces se vislumbra el horror. Cuando alguien cercano se enferma. Cuando alguien
cercano es enviado a la guerra. Cuando alguien cercano toma su vida.
Todos los días es un nuevo funeral. Esta fue una gran parte de nuestra existencia.
Imagina estando en la escuela en la que un estudiante muere por día. Algunos de ellos tus
amigos. Algunos solo chicos que estaban en tu clase. Sigues apareciendo porque sabes
que tienes que hacerlo. Te conviertes en portador de recuerdos y portador de dolor,
hasta que llega el turno de que seas tú el que se va, por el que se está de luto.
No tienes idea de lo rápido que las cosas pueden cambiar. No tienes idea de cómo de
repente pasan los años y la vida puede terminar.
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La ignorancia no es felicidad. La felicidad es saber el significado completo de lo que se
te ha dado.
Son las 10:45. Craig Cole y Harry Ramirez están planeando su gran beso. Ha habido
meses de preparación que llevan a este beso y ahora aquí están, la noche anterior. La
mayoría de los besos solo requiere dos personas, pero este termina necesitando al menos
una docena. Ninguna de esas otras personas está en la habitación justo ahora. Solo Craig
y Harry.
—¿Realmente vamos a hacer esto? —pregunta Craig.
—Sin duda alguna —responde Harry.
Saben que necesitan su sueño. Saben que el de mañana es un gran día. Saben que no
hay respaldo, ni garantía de que lo lograran.
Ellos deben ir a dormir, pero una buena compañía es el enemigo del sueño.
Recordamos esta sensación extremadamente, el deseo de pasar las horas con otra
persona, hablando o sosteniendo o incluso solo viendo películas. En esos momentos, el
reloj parece arbitrario, desde que tú estás configurando tu comprensión del tiempo a otra,
una medida más personal.
Ellos están en la casa de Harry. Sus padres están fuera por la noche, el perro está ya
dormido. Porque la casa se siente como suya, el mundo se siente como suyo. ¿Por qué
quieres cerrar los ojos a eso?
Están en la casa de Harry porque los padres de Craig no pueden saber acerca del
beso. En cierto momento lo van a saber. Pero no ahora. No antes de que pase.
Finalmente Harry dejará a Craig acurrucado en el sofá. Arropará a Craig, entonces de
puntitas irá de nuevo a su propio cuarto. Ellos estarán en lugares separados, pero van a
tener sueños muy similares.
Echamos de menos la sensación de ser arropados, al igual que echamos de menos la
sensación de ser ese ángel que lo vela, tirando la cobija sobre sus hombros, deseándole
una dulce noche. Esas son las camas que queremos recordar.
Estamos emocionados por el beso de mañana. No vemos como lo pueden lograr,
pero esperamos que lo hagan.
Avery de cabello rosado nació niño, pero el resto del mundo lo vio como niña. Podemos
entender cómo se siente, ser visto como algo que no eres. Pero para nosotros fue más
fácil de esconder. Para Avery, hay una cadena biológica más gruesa por romper. A una
edad joven, sus padres se dieron cuenta de que estaba mal. Su mamá pensó que tal vez
ella siempre lo supo, el porqué fue que escogió el nombre de Avery, el nombre de su
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padre, el cual iba a ser dado al bebé sin importar si era niño o niña. Con la ayuda y
bendición de sus padres, aunque no siempre con su comprensión, Avery empezó una
nueva vida, condujo muchos kilómetros, no para bailar o beber, sino para obtener las
hormonas que fijarían su cuerpo en la dirección correcta. Y ha funcionado. Nos fijamos
en Avery ahora y sabemos que ha funcionado y apreciamos la maravilla de ella. En
nuestros días habría sido atrapado por un cuerpo insuperable en un mundo intratable.
Mientras estaban bailando, Avery se pregunta si Ryan se ha dado cuenta y se preocupa
de que a él le importe. El chico de pelo azul lo observa, está seguro. ¿Pero él ve todo o
solo lo que quiere ver? Esta es siempre una de las grandes preguntas sobre el amor.
Ryan está más preocupado por el tiempo y qué hacer con este. Él no puede creer que
haya encontrado a alguien aquí en las entrañas del centro comunitario de Kindling. El
mismo lugar donde aprendió a nadar. El mismo lugar donde entró a la liga de recreación
de básquetbol cuando tenía nueve. El mismo lugar donde organizó ventas de pasteles y
campañas de donación de sangre y el mismo lugar en el que votara, cuando sea lo
suficiente mayor para hacerlo. Sí, también es el mismo lugar en el que se escabulló para
fumar su primer cigarro y, un par de años después, su primer porro. Pero nunca ha sido
un lugar donde se hubiera imaginado encontrar a un chico de pelo rosa con quien bailar.
Él puede sentir a sus amigos mirando desde el margen, susurrando sobre lo que pasará
después. Esto solo aumenta su necesidad de saber. El tiempo está corriendo, ¿pero hacia
dónde? ¿Debería parar y hablarle más a su chico, antes de que el DJ ponga la última
canción y enciendan las luces? ¿O deberían quedarse así, emparejados por la música,
envueltos en una canción?
Háblale, queremos decirle. Porque sí, el tiempo puede ser impulsado por el silencio,
pero necesita ser anclado por palabras.
Sabemos cuál es su mejor oportunidad, y en esta, el DJ no decepciona. Como muchos
DJ en algún punto de la noche, pone una canción que significa mucho para él y nadie
más está para presenciarlo. En cuestión de segundos, la pista comienza a despejarse. Las
conversaciones pasan de un zumbido a un clamor. Una fila se empieza a formar en el
baño de hombres.
Ambos Avery y Ryan se detienen. Ninguno quiere irse si el otro quiere quedarse.
Finalmente, Avery dice:
—No puedo ver ninguna manera de bailar esta canción.
Y Ryan dice:
—¿Quieres ir por un poco de agua?
El escape está hecho.
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El DJ abre sus ojos y ve lo que hizo. Lógicamente, él debería cambiar la canción. Pero
es una dedicación de larga distancia al chico que ama en Texas. Llama al chico ahora
mismo y sostiene su teléfono en el aire.
No todas las canciones necesitan ser para bailar. Siempre estará la siguiente canción,
para atraer a los bailarines de vuelta.
Esto es lo que pasa cuando te pones muy enfermo: bailar deja de ser una realidad y se
convierte en una metáfora. La mayoría de las veces, es una desagradable. Estoy bailando
tan rápido como puedo. Como si la enfermedad fuese la violinista que sigue tocando
más rápido y perder un paso es morir. Tratas, tratas y tratas, hasta que finalmente la
violinista te gana por cansancio.
No es el tipo de baile que quisieras recordar, pero sí una canción lenta como el último
baile de Avery y Ryan. Tú querrás recordar bailar como Tariq recuerda bailar, mientras
se dirige a su casa por la noche en el club. Solo son las once de la noche, lo cual es
apenas temprano cuando estás de fiesta, pero él le prometió a Craig y a Harry que
conseguiría dormir un poco, así puede estar con ellos para el gran beso mañana sin
cabecear. Fue difícil para él alejarse de la música, del ritmo que creó. Trata de simularlo
poniendo música a resonar en sus oídos, ignorando los otros sonidos en el tren nocturno.
No es lo mismo, porque no hay chicos para ver o para ser visto, solo personas viajando
del trabajo a casa y algunas chicas que acaban de ver algún show de Broadway. Antes, una
de ellas trató de llamar la atención de Tariq y él solo le dio una sonrisa de buen intento,
lo siento, mandándola de vuelta a su Playbill.
Si cierras los ojos, puedes conjurar un mundo. Tariq cierra sus ojos y mira mariposas.
La intensidad de ellas, dando vueltas en el aire para la música en su mente. Eso es lo que
él quiere ser, en la pista de baile y en la vida. Una mariposa, colorida y que vuela.
Hay algo sobre la pureza de los sueños de mariposa, sobre todas las cosas que el baile
puede abrir cuando eres joven. Cuando funciona, esa libertad no se detiene cuando
ponen la última canción. La tomas contigo. La usas para cosas más grandes.
Te das cuenta cuando te la quitan.
Ryan y Avery pueden sentir sus palabras trabajando con cada uno, pueden sentir la
simple alegría de caer en el mismo ritmo, teniendo pensamientos amigables. La amiga de
Ryan, Alicia, le dará un aventón a casa. Ella estaba rondando al margen, lanzándole una
mirada de vez en cuando. Ryan ignora esto porque él y Avery están en su fortaleza de no
soledad, hablando sobre lo pequeña que es su ciudad y cuán extraño es estar en un baile
gay. Ryan ama la manera en que el cabello de Avery cae, ama la curiosidad tímida en sus
ojos. Avery, por su parte, sigue robando miradas a la punta del cuello en V de Ryan, a sus
vaqueros, a sus perfectas manos.
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Recordamos cómo es conocer a alguien nuevo. Recordamos cómo era conceder a
alguien la posibilidad. Miras desde tu propio mundo y después das un paso en el de él,
no sabiendo realmente lo que vas a encontrar ahí, pero esperando que sea algo bueno.
Ambos, Avery y Ryan, están haciendo esto. Tú das un paso dentro de su mundo y ni
siquiera te das cuenta que tu soledad está perdida. La dejas atrás y no lo notas porque no
tienes el deseo de dar vuelta atrás.
Estás pendiente de él.
Tal vez por el Dr Pepper dietético que se tomaron más temprano, Peter y Neil están
despiertos más tarde de lo que deberían. La cita fue un éxito, a pesar de que han estado
juntos lo suficiente y no piensan en eso como una cita, solo una noche juntos. Vieron dos
películas en una secuencia rápida: de horror primero (para Neil) y luego una comedia
romántica (para Peter), con Neil conteniendo una sonrisa por el miedo de Peter durante
la de horror y sus lágrimas cuando la comedia romántica se resolvió un una manera
románticamente predecible. Peter es consciente de estas cosas y Neil es consciente de esa
conciencia... aun si él nunca puede contener su diversión. (—¿Estás bien? —preguntó en
un momento durante la comedia romántica cuando Peter se veía particularmente tenso, y
él no pudo hacer nada más que apretar el brazo de Peter con simpatía fingida cuando
Peter dijo: —Solo quiero que Emma Stone esté bien.)
Ninguno de sus padres está listo para pijamadas todavía, así que Neil deja la casa de
Peter justo antes de la medianoche y ahora están en sus propios cuartos en sus propias
casas, hablándose el uno al otro por internet mientras se preparan para ir a dormir. De
vez en cuando uno de los parientes coreanos de Neil aparece en la columna de Skype, y
Neil se alivia que ninguno de ellos diga hola. La conexión de Peter está comprometida
únicamente con Neil, al menos a esa hora.
Peter piensa que no hay nada más adorable en todo el universo que Neil en su pijama.
Son pijamas apropiados, de rayas con botones, una camisa que combina con unos
pantalones elásticos a la cintura. Son muy grandes y lo hacen parecer como si estuviera
esperando a Mary Poppins para palmear su cabeza y decirle que es hora de ir a la cama.
Peter está en bóxers y una camisa que dice LEGALMENTE GAY. A pesar de que ellos
han pasado horas hablando, pasan otra hora más hablando, a veces sentados en sus
computadoras viéndose el uno al otro y otras veces dejando que la cámara los mire
mientras caminan en sus cuartos, lavando sus dientes, eligiendo su ropa para mañana.
Envidiamos tal intimidad.
Viene un punto cuando la conversación de Peter y Neil se convierte muy nublada para
continuarla. Hasta el Dr Pepper dietético desaparece después de un tiempo. Pero su
nubosidad es el blanco, de tipo inflado, la clase de nubes que los niños imaginan que los
llevarán a dormir. Peter le desea a Neil dulces sueños y Neil le desea lo mismo. Luego,
solo por un momento, se despiden con la mano. Sonríen. Un último vistazo de las
pijamas, después buenas noches.
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Eventualmente, todos nosotros tenemos que ir a dormir. Este es nuestro primer indicio
de que el cuerpo siempre gana. No importa lo felices que somos, no importa cuánto
queremos que nuestra noche se alargue infinitamente, dormir es inevitable. Deberías ser
capaz de evitarlo por un ciclo atolondrado, pero la necesidad del cuerpo siempre
regresará.
Solíamos pelear contra ello. Si nuestra lealtad estaba en hablar en la oscuridad o bailar
con las luces parpadeantes, queríamos que nuestras noches fueran interminables.
Entonces la conversación podría continuar, así el baile podría seguir adelante. Nos
llenábamos de café, de azúcar, de sustancias fuertes más peligrosas. Pero la somnolencia
siempre tiraría de nosotros, eventualmente cambiándola.
Pensaríamos alegremente del sueño como el enemigo, la plaga. ¿Por qué vivir en la
casa del sueño cuando hay demasiadas cosas que pasan fuera de ella? Y luego la lucha se
convierte más desesperada. Cuando sabes que solo te quedan meses, días, ¿quién quiere
dormir? Solo cuando el dolor es demasiado. Solo cuando estás desesperado por la
negación. De otra manera, dormir es tiempo que has perdido y nunca recuperarás.
Pero qué agradable es la negación. A la deriva sobre la tierra de los sueños, podemos
ver por qué los insomnes mendigan y los soñadores lideran, podemos ver a Craig
acurrucado en el sofá color lima de Harry, sobre una manta afgana que la abuela de Craig
tejió. Vemos a Harry en su cuarto, sus brazos redondeados y sus manos atrás de su
cabeza, su cuerpo como una “q” minúscula. En una esquina de la misma ciudad, Tariq se
ha dormido con los auriculares prendidos, música islandesa serpenteando a través de sus
viajes nocturnos. En otra ciudad, Neil en sus pijamas sueña que Peter y él están jugando
al ta—te—ti, mientras que Peter en su camisa y bóxers sueña que los pingüinos
emperadores tomaron el centro comercial local y están tratando de venderle lentes de sol
a Emma Stone. De vuelta a una ciudad llamada Marigold, Avery se queda dormido con
un número de teléfono escrito en su mano, mientras que en una ciudad llamada
Kindling, Ryan tomó una bolsa de dormir y se durmió bajo las estrellas, sonriendo al
pensamiento de un chico con cabello rosa y sobre lo que podrían hacer mañana.
Solo Cooper sigue despierto, pero eso no tardará mucho. Él se clasifica en otras zonas
horarias, habla con hombres que apenas están despertando, hombres que están tomando
un momento furtivo del trabajo. Él los engaña, pero no puede engañarse a sí mismo. No
está en ningún parte y no importa cuán duro se vea, no hay lugar para ser encontrado,
especialmente dentro de él. Cree que el mundo está lleno de gente estúpida y
desesperada, solo se puede sentir estúpido y desesperado para pasar tanto tiempo con
ellos. Esto nos preocupa. Le decimos que vaya a dormir. Todo es mejor después de
dormir. Pero no nos puede oír. Él sigue y sigue. Sus párpados se empiezan a cerrar más y
más. Ve a dormir, Cooper, susurramos. Ve a tu cama.
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Se queda dormido en su computadora. Hombres de otros horarios le preguntan si
sigue ahí, si ya se fue. Después se mueven a nuevas ventanas, dejando la de Cooper vacía.
Él no puede darse cuenta cuando todos han dejado el cuarto.
Esto es una imagen incompleta. Hay chicos que mienten despiertos, odiándose a sí
mismos. Hay chicos mintiendo por las razones correctas y chicos mintiendo por las
incorrectas. Hay chicos durmiendo en bancos y bajo puentes, y chicos desafortunados
con más suerte durmiendo en refugios, que se sienten seguros pero no como en casa.
Hay chicos embelesados por el amor que no puede hacer que sus corazones frenen para
descansar un poco y otros chicos tan dañados por el amor que no pueden dejar de
regresar a su dolor. Hay chicos que intentan atrapar secretos en la noche de la misma
manera en que intentan atrapar la negación en el día. Hay chicos quienes no piensan
sobre ellos mismos en lo más mínimo cuando duermen. Hay chicos que estarán
despiertos en la noche. Hay chicos que se quedan dormidos con sus teléfonos en sus
orejas.
Y hombres. Hay hombres que hacen todas estas cosas. Y hay algunos hombres,
menos y menos, que se duermen pensando en nosotros. En sus sueños, ellos siguen a su
lado. En sus pesadillas aún estamos muriendo. En lo borroso de la noche, ellos llegan a
nosotros. Dicen nuestros nombres en sus sueños. Para nosotros, esta es la cosa más
significativa, el sonido más desgarrador que hemos tenido el privilegio y la mala suerte de
conocer. Susurramos sus nombres de vuelta. En sus sueños, quizás ellos oyen.
Deseamos poder enseñarte el mundo mientras duerme. Después nunca tendrás ni una
duda sobre cuán similar, confiados, sorprendentes y vulnerables somos.
Ya no dormimos y, por ende, no soñamos. En cambio observamos. No nos queremos
perder nada.
Te has convertido en nuestro sueño.
A mitad de la noche, la madre de Harry abre su puerta, revisa que él este a salvo y
durmiendo. Luego se dirige a la sala y hace lo mismo con Craig, sonriendo al verlo
envuelto con la manta afgana. Sabe que tendrán un gran día mañana y está preocupada
por ellos. Pero solo mostrará su preocupación mientras ellos duermen. Sobre todo se
siente orgullosa. Está permitido que el orgullo tenga una parte de preocupación,
especialmente cuando eres madre.
La madre de Harry lo arropa por segunda vez. Lo besa levemente en la frente,
después se va de puntillas del cuarto.
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Extrañamos a nuestras madres. Las entendemos mucho más ahora.
Y aquellos de nosotros que teníamos niños, los extrañamos. Los vemos crecer, con
tristeza, asombro y miedo. Nos hemos alejado, pero no completamente. Ellos saben esto.
Lo sienten. Ya no estamos aquí, pero no nos hemos ido. Y así estaremos el resto de sus
vidas.
Observamos y nos sorprenden.
Observamos y nos sobrepasan.
La música en los oídos de Tariq desaparece, la batería disminuye. Él no lo nota. Es uno
de los grandes dones de su cuerpo, la habilidad de prolongar la música después de que
desaparece en el aire.
Dormido en su patio trasero, Ryan no nota el halo de rocío que se junta alrededor de él
mientras la noche se calienta hacia la mañana. Sus ojos se han abierto por un brillo en el
césped.
* * *
El mundo de la vigilia. Incluso los más cínicos entre nosotros debemos saludarlo con un
toque de esperanza. Tal vez es una reacción química, nuestros pensamientos en
comunión con la salida del sol y la creación de esa breve e intensa fe en novedad.
Caemos tranquilos mientras observamos el sol alcanzar el horizonte. No importa
dónde estemos, no importa a quién estamos viendo, nos detenemos. A veces miramos a
la distancia para ver el amanecer del día. Y otras veces somos testigos de cómo eso se
refleja en la gente a la que hemos llegado a importarle, ver como la luz se propaga a
través de sus sueños. ¿Cómo no puedes esperar que el mundo, por un instante, brille en
oro? Nosotros, que ya no podemos sentir, todavía lo sentimos, el recuerdo es muy fuerte.
Despertar es difícil, y despertar es glorioso. Te vemos revolver, luego como te
tropiezas fuera de tu cama. Sabemos que la gratitud es la última cosa en tu mente. Pero tú
debes estar agradecido.
Has llegado a otro día.
Harry se despierta emocionado. Hoy es el día. Después de toda la planificación y la
práctica. Este sábado en particular ya no es una casilla más en el calendario. Ya no se
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trata de una fecha que se habla en tiempo futuro. Es un día, llegando como cualquier
otro, pero no se siente como cualquier día que llegó antes.
Él va directamente desde su cama a la cocina, adormilado, con el cabello despeinado y
la ropa de dormir, y se encuentra a sus padres allí, preparándose en su camino para su
día. Su padre está haciendo el desayuno y su madre está en la mesa de la cocina, leyendo
el crucigrama en voz alta para que puedan resolverlo juntos.
—Estábamos a punto de despertarte —dice su madre.
Harry sigue caminando al estudio. Craig está sentado muy erguido en el sofá, mirando
como si la mañana fuera un problema matemático que tiene que resolverse antes de que
salga de la cama.
—Papá está haciendo tostadas francesas —dice Harry, sabe que la adición de alimentos
a la ecuación ayudará que se resuelvan más rápido.
Craig responde con algo que suena como:
—Muh.
Harry le da una palmadita en el pie y se dirige de nuevo a la cocina.
La alarma de Tariq suena, pero él no se siente alarmado. Con sus auriculares todavía
opacando el ruido exterior suena como si hubiera música que sale de la habitación de al
lado, y se lo toma, poco a poco, como una invitación.
Tan pronto como Neil está saliendo de la ducha, le escribe un mensaje de texto a Peter.
¿Estás despierto?, pregunta.
Y la respuesta llega al instante:
Para cualquier cosa.
Sonreímos ante esto, pero luego miramos a la casa de Cooper y nos detenemos. Él
todavía está dormido en su escritorio, su rostro apenas mira el teclado, manteniendo el
computador prendido toda la noche. Su padre está entrando en la habitación y no se ve
feliz. Todas las ventanas de conversación de Cooper están todavía en la pantalla.
Nos estremecemos en reconocimiento a lo que está a punto de suceder. Lo vemos en
el rostro de su padre. ¿Quién de nosotros no ha hecho lo que acaba de hacer Cooper?
Ese error. Ese estúpido desliz. La revista está desparramada en el suelo. Las notas de
amor escondidas bajo el colchón, el lugar más obvio. El anuncio de ropa interior rasgado
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y plegado en el diccionario, destinado a caerse cuando el diccionario sea abierto. Los
garabatos que deberían haberse quemado. La escritura del nombre de otro niño, una y
otra y otra vez. La ropa metida en el fondo de nuestro armario. El libro de James
Baldwin ubicado en nuestra repisa, llevando la cubierta de otro libro. Walt Whitman
debajo de nuestra almohada. Una instantánea del chico que nos encanta, con una sonrisa,
la conspiración de nosotros en sus ojos. Una instantánea del chico que nos gusta y que no
tiene idea de que lo amamos, capturado inconscientemente sin saber que la cámara
estaba allí. Una instantánea que mantuvimos en nuestro primer cajón de escritorio,
doblada en nuestra billetera en un bolsillo junto a nuestro corazón. Tendríamos que
haber recordado sacarla antes de tirarla en el cesto de ropa sucia. Deberíamos haber
sabido lo que iba a pasar cuando nuestra madre abrió el cajón, en busca de un lápiz. No
es más que un amigo, nos defendemos. Pero si no era más que un amigo, ¿por qué
estaba oculto, por qué estábamos tan molestos porque lo hubiesen descubierto?
Queremos despertar a Cooper. Queremos abrir la puerta más fuerte. Queremos que
los pasos de su padre suenen como un trueno, pero en cambio suenan como un rayo. Su
padre sabe cómo hacer esto, su ira construyéndose tranquilamente rápido. Se inclina
sobre su hijo y lee los restos de las conversaciones de la noche anterior. Algunos son
meramente conversacional, una jerga aburrida. ¿Qué pasa? No mucho. ¿Tú? No mucho.
Pero otros son francos, sexuales, explícitos. Aquí está lo me gustaría hacerte. ¿Esa es la
manera en que tú lo quisieras? Miramos de cerca, con la esperanza de que la
preocupación se extienda por el rostro del padre. La preocupación está bien y es
comprensible. Pero nosotros, que hemos mirado siempre en busca de signos de
preocupación en otros, solo vemos disgusto. Repulsión.
—Despiértate —dice su padre.
Ira. Rabia.
Cuando Cooper no se mueve, lo llama otra vez y patea la silla.
Eso lo hace.
Cooper se despierta sobresaltado, su rostro presionando en el teclado, creando una
palabra incomprensible. Sus lentes de contacto se sienten como hojuelas secas en sus
ojos. Su aliento sabe a los gusanos de la mañana.
Su padre golpea su silla otra vez.
—¿Es esto lo que haces? —Es la acusación enojada—. Cuando estamos dormidos. ¿Es
esto lo que haces?
Cooper no lo entiende al principio. Luego levanta la cabeza, se traga el magro
escupitajo en la boca, ve la pantalla. Rápidamente, cierra el portátil. Pero es demasiado
tarde.
—¿Es esto lo que haces en mi casa? ¿Es esto lo que nos haces a tu madre y a mí?
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Desde una fría distancia, nosotros sabemos que la confusión está en el corazón de este
disgusto. Y en ese corazón está bombeando un flujo constante de odio e ignorancia.
Sabemos que Cooper no tiene oportunidad.
Su padre lo agarra por la camiseta y lo levanta, así él le puede gritar cara a cara.
—¿Qué eres? ¿Cómo pudiste hacer esto?
Cooper no sabe. No sabe qué decir. No sabe qué hacer. Incluso no tiene respuestas.
El rostro del padre se está volviendo rojo ahora.
—¿Solo vas y coges con hombres? ¿Eso es todo? Mientras estamos dormidos, ¿tú sales
y los follas?
—No —dice Cooper finalmente—. ¡No!
—Entonces, ¿qué es esto? —Hace un gesto de disgusto al portátil cerrado—. ¿Qué clase
de puta eres?
Coger. Puta. Estas no son palabras que cualquier hijo debería conocer de su padre.
Pero la furia del padre tiene su propio lenguaje. No tiene que hablar como un padre.
—Para —susurra Cooper, lágrimas cayendo de sus ojos—. Solo para.
Pero no para. El padre de Cooper lo empuja contra la pared. Impacta. El muro se
sacude y las cosas caen. Cooper ya no está en ninguna parte. Él está en algún lugar ahora.
Y es un horror. Es todo lo que nunca había querido que sucediera, y está sucediendo.
Su madre viene corriendo a la habitación. Por un momento estamos agradecidos. Por
un momento pensamos que parará. Pero al padre no le importa. Él sigue gritando.
Maricón. Desgraciado. Puta. Enfermo.
—¿Qué pasa? —grita la madre—. ¿Qué pasa?
Cooper no puede parar de llorar, lo que pone a su padre aún más furioso. Y ahora él
le explica a la madre:
—Él se vende a sí mismo a los hombres a través de internet.
—No —dice Cooper—. No es así en absoluto.
—Ábrelo —ordena su padre a su madre—. Lee.
Cooper realmente arremete, trata de apartar el portátil. Pero su padre lo golpea de
nuevo, lo empuja hacia abajo mientras su madre abre la computadora. La pantalla se
ilumina. Ella comienza a leer.
—Solo son charlas —trata de explicar Cooper—. Nunca pasa nada.
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Pero la expresión en su cara mientras ella lee... algunos de nosotros tenemos que darle
la espalda. Conocemos esa expresión. Algo dentro de ella se está rompiendo. Y en esa
ruptura, ella va a renunciar a nosotros.
No hay nada más doloroso que ver a alguien renunciar a ti. Sobre todo si es tu madre.
Algunas madres se recuperan de este momento. Algunas nunca lo hacen. Y en el
momento, el problema es: no se puede saber en qué dirección irá.
—Ya ves —dice el padre.
Un fusible en Cooper finalmente llega a las centrales explosivos y detona. Él tiene que
parar esto. Tiene que hacer algo. No pretende que sea luchando, aunque más tarde se
verá como un contraataque. Lo único que quiere es que su madre deje de leer. Así que
salta hacia el portátil y lo arranca de sus manos. En sorpresa, ella retrocede, y su padre no
estaba demasiado preparado para atraparlo. Pero a pesar de que Cooper se lo quitó de
sus manos, no se quedará en las suyas. Él busca a tientas, y el portátil se estrella contra el
piso, haciendo un ruido terrible. Él se agacha y lo recoge, pero ahora su padre está sobre
él, tirando de su espalda, haciéndolo girar. Cooper sabe el golpe que viene y él levanta el
portátil para bloquearlo. El puño de su padre es demasiado rápido y choca contra su
mejilla antes de que pueda levantar el portátil.
—¡No! —grita su madre. Ella se pone en medio de ellos. Cooper no vacila. Sus llaves y
el teléfono están en el bolsillo. Él corre y sale de la habitación, mientras su padre se
enfurece detrás de él, rabia hacia él y su madre. Corre por la puerta principal, hacia su
coche. Él ve a sus padres que vienen detrás de él, oye a su padre gritar, pero no entiende
las palabras. Cuando enciende el coche, la música explota. Él no comprueba para ver si
algún carro viene mientras sale de la calzada, aunque sabe que esto solo molestará más a
su padre.
Solo le toma diez segundos dejar a sus padres.
Además de los extraños, ellos son las únicas personas en el mundo que saben que es
gay.
Pasas tanto tiempo, tanto esfuerzo, tratando de mantener la compostura.
Y luego todo se viene abajo de todos modos.
En el tiempo que toma para que todo esto suceda, Tariq se ducha. Craig (admitiendo que
come lento) se come un pedazo de pan tostado francés. Peter carga un juego de video y
comienza a jugar. Avery se despierta para encontrar un número de teléfono aún escrito
en su mano y se pregunta qué hacer a continuación. No tiene que preocuparse, sin
embargo. Ryan ya está listo. Él tiene el número de Avery en su teléfono y, tan pronto
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como el reloj marque las diez, va a llamar. Siente que es de mala educación llamar a
alguien antes de las diez. Así que él espera. Impacientemente.
Es curioso las cosas que echas de menos. Como los cables telefónicos.
Al leer esto hoy puede que ni siquiera sepas lo que es un cable de teléfono. O es una
reliquia que se ve en una oficina o en el teléfono antiguo en la esquina de la sala de clase,
que se utiliza para llamar a la secretaria del director.
Pero hubo un tiempo, eso sería nuestro tiempo, en que un cable telefónico parecía
nada menos que un salvavidas. Era tu apego al mundo exterior y, aún más que eso, tu
apego a la gente que amabas o querías amar o intentabas amar. Todo sobre eso fue
ajustado, la forma en que se enroscaba, la manera que se ponían tan fácilmente
enredados, la forma en que podías tirar de él hasta que te hacía volver. Retorcidos,
anudados y esenciales. Nos mantuvo atados el uno al otro, sujetos a todas las preguntas y
algunas de las respuestas, atados a la idea de que podríamos estar en un lugar aparte de
nuestras habitaciones, nuestros hogares, nuestras ciudades. No podíamos escapar, pero
nuestras voces podían viajar.
Cuando el teléfono no sonaba, se burlaba de nosotros.
Cuando el teléfono sonaba, nos aferrábamos agradecidos.
A las diez de la mañana suena el teléfono de Avery. Avery no reconoce el número, luego
comprueba su mano.
—¿Hola? —dice.
—Hola —dice Ryan, tan feliz de ser escuchado como Avery está feliz de escucharlo.
Empiezan a hacer planes y un plan. Los planes son las cosas que tienes que hacer en
un tiempo preciso, mientras que un plan es la idea más general de todas las cosas que
deberían hacer juntos. Los planes son coordenadas; un plan es el mapa completo. Los
planes son las cosas que podemos discutir en la primera llamada nerviosa de teléfono. Un
plan son las cosas que hacemos sin decir, pero ponemos la esperanza en la voz en todo
caso. Mientras Avery y Ryan averiguan qué harán hoy, la palabra juntos se convierte en el
plan subyacente a los planes.
Avery sabe que sus padres le darán las llaves del coche otra vez. Así que se ofrece
voluntario para volver a Kindling, para ver lo que tiene para ofrecer. Ryan le dice que no
es mucho, pero Avery tiene experiencia suficiente en sus coqueteos para decir que el
tiempo que Ryan está ahí será suficiente.
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Cuando Avery cuelga el teléfono, sonríe. Cuando Ryan cuelga el teléfono, entra en
pánico. Objetos flotantes siguen ejerciendo presión. Ryan quiere limpiar su cuarto,
limpiar su cabello, limpiar su vida, limpiar su ciudad; todo a la vez.
Avery, por su parte, sonríe en su camino a la ducha. Hay otras cosas de que
preocuparse también, por supuesto. Pero esas bestias son lo suficientemente educadas
para esperar en la puerta hasta que él termine sus preparativos.
No hay nada tan reconfortante como una oportunidad.
Nunca olvidarás lo que se siente esa esperanza. Sí, nosotros podemos hablarte por días
sobre todas las malas primeras citas. Esas historias. Historias divertidas. Historias raras.
Historias que adoramos compartir, porque al compartirlos, obtenemos algo de la hora o
dos que desperdiciamos en la persona equivocada. Pero eso es todo lo que las malas
primeras citas son: historias cortas. Las buenas primeras citas son más que cuentos. Son
los primeros capítulos. En una buena primera cita, todo es primavera.
Y cuando una buena primera cita se convierte en una buena relación, la primavera se
retrasa. Incluso después de que terminó, puede haber primavera.
* * *
Una gran cantidad de pensamientos han entrado en el lugar del beso de Craig y Harry.
Si la comodidad había sido el factor decisivo, la opción obvia habría sido hacerlo en la
casa de Harry o en su patio trasero. Los Ramirez habrían estado más que bien con esto y
hubieran hecho todos los arreglos que necesitaban ser hechos. Pero Craig y Harry no
querían esconderlo. El significado de este beso vendría de compartirlo con otras
personas.
Fue Craig quien sugirió el césped en frente de su escuela secundaria. Era público, pero
también familiar. La escuela usualmente abre los fines de semana por una razón u otra.
Un partido de fútbol, ensayos de obras, un torneo de debate. Pero en el césped, no
estarían en el camino de nadie. Había un montón de acceso a agua y electricidad. Y sus
amigos sabrían dónde encontrarlos.
Debatieron sobre si debían pedir permiso. Los padres de Harry insistieron en ello.
Harry y Craig hicieron una cita con la directora y le explicaron su beso a ella.
Ella era simpática. Casi sorprendentemente. Les dio permiso, pero les advirtió que
aún había riesgos.
Ellos aceptaron eso.
Ahora aquí están, entrando en el vacío estacionamiento de la escuela. El fútbol no
sucederá hasta mañana y el ensayo no empieza hasta las dos. El edificio se ha ganado su
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indiferencia esta mañana de sábado. Se han visto muchas cosas peores que dos chicos
besándose.
Smita, la mejor amiga de Craig, ya está ahí esperando. Ella piensa que Harry y Craig
están locos por hacer esto y que de los dos Craig es el más loco. Porque, ella piensa con
solo una ligera hipérbole, sus padres van a matarlo. Y si sus padres no lo hacen, tal vez
besar a Harry lo haga. Porque cuando todo se reduce a eso, la ruptura fue mucho más
fácil para Harry de lo que fue para Craig. A los ojos de Smita, Harry la tuvo fácil. Llegó a
sentir que era mutuo. Y entonces él consiguió seguir adelante con su vida, mientras que
Craig pasó el año siguiente todavía enamorado de él.
Bueno, quizás no todo un año. Smita no es muy buena con relación a las matemática.
(¿Quién lo es?) El punto es que fue lo suficientemente largo. Demasiado tiempo. Y a
pesar de que Craig le dice arriba y abajo y de nuevo que él ha superado totalmente a
Harry, que solo son amigos ahora, y a pesar de que ella ha aprendido a no contradecirlo
en voz alta, solo para sentar las bases para que él pueda venir a ella más tarde cuando se
dé cuenta que está equivocado, Smita sigue pensando que todo este plan es
estupendamente sordo cuando se trata de lo que realmente está dentro del corazón de
Craig. La hemos oído confesar esto a su hermana y su hermana ha sido comprensiva.
Smita entiende que hay problemas más grandes aquí, al menos en lo que respecta a la
declaración que Harry y Craig están haciendo. Si le preguntaras bajo qué posibles
circunstancias estaría bien para Craig besar a Harry de nuevo, ella supone que esta sería
una de las pocas respuestas aceptables. Ella les dijo que pensaba que era una locura
cuando por primera vez le hablaron sobre esto (ella piensa que fue la primera persona a
la que le dijeron, pero en realidad fue la segunda). Y una vez que le dijeron que estaban
totalmente de acuerdo con que esto fuera una locura, ¿qué otra cosa podía decir? Ella
siempre estaría del lado de Craig, no importa qué, y si eso significaba ayudarles en la
investigación y llenar el papeleo y el plan para esta absurda hazaña de la declaración
política y el potencial corazón puesto en peligro, que así fuera. Con la precisión de
médico que sin duda será un día, trabajó con ellos para trazar la mejor estrategia posible
para obtener la máxima resistencia. Esto significó un sinnúmero de horas de ver los
videos de Youtube de personas besándose durante largos períodos de tiempo. Era la
tarea más extraña que jamás había hecho. Pero su tarea regular ya se había completado;
¿qué más tenía que hacer?
Ahora aquí está ella y aquí están ellos, y ahora se está acercando la hora de inicio. Una
vez que ellos empiecen a besarse, tendrán que seguir besándose durante al menos treinta
y dos horas, doce minutos y diez segundos. Ese es un segundo más que el récord mundial
actual para el beso más largo registrado.
La razón por la que están aquí es romper ese récord.
Y la razón por la que quieren romper ese récord comenzó con algo que le pasó a
Tariq.
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Vemos cómo se detiene en el estacionamiento. Vemos cómo ve la reunión. Harry y
Craig, el Sr. y la Sra. Ramirez. Smita, por supuesto, y Rachel, que vive lo suficientemente
cerca de la escuela para ir a pie. Él los ve, pero no sale de su coche, todavía no. Debido a
que una de las cualidades más difíciles de la mente es su capacidad de estar en dos
lugares al mismo tiempo. Así que Tariq se sienta allí y, al mismo tiempo, su cabeza vuelve
de nuevo a la peor noche de su vida. Los hechos, hace tres meses. Emocionalmente, ayer
y hoy y hace tres meses y un período de tiempo en el medio.
Sangre en su boca. Es como si todavía hubiese sangre en su boca.
Los chicos estaban borrachos, había cinco de ellos, y aunque no estaba en esta ciudad,
fue en un pueblo muy cerca. Tariq no tenía su licencia aún, no tenía un coche. La
película había terminado y estaba esperando a su padre para que lo recogiera. Sus amigos
estaban yendo por pizza, pero él tenía que regresar. Su padre estaba retrasado y la calle se
convirtió en un desierto una vez que los créditos finales de las conversaciones en las
aceras se habían acabado. Había alguien en la cabina de cine, pero eso era todo. Tariq no
podía estar quieto, por lo que caminó un poco hacia abajo en la cuadra, miró en los
escaparates de las tiendas. Cuando los otros chicos comenzaron a gritar, él ni siquiera
sabía que estaban gritándole a él. Ignorándolos solo les hizo prestar más atención. En el
momento en que entendió lo que estaba pasando, estaba ocurriendo demasiado rápido.
Al principio pensó que era porque él era negro, pero de todas las variaciones de
maricón que ellos estaban tirando a su manera, él sabía que no era solo eso. Y algunos de
ellos eran negros también. Trató de pasar por delante de ellos, regresar a la sala de cine o
incluso a la pizzería donde sus amigos estaban, pero a ellos no les gustaba eso. Lo
encajonaron y sintió el botón de pánico siendo presionado. Mientras ellos se burlaban del
color de sus pantalones, mientras se burlaban de él un poco más, trató de empujarse a sí
mismo hacia fuera. Lanzó todo su cuerpo en eso, pero había demasiados de ellos, y ellos
no fueron tomados por sorpresa. Ellos lo empujaron hacia atrás y él trató de empujar de
nuevo, esta vez uno de los chicos lo golpeó, un golpe directo al pecho, y como Tariq se
inclinó, más chicos se unieron. Porque una vez que uno de los chicos inicia, es un juego.
Tariq cayó al suelo, recordó a alguien diciéndole que se acurrucara, para protegerse a sí
mismo de esa manera. Se estaban riendo ahora, disfrutándolo, emocionados por ello. Ni
siquiera podía gritar para pedir ayuda, porque los únicos sonidos que podía hacer eran
los que nunca había oído antes, gemidos, reconocimiento gutural del repentino e intenso
dolor, mientras golpeaban y pateaban, riendo sus maricones en él, mientras rompían sus
costillas.
Al otro lado de la calle, alguien lo vio. La mujer detrás del mostrador del restaurante
Tailandés salió corriendo, gritando y agitando una escoba. Los chicos rieron ante esto,
rieron ante su escoba y su inglés chapurreado. Pero luego dos de los ayudantes del
camarero salieron detrás de ella y la oyeron gritar policía. Tariq no vio nada de esto, ni
siquiera los escuchó. Él estaba tratando de mantener su vista al frente, tratando de
acurrucarse más en sí mismo y de escupir la sangre fuera de su boca. Hasta lo que el
sabía, ellos habían estado allí y luego, con una última patada, se habían ido.
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Su padre se detuvo un minuto después. Lo encontró. Lo llevaron a la sala de
emergencia antes de que la policía llegara.
Mientras sangraba sobre el pavimento, piedritas y grava picaban en sus heridas,
sentimos como si nosotros mismos nos estuviéramos desangrando también. A medida
que sus costillas se rompieron, pudimos sentir nuestras costillas rompiéndose. Y a
medida que los pensamientos volvieron a su mente, los recuerdos volvieron a las
nuestras. Esa pérdida de deshumanización de la seguridad. Es algo que todos temíamos y
muchos de nosotros conocíamos de primera mano. No estamos familiarizados con lo que
sucede a continuación con Tariq, la larga curación, la sorprendente preocupación por
parte de algunos (incluyendo a sus padres) y la sorprendente falta de preocupación por
parte de otros (como algunos, pero no todos, de la policía).
Los asaltantes cubrieron muy bien sus rastros, y nunca fueron atrapados. Sabemos
quiénes son, por supuesto. Dos de ellos son perseguidos por lo que hicieron. Tres de
ellos no lo son.
Tariq era perseguido también, aunque prácticamente él era desafiante
—Golpearon la mierda fuera de mí —le decía a la gente y poco después—. Pero ¿sabes
qué? No necesito esa mierda dentro de mí. Me alegro de que se haya ido.
Él no dejará de ir a la ciudad, de bailar. Pero aun así, el temor permanece ahí. Los
moretones. Y luego en el fondo de su mente, sigue allí tal como lo hace en el fondo de
nuestras mentes, las preguntas más insidiosas de todo.
¿Cómo me localizaron? ¿Cómo lo sabían?
¿Que hice mal?
A las personas les gusta decir que ser gay no es como el color de piel, no es algo físico.
Ellos nos dicen que siempre tenemos la opción de esconderlo.
Pero si eso es cierto, ¿por qué siempre nos encuentran?
El odio de Cooper hacia todos los demás (sus padres, la gente en su pueblo, los hombres
con los que habla) es superado solo por su odio a sí mismo. No hay nada que añada
profundidad a la desesperación como la sensación de merecerla. Cooper conduce
alrededor, sin saber qué hacer, sin saber a dónde ir. Apenas nota que se está quedando
sin gasolina. Luego, la luz de advertencia aparece y él casi está agradecido por ello,
porque ahora por lo menos hay una cosa que hacer.
No siempre fue así. Nadie es siempre así. Hubo un tiempo en el que era feliz, un
tiempo en que el mundo se comprometió con él. Atrapando orugas y nombrando cada
una. Soplando las velas de un pastel que su madre había hecho, con veinte amigos de
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quinto grado a su alrededor. Un jonrón en un juego decisivo de la Liga Pequeña que le
hizo sentir como un campeón por semanas. Un deseo de dibujar, de pintar. Encestando
en el almuerzo con los otros chicos.
Pero la escuela secundaria confundió las cosas. No quería hacer más deportes. Los
amigos se alejaron, si no del pueblo, entonces de su mesa de almuerzo. La falta de brillo
comenzó a invadir la parte exterior de su vida, y el ruido empezó a crecer en el interior.
Él pasaba cada vez más y más tiempo en la computadora. Esto no era en realidad una
elección; simplemente era una cosa que siempre estuvo ahí.
Ahora su laptop está muerta en el asiento trasero. Eso en realidad no le molesta.
En otro auto, Avery conduce a Kindling. La tierra alrededor de él es plana, el horizonte
largo. Él trata de no practicar lo que va a decirle a Ryan, porque él no quiere que suene
como una actuación. Todas las citas en las que ha estado antes han sido intentos poco
entusiastas con el chico en el pueblo quien lo ha conocido por un largo tiempo. Ninguno
de los dos estaba seguro de lo que quería, así que trataron de ponerse el uno al otro en
ese vacío. Nunca se celebró y Avery acaba de darse cuenta cinco minutos antes que
Jason:
—No hay daño, no hay falta —había dicho Jason, y esta frase en sí misma había
apuntado a Avery por qué no estaba interesado. Él quería estar con alguien que sabe que
un daño es mucho peor que una falta
Un chico con el pelo azul tendría que saber esto, piensa Avery. O por lo menos hay
una posibilidad de que lo sepa.
Avery está a punto de averiguarlo.
* * *
Después de un año, Peter y Neil sienten que ya han pasado la fase de descubrimiento.
Pero estamos seguros que ellos continuamente descubrirán que este no es el caso.
Siempre hay algo nuevo que aprender sobre la persona que amas.
Neil no está sorprendido cuando llega a la casa de Peter y lo encuentra todavía con
bóxers, en el piso de su habitación, navegando en un mundo fantástico en su consola de
video juegos.
—Lo siento —dice Peter—. Casi logro que la Ciudad de los Magos firme mi tratado.
Veinte minutos, lo prometo.
Neil tontamente olvidó su tarea, así que fue a la habitación de Peter y en cambio hizo
la tarea de él. Serviría si los juegos de Peter tuvieran cantidades masivas de batallas y
luchas con espadas. Pero por lo que Neil puede decir, es más sobre hacer y romper
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alianzas. En otras palabras, políticos con barba y túnicas. No es lo suyo. Balkan
Bloodbath 12, el juego que trajo ayer, descansa en el suelo.
Peter sabe que a Neil no le importan esos juegos, pero no puede dejar de jugarlos de
todas maneras. Porque una vez que este tratado esté firmado, va a tener permitido viajar
al mundo de las ninfas de agua por primera vez.
Él ni siquiera se da cuenta de lo que Neil está haciendo hasta que termina. Tratado
logrado, se encuentra con que Neil está a la mitad de su tarea de inglés.
—Yo puedo hacer eso —dice Peter. Sabe que le debería gustar cuando Neil hace tarea
por él, pero no le gusta. Sabe que Neil lo hace porque es más fácil para él… y eso es
precisamente por lo que no le gusta.
—Tienes cosas más importantes que hacer —dice Neil—. Me refiero, ¿qué es John
Steinbeck comparado con el destino de la Ciudad de los Magos?
—Me gusta Steinbeck.
—¿Sabes que sería divertido?
—¿Qué?
—Si en tu juego estuvieran debajo del agua.
Peter sabe que Neil va a alguna parte con esto. Alguna broma. Pero él no puede
adivinar qué será.
Se da por vencido y pregunta por qué.
—Porque entonces los magos podrían ser peces y se llamaría la Ciudad de los Magos
con Branquias2
.
Peter sonrió.
—Caminé derecho a esa, ¿cierto?
—Más como que nadaste dentro de ella.
A Peter le gustan estas bromas, estas burlas. De verdad, le gustan. Es solo que él no
siempre está de humor para ellas. A veces desea salir con alguien un poco más estúpido,
o al menos alguien que no piense en cada palabra que dice.
Neil no se da cuenta que él ha dado un paso muy inteligente. Él no cambia el tema
porque su sentido le dice que algo está (un poco) mal. En cambio, su innato medidor del
ritmo de la conversación sabe que es tiempo de seguir adelante.
—Panqueques —dice—. Creo que necesitamos panqueques.
2
En inglés: “the Guild of Gilled Wizards”, donde “Guild” y “Gilled” tienen pronunciaciones similares.
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Ahora, Peter sabe lo que está por venir, y se une. Los dos empiezan a saltar en una
pierna para arriba y para abajo, gritando:
—¡Yo—brinco! ¡Yo—brinco!3
Los dos somos grandiosos idiotas, piensa Peter.
A menudo creemos que la verdadera guía de una relación es la capacidad de dejarnos a
nosotros mismos al desnudo. Pero también hay algo que comentar sobre exhibir tu
plumaje, de encontrar la verdad tanto en lo tonto que en lo grave.
Tu humor es tu brújula y tu escudo. Lo puedes convertir en un arma o puedes agarrar
sus hilos para hacer tu propia manta de algodón de azúcar. No puedes existir en una dieta
de solo humor, pero tampoco puedes existir en una sin este.
Todas las ocurrencias en el mundo no pudieron prevenir a Oscar Wilde de
convertirse en un tonto enfermo de amor. Pero se recuperó al final. Más de uno de
nosotros ha tomado prestado sus últimas palabras, viendo a la distancia y diciendo, "O
bien el tapiz se va o yo lo hago." Incluso hay variaciones: "O bien el alcalde se va o yo lo
hago"; o "Madre, o bien esos zapatos se van o yo lo hago"; o "Cariño, o bien el bigote se va
o yo lo hago." Tal vez no nuestras últimas palabras exactas y tal vez no las últimas palabras
exactas de Oscar Wilde, tampoco. Pero entiendes el punto. Cuando el final se acerque,
van a haber importantes cosas que decir, por supuesto. Pero también va a estar esa última
risa, y la vas a querer.
La risa rara vez dura más que unos pocos segundos, es verdad. Pero que agradables
son esos pocos segundos.
Antes de que Harry y Craig empiecen su beso, son presentados con algunos regalos de
broma.
Los padres de Harry les dan a los dos chicos un bote de Binaca4
. Nos reímos cuando
está claro que ninguno de los chicos sabe qué es. ¿Cómo se lo vamos a explicar a ellos?
Hace mucho tiempo, cuando querías tu aliento empapado con menta, tú pondrías uno
de estos tubos delgados metálicos y rociarías un poco en tu boca. Ya sea que estabas
escondiendo alcohol o un olor más general, podrías confiar en esto para cubrirlo. No
sabía a nada natural y si lo hacías antes de besar a alguien, funcionaba mejor si los dos
tomaban una dosis, así podrían sentir el químico juntos. En nuestro arsenal de
subterfugio, era una selección en gran parte inofensiva. Nos divertimos por su presencia
ahora, en la misma manera que la señora y el señor Ramirez se divierten. Después de
3
“I-hop! I-hop”: cadena norteamericana especializada en panqueques.
4
Binaca: productos de higiene bucal, incluidos espray para el aliento.
29
una explicación, Harry y Craig les agradecen, pero ninguno de ellos ocupa el espray.
Ellos están mascando goma de mascar en su lugar.
Su amiga Rachel les muestra que ha decorado un bidel con la cara de un infame
entrevistador de radio. Ellos no tienen permitido usarla durante el beso, pero tal vez
después. Smita saca una bolsa con corazones de San Valentín (no son fáciles de encontrar
cuando no es la temporada) y les muestra que ha llenado toda la bolsa con corazones que
dicen BÉSAME en ellos. Otro amigo, Mykal, ha venido con otra fiesta y a amarrado un
poco de muérdago (también difícil de encontrar cuando no es la temporada) al final de
una caña de pescar, así él puede ponerlo por arriba de sus cabezas mientras se besan.
Finalmente es el turno de Tariq. Él ha puesto las cámaras, se asegura que todo está
posicionado correctamente, por lo que las lámparas que iluminan el patio también
iluminaran a Harry y Craig una vez que caiga la noche. Si el beso funciona, nadie va a
tomar su palabra por ello. Todo tiene que estar documentado, así que Tariq tiene un
ejército de cámaras en orden y una tropa de baterías de refuerzo a la mano. No
solamente el beso será grabado, si no que será transmitido en vivo, así que no podrán
acusarlos de que el beso fue falso o que algún descanso fue editado. Tres de los
profesores del colegio se han ofrecido a tomar turnos como testigos. La Sra. Luna, cabeza
del departamento de matemáticas, empieza.
Pero primero Tariq tiene sus regalos.
El primero requiere que arrastre una bolsa de lona sobre la hierba.
—¿Es eso un cuerpo? —pregunta Harry.
—¿O tal vez solo una cabeza? —se pregunta Craig.
Ellos no están lejos. Con una sonrisa, Tariq levanta un busto de Walt Whitman para
presidir el evento. Luego, para celebrar la ocasión, Tariq recita uno de los poemas de
Whitman:
Nosotros, dos muchachos abrazándonos,
Uno al otro nunca dejándonos,
Arriba y abajo yendo por los caminos, norte y sur, haciendo excursiones,
Gozando con nuestras fuerzas, extendiendo los brazos, cerrando los puños,
Armados y temerarios, comiendo, bebiendo, durmiendo, amando,
No reconocemos más ley que la nuestra, navegando, soldadeando, robando,
amenazando,
Alarmando a los avaros, a los mezquinos, a los sacerdotes, respirando el aire,
bebiendo agua, bailando sobre la hierba o en la orilla del mar,
Convulsionando las ciudades, despreciando las comodidades, burlándonos de los
monumentos, castigando la debilidad,
Cumpliendo nuestra incursión.
Todo el mundo aplaude.
30
Después Tariq abre su segundo regalo; un iPod con exactamente treinta y dos horas,
veinte minutos y diez segundos de música, cada canción elegida y secuenciada con el
mismo cuidado que un DJ lo haría. Todas las canciones favoritas de Harry y Craig están
ahí, así como cientos de otros temas "donados" por amigos.
—Solo díganme cuando apretar el encendido —dice Tariq.
Ellos están a punto de empezar.
* * *
En otra ciudad en el mismo estado, Cooper se da cuenta de que el tanque lleno de
gasolina solo va a resolver uno de sus problemas, y el menor de ellos.
Él se detiene en el estacionamiento de un Walmart. Saca su teléfono y mira los
nombres en su lista de contactos. Esos que están familiarizados con él, contactos. Gente
con la que él ha tenido contacto. Contacto en clase. Contacto en los pasillos o en el
almuerzo. No amigos. No realmente. No si ser amigo de alguien significa no ser falso. Él
ha sido falso con todos ellos. ¿Hay algunos que vendrían si él lo pide? Seguro. ¿Hay
incluso algunos que escucharían lo sucedido, que se preocuparían por él?
Probablemente. Pero cuando trata de recrear esa escena con cualquiera de ellos, falla por
completo. Esto no ayuda. Solo agrega transeúntes a lo que es esencialmente su carga y su
soledad.
Así que cierra los contactos. Abre una aplicación. Él decide hablar con unos
desconocidos en su lugar.
También hay diez mensajes en su teléfono. Él los ignora.
Avery llega a Kindling y sus nervios aumentan. Él recuerda todo sobre Ryan, pero
realmente no sabe mucho sobre él. ¿Qué pasa si la noche anterior fue una
aberración? ¿Qué si, en la luz del día normal de un día cualquiera, el sentimiento de la
coincidencia se disipa?
Nosotros llamamos a esto esperanza. El temor de que la noche es realmente un
mundo de color rosa y que la mañana será demostrar que las cosas que esperábamos que
estuvieran sucediendo no estuvieran sucediendo realmente, que tu corazón siga adelante
por sí mismo. Y, seamos honestos, una gran parte del tiempo esto era cierto; la fuerza de
la soledad era poderosa, y esto nos cimbró. O la euforia de las horas de helio era lo
suficientemente fuerte como para levantar al reino de la improbabilidad. Al día siguiente,
la fiebre del azúcar había desaparecido. Al día siguiente, había muy poco que decirnos
uno al otro.
Pero a veces (a veces) estaba allí. La magia que habíamos creado se había mantenido.
Tal vez incluso creció en la luz del día. Porque sí podría ser una parte de nuestro día, eso
31
significaba que podría ser una parte de nuestras vidas. Y si pudieras ser una parte de
nuestras vidas, era un valor mágico con muchos riesgos y saltos.
Hemos pasado por esto muchas veces, pero Avery nunca se ha sentido así. Él no sabe
todavía que la duda persiste en torno a la anticipación como cuando las abejas revolotean
alrededor de las flores. El truco es no dejar que la duda te intimide a alejarte. La duda es
un riesgo aceptable para la felicidad.
Contamos los minutos hasta que Avery se detiene en la calzada de Ryan. Contamos
los segundos hasta que Ryan abre la puerta, sale caminando. Porque sabemos que el
mejor antídoto para la duda es la presencia. La magia se desvanece de forma natural con
la distancia. Pero la proximidad; bueno, cuando funciona, la proximidad amplifica la
magia.
El chico de cabello azul sonríe mientras se acerca al chico de cabello rosa. El chico de
cabello rosa sale de su coche, se encuentra con el chico de cabello azul que lo espera.
Dicen sus saludos. Se balancean en un momento incómodo. Luego se tambalean en un
abrazo de bienvenida, un abrazo de reunión, un abrazo de esto-significa-algo.
La anticipación ya no es necesaria porque el momento es ahora.
* * *
Harry y Craig toman su última oportunidad para ir al baño por las próximas treinta y dos
horas, doce minutos y diez segundos. Las cámaras están listas para empezar. La Sra. Luna
sostiene un cronómetro. Otros amigos se han reunido. Los padres de Harry levantan los
pulgares a los dos chicos.
Es hora
Harry se inclina y le susurra a Craig en el oído.
—Te quiero.
Y Craig se inclina y le susurra a Harry en el oído.
—Yo también te quiero.
Nadie los oye excepto nosotros.
Entonces es aquí. Meses de preparación, semanas de práctica y años de vida les han
llevado hasta este momento.
Se besan.
Harry ha besado a Craig tantas veces, pero esto es diferente a todos los besos que han
tenido antes. Al principio estaban los besos de excitantes citas, los besos para remarcar su
gusto el uno por el otro, los besos que eran a la vez prueba y motor de su deseo. A
continuación los besos más serios, los besos se es-más-serio, seguidos de los besos de un
relación, en su variado paquete, a veces intensos, a veces resignados, a veces juguetones, a
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veces confusos. Besos que llevaron a extenderse y besos que llevaron a decir adiós. Besos
para marcar el territorio, besos destinados solamente para la privacidad, besos que
duraron horas y besos que se habían ido antes de haber llegado. Besos que decían Yo te
conozco. Besos que declaraban Vuelve a mí. Besos que sabían que no funcionaban. O
por lo menos, besos de Harry sabían que no estaban funcionando. Los besos de Craig
aún creían. Así que tenían que parar. Harry tuvo que decírselo a Craig. Y era malo, pero
no tan malo como temía. Habían construido una amistad bastante fuerte para soportar la
desaparición de los besos. Era perder el equilibrio en un primer momento, con seguridad
sus cuerpos no sabían qué hacer, el magnetismo direccionando el beso seguía ahí, porque
incluso cuando la mente se cierra al romance, a veces hace falta un tiempo para que el
cuerpo reciba el mensaje. Pero lo hicieron mediante eso, y nunca dejaron de abrazarse,
nunca abandonaron el contacto. Entonces Craig tuvo una idea y Harry quería hacerlo.
Suficiente tiempo había pasado cuando comenzaron a besarse de nuevo, la electricidad
había desaparecido, reemplazada por algo más cercano a la arquitectura. Se besaban con
un propósito, pero el propósito no era de ellos; era del beso en sí mismo. Ellos no
usaban el beso para mantener vivo su amor, pero estaban usando su amistad para
mantener vivo el beso. Primero por minutos. Luego por horas. Lo más difícil de besar
durante horas es quedarse despierto. Enfocado. Para conectarse a otra persona, pero para
retraerte por completo en ti mismo. Porque cuando besas a alguien, realmente no se
pueden ver. Se convierten en un borrón. Debes usar el tacto como piedra angular, el
aliento como la conversación. Después de muchos intentos, encontraron su ritmo. Lo
hicieron diez horas un domingo. Eso era todo lo que habían logrado. Y ahora allí
estaban, intentándolo por más del triple del tiempo. Todo para demostrar un punto. Y tal
vez son todas esas horas y tal vez es el punto que está haciendo este beso mucho más
intenso de lo que Harry había pensado que sería. Sus labios se ponen en contacto y
Harry siente una descarga. No se le ve desde el pasado tanto como en el presente. A
pesar de que no es lo que habían planeado, se encuentra pasando su brazo por la cintura
de Craig, se encuentra alineando a Craig un poco más cerca, besándolo un poco más que
en los besos de ensayo. La pequeña multitud los aclama y Harry puede sentir la sonrisa
de Craig bajo su contacto. Puede sentir esa sonrisa en la respiración de Craig, en sus
labios, en su cuerpo. Harry quiere sonreír de vuelta, pero es presa de algo más profundo
que una sonrisa, algo vasto e inarticulado que llena sus pulmones, llena su cabeza. No
tiene idea de lo que le pasa, ni idea de lo que significa todo esto. Creía saber. Lo pensó
muchas veces. Pero, ¿para qué sirve la abstracción cuando se trata de un beso? ¿Para qué
es la planificación? Harry besa a Craig y siente que hay algo más grande que ellos dos del
otro lado del beso. Él no lo ha buscado, no todavía. Pero sabe que está ahí. Y eso es lo
que hace la diferencia de cualquier otro beso que hayan compartido antes.
Inmediatamente, él lo sabe.
Craig todavía está impulsado por el “Te quiero” que Harry le susurró. En eso es lo que
está pensando cuando comienza el beso.
33
Tariq se asegura de que todas las cámaras y computadoras están funcionando. Se asegura
de que la transmisión en vivo está funcionando.
En este momento, Tariq es el único visitante en línea.
* * *
Nos sentamos. Miramos.
Ryan no invita a Avery a entrar a su casa, y Avery no pregunta por qué.
—¿Hacia dónde vamos? —pregunta Avery una vez que ambos están atados a sus
asientos—. ¿Qué es lo mejor que Kindling tiene para ofrecer?
Ryan se debate. El Café Kindling es fácilmente la mejor idea que puede ofrecer. Pero
debido a eso, la mayor parte de su escuela va a estar allí en un sábado, usando la
conexión wi-fi y pasando el rato. Si lleva a Avery allí se convertirá en una reunión, y él no
quiere que se convierta en una reunión, todavía no.
Entonces solo hay un lugar que puede tener alguna clase de sentido.
—El río —le dice a Avery—. ¿Cómo te sientes acerca de ir al río?
—Me siento muy bien acerca de ir al río —responde Avery.
Exactamente lo que Ryan quiere oír.
Una de las muchas cosas horribles acerca de morir de la forma en la que morimos era la
forma en que nos robaba del mundo exterior y nos atrapaba en el mundo interior. Para
cada uno de nosotros que fue capaz de morir en paz sobre una silla de playa, con una
manta cubriéndonos, mientras el viento agitaba su pelo y el sol calentaba su rostro, había
cientos de nosotros cuya última visión del mundo era de paredes blancas y máquinas de
metal, la burla de una ventana, flores inadecuadas en un jarrón, representantes electos de
los lugares que hemos perdido. Nuestros últimos suspiros eran de aire acondicionado.
Morimos bajo techos.
O se va el papel tapiz o yo lo hago.
Nos hace más agradecidos ahora para con los ríos, más agradecidos por el cielo.
Avery se imaginaba que solo iban a sentarse junto al río y hablar. Pero Ryan tienen planes
más ambiciosos que eso, él llama a su tía y le pregunta si puede aparcar en su patio y
tomar prestada su canoa. Ella dice “Seguro”. Así que en vez de ir junto al río, se dirigen
directamente a él. Es una canoa lo suficientemente grande para dos personas adelante y
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otra detrás. La corriente no es muy fuerte y el espacio entre las orillas no es muy amplio.
Se dirigen contra la corriente, sin hablar mucho, solo algunos comentarios sobre las casas
que pasan, la forma de las nubes sobre sus cabezas. Luego llegan a un tramo
murmurando, una entrada de poca profundidad.
—Aquí —dice Ryan—. Un punto a la deriva.
Ellos dejan sus remos y Ryan gira su cuerpo por lo que están uno frente al otro.
—Hola —dice él.
—Hola —responde Avery.
—He traído el equipo de pesca, pero es solo, bueno, quiero decir, para los peces.
—Soy vegetariano.
—Yo también.
Una sonrisa.
—Por supuesto que lo eres.
Avery se inclina un poco, extiende sus dedos en el agua. Se siente bien crear una
corriente, aunque sea pequeña. El aire es ligero y el agua es tranquila, los arboles
inclinándose desde la orilla para escuchar las pequeñas olas. El bote se mece suavemente.
—Así que, ¿cuál es tu historia?
Avery lo mira, todavía con la mano en el agua.
—¿Mi historia?
—Sí. Todos tienen al menos una.
Durante unos segundos incómodos, Avery se preocupa de que Ryan piense que es un
mutante, piensa que se está burlando de él y quiere empezar de nuevo. Pero entonces
Avery se da cuenta por la expresión de Ryan que no, no se trata de eso. Ryan está
tratando de crear una conversación y quiere que sea importante. Porque, ¿qué es más
importante que la historia de una persona?
—Puedo empezar yo si quieres —se ofrece Ryan.
—Claro —dice Avery—. Empieza tú. —Porque es un poco más seguro así. Avery no sabe
cómo contar una historia sin contar la historia, y quiere estar seguro de que Ryan
realmente estaba buscando algo importante cuando hizo la pregunta.
—Está bien —dice Ryan—. Aquí va.
Él toma un aliento cariñosamente nervioso y luego exhala el comienzo de su historia,
le cuenta a Avery como nacieron casi todos los de su familia aquí y como casi todos en su
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familia han estado aquí. Su padre fue la gran excepción. Se fue cuando Ryan tenía tres
años, y Ryan y su mamá se quedaron atrapados casi cinco años después de eso, hasta que
conoció a su padrastro, Don. No es tan malo, como los padrastros suelen ser, pero
tampoco es que Ryan lo hubiera elegido de todas maneras. Él está pasado de moda sobre
lo que los hombres y las mujeres hacen. La madre de Ryan está bien con eso, a ella le
gusta que él sea el jefe. Pero Ryan no está bien con eso. Tuvieron dos hijos juntos,
medias hermanas de Ryan, Dina y Sharon.
—Dina es realmente dulce —dice Ryan—. Y Sharon está creciendo para ser un
monstruo. Solo tiene ocho, pero te das cuenta. Si las cosas no van a su manera, el mundo
tiene que pagar por ello, ¿entiendes?
Avery asiente y Ryan continúa:
—Así que sí. Eso es todo. Crecí aquí y me meto en peleas a veces con mis padres. Mi
tía Caitlin salva mi vida cada día. Bueno, eso es una exageración. Ella me salva la vida
semanalmente. Ella me apoya totalmente en ser gay. Mi madre estaba demasiado perdida
en sí misma para darse cuenta y Don ni siquiera quería verlo, así que lo ignoró. Caitlin
me esperaba para atraparme. Yo tenía otras cosas en qué pensar al principio, con Don y
entonces mis hermanas, y encajando en Kindling. Las Pequeñas Ligas, esa clase de cosas.
Pero eventualmente me di cuenta a quién estaba mirando, y no era a las chicas. Seré
honesto… me asusté. Intenté que me gustaran las chicas. Realmente lo hice.
—¿Qué tan difícil fue para ti? —pregunta Avery, dejando su voz bromear un poco.
Ryan se burla en un suspiro.
—Bueno... salí con Tammy Goodwin por casi un año, en cuarto grado. Muy serio.
Quiero decir, nos compramos animales de peluche en San Valentín. Eso es
prácticamente matrimonio en cuarto grado, ¿no? En la secundaria, sabía quién era. Y
cuando le dije a Caitlin, ella no se sorprendió en lo absoluto. Me llevó al final de este río,
en esta canoa, y hablamos de cosas. Ella no es mucho mayor que yo, está a punto de
cumplir los treinta, y ella ha tenido tanta suerte con los chicos como yo. Ella fue la que
me convenció de no intentar esconderme. Dijo que esconderse nunca funciona. Me dijo
que mi padre pasó tanto tiempo escondido que le fue imposible ser feliz aquí. Él no es
gay, supongo que suena como si él fuera gay. No lo es. Pero no quiso quedarse aquí. Él
nunca quiso quedarse aquí. No fue lo bastante fuerte para decírselo a mi madre hasta que
fue demasiado tarde.
Ryan procede a explicarle que no ha tenido noticias de su padre desde hace mucho.
Solo una llamada de vez en cuando. Ryan lo visitó una vez en California, y fue un
desastre. Ryan tenía doce, pero su padre planeó todo como si tuviera siete.
—Realmente se esforzó, pero de la manera equivocada. Pensó que Disneylandia podía
hacer todo mejor, ¿sabes? Nos quedamos sin cosas que decir bastante rápido. Le mande
un correo cuando me declaré gay y su reacción fue una de las mejores que obtuve. Me
dijo que hiciera lo que quisiera hacer. Pero parte de mi sintió como se hubiera sido fácil
36
para él estar bien con eso porque se había dado por vencido conmigo hace tiempo. De
todos modos, él no actuó como todos los demás.
Ryan se detiene ahora, consiente de sí mismo, del momento en el que se sale de la
historia.
—Dios —dice—. Estoy hablando demasiado.
—No —dice Avery—. Continúa. ¿Cómo reaccionaron todos los demás?
—Bueno, ya sabes. Mamá lloró. Mucho. Don estaba enojado. No conmigo, en
realidad. Pero si con el fabricante, por darle un hijastro defectuoso. Mis hermanas, sin
embargo, lo tomaron bien. También la mayoría de mis amigos. Quiero decir, un par de
ellos se agitaron un poco al principio, algunos chicos se preguntaban si estaba
secretamente enamorado de ellos. Lo que era cierto en un caso, pero no fue a ninguna
parte. Las chicas en general eran geniales, incluso las mojigatas. Bueno, también con una
excepción. Los inevitables rumores comenzaron, y decidí que lo único que podía hacer
era confirmarlos, así que me teñí el cabello y comencé a poner botones LGBT5
en mi
mochila y a hacer ruido sobre empezar una GSA6
. Los idiotas en la escuela tenían las
típicas reacciones idiotas. Pero había otro par de chicos gay, así que se unieron. Salí con
un chico, Norris, durante unos dos segundos, que fue el tiempo que nos tomó darnos
cuenta de que lo único que teníamos en común era que éramos gay. Nuestro asesor del
GSA, el Sr. Coolidge, es súper genial y nos consigue un montón de cosas, incluyendo el
baile de anoche. Fue su idea. La graduación gay. Contactamos con todos los grupos GSA
en el área. ¿Es así como te enteraste?
—Un amigo me vinculó a la invitación en Facebook —dice Avery—. Nuestro GSA es
algo escaso.
—Bueno, como sea estabas ahí, me alegro que lo hicieras. Supongo que ese es el
último giro en mi historia, ¿no es así?
Avery piensa que se siente como una responsabilidad, ser parte de la historia de otra
persona. Sabe que Ryan lo dice en broma, no mucho. Sabe que Ryan lo dice para
demostrar que ha terminado con su propia narración, lo que significa que es hora de que
Avery comience. Avery no está seguro de que Ryan forme parte de su propia historia
todavía, pero eso puede ser porque él no siente que cualquier persona pueda ser parte de
su historia hasta que él o ella la escuche y la acepte.
Están a la deriva en el agua, no demasiado, solo un tirón. Avery encuentra su
mente a la deriva en una pequeña parte de la historia de Ryan, un pequeño punto de
comparación. Cuando sale de ese breve pensamiento, se da cuenta de que Ryan lo está
mirando, esperando a ver qué es lo que va a decir a continuación.
5
LGBT: Unión internacional de “Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales”.
6
GSA: organizaciones de Alianza Gay-Heterosexual, del inglés Gay-Straight Alliance
37
—Estaba pensando en ti y tu tía en este bote —explica Avery—. Qué bueno debe haber
sido, hablar aquí. Para mí siempre es un consejo de guerra en la mesa de la cocina.
Nosotros contra el mundo. Dar con un plan.
—Eso suena estresante.
—Sí, pero al menos todos en mi casa están en el mismo lado. Sé lo afortunado que soy
por eso. E infortunado en otras cosas.
—¿Infortunado cómo? —pregunta Ryan.
Y eso es todo. Aquí es donde Avery debe decidir cuánto decir, cuánto dejar entrar a
Ryan. Como todos los demás, Avery considera su mundo interior un lugar aterrador,
enrevesado e inescrutable. Es algo que quieras mostrarle a alguien tu mejor y más limpia
versión. Es completamente distinto a hacerlo consciente de su más profundo daño.
Aquí en la luz del día, ¿Ryan ya se ha dado cuenta? Si lo ha hecho, no parece que le
importe. O tal vez está esperando la parte de Avery.
Suficiente, Avery se dice a sí mismo. Solo habla con él.
La primera frase de la verdad siempre es la más difícil. Cada uno de nosotros tiene una
primera frase y la mayoría de nosotros encontramos la fuerza necesaria para decirla en
voz alta a quien merezca oírla. Lo que esperamos y lo que encontramos es que la segunda
frase es siempre más fácil que la primera, y la tercera es aún más fácil que eso. De
repente, ya estás hablando la verdad en párrafos, en páginas. El miedo, el nerviosismo,
siguen ahí, pero se unen a una nueva confidencia. Todo el tiempo, has usado la primera
frase como cerradura. Pero ahora encontrarás esa llave.
—Yo nací niño en el cuerpo de una chica, —Avery comienza. Luego se detiene, esperando
la reacción de Ryan. La cual es de sorpresa. Sus ojos se abren un poco. Luego se reducen
mientras le da un largo vistazo a Avery, imaginándoselo. Avery se siente como un cuerpo
en exhibición.
O tal vez Ryan solo está esperando por la siguiente frase.
—Continúa —dice él. Su tono es alentador.
—Creo que era obvio para todos desde el principio. Mis padres son muy… liberales,
supongo. Prácticamente hippies. Así que realmente intentaron hacerme parecer normal.
O por lo menos un poco normal. Ahora puedo ver la tensión y lo fácil que hubiera sido
para todos si no hubiera nacido niña. Pero nunca me asusté. Eran todos los demás.
Bueno, no todos. Había algunas personas que eran geniales. Pero había un montón de
personas que no eran geniales. Fui educado en casa mucho tiempo. Hemos vivido en una
gran cantidad de ciudades, tratando de encontrar a los médicos adecuados. Con el
38
tiempo los encontramos, y encontré otros miembros de mi tribu. Sobre todo en línea.
Pero mis padres y yo vamos a las conferencias también. Me pusieron hormonas
temprano, para detenerme de pasar por el tipo equivocado de pubertad. ¿Es DI7
? Estoy
seguro que no quieres todos los detalles.
Ryan se inclina hacia Avery, el bote se mece hacia adelante y hacia atrás como él.
Avery se agarra del costado y Ryan pone su mano sobre la de Avery.
—Dime lo que quieras decirme —dice él—. Está bien.
Avery se estremece y puede sentir el estremecimiento viajando a través del bote, a
través del agua, hasta que el agua se vuelve suave otra vez, hasta que siente sus nervios
volverse lo bastante suaves para seguir hablando. Es demasiado, demasiado pronto, pero
ahora que está hablando no puede detenerse. Está hablando acerca de las hormonas y las
cirugías que ha tenido y las que tendrá, y a lo largo de todo eso la única cosa que llena su
cabeza es la pregunta de si Ryan lo está viendo como una chica o como un chico. Ahora
que Ryan sabe, ¿Avery sigue siendo un chico a sus ojos?
Ryan está midiendo sus siguientes palabras con cuidado, de hecho, él ha estado
pensando en ellas, practicando en su cabeza, y Avery ha estado hablando. No lo
culpamos. Sabemos que a veces es difícil recibir la verdad de alguien. No es tan difícil
como decirlo, pero aún es difícil si te preocupas de cómo lo tomarán en respuesta.
Finalmente, dice:
—Me gusta lo que sea que te haga la persona que eres. —Es como algo que su tía
Caitlin le habría dicho, en la época en que imaginaba cosas. Luego, para demostrar que
no cree que esa sea toda la historia de Avery, pregunta—. ¿Tienes hermanos o hermanas?
La conversación continúa y les dejamos tenerla. Observamos desde lejos que el bote
se desvía casi una milla, sin que ninguno de ellos se dé cuenta realmente.
Puedes dar las palabras, pero no puedes tomarlas. Y cuando las palabras se dan y se
reciben, es cuando son compartidas. Recordamos cómo era. Palabras tan reales que eran
casi tangibles. Hay conversaciones que recuerdas, por cierto. Pero más que eso, está la
sensación de conversación. Recordarás que, aún cuando las palabras precisas comienzan
a desdibujarse. Cómo diste, cómo recibiste. Que tan cerca te sentiste de esa otra persona,
que tan extraordinaria era la cercanía. El intercambio de palabras se vuelve tan
importante como las palabras mismas. La sensación se queda contigo, uniéndote con el
mundo.
* * *
Fue idea de Craig besarse así. Y una media hora haciéndolo y seguía sin entender en qué
estaba pensando.
7
DI: Demasiada Información.
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Hay demasiadas raíces. Una de ellas corría profundamente y conectaba directamente
con su infancia, con todas esas horas que pasó estudiando minuciosamente el libro de
records Guinness mundiales, soñando que un día estaría en él. Cuanto más extraño fuese
el récord, mejor (la tarta de cereza más grande del mundo o el hombre que podía poner
más pinzas en su boca). Como niño, probablemente omitió la sección de besos.
Demasiado asqueroso.
Entonces está la raíz que corre más cerca, que circula directo donde Tariq está parado
con las cámaras y los monitores de ordenador, cada uno atado a un cable extensible que
ellos habían hecho correr por la escuela secundaria. Craig y Harry no habían sido
realmente amigos de Tariq, no antes de que fuera asaltado. Incluso aunque todos
estuvieran declarados, no se movían en los mismos círculos. Pero cuando Craig y Harry
escucharon que estaba en el hospital, escucharon qué había pasado, sintieron la distancia
evaporarse. Craig se imagina en el día que visitaron su casa, su cuerpo una colección mal
combinada de contusiones, su sonrisa de siempre demasiado dolorosa para usarla. Craig
había llorado ahí mismo en la sala de Tariq, había llorado, y se sentía tan mal por eso.
Tariq le dijo que estaba bien, todo estaba bien, que no lo habían matado. Las costillas
sanan. Los moretones se desvanecen. Pero Craig no podía dejar de llorar, no solo porque
Tariq estaba herido sino porque era tan sin sentido, tan enormemente equivocado. Harry
trató de consolarlo y Tariq dijo más palabras suaves, y Craig quería sentir ira, quería
sentir indignación pura, pero en cambio era la tristeza lo que estaba llenándole, una
tristeza extrema e impotente. Se recuperó entonces, dejó de llorar, dejó a Tariq decirles
lo que él quería decir. Sin embargo, por las próximas semanas, la tristeza no lo soltó. En
la escuela podía distraerse de ella, y con Harry y Tariq podía ocultarlo. Pero cuando
estaba en casa le envolvía. Debido a que su familia no sabía y no podía saber. No lo iban
a golpear. No le romperían las costillas. Él lo sabía. Pero tenían otras formas de
romperle, con silencio y decepción, con desaprobación. Su padre nunca aceptaría quien
era. Nunca. Y su madre estaría de acuerdo con eso. Tenían sus creencias, y esas creencias
eran más fuertes que cualquier creencia que tuvieran en él. Tal vez este era el pozo que
se estaba llenando con su tristeza.
Él sabía lo que era ahogarse en él, sentir la tristeza subiendo hasta el cuello, tu boca,
tus ojos. Durante mucho tiempo pensó que tenía un demonio sobre sus espaldas, le
agobiándolo para que se ahogara más rápido. Al demonio le gustaban los chicos, quería
nada más que besar a un niño. Craig no podía deshacerse de él, no importaba lo mucho
que lo deseara, no importa qué promesas le hiciera a Dios. Luego conoció a Harry y de
repente el demonio se reveló como un amigo. Le ofreció una mano a Craig, lo levantó.
Craig emergió, jadeando, de la tristeza; luego creó una presa para mantenerlo a raya. No
permitió que Harry lo viera, al igual que no permitió que sus padres lo vieran. Tenía que
permanecer dentro de él, contenido. Cuando Harry rompió con él, la presa se deshizo.
Empezó a ahogarse de nuevo, incluso mientras fingía para Harry y sus amigos que sabía
nadar. Smita mantuvo un ojo de cerca sobre él y, a su propia manera, Harry también lo
hizo. Su amistad le ayudó a reconstruir la presa. Todavía tenía su vida dentro de su casa y
su vida fuera de su casa, pero estaba casi acostumbrado a eso. Todo estaba bajo control.
40
Hasta que vio a Tariq después del asalto, y sintió en su corazón que este era su futuro,
que esta vez los demonios estaban tan mal como temía y que iban a ganar.
Odiaba sentirse de esta manera. Odiaba sentirse impotente. Se preguntó qué podía
hacer. ¿Cómo podía valerse por sí mismo? Sabía que la venganza no era una opción. No
iba a localizar a los chicos que habían golpeado a Tariq. No iba a castigarlos. Pero tenía
que haber alguna manera de mostrar al mundo que él era un ser humano, un ser humano
igual.
Pensó en protestas. En gestos. En hacer una vigilancia mundial. Entonces pensó en
récords mundiales y se le ocurrió la idea del beso.
No había nada en la normativa que lo impidiera. Para el libro de los récords
mundiales, un beso era un beso, no importaba quién se estaba besando. Todos los que
consiguieron el récord se preocuparon de que las dos personas estuvieran de pie todo el
tiempo, que no hubiera descansos que los labios estuvieran siempre tocándose.
El único problema era que Craig no podía hacerlo solo y sabía que la única persona
con la que podía hacerlo era Harry.
Harry no tuvo ninguna vacilación. Pensó que era una gran idea. Y cuando Craig y
Harry le dijeron a Tariq al respecto, parecía que le ayudara a ahogarse un poco menos
también. Harry era un soñador, no un planificador, por lo que fue cosa de Craig, Smita y
Tariq descubrir toda la logística. Craig estaba seguro de que había cosas que habían
olvidado y, sin embargo, ahí estaban. Allí estaba él. Besando a Harry. Smita había sido
despiadada en sus bromas (Sin duda, hay formas menos elaboradas para que tú ex vuelva
a besarte). Pero no se trataba de eso. O por lo menos eso es lo que Craig se dijo a sí
mismo. Era Harry porque eran de la misma altura (sin dolor de cuello), porque él y sus
padres lo apoyaban, porque él lo tomó en serio, porque habían entrenado a sus cuerpos y
sus mentes para ello de una manera que solo dos personas que fueran muy cercanas
podían hacer. Los labios de Harry son tan familiares para Craig. Ha memorizado estos
labios. Y, sin embargo, cada vez que estaban juntos era un poco diferente, cada vez había
un pequeño estremecimiento. Estos labios. Los brazos de Harry a su alrededor. Se
compensaban entre sí. Craig podría perderse en esto, si no hubiera la necesidad de
mantenerlo en marcha durante treinta y una horas más, si no hubiera gente mirando, si
fuera acerca de él y Harry, no sobre él, Harry y el mundo. No pienses en ello como
besarlo, dijo Smita. Piensa en ello como estar de pie durante treinta y dos horas con
vuestros labios juntos. Pero ¿cómo no pensar en ello como un beso? Él recuerda la
primera vez que Harry lo besó, inclinándose en el cine mientras los créditos finales
pasaban. La sorpresa de ello. La bienvenida sorpresa. El mundo entero estrechándose a
una intersección de piel y respiración. Entonces expandiéndose, más grande que antes. El
jadeo de un beso. Su cuerpo recuerda eso. Incluso ahora. Incluso aún. Tenían sus
señales (por agua, por el teléfono, para necesitar un abrazo, para cancelar todo). Pero no
hay ninguna señal para lo que está sintiendo Craig. No hay forma en que su mano pueda
tomar la forma de un signo de interrogación. Mira en los ojos de Harry, preguntándose
qué está pensando Harry. Harry lo ve y Craig puede sentir su sonrisa. Pero todavía sigue
41
sin saber lo que eso significa o realmente lo que significa todo esto, excepto por el hecho
de hacerlo.
Hay menos de un centenar de gente mirándolos en línea, en su mayoría los amigos de
Harry y Craig, demasiado perezosos o demasiado lejos para venir a verlo en persona.
Algunos de esos amigos transmiten el enlace a otros amigos. Tienen que ver esto, dicen.
Algunos más la sintonizan.
* * *
Dos chicos besándose. Ya sabes lo que eso significa.
Para nosotros era un gesto secreto. Secreto porque teníamos miedo. Secreto porque
estábamos avergonzados. Secreto porque era una historia que nadie estaba contando.
Pero el poder que tenía. Ya sea camuflados bajo la apariencia de Tú sé el chico y yo
la chica, o si somos desafiantemente llamados por su nombre, cuando nos besamos,
sabíamos lo poderoso que era. Nuestros besos eran sísmicos. Cuando eran vistos por la
persona equivocada, podrían destruirnos. Cuando eran compartidos con la persona
adecuada, tenían el poder de la confirmación, la fuerza del destino.
Si pones suficientes armarios juntos, tienes el espacio suficiente para una habitación. Si
pones suficientes habitaciones juntas, tienes espacio para una casa. Si pones suficientes
casas juntas, tienes espacio para un pueblo, luego una ciudad, luego una nación, a
continuación, un mundo.
Sabíamos del poder privado de nuestros besos. Luego vino la primera vez que fuimos
testigos, la primera vez que vimos lo que pasó al descubierto. Para algunos de nosotros,
fue antes de que hubiéramos sido besados. Huimos de nuestros pueblos, vinimos a la
ciudad y en las calles vimos dos chicos besándose por primera vez. Y el poder ahora era
el poder de la posibilidad. Con el tiempo, no fue solo en la calle o en los clubes o en las
fiestas a las que nos arrojamos. Fue en el periódico. En la televisión. En las películas.
Cada vez que veíamos a dos chicos besándose así, el poder creció. Y ahora, oh, ahora.
Hay millones de besos para ser vistos, millones de besos a solo un clic de distancia. No
estamos hablando sobre sexo. Estamos hablando acerca de ver a dos chicos que se aman
el uno al otro besándose el uno al otro. Eso tiene mucho más poder que el sexo. E
incluso como mientras se convertía en un lugar común, el poder seguía estando ahí. Cada
vez que dos chicos se besan, se abre el mundo un poco más. Tu mundo. El mundo que
dejamos. El mundo en el que te dejamos.
Este es el poder de un beso:
No tiene el poder de matarte. Pero tiene el poder de traerte a la vida.
Dos chicos besándose durante 32 horas
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Dos chicos besándose durante 32 horas

  • 1. 1
  • 2. 2 El reconocido autor David Levithan cuenta la base de la verdadera historia de Harry y Craig, dos chicos de 17 años de edad que están a punto de participar en un maratón en el que se besarán durante 32 horas para establecer un nuevo Guinness World Record. Toda la novela es narrada por un coro griego de una generación de hombres homosexuales víctimas del SIDA. Mientras que los dos chicos cada vez más deshidratados y con falta de sueño, se les cierran los labios, se convierten en un punto focal en la vida de los otros chicos adolescentes que se ocupan de languidecer relaciones a largo plazo; al salir, el control por la identidad de género, mientras que la pareja besándose trata de averiguar sus sentimiento el uno por el otro.
  • 3. 3 Sinopsis Two Boys Kissing Sobre el autor Staff Créditos
  • 4. 4 o puedes saber cómo es para nosotros ahora… siempre estarás un paso atrás. Agradece eso. No puedes saber cómo era para nosotros entonces… siempre estarás un paso por delante. Agradece por eso también Confía en nosotros: hay un balance casi perfecto entre el pasado y el futuro. A medida en que nos convertimos en el pasado distante, tú te conviertes en un futuro que pocos de nosotros hubiésemos imaginado. Es difícil pensar algunas cosas cuando estás ocupado soñando o amando o follando. El contexto se cae. Somos cargas espirituales que llevas, como esa de tus abuelos o de amigos de tu niñez quienes en algún punto se alejaron. Tratamos de hacer tan liviana una carga cómo es posible. Y al mismo tiempo, cuando te vemos, no podemos ayudarte sin pensar en nosotros mismos. Fuimos una vez los que estuvieron soñando y amando y follando. Fuimos una vez los que vivían, y después fuimos los que morían. Nos remendamos a nosotros mismos, con el ancho de un hilo, a tu historia. Fuimos una vez como tú, solo que nuestro mundo no fue como el tuyo. No tienes idea de lo cerca que estuviste de la muerte. Una o dos generaciones más temprano, y tú podrías estar aquí con nosotros. Te molesta. Nos sorprendes. Son las 8:07 de la noche de un viernes, y justo ahora Neil Kim está pensando en nosotros. Él tiene 15 años y está caminando hacia la casa de su novio Peter. Han estado saliendo por un año y Neil comienza a pensar sobre cuán duradero parece. Desde el comienzo, todos les han estado diciendo que no durará. Pero ahora, incluso si no durase para siempre, se siente como que duró lo suficiente para ser significativo. Los padres de Peter tratan a Neil como su hijo y, mientras los padres de Neil están todavía alternativamente confundidos y angustiados, no han cerrado ninguna de las puertas. Neil tiene dos DVDs, dos botellas de Dr Pepper de dieta, masa para galletas y un libro de poemas en su mochila. Esto, y Peter, es todo lo que necesita para sentirse profundamente afortunado. Pero la suerte, como hemos aprendido, es en realidad parte
  • 5. 5 de una ecuación invisible. Dos cuadras lejos de la casa de Peter, Neil consigue vislumbrar esto y es golpeado por un profundo sentimiento, gratitud sin nombre. Él se da cuenta que parte de su buena fortuna es su lugar en la historia y piensa fugazmente en nosotros, los que llegaron antes. No somos nombres o caras para él; somos una distracción, una fuerza. Su gratitud es una cosa rara, es más probable para un chico sentirse agradecido por la Dr Pepper de dieta que estar agradecido por estar saludable y vivo, por ser capaz de caminar a la casa de su novio a la edad de quince sin ninguna duda de que esto es lo correcto. Él no tiene idea de lo hermoso que es mientras camina y toca el timbre. No tiene idea de lo hermoso que se vuelve lo ordinario una vez que desaparece. Si tú eres un adolescente ahora, es improbable que nos conocieses bien. Somos las sombras de tus tíos, tus angelicales padrinos, el mejor amigo de la universidad de tu madre o de tu abuela, el autor de ese libro que encontraste en la parte homosexual de la biblioteca. Somos personajes en una obra de Tony Kushner o nombres en un edredón que rara vez es sacado. Somos los fantasmas restantes de la generación más antigua. Tú conoces algunas de nuestras canciones. No queremos espantarte sombríamente. No queremos que nuestro legado sea serio. No te gustaría vivir tu vida de esa forma y no querrías ser recordado de esa manera tampoco. Tu error sería encontrar uniformidad en nuestro morir. La parte viva importa más. Te enseñamos como bailar. Es verdad. Mira a Tariq Johnson en la pista. En serio…míralo. 1,89 metros de alto, 82 kilogramos, todo lo cual puede ser transformado con la ropa adecuada y la canción correcta en una masa desatenta de alegría, el cabello adecuado también ayuda. Trata a su cuerpo como si estuviese hecho de fuegos artificiales, cada uno cronometrado para estallar. ¿Está él bailando solo o bailando con todos en la habitación? Aquí está el secreto: no importa. Él viajó por dos horas para llegar a la ciudad y, cuando termine, le tomará dos horas volver a casa. Pero lo vale. La libertad no es solo sobre votar y casarse y besarse en la calle, aunque todas estas cosas son importantes. La libertad es también sobre lo que te permitas hacer a ti mismo. Vemos a Tariq cuando está sentado en su clase de español, haciendo bosquejos de mapas imaginarios en su cuaderno. Vemos a Tariq cuando está sentado en la cafetería, robando miradas a los chicos más grandes. Vemos a Tariq poner la ropa en su cama, creando el perfil de la persona que será esta noche. Pasamos años haciendo estas cosas. Y esto era lo que buscamos, la cosa que Tariq busca. Esta liberación.
  • 6. 6 La música no es muy diferente ahora de lo que era cuando salíamos a la pista de baile. Esto significa algo. Encontramos algo universal. Enfrascamos ese deseo, después lo lanzamos al aire. El sonido golpea tu cuerpo y te mueves. Estamos en esas partículas que te envían. Estamos en esa música. Baila para nosotros, Tariq. Siéntenos en tu libertad. Fue una ironía exquisita: solo cuando detuvimos el querer matarnos, empezamos a morir. Justo cuando empezábamos a sentir fuerza, nos fue arrebatada. Esto no debería pasarte a ti. Los adultos pueden hablar todo lo que quieran sobre la juventud sintiéndose invisible. Ciertamente, algunos de nosotros tienen esa fanfarronería. Pero estaba también esa oscura voz interior diciéndonos que estábamos condenados. Y después estuvimos condenados. Y después no. Tú nunca deberías sentirte condenado. Son las 8:43 de la misma noche de viernes, y Cooper Rigss está en ningún lugar. Él está en su habitación, solo, y se siente como ningún lugar. Podría estar fuera de su habitación, rodeado de gente, y seguiría sintiéndose como ningún lugar. El mundo, en sus ojos, es plano y aburrido. Toda sensación ha sido filtrada y en su lugar su energía está corriendo a través los ocupados pasadizos de su mente, provocando un enojado y frustrado ruido. Está sentado en su cama, luchando en su interior y últimamente la única cosa en la que él puede pensar es estar navegando en internet, porque la vida que hay allí es tan plana como la vida real, sin las expectativas de la vida real. Solo tiene 17 años, pero en línea puede tener veintidós, quince, veintisiete. Lo que sea que la otra persona quiera que él sea. Tiene perfiles falsos, fotos falsas, estados falsos e historias falsas. Las conversaciones son mayormente falsas también, llenas de coqueteos que nunca cumplirá, pequeñas chispas que nunca se convertirán en fuego. Él no lo admitirá, pero en realidad está buscando la sorpresa de algo genuino. Abre siete sitios de una vez, manteniendo su mente ocupada, engañándose a sí mismo lejos de ningún lugar, incluso si todavía se siente como uno. Él se pierde en la búsqueda en la que nada más parece importar y el tiempo se vuelve insignificante, para ser gastado en cosas insignificantes. * * * Sabemos que algunos de ustedes están todavía asustados. Sabemos que algunos de ustedes están todavía en silencio. Simplemente porque es mejor ahora no significa que siempre será bueno.
  • 7. 7 Soñando y amando y follando. Ninguna de estas son identidades. Tal vez cuando otras personas nos ven, pero no nosotros mismos. Somos mucho más complicados que eso. Desearíamos poder ofrecerles un mito de la creación, una razón exacta por la que son de la forma que son, porque cuando leas estas frases sabrás que se trata de ti. Pero no sabemos cómo empezó. Apenas entendemos el tiempo en que lo supimos. Recogemos las cosas que aprendimos y esto no está cerca de llenar el espacio de una vida. Se perderán el sabor del Froot Loops. Se perderán el sonido del tráfico. Se perderán su espalda contra la de él. Se perderán incluso a él robándose las sabanas. No ignoren estas cosas. No teníamos internet, pero teníamos las noticias. No teníamos las páginas web, pero teníamos sitios donde tejíamos nuestra red. Pueden verlo más en las ciudades. Incluso alguien tan joven como Cooper, tan joven como Tariq, pudo encontrarlo. Malecón y cafeterías. Lugares en el parque y librerías donde Wilde, Whitman y Baldwin reinan como reyes bastardos. Estos eran los puertos seguros, incluso cuando temíamos que siendo tan abiertos significara que nos estábamos abriendo a los ataques. Nuestra felicidad tenía desafíos, y nuestra felicidad tenía miedo. Algunas veces había anonimato, y otras estábamos rodeados de amigos y amigos de amigos. De cualquier modo, estábamos conectados. Por sus deseos. Por su desafío. Por la simple y complicada realidad del hecho de quienes eran. Fuera de las ciudades, la conexión era más difícil de ver, la red más delgada, los lugares más difíciles de encontrar. Pero estábamos ahí. Incluso si pensábamos que éramos los únicos, ahí estábamos. Hay unas pocas cosas que pueden hacernos tan felices como un baile gay. Ahora, 9:03 en esa noche de viernes, estamos en el pueblo con el improbable nombre de Kindling1 , seguramente los pioneros tenían el ardiente deseo de muerte o tal vez era solo un tributo a los palos ardientes que mantenían los colonos vivos. En algún lugar a lo largo del camino, alguien debió de haber aprendido la lección del tercer cerdito, ya que el centro comunitario está enteramente construido con ladrillos. Es un aburrido y tranquilo edificio en un aburrido y tranquilo pueblo, su arquitectura tan bella como la palabra municipal. Es un lugar poco probable para que se conozcan un chico de pelo azul y un chico de pelo rosa. 1 Kindling: astillas, útil para encender fuegos.
  • 8. 8 Kindling no tiene suficientes chicos gay para soportar un baile por sí solo. Entonces esta noche los carros estarán conduciendo a lo largo y ancho. Algunas de las parejas manejarán juntos, riendo o peleando o sentados en sus silencios separados. Algunos de los chicos manejando solos, ellos se han escabullido de la casa o se han encontrado con amigos en el centro comunitario o vieron la lista en la red y se decidieron en el último minuto. Hay chicos en esmoquin, chicos adornados con flores, chicos en sudaderas rasgadas, con lazos tan delgados como sus jeans, irónicos vestidos de tafetán, no-irónicos trajes de tafetán, con playeras de cuello V, chicos que se sienten incómodos con zapatos de vestir. Y chicas… chicas vistiendo todas estas cosas, manejando al mismo lugar. Si fuimos a nuestros bailes, fuimos con chicas. Algunos de nosotros tuvimos un buen tiempo; algunos de nosotros vemos hacia atrás y nos preguntamos cómo habíamos conseguido ser tan inconscientes de lo que somos en realidad. Algunos de nosotros nos las arreglamos para ir juntos, con nuestra mejor amiga cubriéndonos como nuestra cita. Fuimos invitados a ese ritual, pero solo manteniendo la línea de la historia ante nuestros supervisores. Era más probable que Neil Armstrong nos invitara a un baile en la luna que para nosotros ir a un baile como el que se mantiene en Kindling esta noche. Cuando estábamos en la secundaria, el cabello existía en el espectro soso de negro, café, pelirrojo, rubio, gris, blanco. Pero esta noche en Kindling tenemos a Ryan caminando dentro del centro comunitario con su cabello teñido de un azul como un huevo de petirrojo. Diez minutos después, Avery entra con su cabello del color de un Cadillac de Mary Kay. El cabello de Ryan es levantado como la superficie de un océano rocoso, mientras que el de Avery cae generosamente sobre sus ojos. Ryan es de Kindling y Avery de Marigold, un pueblo a cuarenta millas. Podemos decir inmediatamente que ellos nunca se han conocido y que ellos lo van a hacer. No somos unánimes acerca del cabello. Algunos de nosotros pensamos que es ridículo tener cabello azul o rosa. Otros de nosotros deseamos que pudiéramos volver atrás y hacer que nuestro cabello imite la gelatina que nuestras madres nos servirían en la tarde. Raramente somos unánimes sobre cualquier cosa. Algunos amamos. Algunos no pudimos. Algunos fuimos amados. Algunos no lo fuimos. Algunos nunca entendimos de qué se trataba el alboroto. Algunos lo queríamos tan mal que hemos muerto intentándolo. Algunos juramos que morimos de un corazón roto, no de SIDA. Ryan entra al baile y entonces Avery entra diez minutos después. Sabemos qué es lo que va a pasar. Hemos sido testigos de esta escena muchas veces antes. Solo no sabemos si va a funcionar o si va a durar. Pensamos en los chicos que besamos, los chicos que follamos, los chicos que amamos, los chicos que no nos amaron de vuelta, los chicos que estuvieron con nosotros al final, los chicos que estuvieron con nosotros más allá del final, el amor es tan doloroso, ¿cómo puedes incluso deseárselo a alguien? Y el amor es tan esencial, ¿cómo puedes incluso mantenerte en su camino?
  • 9. 9 Ryan y Avery no nos ven. Ellos no nos conocen o necesitan o sienten en la habitación. Incluso no se ven entre ellos hasta cerca de veinte minutos después. Ryan ve a Avery sobre la cabeza de un chico de trece años con (es verdad, muy gay) tirantes de arcoíris. El nota el cabello de Avery primero, después a Avery. Y Avery levanta la vista justo en el momento y ve al chico cabello azul mirando hacia él. Algunos de nosotros aplaudimos. Otros se voltean porque duele mucho. Siempre subestimamos nuestra propia participación en la magia. Esos es, pensamos en la magia como algo que existe con o sin nosotros. Pero eso no es cierto. Las cosas no son mágicas porque han sido conjuradas para nosotros por alguna fuerza externa. Son mágicas porque las creamos y entonces las juzgamos. Ryan y Avery dirán que el primer momento en el que hablaron, el primer momento en que bailaron, fue mágico. Pero ellos fueron, ningún otro, nadie más, quienes le dieron la magia. Lo sabemos. Estuvimos ahí. Ryan se abrió él mismo a esto. Avery se abrió él mismo a esto. Y el acto de abrirse fue todo lo que ellos necesitaron. Esa es la magia. Enfocado. El chico de cabello azul conduce. Sonríe mientras toma la mano del chico de cabello rosa. Él siente lo que sabemos: lo sobrenatural es natural y la admiración puede venir del movimiento más mundano, como un latido o una mirada. El chico de cabello rosa está asustado, increíblemente asustado, solamente la cosa que más deseas te puede asustar de esa manera. Escucha sus latidos. Escucha con atención. Ahora retrocede. Ve a los otros chicos en la pista de baile. Los confortables inadaptados, los rebeldes rotos, los cobardes y los valientes. Bailando o no bailando. Hablando o no hablando. Pero todos en la misma habitación, todo en el mismo lugar, reunirse de una forma que no se les permitió antes. Retrocede aún más. Estamos de pie en el alero. Di hola si nos ves. El silencio equivale a la muerte, diríamos. Y debajo de eso estaría la suposición, el miedo, de que la muerte sea igual al silencio. A veces se vislumbra el horror. Cuando alguien cercano se enferma. Cuando alguien cercano es enviado a la guerra. Cuando alguien cercano toma su vida. Todos los días es un nuevo funeral. Esta fue una gran parte de nuestra existencia. Imagina estando en la escuela en la que un estudiante muere por día. Algunos de ellos tus amigos. Algunos solo chicos que estaban en tu clase. Sigues apareciendo porque sabes que tienes que hacerlo. Te conviertes en portador de recuerdos y portador de dolor, hasta que llega el turno de que seas tú el que se va, por el que se está de luto. No tienes idea de lo rápido que las cosas pueden cambiar. No tienes idea de cómo de repente pasan los años y la vida puede terminar.
  • 10. 10 La ignorancia no es felicidad. La felicidad es saber el significado completo de lo que se te ha dado. Son las 10:45. Craig Cole y Harry Ramirez están planeando su gran beso. Ha habido meses de preparación que llevan a este beso y ahora aquí están, la noche anterior. La mayoría de los besos solo requiere dos personas, pero este termina necesitando al menos una docena. Ninguna de esas otras personas está en la habitación justo ahora. Solo Craig y Harry. —¿Realmente vamos a hacer esto? —pregunta Craig. —Sin duda alguna —responde Harry. Saben que necesitan su sueño. Saben que el de mañana es un gran día. Saben que no hay respaldo, ni garantía de que lo lograran. Ellos deben ir a dormir, pero una buena compañía es el enemigo del sueño. Recordamos esta sensación extremadamente, el deseo de pasar las horas con otra persona, hablando o sosteniendo o incluso solo viendo películas. En esos momentos, el reloj parece arbitrario, desde que tú estás configurando tu comprensión del tiempo a otra, una medida más personal. Ellos están en la casa de Harry. Sus padres están fuera por la noche, el perro está ya dormido. Porque la casa se siente como suya, el mundo se siente como suyo. ¿Por qué quieres cerrar los ojos a eso? Están en la casa de Harry porque los padres de Craig no pueden saber acerca del beso. En cierto momento lo van a saber. Pero no ahora. No antes de que pase. Finalmente Harry dejará a Craig acurrucado en el sofá. Arropará a Craig, entonces de puntitas irá de nuevo a su propio cuarto. Ellos estarán en lugares separados, pero van a tener sueños muy similares. Echamos de menos la sensación de ser arropados, al igual que echamos de menos la sensación de ser ese ángel que lo vela, tirando la cobija sobre sus hombros, deseándole una dulce noche. Esas son las camas que queremos recordar. Estamos emocionados por el beso de mañana. No vemos como lo pueden lograr, pero esperamos que lo hagan. Avery de cabello rosado nació niño, pero el resto del mundo lo vio como niña. Podemos entender cómo se siente, ser visto como algo que no eres. Pero para nosotros fue más fácil de esconder. Para Avery, hay una cadena biológica más gruesa por romper. A una edad joven, sus padres se dieron cuenta de que estaba mal. Su mamá pensó que tal vez ella siempre lo supo, el porqué fue que escogió el nombre de Avery, el nombre de su
  • 11. 11 padre, el cual iba a ser dado al bebé sin importar si era niño o niña. Con la ayuda y bendición de sus padres, aunque no siempre con su comprensión, Avery empezó una nueva vida, condujo muchos kilómetros, no para bailar o beber, sino para obtener las hormonas que fijarían su cuerpo en la dirección correcta. Y ha funcionado. Nos fijamos en Avery ahora y sabemos que ha funcionado y apreciamos la maravilla de ella. En nuestros días habría sido atrapado por un cuerpo insuperable en un mundo intratable. Mientras estaban bailando, Avery se pregunta si Ryan se ha dado cuenta y se preocupa de que a él le importe. El chico de pelo azul lo observa, está seguro. ¿Pero él ve todo o solo lo que quiere ver? Esta es siempre una de las grandes preguntas sobre el amor. Ryan está más preocupado por el tiempo y qué hacer con este. Él no puede creer que haya encontrado a alguien aquí en las entrañas del centro comunitario de Kindling. El mismo lugar donde aprendió a nadar. El mismo lugar donde entró a la liga de recreación de básquetbol cuando tenía nueve. El mismo lugar donde organizó ventas de pasteles y campañas de donación de sangre y el mismo lugar en el que votara, cuando sea lo suficiente mayor para hacerlo. Sí, también es el mismo lugar en el que se escabulló para fumar su primer cigarro y, un par de años después, su primer porro. Pero nunca ha sido un lugar donde se hubiera imaginado encontrar a un chico de pelo rosa con quien bailar. Él puede sentir a sus amigos mirando desde el margen, susurrando sobre lo que pasará después. Esto solo aumenta su necesidad de saber. El tiempo está corriendo, ¿pero hacia dónde? ¿Debería parar y hablarle más a su chico, antes de que el DJ ponga la última canción y enciendan las luces? ¿O deberían quedarse así, emparejados por la música, envueltos en una canción? Háblale, queremos decirle. Porque sí, el tiempo puede ser impulsado por el silencio, pero necesita ser anclado por palabras. Sabemos cuál es su mejor oportunidad, y en esta, el DJ no decepciona. Como muchos DJ en algún punto de la noche, pone una canción que significa mucho para él y nadie más está para presenciarlo. En cuestión de segundos, la pista comienza a despejarse. Las conversaciones pasan de un zumbido a un clamor. Una fila se empieza a formar en el baño de hombres. Ambos Avery y Ryan se detienen. Ninguno quiere irse si el otro quiere quedarse. Finalmente, Avery dice: —No puedo ver ninguna manera de bailar esta canción. Y Ryan dice: —¿Quieres ir por un poco de agua? El escape está hecho.
  • 12. 12 El DJ abre sus ojos y ve lo que hizo. Lógicamente, él debería cambiar la canción. Pero es una dedicación de larga distancia al chico que ama en Texas. Llama al chico ahora mismo y sostiene su teléfono en el aire. No todas las canciones necesitan ser para bailar. Siempre estará la siguiente canción, para atraer a los bailarines de vuelta. Esto es lo que pasa cuando te pones muy enfermo: bailar deja de ser una realidad y se convierte en una metáfora. La mayoría de las veces, es una desagradable. Estoy bailando tan rápido como puedo. Como si la enfermedad fuese la violinista que sigue tocando más rápido y perder un paso es morir. Tratas, tratas y tratas, hasta que finalmente la violinista te gana por cansancio. No es el tipo de baile que quisieras recordar, pero sí una canción lenta como el último baile de Avery y Ryan. Tú querrás recordar bailar como Tariq recuerda bailar, mientras se dirige a su casa por la noche en el club. Solo son las once de la noche, lo cual es apenas temprano cuando estás de fiesta, pero él le prometió a Craig y a Harry que conseguiría dormir un poco, así puede estar con ellos para el gran beso mañana sin cabecear. Fue difícil para él alejarse de la música, del ritmo que creó. Trata de simularlo poniendo música a resonar en sus oídos, ignorando los otros sonidos en el tren nocturno. No es lo mismo, porque no hay chicos para ver o para ser visto, solo personas viajando del trabajo a casa y algunas chicas que acaban de ver algún show de Broadway. Antes, una de ellas trató de llamar la atención de Tariq y él solo le dio una sonrisa de buen intento, lo siento, mandándola de vuelta a su Playbill. Si cierras los ojos, puedes conjurar un mundo. Tariq cierra sus ojos y mira mariposas. La intensidad de ellas, dando vueltas en el aire para la música en su mente. Eso es lo que él quiere ser, en la pista de baile y en la vida. Una mariposa, colorida y que vuela. Hay algo sobre la pureza de los sueños de mariposa, sobre todas las cosas que el baile puede abrir cuando eres joven. Cuando funciona, esa libertad no se detiene cuando ponen la última canción. La tomas contigo. La usas para cosas más grandes. Te das cuenta cuando te la quitan. Ryan y Avery pueden sentir sus palabras trabajando con cada uno, pueden sentir la simple alegría de caer en el mismo ritmo, teniendo pensamientos amigables. La amiga de Ryan, Alicia, le dará un aventón a casa. Ella estaba rondando al margen, lanzándole una mirada de vez en cuando. Ryan ignora esto porque él y Avery están en su fortaleza de no soledad, hablando sobre lo pequeña que es su ciudad y cuán extraño es estar en un baile gay. Ryan ama la manera en que el cabello de Avery cae, ama la curiosidad tímida en sus ojos. Avery, por su parte, sigue robando miradas a la punta del cuello en V de Ryan, a sus vaqueros, a sus perfectas manos.
  • 13. 13 Recordamos cómo es conocer a alguien nuevo. Recordamos cómo era conceder a alguien la posibilidad. Miras desde tu propio mundo y después das un paso en el de él, no sabiendo realmente lo que vas a encontrar ahí, pero esperando que sea algo bueno. Ambos, Avery y Ryan, están haciendo esto. Tú das un paso dentro de su mundo y ni siquiera te das cuenta que tu soledad está perdida. La dejas atrás y no lo notas porque no tienes el deseo de dar vuelta atrás. Estás pendiente de él. Tal vez por el Dr Pepper dietético que se tomaron más temprano, Peter y Neil están despiertos más tarde de lo que deberían. La cita fue un éxito, a pesar de que han estado juntos lo suficiente y no piensan en eso como una cita, solo una noche juntos. Vieron dos películas en una secuencia rápida: de horror primero (para Neil) y luego una comedia romántica (para Peter), con Neil conteniendo una sonrisa por el miedo de Peter durante la de horror y sus lágrimas cuando la comedia romántica se resolvió un una manera románticamente predecible. Peter es consciente de estas cosas y Neil es consciente de esa conciencia... aun si él nunca puede contener su diversión. (—¿Estás bien? —preguntó en un momento durante la comedia romántica cuando Peter se veía particularmente tenso, y él no pudo hacer nada más que apretar el brazo de Peter con simpatía fingida cuando Peter dijo: —Solo quiero que Emma Stone esté bien.) Ninguno de sus padres está listo para pijamadas todavía, así que Neil deja la casa de Peter justo antes de la medianoche y ahora están en sus propios cuartos en sus propias casas, hablándose el uno al otro por internet mientras se preparan para ir a dormir. De vez en cuando uno de los parientes coreanos de Neil aparece en la columna de Skype, y Neil se alivia que ninguno de ellos diga hola. La conexión de Peter está comprometida únicamente con Neil, al menos a esa hora. Peter piensa que no hay nada más adorable en todo el universo que Neil en su pijama. Son pijamas apropiados, de rayas con botones, una camisa que combina con unos pantalones elásticos a la cintura. Son muy grandes y lo hacen parecer como si estuviera esperando a Mary Poppins para palmear su cabeza y decirle que es hora de ir a la cama. Peter está en bóxers y una camisa que dice LEGALMENTE GAY. A pesar de que ellos han pasado horas hablando, pasan otra hora más hablando, a veces sentados en sus computadoras viéndose el uno al otro y otras veces dejando que la cámara los mire mientras caminan en sus cuartos, lavando sus dientes, eligiendo su ropa para mañana. Envidiamos tal intimidad. Viene un punto cuando la conversación de Peter y Neil se convierte muy nublada para continuarla. Hasta el Dr Pepper dietético desaparece después de un tiempo. Pero su nubosidad es el blanco, de tipo inflado, la clase de nubes que los niños imaginan que los llevarán a dormir. Peter le desea a Neil dulces sueños y Neil le desea lo mismo. Luego, solo por un momento, se despiden con la mano. Sonríen. Un último vistazo de las pijamas, después buenas noches.
  • 14. 14 Eventualmente, todos nosotros tenemos que ir a dormir. Este es nuestro primer indicio de que el cuerpo siempre gana. No importa lo felices que somos, no importa cuánto queremos que nuestra noche se alargue infinitamente, dormir es inevitable. Deberías ser capaz de evitarlo por un ciclo atolondrado, pero la necesidad del cuerpo siempre regresará. Solíamos pelear contra ello. Si nuestra lealtad estaba en hablar en la oscuridad o bailar con las luces parpadeantes, queríamos que nuestras noches fueran interminables. Entonces la conversación podría continuar, así el baile podría seguir adelante. Nos llenábamos de café, de azúcar, de sustancias fuertes más peligrosas. Pero la somnolencia siempre tiraría de nosotros, eventualmente cambiándola. Pensaríamos alegremente del sueño como el enemigo, la plaga. ¿Por qué vivir en la casa del sueño cuando hay demasiadas cosas que pasan fuera de ella? Y luego la lucha se convierte más desesperada. Cuando sabes que solo te quedan meses, días, ¿quién quiere dormir? Solo cuando el dolor es demasiado. Solo cuando estás desesperado por la negación. De otra manera, dormir es tiempo que has perdido y nunca recuperarás. Pero qué agradable es la negación. A la deriva sobre la tierra de los sueños, podemos ver por qué los insomnes mendigan y los soñadores lideran, podemos ver a Craig acurrucado en el sofá color lima de Harry, sobre una manta afgana que la abuela de Craig tejió. Vemos a Harry en su cuarto, sus brazos redondeados y sus manos atrás de su cabeza, su cuerpo como una “q” minúscula. En una esquina de la misma ciudad, Tariq se ha dormido con los auriculares prendidos, música islandesa serpenteando a través de sus viajes nocturnos. En otra ciudad, Neil en sus pijamas sueña que Peter y él están jugando al ta—te—ti, mientras que Peter en su camisa y bóxers sueña que los pingüinos emperadores tomaron el centro comercial local y están tratando de venderle lentes de sol a Emma Stone. De vuelta a una ciudad llamada Marigold, Avery se queda dormido con un número de teléfono escrito en su mano, mientras que en una ciudad llamada Kindling, Ryan tomó una bolsa de dormir y se durmió bajo las estrellas, sonriendo al pensamiento de un chico con cabello rosa y sobre lo que podrían hacer mañana. Solo Cooper sigue despierto, pero eso no tardará mucho. Él se clasifica en otras zonas horarias, habla con hombres que apenas están despertando, hombres que están tomando un momento furtivo del trabajo. Él los engaña, pero no puede engañarse a sí mismo. No está en ningún parte y no importa cuán duro se vea, no hay lugar para ser encontrado, especialmente dentro de él. Cree que el mundo está lleno de gente estúpida y desesperada, solo se puede sentir estúpido y desesperado para pasar tanto tiempo con ellos. Esto nos preocupa. Le decimos que vaya a dormir. Todo es mejor después de dormir. Pero no nos puede oír. Él sigue y sigue. Sus párpados se empiezan a cerrar más y más. Ve a dormir, Cooper, susurramos. Ve a tu cama.
  • 15. 15 Se queda dormido en su computadora. Hombres de otros horarios le preguntan si sigue ahí, si ya se fue. Después se mueven a nuevas ventanas, dejando la de Cooper vacía. Él no puede darse cuenta cuando todos han dejado el cuarto. Esto es una imagen incompleta. Hay chicos que mienten despiertos, odiándose a sí mismos. Hay chicos mintiendo por las razones correctas y chicos mintiendo por las incorrectas. Hay chicos durmiendo en bancos y bajo puentes, y chicos desafortunados con más suerte durmiendo en refugios, que se sienten seguros pero no como en casa. Hay chicos embelesados por el amor que no puede hacer que sus corazones frenen para descansar un poco y otros chicos tan dañados por el amor que no pueden dejar de regresar a su dolor. Hay chicos que intentan atrapar secretos en la noche de la misma manera en que intentan atrapar la negación en el día. Hay chicos quienes no piensan sobre ellos mismos en lo más mínimo cuando duermen. Hay chicos que estarán despiertos en la noche. Hay chicos que se quedan dormidos con sus teléfonos en sus orejas. Y hombres. Hay hombres que hacen todas estas cosas. Y hay algunos hombres, menos y menos, que se duermen pensando en nosotros. En sus sueños, ellos siguen a su lado. En sus pesadillas aún estamos muriendo. En lo borroso de la noche, ellos llegan a nosotros. Dicen nuestros nombres en sus sueños. Para nosotros, esta es la cosa más significativa, el sonido más desgarrador que hemos tenido el privilegio y la mala suerte de conocer. Susurramos sus nombres de vuelta. En sus sueños, quizás ellos oyen. Deseamos poder enseñarte el mundo mientras duerme. Después nunca tendrás ni una duda sobre cuán similar, confiados, sorprendentes y vulnerables somos. Ya no dormimos y, por ende, no soñamos. En cambio observamos. No nos queremos perder nada. Te has convertido en nuestro sueño. A mitad de la noche, la madre de Harry abre su puerta, revisa que él este a salvo y durmiendo. Luego se dirige a la sala y hace lo mismo con Craig, sonriendo al verlo envuelto con la manta afgana. Sabe que tendrán un gran día mañana y está preocupada por ellos. Pero solo mostrará su preocupación mientras ellos duermen. Sobre todo se siente orgullosa. Está permitido que el orgullo tenga una parte de preocupación, especialmente cuando eres madre. La madre de Harry lo arropa por segunda vez. Lo besa levemente en la frente, después se va de puntillas del cuarto.
  • 16. 16 Extrañamos a nuestras madres. Las entendemos mucho más ahora. Y aquellos de nosotros que teníamos niños, los extrañamos. Los vemos crecer, con tristeza, asombro y miedo. Nos hemos alejado, pero no completamente. Ellos saben esto. Lo sienten. Ya no estamos aquí, pero no nos hemos ido. Y así estaremos el resto de sus vidas. Observamos y nos sorprenden. Observamos y nos sobrepasan. La música en los oídos de Tariq desaparece, la batería disminuye. Él no lo nota. Es uno de los grandes dones de su cuerpo, la habilidad de prolongar la música después de que desaparece en el aire. Dormido en su patio trasero, Ryan no nota el halo de rocío que se junta alrededor de él mientras la noche se calienta hacia la mañana. Sus ojos se han abierto por un brillo en el césped. * * * El mundo de la vigilia. Incluso los más cínicos entre nosotros debemos saludarlo con un toque de esperanza. Tal vez es una reacción química, nuestros pensamientos en comunión con la salida del sol y la creación de esa breve e intensa fe en novedad. Caemos tranquilos mientras observamos el sol alcanzar el horizonte. No importa dónde estemos, no importa a quién estamos viendo, nos detenemos. A veces miramos a la distancia para ver el amanecer del día. Y otras veces somos testigos de cómo eso se refleja en la gente a la que hemos llegado a importarle, ver como la luz se propaga a través de sus sueños. ¿Cómo no puedes esperar que el mundo, por un instante, brille en oro? Nosotros, que ya no podemos sentir, todavía lo sentimos, el recuerdo es muy fuerte. Despertar es difícil, y despertar es glorioso. Te vemos revolver, luego como te tropiezas fuera de tu cama. Sabemos que la gratitud es la última cosa en tu mente. Pero tú debes estar agradecido. Has llegado a otro día. Harry se despierta emocionado. Hoy es el día. Después de toda la planificación y la práctica. Este sábado en particular ya no es una casilla más en el calendario. Ya no se
  • 17. 17 trata de una fecha que se habla en tiempo futuro. Es un día, llegando como cualquier otro, pero no se siente como cualquier día que llegó antes. Él va directamente desde su cama a la cocina, adormilado, con el cabello despeinado y la ropa de dormir, y se encuentra a sus padres allí, preparándose en su camino para su día. Su padre está haciendo el desayuno y su madre está en la mesa de la cocina, leyendo el crucigrama en voz alta para que puedan resolverlo juntos. —Estábamos a punto de despertarte —dice su madre. Harry sigue caminando al estudio. Craig está sentado muy erguido en el sofá, mirando como si la mañana fuera un problema matemático que tiene que resolverse antes de que salga de la cama. —Papá está haciendo tostadas francesas —dice Harry, sabe que la adición de alimentos a la ecuación ayudará que se resuelvan más rápido. Craig responde con algo que suena como: —Muh. Harry le da una palmadita en el pie y se dirige de nuevo a la cocina. La alarma de Tariq suena, pero él no se siente alarmado. Con sus auriculares todavía opacando el ruido exterior suena como si hubiera música que sale de la habitación de al lado, y se lo toma, poco a poco, como una invitación. Tan pronto como Neil está saliendo de la ducha, le escribe un mensaje de texto a Peter. ¿Estás despierto?, pregunta. Y la respuesta llega al instante: Para cualquier cosa. Sonreímos ante esto, pero luego miramos a la casa de Cooper y nos detenemos. Él todavía está dormido en su escritorio, su rostro apenas mira el teclado, manteniendo el computador prendido toda la noche. Su padre está entrando en la habitación y no se ve feliz. Todas las ventanas de conversación de Cooper están todavía en la pantalla. Nos estremecemos en reconocimiento a lo que está a punto de suceder. Lo vemos en el rostro de su padre. ¿Quién de nosotros no ha hecho lo que acaba de hacer Cooper? Ese error. Ese estúpido desliz. La revista está desparramada en el suelo. Las notas de amor escondidas bajo el colchón, el lugar más obvio. El anuncio de ropa interior rasgado
  • 18. 18 y plegado en el diccionario, destinado a caerse cuando el diccionario sea abierto. Los garabatos que deberían haberse quemado. La escritura del nombre de otro niño, una y otra y otra vez. La ropa metida en el fondo de nuestro armario. El libro de James Baldwin ubicado en nuestra repisa, llevando la cubierta de otro libro. Walt Whitman debajo de nuestra almohada. Una instantánea del chico que nos encanta, con una sonrisa, la conspiración de nosotros en sus ojos. Una instantánea del chico que nos gusta y que no tiene idea de que lo amamos, capturado inconscientemente sin saber que la cámara estaba allí. Una instantánea que mantuvimos en nuestro primer cajón de escritorio, doblada en nuestra billetera en un bolsillo junto a nuestro corazón. Tendríamos que haber recordado sacarla antes de tirarla en el cesto de ropa sucia. Deberíamos haber sabido lo que iba a pasar cuando nuestra madre abrió el cajón, en busca de un lápiz. No es más que un amigo, nos defendemos. Pero si no era más que un amigo, ¿por qué estaba oculto, por qué estábamos tan molestos porque lo hubiesen descubierto? Queremos despertar a Cooper. Queremos abrir la puerta más fuerte. Queremos que los pasos de su padre suenen como un trueno, pero en cambio suenan como un rayo. Su padre sabe cómo hacer esto, su ira construyéndose tranquilamente rápido. Se inclina sobre su hijo y lee los restos de las conversaciones de la noche anterior. Algunos son meramente conversacional, una jerga aburrida. ¿Qué pasa? No mucho. ¿Tú? No mucho. Pero otros son francos, sexuales, explícitos. Aquí está lo me gustaría hacerte. ¿Esa es la manera en que tú lo quisieras? Miramos de cerca, con la esperanza de que la preocupación se extienda por el rostro del padre. La preocupación está bien y es comprensible. Pero nosotros, que hemos mirado siempre en busca de signos de preocupación en otros, solo vemos disgusto. Repulsión. —Despiértate —dice su padre. Ira. Rabia. Cuando Cooper no se mueve, lo llama otra vez y patea la silla. Eso lo hace. Cooper se despierta sobresaltado, su rostro presionando en el teclado, creando una palabra incomprensible. Sus lentes de contacto se sienten como hojuelas secas en sus ojos. Su aliento sabe a los gusanos de la mañana. Su padre golpea su silla otra vez. —¿Es esto lo que haces? —Es la acusación enojada—. Cuando estamos dormidos. ¿Es esto lo que haces? Cooper no lo entiende al principio. Luego levanta la cabeza, se traga el magro escupitajo en la boca, ve la pantalla. Rápidamente, cierra el portátil. Pero es demasiado tarde. —¿Es esto lo que haces en mi casa? ¿Es esto lo que nos haces a tu madre y a mí?
  • 19. 19 Desde una fría distancia, nosotros sabemos que la confusión está en el corazón de este disgusto. Y en ese corazón está bombeando un flujo constante de odio e ignorancia. Sabemos que Cooper no tiene oportunidad. Su padre lo agarra por la camiseta y lo levanta, así él le puede gritar cara a cara. —¿Qué eres? ¿Cómo pudiste hacer esto? Cooper no sabe. No sabe qué decir. No sabe qué hacer. Incluso no tiene respuestas. El rostro del padre se está volviendo rojo ahora. —¿Solo vas y coges con hombres? ¿Eso es todo? Mientras estamos dormidos, ¿tú sales y los follas? —No —dice Cooper finalmente—. ¡No! —Entonces, ¿qué es esto? —Hace un gesto de disgusto al portátil cerrado—. ¿Qué clase de puta eres? Coger. Puta. Estas no son palabras que cualquier hijo debería conocer de su padre. Pero la furia del padre tiene su propio lenguaje. No tiene que hablar como un padre. —Para —susurra Cooper, lágrimas cayendo de sus ojos—. Solo para. Pero no para. El padre de Cooper lo empuja contra la pared. Impacta. El muro se sacude y las cosas caen. Cooper ya no está en ninguna parte. Él está en algún lugar ahora. Y es un horror. Es todo lo que nunca había querido que sucediera, y está sucediendo. Su madre viene corriendo a la habitación. Por un momento estamos agradecidos. Por un momento pensamos que parará. Pero al padre no le importa. Él sigue gritando. Maricón. Desgraciado. Puta. Enfermo. —¿Qué pasa? —grita la madre—. ¿Qué pasa? Cooper no puede parar de llorar, lo que pone a su padre aún más furioso. Y ahora él le explica a la madre: —Él se vende a sí mismo a los hombres a través de internet. —No —dice Cooper—. No es así en absoluto. —Ábrelo —ordena su padre a su madre—. Lee. Cooper realmente arremete, trata de apartar el portátil. Pero su padre lo golpea de nuevo, lo empuja hacia abajo mientras su madre abre la computadora. La pantalla se ilumina. Ella comienza a leer. —Solo son charlas —trata de explicar Cooper—. Nunca pasa nada.
  • 20. 20 Pero la expresión en su cara mientras ella lee... algunos de nosotros tenemos que darle la espalda. Conocemos esa expresión. Algo dentro de ella se está rompiendo. Y en esa ruptura, ella va a renunciar a nosotros. No hay nada más doloroso que ver a alguien renunciar a ti. Sobre todo si es tu madre. Algunas madres se recuperan de este momento. Algunas nunca lo hacen. Y en el momento, el problema es: no se puede saber en qué dirección irá. —Ya ves —dice el padre. Un fusible en Cooper finalmente llega a las centrales explosivos y detona. Él tiene que parar esto. Tiene que hacer algo. No pretende que sea luchando, aunque más tarde se verá como un contraataque. Lo único que quiere es que su madre deje de leer. Así que salta hacia el portátil y lo arranca de sus manos. En sorpresa, ella retrocede, y su padre no estaba demasiado preparado para atraparlo. Pero a pesar de que Cooper se lo quitó de sus manos, no se quedará en las suyas. Él busca a tientas, y el portátil se estrella contra el piso, haciendo un ruido terrible. Él se agacha y lo recoge, pero ahora su padre está sobre él, tirando de su espalda, haciéndolo girar. Cooper sabe el golpe que viene y él levanta el portátil para bloquearlo. El puño de su padre es demasiado rápido y choca contra su mejilla antes de que pueda levantar el portátil. —¡No! —grita su madre. Ella se pone en medio de ellos. Cooper no vacila. Sus llaves y el teléfono están en el bolsillo. Él corre y sale de la habitación, mientras su padre se enfurece detrás de él, rabia hacia él y su madre. Corre por la puerta principal, hacia su coche. Él ve a sus padres que vienen detrás de él, oye a su padre gritar, pero no entiende las palabras. Cuando enciende el coche, la música explota. Él no comprueba para ver si algún carro viene mientras sale de la calzada, aunque sabe que esto solo molestará más a su padre. Solo le toma diez segundos dejar a sus padres. Además de los extraños, ellos son las únicas personas en el mundo que saben que es gay. Pasas tanto tiempo, tanto esfuerzo, tratando de mantener la compostura. Y luego todo se viene abajo de todos modos. En el tiempo que toma para que todo esto suceda, Tariq se ducha. Craig (admitiendo que come lento) se come un pedazo de pan tostado francés. Peter carga un juego de video y comienza a jugar. Avery se despierta para encontrar un número de teléfono aún escrito en su mano y se pregunta qué hacer a continuación. No tiene que preocuparse, sin embargo. Ryan ya está listo. Él tiene el número de Avery en su teléfono y, tan pronto
  • 21. 21 como el reloj marque las diez, va a llamar. Siente que es de mala educación llamar a alguien antes de las diez. Así que él espera. Impacientemente. Es curioso las cosas que echas de menos. Como los cables telefónicos. Al leer esto hoy puede que ni siquiera sepas lo que es un cable de teléfono. O es una reliquia que se ve en una oficina o en el teléfono antiguo en la esquina de la sala de clase, que se utiliza para llamar a la secretaria del director. Pero hubo un tiempo, eso sería nuestro tiempo, en que un cable telefónico parecía nada menos que un salvavidas. Era tu apego al mundo exterior y, aún más que eso, tu apego a la gente que amabas o querías amar o intentabas amar. Todo sobre eso fue ajustado, la forma en que se enroscaba, la manera que se ponían tan fácilmente enredados, la forma en que podías tirar de él hasta que te hacía volver. Retorcidos, anudados y esenciales. Nos mantuvo atados el uno al otro, sujetos a todas las preguntas y algunas de las respuestas, atados a la idea de que podríamos estar en un lugar aparte de nuestras habitaciones, nuestros hogares, nuestras ciudades. No podíamos escapar, pero nuestras voces podían viajar. Cuando el teléfono no sonaba, se burlaba de nosotros. Cuando el teléfono sonaba, nos aferrábamos agradecidos. A las diez de la mañana suena el teléfono de Avery. Avery no reconoce el número, luego comprueba su mano. —¿Hola? —dice. —Hola —dice Ryan, tan feliz de ser escuchado como Avery está feliz de escucharlo. Empiezan a hacer planes y un plan. Los planes son las cosas que tienes que hacer en un tiempo preciso, mientras que un plan es la idea más general de todas las cosas que deberían hacer juntos. Los planes son coordenadas; un plan es el mapa completo. Los planes son las cosas que podemos discutir en la primera llamada nerviosa de teléfono. Un plan son las cosas que hacemos sin decir, pero ponemos la esperanza en la voz en todo caso. Mientras Avery y Ryan averiguan qué harán hoy, la palabra juntos se convierte en el plan subyacente a los planes. Avery sabe que sus padres le darán las llaves del coche otra vez. Así que se ofrece voluntario para volver a Kindling, para ver lo que tiene para ofrecer. Ryan le dice que no es mucho, pero Avery tiene experiencia suficiente en sus coqueteos para decir que el tiempo que Ryan está ahí será suficiente.
  • 22. 22 Cuando Avery cuelga el teléfono, sonríe. Cuando Ryan cuelga el teléfono, entra en pánico. Objetos flotantes siguen ejerciendo presión. Ryan quiere limpiar su cuarto, limpiar su cabello, limpiar su vida, limpiar su ciudad; todo a la vez. Avery, por su parte, sonríe en su camino a la ducha. Hay otras cosas de que preocuparse también, por supuesto. Pero esas bestias son lo suficientemente educadas para esperar en la puerta hasta que él termine sus preparativos. No hay nada tan reconfortante como una oportunidad. Nunca olvidarás lo que se siente esa esperanza. Sí, nosotros podemos hablarte por días sobre todas las malas primeras citas. Esas historias. Historias divertidas. Historias raras. Historias que adoramos compartir, porque al compartirlos, obtenemos algo de la hora o dos que desperdiciamos en la persona equivocada. Pero eso es todo lo que las malas primeras citas son: historias cortas. Las buenas primeras citas son más que cuentos. Son los primeros capítulos. En una buena primera cita, todo es primavera. Y cuando una buena primera cita se convierte en una buena relación, la primavera se retrasa. Incluso después de que terminó, puede haber primavera. * * * Una gran cantidad de pensamientos han entrado en el lugar del beso de Craig y Harry. Si la comodidad había sido el factor decisivo, la opción obvia habría sido hacerlo en la casa de Harry o en su patio trasero. Los Ramirez habrían estado más que bien con esto y hubieran hecho todos los arreglos que necesitaban ser hechos. Pero Craig y Harry no querían esconderlo. El significado de este beso vendría de compartirlo con otras personas. Fue Craig quien sugirió el césped en frente de su escuela secundaria. Era público, pero también familiar. La escuela usualmente abre los fines de semana por una razón u otra. Un partido de fútbol, ensayos de obras, un torneo de debate. Pero en el césped, no estarían en el camino de nadie. Había un montón de acceso a agua y electricidad. Y sus amigos sabrían dónde encontrarlos. Debatieron sobre si debían pedir permiso. Los padres de Harry insistieron en ello. Harry y Craig hicieron una cita con la directora y le explicaron su beso a ella. Ella era simpática. Casi sorprendentemente. Les dio permiso, pero les advirtió que aún había riesgos. Ellos aceptaron eso. Ahora aquí están, entrando en el vacío estacionamiento de la escuela. El fútbol no sucederá hasta mañana y el ensayo no empieza hasta las dos. El edificio se ha ganado su
  • 23. 23 indiferencia esta mañana de sábado. Se han visto muchas cosas peores que dos chicos besándose. Smita, la mejor amiga de Craig, ya está ahí esperando. Ella piensa que Harry y Craig están locos por hacer esto y que de los dos Craig es el más loco. Porque, ella piensa con solo una ligera hipérbole, sus padres van a matarlo. Y si sus padres no lo hacen, tal vez besar a Harry lo haga. Porque cuando todo se reduce a eso, la ruptura fue mucho más fácil para Harry de lo que fue para Craig. A los ojos de Smita, Harry la tuvo fácil. Llegó a sentir que era mutuo. Y entonces él consiguió seguir adelante con su vida, mientras que Craig pasó el año siguiente todavía enamorado de él. Bueno, quizás no todo un año. Smita no es muy buena con relación a las matemática. (¿Quién lo es?) El punto es que fue lo suficientemente largo. Demasiado tiempo. Y a pesar de que Craig le dice arriba y abajo y de nuevo que él ha superado totalmente a Harry, que solo son amigos ahora, y a pesar de que ella ha aprendido a no contradecirlo en voz alta, solo para sentar las bases para que él pueda venir a ella más tarde cuando se dé cuenta que está equivocado, Smita sigue pensando que todo este plan es estupendamente sordo cuando se trata de lo que realmente está dentro del corazón de Craig. La hemos oído confesar esto a su hermana y su hermana ha sido comprensiva. Smita entiende que hay problemas más grandes aquí, al menos en lo que respecta a la declaración que Harry y Craig están haciendo. Si le preguntaras bajo qué posibles circunstancias estaría bien para Craig besar a Harry de nuevo, ella supone que esta sería una de las pocas respuestas aceptables. Ella les dijo que pensaba que era una locura cuando por primera vez le hablaron sobre esto (ella piensa que fue la primera persona a la que le dijeron, pero en realidad fue la segunda). Y una vez que le dijeron que estaban totalmente de acuerdo con que esto fuera una locura, ¿qué otra cosa podía decir? Ella siempre estaría del lado de Craig, no importa qué, y si eso significaba ayudarles en la investigación y llenar el papeleo y el plan para esta absurda hazaña de la declaración política y el potencial corazón puesto en peligro, que así fuera. Con la precisión de médico que sin duda será un día, trabajó con ellos para trazar la mejor estrategia posible para obtener la máxima resistencia. Esto significó un sinnúmero de horas de ver los videos de Youtube de personas besándose durante largos períodos de tiempo. Era la tarea más extraña que jamás había hecho. Pero su tarea regular ya se había completado; ¿qué más tenía que hacer? Ahora aquí está ella y aquí están ellos, y ahora se está acercando la hora de inicio. Una vez que ellos empiecen a besarse, tendrán que seguir besándose durante al menos treinta y dos horas, doce minutos y diez segundos. Ese es un segundo más que el récord mundial actual para el beso más largo registrado. La razón por la que están aquí es romper ese récord. Y la razón por la que quieren romper ese récord comenzó con algo que le pasó a Tariq.
  • 24. 24 Vemos cómo se detiene en el estacionamiento. Vemos cómo ve la reunión. Harry y Craig, el Sr. y la Sra. Ramirez. Smita, por supuesto, y Rachel, que vive lo suficientemente cerca de la escuela para ir a pie. Él los ve, pero no sale de su coche, todavía no. Debido a que una de las cualidades más difíciles de la mente es su capacidad de estar en dos lugares al mismo tiempo. Así que Tariq se sienta allí y, al mismo tiempo, su cabeza vuelve de nuevo a la peor noche de su vida. Los hechos, hace tres meses. Emocionalmente, ayer y hoy y hace tres meses y un período de tiempo en el medio. Sangre en su boca. Es como si todavía hubiese sangre en su boca. Los chicos estaban borrachos, había cinco de ellos, y aunque no estaba en esta ciudad, fue en un pueblo muy cerca. Tariq no tenía su licencia aún, no tenía un coche. La película había terminado y estaba esperando a su padre para que lo recogiera. Sus amigos estaban yendo por pizza, pero él tenía que regresar. Su padre estaba retrasado y la calle se convirtió en un desierto una vez que los créditos finales de las conversaciones en las aceras se habían acabado. Había alguien en la cabina de cine, pero eso era todo. Tariq no podía estar quieto, por lo que caminó un poco hacia abajo en la cuadra, miró en los escaparates de las tiendas. Cuando los otros chicos comenzaron a gritar, él ni siquiera sabía que estaban gritándole a él. Ignorándolos solo les hizo prestar más atención. En el momento en que entendió lo que estaba pasando, estaba ocurriendo demasiado rápido. Al principio pensó que era porque él era negro, pero de todas las variaciones de maricón que ellos estaban tirando a su manera, él sabía que no era solo eso. Y algunos de ellos eran negros también. Trató de pasar por delante de ellos, regresar a la sala de cine o incluso a la pizzería donde sus amigos estaban, pero a ellos no les gustaba eso. Lo encajonaron y sintió el botón de pánico siendo presionado. Mientras ellos se burlaban del color de sus pantalones, mientras se burlaban de él un poco más, trató de empujarse a sí mismo hacia fuera. Lanzó todo su cuerpo en eso, pero había demasiados de ellos, y ellos no fueron tomados por sorpresa. Ellos lo empujaron hacia atrás y él trató de empujar de nuevo, esta vez uno de los chicos lo golpeó, un golpe directo al pecho, y como Tariq se inclinó, más chicos se unieron. Porque una vez que uno de los chicos inicia, es un juego. Tariq cayó al suelo, recordó a alguien diciéndole que se acurrucara, para protegerse a sí mismo de esa manera. Se estaban riendo ahora, disfrutándolo, emocionados por ello. Ni siquiera podía gritar para pedir ayuda, porque los únicos sonidos que podía hacer eran los que nunca había oído antes, gemidos, reconocimiento gutural del repentino e intenso dolor, mientras golpeaban y pateaban, riendo sus maricones en él, mientras rompían sus costillas. Al otro lado de la calle, alguien lo vio. La mujer detrás del mostrador del restaurante Tailandés salió corriendo, gritando y agitando una escoba. Los chicos rieron ante esto, rieron ante su escoba y su inglés chapurreado. Pero luego dos de los ayudantes del camarero salieron detrás de ella y la oyeron gritar policía. Tariq no vio nada de esto, ni siquiera los escuchó. Él estaba tratando de mantener su vista al frente, tratando de acurrucarse más en sí mismo y de escupir la sangre fuera de su boca. Hasta lo que el sabía, ellos habían estado allí y luego, con una última patada, se habían ido.
  • 25. 25 Su padre se detuvo un minuto después. Lo encontró. Lo llevaron a la sala de emergencia antes de que la policía llegara. Mientras sangraba sobre el pavimento, piedritas y grava picaban en sus heridas, sentimos como si nosotros mismos nos estuviéramos desangrando también. A medida que sus costillas se rompieron, pudimos sentir nuestras costillas rompiéndose. Y a medida que los pensamientos volvieron a su mente, los recuerdos volvieron a las nuestras. Esa pérdida de deshumanización de la seguridad. Es algo que todos temíamos y muchos de nosotros conocíamos de primera mano. No estamos familiarizados con lo que sucede a continuación con Tariq, la larga curación, la sorprendente preocupación por parte de algunos (incluyendo a sus padres) y la sorprendente falta de preocupación por parte de otros (como algunos, pero no todos, de la policía). Los asaltantes cubrieron muy bien sus rastros, y nunca fueron atrapados. Sabemos quiénes son, por supuesto. Dos de ellos son perseguidos por lo que hicieron. Tres de ellos no lo son. Tariq era perseguido también, aunque prácticamente él era desafiante —Golpearon la mierda fuera de mí —le decía a la gente y poco después—. Pero ¿sabes qué? No necesito esa mierda dentro de mí. Me alegro de que se haya ido. Él no dejará de ir a la ciudad, de bailar. Pero aun así, el temor permanece ahí. Los moretones. Y luego en el fondo de su mente, sigue allí tal como lo hace en el fondo de nuestras mentes, las preguntas más insidiosas de todo. ¿Cómo me localizaron? ¿Cómo lo sabían? ¿Que hice mal? A las personas les gusta decir que ser gay no es como el color de piel, no es algo físico. Ellos nos dicen que siempre tenemos la opción de esconderlo. Pero si eso es cierto, ¿por qué siempre nos encuentran? El odio de Cooper hacia todos los demás (sus padres, la gente en su pueblo, los hombres con los que habla) es superado solo por su odio a sí mismo. No hay nada que añada profundidad a la desesperación como la sensación de merecerla. Cooper conduce alrededor, sin saber qué hacer, sin saber a dónde ir. Apenas nota que se está quedando sin gasolina. Luego, la luz de advertencia aparece y él casi está agradecido por ello, porque ahora por lo menos hay una cosa que hacer. No siempre fue así. Nadie es siempre así. Hubo un tiempo en el que era feliz, un tiempo en que el mundo se comprometió con él. Atrapando orugas y nombrando cada una. Soplando las velas de un pastel que su madre había hecho, con veinte amigos de
  • 26. 26 quinto grado a su alrededor. Un jonrón en un juego decisivo de la Liga Pequeña que le hizo sentir como un campeón por semanas. Un deseo de dibujar, de pintar. Encestando en el almuerzo con los otros chicos. Pero la escuela secundaria confundió las cosas. No quería hacer más deportes. Los amigos se alejaron, si no del pueblo, entonces de su mesa de almuerzo. La falta de brillo comenzó a invadir la parte exterior de su vida, y el ruido empezó a crecer en el interior. Él pasaba cada vez más y más tiempo en la computadora. Esto no era en realidad una elección; simplemente era una cosa que siempre estuvo ahí. Ahora su laptop está muerta en el asiento trasero. Eso en realidad no le molesta. En otro auto, Avery conduce a Kindling. La tierra alrededor de él es plana, el horizonte largo. Él trata de no practicar lo que va a decirle a Ryan, porque él no quiere que suene como una actuación. Todas las citas en las que ha estado antes han sido intentos poco entusiastas con el chico en el pueblo quien lo ha conocido por un largo tiempo. Ninguno de los dos estaba seguro de lo que quería, así que trataron de ponerse el uno al otro en ese vacío. Nunca se celebró y Avery acaba de darse cuenta cinco minutos antes que Jason: —No hay daño, no hay falta —había dicho Jason, y esta frase en sí misma había apuntado a Avery por qué no estaba interesado. Él quería estar con alguien que sabe que un daño es mucho peor que una falta Un chico con el pelo azul tendría que saber esto, piensa Avery. O por lo menos hay una posibilidad de que lo sepa. Avery está a punto de averiguarlo. * * * Después de un año, Peter y Neil sienten que ya han pasado la fase de descubrimiento. Pero estamos seguros que ellos continuamente descubrirán que este no es el caso. Siempre hay algo nuevo que aprender sobre la persona que amas. Neil no está sorprendido cuando llega a la casa de Peter y lo encuentra todavía con bóxers, en el piso de su habitación, navegando en un mundo fantástico en su consola de video juegos. —Lo siento —dice Peter—. Casi logro que la Ciudad de los Magos firme mi tratado. Veinte minutos, lo prometo. Neil tontamente olvidó su tarea, así que fue a la habitación de Peter y en cambio hizo la tarea de él. Serviría si los juegos de Peter tuvieran cantidades masivas de batallas y luchas con espadas. Pero por lo que Neil puede decir, es más sobre hacer y romper
  • 27. 27 alianzas. En otras palabras, políticos con barba y túnicas. No es lo suyo. Balkan Bloodbath 12, el juego que trajo ayer, descansa en el suelo. Peter sabe que a Neil no le importan esos juegos, pero no puede dejar de jugarlos de todas maneras. Porque una vez que este tratado esté firmado, va a tener permitido viajar al mundo de las ninfas de agua por primera vez. Él ni siquiera se da cuenta de lo que Neil está haciendo hasta que termina. Tratado logrado, se encuentra con que Neil está a la mitad de su tarea de inglés. —Yo puedo hacer eso —dice Peter. Sabe que le debería gustar cuando Neil hace tarea por él, pero no le gusta. Sabe que Neil lo hace porque es más fácil para él… y eso es precisamente por lo que no le gusta. —Tienes cosas más importantes que hacer —dice Neil—. Me refiero, ¿qué es John Steinbeck comparado con el destino de la Ciudad de los Magos? —Me gusta Steinbeck. —¿Sabes que sería divertido? —¿Qué? —Si en tu juego estuvieran debajo del agua. Peter sabe que Neil va a alguna parte con esto. Alguna broma. Pero él no puede adivinar qué será. Se da por vencido y pregunta por qué. —Porque entonces los magos podrían ser peces y se llamaría la Ciudad de los Magos con Branquias2 . Peter sonrió. —Caminé derecho a esa, ¿cierto? —Más como que nadaste dentro de ella. A Peter le gustan estas bromas, estas burlas. De verdad, le gustan. Es solo que él no siempre está de humor para ellas. A veces desea salir con alguien un poco más estúpido, o al menos alguien que no piense en cada palabra que dice. Neil no se da cuenta que él ha dado un paso muy inteligente. Él no cambia el tema porque su sentido le dice que algo está (un poco) mal. En cambio, su innato medidor del ritmo de la conversación sabe que es tiempo de seguir adelante. —Panqueques —dice—. Creo que necesitamos panqueques. 2 En inglés: “the Guild of Gilled Wizards”, donde “Guild” y “Gilled” tienen pronunciaciones similares.
  • 28. 28 Ahora, Peter sabe lo que está por venir, y se une. Los dos empiezan a saltar en una pierna para arriba y para abajo, gritando: —¡Yo—brinco! ¡Yo—brinco!3 Los dos somos grandiosos idiotas, piensa Peter. A menudo creemos que la verdadera guía de una relación es la capacidad de dejarnos a nosotros mismos al desnudo. Pero también hay algo que comentar sobre exhibir tu plumaje, de encontrar la verdad tanto en lo tonto que en lo grave. Tu humor es tu brújula y tu escudo. Lo puedes convertir en un arma o puedes agarrar sus hilos para hacer tu propia manta de algodón de azúcar. No puedes existir en una dieta de solo humor, pero tampoco puedes existir en una sin este. Todas las ocurrencias en el mundo no pudieron prevenir a Oscar Wilde de convertirse en un tonto enfermo de amor. Pero se recuperó al final. Más de uno de nosotros ha tomado prestado sus últimas palabras, viendo a la distancia y diciendo, "O bien el tapiz se va o yo lo hago." Incluso hay variaciones: "O bien el alcalde se va o yo lo hago"; o "Madre, o bien esos zapatos se van o yo lo hago"; o "Cariño, o bien el bigote se va o yo lo hago." Tal vez no nuestras últimas palabras exactas y tal vez no las últimas palabras exactas de Oscar Wilde, tampoco. Pero entiendes el punto. Cuando el final se acerque, van a haber importantes cosas que decir, por supuesto. Pero también va a estar esa última risa, y la vas a querer. La risa rara vez dura más que unos pocos segundos, es verdad. Pero que agradables son esos pocos segundos. Antes de que Harry y Craig empiecen su beso, son presentados con algunos regalos de broma. Los padres de Harry les dan a los dos chicos un bote de Binaca4 . Nos reímos cuando está claro que ninguno de los chicos sabe qué es. ¿Cómo se lo vamos a explicar a ellos? Hace mucho tiempo, cuando querías tu aliento empapado con menta, tú pondrías uno de estos tubos delgados metálicos y rociarías un poco en tu boca. Ya sea que estabas escondiendo alcohol o un olor más general, podrías confiar en esto para cubrirlo. No sabía a nada natural y si lo hacías antes de besar a alguien, funcionaba mejor si los dos tomaban una dosis, así podrían sentir el químico juntos. En nuestro arsenal de subterfugio, era una selección en gran parte inofensiva. Nos divertimos por su presencia ahora, en la misma manera que la señora y el señor Ramirez se divierten. Después de 3 “I-hop! I-hop”: cadena norteamericana especializada en panqueques. 4 Binaca: productos de higiene bucal, incluidos espray para el aliento.
  • 29. 29 una explicación, Harry y Craig les agradecen, pero ninguno de ellos ocupa el espray. Ellos están mascando goma de mascar en su lugar. Su amiga Rachel les muestra que ha decorado un bidel con la cara de un infame entrevistador de radio. Ellos no tienen permitido usarla durante el beso, pero tal vez después. Smita saca una bolsa con corazones de San Valentín (no son fáciles de encontrar cuando no es la temporada) y les muestra que ha llenado toda la bolsa con corazones que dicen BÉSAME en ellos. Otro amigo, Mykal, ha venido con otra fiesta y a amarrado un poco de muérdago (también difícil de encontrar cuando no es la temporada) al final de una caña de pescar, así él puede ponerlo por arriba de sus cabezas mientras se besan. Finalmente es el turno de Tariq. Él ha puesto las cámaras, se asegura que todo está posicionado correctamente, por lo que las lámparas que iluminan el patio también iluminaran a Harry y Craig una vez que caiga la noche. Si el beso funciona, nadie va a tomar su palabra por ello. Todo tiene que estar documentado, así que Tariq tiene un ejército de cámaras en orden y una tropa de baterías de refuerzo a la mano. No solamente el beso será grabado, si no que será transmitido en vivo, así que no podrán acusarlos de que el beso fue falso o que algún descanso fue editado. Tres de los profesores del colegio se han ofrecido a tomar turnos como testigos. La Sra. Luna, cabeza del departamento de matemáticas, empieza. Pero primero Tariq tiene sus regalos. El primero requiere que arrastre una bolsa de lona sobre la hierba. —¿Es eso un cuerpo? —pregunta Harry. —¿O tal vez solo una cabeza? —se pregunta Craig. Ellos no están lejos. Con una sonrisa, Tariq levanta un busto de Walt Whitman para presidir el evento. Luego, para celebrar la ocasión, Tariq recita uno de los poemas de Whitman: Nosotros, dos muchachos abrazándonos, Uno al otro nunca dejándonos, Arriba y abajo yendo por los caminos, norte y sur, haciendo excursiones, Gozando con nuestras fuerzas, extendiendo los brazos, cerrando los puños, Armados y temerarios, comiendo, bebiendo, durmiendo, amando, No reconocemos más ley que la nuestra, navegando, soldadeando, robando, amenazando, Alarmando a los avaros, a los mezquinos, a los sacerdotes, respirando el aire, bebiendo agua, bailando sobre la hierba o en la orilla del mar, Convulsionando las ciudades, despreciando las comodidades, burlándonos de los monumentos, castigando la debilidad, Cumpliendo nuestra incursión. Todo el mundo aplaude.
  • 30. 30 Después Tariq abre su segundo regalo; un iPod con exactamente treinta y dos horas, veinte minutos y diez segundos de música, cada canción elegida y secuenciada con el mismo cuidado que un DJ lo haría. Todas las canciones favoritas de Harry y Craig están ahí, así como cientos de otros temas "donados" por amigos. —Solo díganme cuando apretar el encendido —dice Tariq. Ellos están a punto de empezar. * * * En otra ciudad en el mismo estado, Cooper se da cuenta de que el tanque lleno de gasolina solo va a resolver uno de sus problemas, y el menor de ellos. Él se detiene en el estacionamiento de un Walmart. Saca su teléfono y mira los nombres en su lista de contactos. Esos que están familiarizados con él, contactos. Gente con la que él ha tenido contacto. Contacto en clase. Contacto en los pasillos o en el almuerzo. No amigos. No realmente. No si ser amigo de alguien significa no ser falso. Él ha sido falso con todos ellos. ¿Hay algunos que vendrían si él lo pide? Seguro. ¿Hay incluso algunos que escucharían lo sucedido, que se preocuparían por él? Probablemente. Pero cuando trata de recrear esa escena con cualquiera de ellos, falla por completo. Esto no ayuda. Solo agrega transeúntes a lo que es esencialmente su carga y su soledad. Así que cierra los contactos. Abre una aplicación. Él decide hablar con unos desconocidos en su lugar. También hay diez mensajes en su teléfono. Él los ignora. Avery llega a Kindling y sus nervios aumentan. Él recuerda todo sobre Ryan, pero realmente no sabe mucho sobre él. ¿Qué pasa si la noche anterior fue una aberración? ¿Qué si, en la luz del día normal de un día cualquiera, el sentimiento de la coincidencia se disipa? Nosotros llamamos a esto esperanza. El temor de que la noche es realmente un mundo de color rosa y que la mañana será demostrar que las cosas que esperábamos que estuvieran sucediendo no estuvieran sucediendo realmente, que tu corazón siga adelante por sí mismo. Y, seamos honestos, una gran parte del tiempo esto era cierto; la fuerza de la soledad era poderosa, y esto nos cimbró. O la euforia de las horas de helio era lo suficientemente fuerte como para levantar al reino de la improbabilidad. Al día siguiente, la fiebre del azúcar había desaparecido. Al día siguiente, había muy poco que decirnos uno al otro. Pero a veces (a veces) estaba allí. La magia que habíamos creado se había mantenido. Tal vez incluso creció en la luz del día. Porque sí podría ser una parte de nuestro día, eso
  • 31. 31 significaba que podría ser una parte de nuestras vidas. Y si pudieras ser una parte de nuestras vidas, era un valor mágico con muchos riesgos y saltos. Hemos pasado por esto muchas veces, pero Avery nunca se ha sentido así. Él no sabe todavía que la duda persiste en torno a la anticipación como cuando las abejas revolotean alrededor de las flores. El truco es no dejar que la duda te intimide a alejarte. La duda es un riesgo aceptable para la felicidad. Contamos los minutos hasta que Avery se detiene en la calzada de Ryan. Contamos los segundos hasta que Ryan abre la puerta, sale caminando. Porque sabemos que el mejor antídoto para la duda es la presencia. La magia se desvanece de forma natural con la distancia. Pero la proximidad; bueno, cuando funciona, la proximidad amplifica la magia. El chico de cabello azul sonríe mientras se acerca al chico de cabello rosa. El chico de cabello rosa sale de su coche, se encuentra con el chico de cabello azul que lo espera. Dicen sus saludos. Se balancean en un momento incómodo. Luego se tambalean en un abrazo de bienvenida, un abrazo de reunión, un abrazo de esto-significa-algo. La anticipación ya no es necesaria porque el momento es ahora. * * * Harry y Craig toman su última oportunidad para ir al baño por las próximas treinta y dos horas, doce minutos y diez segundos. Las cámaras están listas para empezar. La Sra. Luna sostiene un cronómetro. Otros amigos se han reunido. Los padres de Harry levantan los pulgares a los dos chicos. Es hora Harry se inclina y le susurra a Craig en el oído. —Te quiero. Y Craig se inclina y le susurra a Harry en el oído. —Yo también te quiero. Nadie los oye excepto nosotros. Entonces es aquí. Meses de preparación, semanas de práctica y años de vida les han llevado hasta este momento. Se besan. Harry ha besado a Craig tantas veces, pero esto es diferente a todos los besos que han tenido antes. Al principio estaban los besos de excitantes citas, los besos para remarcar su gusto el uno por el otro, los besos que eran a la vez prueba y motor de su deseo. A continuación los besos más serios, los besos se es-más-serio, seguidos de los besos de un relación, en su variado paquete, a veces intensos, a veces resignados, a veces juguetones, a
  • 32. 32 veces confusos. Besos que llevaron a extenderse y besos que llevaron a decir adiós. Besos para marcar el territorio, besos destinados solamente para la privacidad, besos que duraron horas y besos que se habían ido antes de haber llegado. Besos que decían Yo te conozco. Besos que declaraban Vuelve a mí. Besos que sabían que no funcionaban. O por lo menos, besos de Harry sabían que no estaban funcionando. Los besos de Craig aún creían. Así que tenían que parar. Harry tuvo que decírselo a Craig. Y era malo, pero no tan malo como temía. Habían construido una amistad bastante fuerte para soportar la desaparición de los besos. Era perder el equilibrio en un primer momento, con seguridad sus cuerpos no sabían qué hacer, el magnetismo direccionando el beso seguía ahí, porque incluso cuando la mente se cierra al romance, a veces hace falta un tiempo para que el cuerpo reciba el mensaje. Pero lo hicieron mediante eso, y nunca dejaron de abrazarse, nunca abandonaron el contacto. Entonces Craig tuvo una idea y Harry quería hacerlo. Suficiente tiempo había pasado cuando comenzaron a besarse de nuevo, la electricidad había desaparecido, reemplazada por algo más cercano a la arquitectura. Se besaban con un propósito, pero el propósito no era de ellos; era del beso en sí mismo. Ellos no usaban el beso para mantener vivo su amor, pero estaban usando su amistad para mantener vivo el beso. Primero por minutos. Luego por horas. Lo más difícil de besar durante horas es quedarse despierto. Enfocado. Para conectarse a otra persona, pero para retraerte por completo en ti mismo. Porque cuando besas a alguien, realmente no se pueden ver. Se convierten en un borrón. Debes usar el tacto como piedra angular, el aliento como la conversación. Después de muchos intentos, encontraron su ritmo. Lo hicieron diez horas un domingo. Eso era todo lo que habían logrado. Y ahora allí estaban, intentándolo por más del triple del tiempo. Todo para demostrar un punto. Y tal vez son todas esas horas y tal vez es el punto que está haciendo este beso mucho más intenso de lo que Harry había pensado que sería. Sus labios se ponen en contacto y Harry siente una descarga. No se le ve desde el pasado tanto como en el presente. A pesar de que no es lo que habían planeado, se encuentra pasando su brazo por la cintura de Craig, se encuentra alineando a Craig un poco más cerca, besándolo un poco más que en los besos de ensayo. La pequeña multitud los aclama y Harry puede sentir la sonrisa de Craig bajo su contacto. Puede sentir esa sonrisa en la respiración de Craig, en sus labios, en su cuerpo. Harry quiere sonreír de vuelta, pero es presa de algo más profundo que una sonrisa, algo vasto e inarticulado que llena sus pulmones, llena su cabeza. No tiene idea de lo que le pasa, ni idea de lo que significa todo esto. Creía saber. Lo pensó muchas veces. Pero, ¿para qué sirve la abstracción cuando se trata de un beso? ¿Para qué es la planificación? Harry besa a Craig y siente que hay algo más grande que ellos dos del otro lado del beso. Él no lo ha buscado, no todavía. Pero sabe que está ahí. Y eso es lo que hace la diferencia de cualquier otro beso que hayan compartido antes. Inmediatamente, él lo sabe. Craig todavía está impulsado por el “Te quiero” que Harry le susurró. En eso es lo que está pensando cuando comienza el beso.
  • 33. 33 Tariq se asegura de que todas las cámaras y computadoras están funcionando. Se asegura de que la transmisión en vivo está funcionando. En este momento, Tariq es el único visitante en línea. * * * Nos sentamos. Miramos. Ryan no invita a Avery a entrar a su casa, y Avery no pregunta por qué. —¿Hacia dónde vamos? —pregunta Avery una vez que ambos están atados a sus asientos—. ¿Qué es lo mejor que Kindling tiene para ofrecer? Ryan se debate. El Café Kindling es fácilmente la mejor idea que puede ofrecer. Pero debido a eso, la mayor parte de su escuela va a estar allí en un sábado, usando la conexión wi-fi y pasando el rato. Si lleva a Avery allí se convertirá en una reunión, y él no quiere que se convierta en una reunión, todavía no. Entonces solo hay un lugar que puede tener alguna clase de sentido. —El río —le dice a Avery—. ¿Cómo te sientes acerca de ir al río? —Me siento muy bien acerca de ir al río —responde Avery. Exactamente lo que Ryan quiere oír. Una de las muchas cosas horribles acerca de morir de la forma en la que morimos era la forma en que nos robaba del mundo exterior y nos atrapaba en el mundo interior. Para cada uno de nosotros que fue capaz de morir en paz sobre una silla de playa, con una manta cubriéndonos, mientras el viento agitaba su pelo y el sol calentaba su rostro, había cientos de nosotros cuya última visión del mundo era de paredes blancas y máquinas de metal, la burla de una ventana, flores inadecuadas en un jarrón, representantes electos de los lugares que hemos perdido. Nuestros últimos suspiros eran de aire acondicionado. Morimos bajo techos. O se va el papel tapiz o yo lo hago. Nos hace más agradecidos ahora para con los ríos, más agradecidos por el cielo. Avery se imaginaba que solo iban a sentarse junto al río y hablar. Pero Ryan tienen planes más ambiciosos que eso, él llama a su tía y le pregunta si puede aparcar en su patio y tomar prestada su canoa. Ella dice “Seguro”. Así que en vez de ir junto al río, se dirigen directamente a él. Es una canoa lo suficientemente grande para dos personas adelante y
  • 34. 34 otra detrás. La corriente no es muy fuerte y el espacio entre las orillas no es muy amplio. Se dirigen contra la corriente, sin hablar mucho, solo algunos comentarios sobre las casas que pasan, la forma de las nubes sobre sus cabezas. Luego llegan a un tramo murmurando, una entrada de poca profundidad. —Aquí —dice Ryan—. Un punto a la deriva. Ellos dejan sus remos y Ryan gira su cuerpo por lo que están uno frente al otro. —Hola —dice él. —Hola —responde Avery. —He traído el equipo de pesca, pero es solo, bueno, quiero decir, para los peces. —Soy vegetariano. —Yo también. Una sonrisa. —Por supuesto que lo eres. Avery se inclina un poco, extiende sus dedos en el agua. Se siente bien crear una corriente, aunque sea pequeña. El aire es ligero y el agua es tranquila, los arboles inclinándose desde la orilla para escuchar las pequeñas olas. El bote se mece suavemente. —Así que, ¿cuál es tu historia? Avery lo mira, todavía con la mano en el agua. —¿Mi historia? —Sí. Todos tienen al menos una. Durante unos segundos incómodos, Avery se preocupa de que Ryan piense que es un mutante, piensa que se está burlando de él y quiere empezar de nuevo. Pero entonces Avery se da cuenta por la expresión de Ryan que no, no se trata de eso. Ryan está tratando de crear una conversación y quiere que sea importante. Porque, ¿qué es más importante que la historia de una persona? —Puedo empezar yo si quieres —se ofrece Ryan. —Claro —dice Avery—. Empieza tú. —Porque es un poco más seguro así. Avery no sabe cómo contar una historia sin contar la historia, y quiere estar seguro de que Ryan realmente estaba buscando algo importante cuando hizo la pregunta. —Está bien —dice Ryan—. Aquí va. Él toma un aliento cariñosamente nervioso y luego exhala el comienzo de su historia, le cuenta a Avery como nacieron casi todos los de su familia aquí y como casi todos en su
  • 35. 35 familia han estado aquí. Su padre fue la gran excepción. Se fue cuando Ryan tenía tres años, y Ryan y su mamá se quedaron atrapados casi cinco años después de eso, hasta que conoció a su padrastro, Don. No es tan malo, como los padrastros suelen ser, pero tampoco es que Ryan lo hubiera elegido de todas maneras. Él está pasado de moda sobre lo que los hombres y las mujeres hacen. La madre de Ryan está bien con eso, a ella le gusta que él sea el jefe. Pero Ryan no está bien con eso. Tuvieron dos hijos juntos, medias hermanas de Ryan, Dina y Sharon. —Dina es realmente dulce —dice Ryan—. Y Sharon está creciendo para ser un monstruo. Solo tiene ocho, pero te das cuenta. Si las cosas no van a su manera, el mundo tiene que pagar por ello, ¿entiendes? Avery asiente y Ryan continúa: —Así que sí. Eso es todo. Crecí aquí y me meto en peleas a veces con mis padres. Mi tía Caitlin salva mi vida cada día. Bueno, eso es una exageración. Ella me salva la vida semanalmente. Ella me apoya totalmente en ser gay. Mi madre estaba demasiado perdida en sí misma para darse cuenta y Don ni siquiera quería verlo, así que lo ignoró. Caitlin me esperaba para atraparme. Yo tenía otras cosas en qué pensar al principio, con Don y entonces mis hermanas, y encajando en Kindling. Las Pequeñas Ligas, esa clase de cosas. Pero eventualmente me di cuenta a quién estaba mirando, y no era a las chicas. Seré honesto… me asusté. Intenté que me gustaran las chicas. Realmente lo hice. —¿Qué tan difícil fue para ti? —pregunta Avery, dejando su voz bromear un poco. Ryan se burla en un suspiro. —Bueno... salí con Tammy Goodwin por casi un año, en cuarto grado. Muy serio. Quiero decir, nos compramos animales de peluche en San Valentín. Eso es prácticamente matrimonio en cuarto grado, ¿no? En la secundaria, sabía quién era. Y cuando le dije a Caitlin, ella no se sorprendió en lo absoluto. Me llevó al final de este río, en esta canoa, y hablamos de cosas. Ella no es mucho mayor que yo, está a punto de cumplir los treinta, y ella ha tenido tanta suerte con los chicos como yo. Ella fue la que me convenció de no intentar esconderme. Dijo que esconderse nunca funciona. Me dijo que mi padre pasó tanto tiempo escondido que le fue imposible ser feliz aquí. Él no es gay, supongo que suena como si él fuera gay. No lo es. Pero no quiso quedarse aquí. Él nunca quiso quedarse aquí. No fue lo bastante fuerte para decírselo a mi madre hasta que fue demasiado tarde. Ryan procede a explicarle que no ha tenido noticias de su padre desde hace mucho. Solo una llamada de vez en cuando. Ryan lo visitó una vez en California, y fue un desastre. Ryan tenía doce, pero su padre planeó todo como si tuviera siete. —Realmente se esforzó, pero de la manera equivocada. Pensó que Disneylandia podía hacer todo mejor, ¿sabes? Nos quedamos sin cosas que decir bastante rápido. Le mande un correo cuando me declaré gay y su reacción fue una de las mejores que obtuve. Me dijo que hiciera lo que quisiera hacer. Pero parte de mi sintió como se hubiera sido fácil
  • 36. 36 para él estar bien con eso porque se había dado por vencido conmigo hace tiempo. De todos modos, él no actuó como todos los demás. Ryan se detiene ahora, consiente de sí mismo, del momento en el que se sale de la historia. —Dios —dice—. Estoy hablando demasiado. —No —dice Avery—. Continúa. ¿Cómo reaccionaron todos los demás? —Bueno, ya sabes. Mamá lloró. Mucho. Don estaba enojado. No conmigo, en realidad. Pero si con el fabricante, por darle un hijastro defectuoso. Mis hermanas, sin embargo, lo tomaron bien. También la mayoría de mis amigos. Quiero decir, un par de ellos se agitaron un poco al principio, algunos chicos se preguntaban si estaba secretamente enamorado de ellos. Lo que era cierto en un caso, pero no fue a ninguna parte. Las chicas en general eran geniales, incluso las mojigatas. Bueno, también con una excepción. Los inevitables rumores comenzaron, y decidí que lo único que podía hacer era confirmarlos, así que me teñí el cabello y comencé a poner botones LGBT5 en mi mochila y a hacer ruido sobre empezar una GSA6 . Los idiotas en la escuela tenían las típicas reacciones idiotas. Pero había otro par de chicos gay, así que se unieron. Salí con un chico, Norris, durante unos dos segundos, que fue el tiempo que nos tomó darnos cuenta de que lo único que teníamos en común era que éramos gay. Nuestro asesor del GSA, el Sr. Coolidge, es súper genial y nos consigue un montón de cosas, incluyendo el baile de anoche. Fue su idea. La graduación gay. Contactamos con todos los grupos GSA en el área. ¿Es así como te enteraste? —Un amigo me vinculó a la invitación en Facebook —dice Avery—. Nuestro GSA es algo escaso. —Bueno, como sea estabas ahí, me alegro que lo hicieras. Supongo que ese es el último giro en mi historia, ¿no es así? Avery piensa que se siente como una responsabilidad, ser parte de la historia de otra persona. Sabe que Ryan lo dice en broma, no mucho. Sabe que Ryan lo dice para demostrar que ha terminado con su propia narración, lo que significa que es hora de que Avery comience. Avery no está seguro de que Ryan forme parte de su propia historia todavía, pero eso puede ser porque él no siente que cualquier persona pueda ser parte de su historia hasta que él o ella la escuche y la acepte. Están a la deriva en el agua, no demasiado, solo un tirón. Avery encuentra su mente a la deriva en una pequeña parte de la historia de Ryan, un pequeño punto de comparación. Cuando sale de ese breve pensamiento, se da cuenta de que Ryan lo está mirando, esperando a ver qué es lo que va a decir a continuación. 5 LGBT: Unión internacional de “Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales”. 6 GSA: organizaciones de Alianza Gay-Heterosexual, del inglés Gay-Straight Alliance
  • 37. 37 —Estaba pensando en ti y tu tía en este bote —explica Avery—. Qué bueno debe haber sido, hablar aquí. Para mí siempre es un consejo de guerra en la mesa de la cocina. Nosotros contra el mundo. Dar con un plan. —Eso suena estresante. —Sí, pero al menos todos en mi casa están en el mismo lado. Sé lo afortunado que soy por eso. E infortunado en otras cosas. —¿Infortunado cómo? —pregunta Ryan. Y eso es todo. Aquí es donde Avery debe decidir cuánto decir, cuánto dejar entrar a Ryan. Como todos los demás, Avery considera su mundo interior un lugar aterrador, enrevesado e inescrutable. Es algo que quieras mostrarle a alguien tu mejor y más limpia versión. Es completamente distinto a hacerlo consciente de su más profundo daño. Aquí en la luz del día, ¿Ryan ya se ha dado cuenta? Si lo ha hecho, no parece que le importe. O tal vez está esperando la parte de Avery. Suficiente, Avery se dice a sí mismo. Solo habla con él. La primera frase de la verdad siempre es la más difícil. Cada uno de nosotros tiene una primera frase y la mayoría de nosotros encontramos la fuerza necesaria para decirla en voz alta a quien merezca oírla. Lo que esperamos y lo que encontramos es que la segunda frase es siempre más fácil que la primera, y la tercera es aún más fácil que eso. De repente, ya estás hablando la verdad en párrafos, en páginas. El miedo, el nerviosismo, siguen ahí, pero se unen a una nueva confidencia. Todo el tiempo, has usado la primera frase como cerradura. Pero ahora encontrarás esa llave. —Yo nací niño en el cuerpo de una chica, —Avery comienza. Luego se detiene, esperando la reacción de Ryan. La cual es de sorpresa. Sus ojos se abren un poco. Luego se reducen mientras le da un largo vistazo a Avery, imaginándoselo. Avery se siente como un cuerpo en exhibición. O tal vez Ryan solo está esperando por la siguiente frase. —Continúa —dice él. Su tono es alentador. —Creo que era obvio para todos desde el principio. Mis padres son muy… liberales, supongo. Prácticamente hippies. Así que realmente intentaron hacerme parecer normal. O por lo menos un poco normal. Ahora puedo ver la tensión y lo fácil que hubiera sido para todos si no hubiera nacido niña. Pero nunca me asusté. Eran todos los demás. Bueno, no todos. Había algunas personas que eran geniales. Pero había un montón de personas que no eran geniales. Fui educado en casa mucho tiempo. Hemos vivido en una gran cantidad de ciudades, tratando de encontrar a los médicos adecuados. Con el
  • 38. 38 tiempo los encontramos, y encontré otros miembros de mi tribu. Sobre todo en línea. Pero mis padres y yo vamos a las conferencias también. Me pusieron hormonas temprano, para detenerme de pasar por el tipo equivocado de pubertad. ¿Es DI7 ? Estoy seguro que no quieres todos los detalles. Ryan se inclina hacia Avery, el bote se mece hacia adelante y hacia atrás como él. Avery se agarra del costado y Ryan pone su mano sobre la de Avery. —Dime lo que quieras decirme —dice él—. Está bien. Avery se estremece y puede sentir el estremecimiento viajando a través del bote, a través del agua, hasta que el agua se vuelve suave otra vez, hasta que siente sus nervios volverse lo bastante suaves para seguir hablando. Es demasiado, demasiado pronto, pero ahora que está hablando no puede detenerse. Está hablando acerca de las hormonas y las cirugías que ha tenido y las que tendrá, y a lo largo de todo eso la única cosa que llena su cabeza es la pregunta de si Ryan lo está viendo como una chica o como un chico. Ahora que Ryan sabe, ¿Avery sigue siendo un chico a sus ojos? Ryan está midiendo sus siguientes palabras con cuidado, de hecho, él ha estado pensando en ellas, practicando en su cabeza, y Avery ha estado hablando. No lo culpamos. Sabemos que a veces es difícil recibir la verdad de alguien. No es tan difícil como decirlo, pero aún es difícil si te preocupas de cómo lo tomarán en respuesta. Finalmente, dice: —Me gusta lo que sea que te haga la persona que eres. —Es como algo que su tía Caitlin le habría dicho, en la época en que imaginaba cosas. Luego, para demostrar que no cree que esa sea toda la historia de Avery, pregunta—. ¿Tienes hermanos o hermanas? La conversación continúa y les dejamos tenerla. Observamos desde lejos que el bote se desvía casi una milla, sin que ninguno de ellos se dé cuenta realmente. Puedes dar las palabras, pero no puedes tomarlas. Y cuando las palabras se dan y se reciben, es cuando son compartidas. Recordamos cómo era. Palabras tan reales que eran casi tangibles. Hay conversaciones que recuerdas, por cierto. Pero más que eso, está la sensación de conversación. Recordarás que, aún cuando las palabras precisas comienzan a desdibujarse. Cómo diste, cómo recibiste. Que tan cerca te sentiste de esa otra persona, que tan extraordinaria era la cercanía. El intercambio de palabras se vuelve tan importante como las palabras mismas. La sensación se queda contigo, uniéndote con el mundo. * * * Fue idea de Craig besarse así. Y una media hora haciéndolo y seguía sin entender en qué estaba pensando. 7 DI: Demasiada Información.
  • 39. 39 Hay demasiadas raíces. Una de ellas corría profundamente y conectaba directamente con su infancia, con todas esas horas que pasó estudiando minuciosamente el libro de records Guinness mundiales, soñando que un día estaría en él. Cuanto más extraño fuese el récord, mejor (la tarta de cereza más grande del mundo o el hombre que podía poner más pinzas en su boca). Como niño, probablemente omitió la sección de besos. Demasiado asqueroso. Entonces está la raíz que corre más cerca, que circula directo donde Tariq está parado con las cámaras y los monitores de ordenador, cada uno atado a un cable extensible que ellos habían hecho correr por la escuela secundaria. Craig y Harry no habían sido realmente amigos de Tariq, no antes de que fuera asaltado. Incluso aunque todos estuvieran declarados, no se movían en los mismos círculos. Pero cuando Craig y Harry escucharon que estaba en el hospital, escucharon qué había pasado, sintieron la distancia evaporarse. Craig se imagina en el día que visitaron su casa, su cuerpo una colección mal combinada de contusiones, su sonrisa de siempre demasiado dolorosa para usarla. Craig había llorado ahí mismo en la sala de Tariq, había llorado, y se sentía tan mal por eso. Tariq le dijo que estaba bien, todo estaba bien, que no lo habían matado. Las costillas sanan. Los moretones se desvanecen. Pero Craig no podía dejar de llorar, no solo porque Tariq estaba herido sino porque era tan sin sentido, tan enormemente equivocado. Harry trató de consolarlo y Tariq dijo más palabras suaves, y Craig quería sentir ira, quería sentir indignación pura, pero en cambio era la tristeza lo que estaba llenándole, una tristeza extrema e impotente. Se recuperó entonces, dejó de llorar, dejó a Tariq decirles lo que él quería decir. Sin embargo, por las próximas semanas, la tristeza no lo soltó. En la escuela podía distraerse de ella, y con Harry y Tariq podía ocultarlo. Pero cuando estaba en casa le envolvía. Debido a que su familia no sabía y no podía saber. No lo iban a golpear. No le romperían las costillas. Él lo sabía. Pero tenían otras formas de romperle, con silencio y decepción, con desaprobación. Su padre nunca aceptaría quien era. Nunca. Y su madre estaría de acuerdo con eso. Tenían sus creencias, y esas creencias eran más fuertes que cualquier creencia que tuvieran en él. Tal vez este era el pozo que se estaba llenando con su tristeza. Él sabía lo que era ahogarse en él, sentir la tristeza subiendo hasta el cuello, tu boca, tus ojos. Durante mucho tiempo pensó que tenía un demonio sobre sus espaldas, le agobiándolo para que se ahogara más rápido. Al demonio le gustaban los chicos, quería nada más que besar a un niño. Craig no podía deshacerse de él, no importaba lo mucho que lo deseara, no importa qué promesas le hiciera a Dios. Luego conoció a Harry y de repente el demonio se reveló como un amigo. Le ofreció una mano a Craig, lo levantó. Craig emergió, jadeando, de la tristeza; luego creó una presa para mantenerlo a raya. No permitió que Harry lo viera, al igual que no permitió que sus padres lo vieran. Tenía que permanecer dentro de él, contenido. Cuando Harry rompió con él, la presa se deshizo. Empezó a ahogarse de nuevo, incluso mientras fingía para Harry y sus amigos que sabía nadar. Smita mantuvo un ojo de cerca sobre él y, a su propia manera, Harry también lo hizo. Su amistad le ayudó a reconstruir la presa. Todavía tenía su vida dentro de su casa y su vida fuera de su casa, pero estaba casi acostumbrado a eso. Todo estaba bajo control.
  • 40. 40 Hasta que vio a Tariq después del asalto, y sintió en su corazón que este era su futuro, que esta vez los demonios estaban tan mal como temía y que iban a ganar. Odiaba sentirse de esta manera. Odiaba sentirse impotente. Se preguntó qué podía hacer. ¿Cómo podía valerse por sí mismo? Sabía que la venganza no era una opción. No iba a localizar a los chicos que habían golpeado a Tariq. No iba a castigarlos. Pero tenía que haber alguna manera de mostrar al mundo que él era un ser humano, un ser humano igual. Pensó en protestas. En gestos. En hacer una vigilancia mundial. Entonces pensó en récords mundiales y se le ocurrió la idea del beso. No había nada en la normativa que lo impidiera. Para el libro de los récords mundiales, un beso era un beso, no importaba quién se estaba besando. Todos los que consiguieron el récord se preocuparon de que las dos personas estuvieran de pie todo el tiempo, que no hubiera descansos que los labios estuvieran siempre tocándose. El único problema era que Craig no podía hacerlo solo y sabía que la única persona con la que podía hacerlo era Harry. Harry no tuvo ninguna vacilación. Pensó que era una gran idea. Y cuando Craig y Harry le dijeron a Tariq al respecto, parecía que le ayudara a ahogarse un poco menos también. Harry era un soñador, no un planificador, por lo que fue cosa de Craig, Smita y Tariq descubrir toda la logística. Craig estaba seguro de que había cosas que habían olvidado y, sin embargo, ahí estaban. Allí estaba él. Besando a Harry. Smita había sido despiadada en sus bromas (Sin duda, hay formas menos elaboradas para que tú ex vuelva a besarte). Pero no se trataba de eso. O por lo menos eso es lo que Craig se dijo a sí mismo. Era Harry porque eran de la misma altura (sin dolor de cuello), porque él y sus padres lo apoyaban, porque él lo tomó en serio, porque habían entrenado a sus cuerpos y sus mentes para ello de una manera que solo dos personas que fueran muy cercanas podían hacer. Los labios de Harry son tan familiares para Craig. Ha memorizado estos labios. Y, sin embargo, cada vez que estaban juntos era un poco diferente, cada vez había un pequeño estremecimiento. Estos labios. Los brazos de Harry a su alrededor. Se compensaban entre sí. Craig podría perderse en esto, si no hubiera la necesidad de mantenerlo en marcha durante treinta y una horas más, si no hubiera gente mirando, si fuera acerca de él y Harry, no sobre él, Harry y el mundo. No pienses en ello como besarlo, dijo Smita. Piensa en ello como estar de pie durante treinta y dos horas con vuestros labios juntos. Pero ¿cómo no pensar en ello como un beso? Él recuerda la primera vez que Harry lo besó, inclinándose en el cine mientras los créditos finales pasaban. La sorpresa de ello. La bienvenida sorpresa. El mundo entero estrechándose a una intersección de piel y respiración. Entonces expandiéndose, más grande que antes. El jadeo de un beso. Su cuerpo recuerda eso. Incluso ahora. Incluso aún. Tenían sus señales (por agua, por el teléfono, para necesitar un abrazo, para cancelar todo). Pero no hay ninguna señal para lo que está sintiendo Craig. No hay forma en que su mano pueda tomar la forma de un signo de interrogación. Mira en los ojos de Harry, preguntándose qué está pensando Harry. Harry lo ve y Craig puede sentir su sonrisa. Pero todavía sigue
  • 41. 41 sin saber lo que eso significa o realmente lo que significa todo esto, excepto por el hecho de hacerlo. Hay menos de un centenar de gente mirándolos en línea, en su mayoría los amigos de Harry y Craig, demasiado perezosos o demasiado lejos para venir a verlo en persona. Algunos de esos amigos transmiten el enlace a otros amigos. Tienen que ver esto, dicen. Algunos más la sintonizan. * * * Dos chicos besándose. Ya sabes lo que eso significa. Para nosotros era un gesto secreto. Secreto porque teníamos miedo. Secreto porque estábamos avergonzados. Secreto porque era una historia que nadie estaba contando. Pero el poder que tenía. Ya sea camuflados bajo la apariencia de Tú sé el chico y yo la chica, o si somos desafiantemente llamados por su nombre, cuando nos besamos, sabíamos lo poderoso que era. Nuestros besos eran sísmicos. Cuando eran vistos por la persona equivocada, podrían destruirnos. Cuando eran compartidos con la persona adecuada, tenían el poder de la confirmación, la fuerza del destino. Si pones suficientes armarios juntos, tienes el espacio suficiente para una habitación. Si pones suficientes habitaciones juntas, tienes espacio para una casa. Si pones suficientes casas juntas, tienes espacio para un pueblo, luego una ciudad, luego una nación, a continuación, un mundo. Sabíamos del poder privado de nuestros besos. Luego vino la primera vez que fuimos testigos, la primera vez que vimos lo que pasó al descubierto. Para algunos de nosotros, fue antes de que hubiéramos sido besados. Huimos de nuestros pueblos, vinimos a la ciudad y en las calles vimos dos chicos besándose por primera vez. Y el poder ahora era el poder de la posibilidad. Con el tiempo, no fue solo en la calle o en los clubes o en las fiestas a las que nos arrojamos. Fue en el periódico. En la televisión. En las películas. Cada vez que veíamos a dos chicos besándose así, el poder creció. Y ahora, oh, ahora. Hay millones de besos para ser vistos, millones de besos a solo un clic de distancia. No estamos hablando sobre sexo. Estamos hablando acerca de ver a dos chicos que se aman el uno al otro besándose el uno al otro. Eso tiene mucho más poder que el sexo. E incluso como mientras se convertía en un lugar común, el poder seguía estando ahí. Cada vez que dos chicos se besan, se abre el mundo un poco más. Tu mundo. El mundo que dejamos. El mundo en el que te dejamos. Este es el poder de un beso: No tiene el poder de matarte. Pero tiene el poder de traerte a la vida.