2. Sebastián Abraham, estudiantes a mi
cargo, de tercero de primaria, tuvo
poco oxigeno entrante a su cerebro
durante su desarrollo en el vientre de
su madre.
Como consecuencia, la secuela fue
que en el perdura una manifestación
constante de la epilepsia llamada
desconexión atípica…
3. El segundo día de clase, observe
en constantes ocasiones que un
estudiante perdía su mirada en un
solo punto, sus pupilas se
dilataban y luego de 30 o 40
segundos despertaba como si
hubiese estado en un trance.
Todo lo dicho durante esos 30
segundos debía ser repetido de
nuevo, es decir era información
perdida…
Lo primero que hice fue ubicarlo al
lado mío…
4. Una vez dialogue con la madre,
evidentemente me confirmo que sucedía un
caso especial, síndrome de ausencia atipica,
termino bastante nuevo para mi, una especia
de descanso mental por un determinado
tiempo, una manifestación de la epilepsia. Fue
todo lo que me dio la madre.
Aunque yo no pensaba quedarme ahí…
Como cuando un niño desea desarmar un
juguete a toda costa, así mismo fueron las
consultas intentando saber como debía
trabajar con Sebastián, por desgracia no había
mucho al respecto.
5. Poco a poco, los textos encontrados, aclaraban
mas la situación.
Hasta que se encontró una pista de peso
“En las Crisis Generalizadas están las ausencias y
pueden ser típicas o atípicas. La ausencia es el
prototipo de crisis convulsivas que presentan los
niños entre las edades de 8-10 años, se puede
observas en edades más tardías pero es raro que
se presente después de los 13 años de edad. Se
llaman crisis generalizadas porque hay
envolvimiento de ambos hemisferios cerebrales.
Desde el punto de vista neurofisiológico se
caracteriza por la presencia de descargas de
punta-onda lenta de 3Hz (Hertz) o ciclos por
segundo, con una actividad de fondo normal. Esta
crisis tiene la apariencia de que el individuo se
desconectara. Normalmente estas crisis tienen
una duración de 10-25 segundos, ocasionalmente
son más transitares. Puede ser tan rápido que el
individuo ni se de cuenta de esta crisis.
6. Algunas de ellas se puede manifestar con algún
automatismo, pueden ser por ejemplo con
chupeteos, que normalmente los que se dan
cuenta son los profesores que se dan cuenta que
el niño no rinde o cuando el niño se le olvida de
qué le están hablando. El individuo puede estar
normal y de repente puede quedarse con la mirada
fija o un parpadeo.”
“ A mayor información, menos incertidumbre”
decía el profesor Cedeño mientras yo relacionaba
la frase con mi “caso especial”, mientras el
profesor de igual manera se intereso en mi
investigación dándome algunas fuentes de
información para reducir mas la incertidumbre.
7. Mientras pasaban las semanas, Sebastián se
fue haciendo consciente de las situaciones que
vivía al menos 10 veces al día, tener una
comunicación con el neurólogo de Sebastián
fue una de las mejores cosas que logre hacer,
aclarándome antes que nada que Sebastián
debía ser tratado como un niño común y
corriente. Explicándome que solo seria cuestión
de tres años para su mejoría total.
Luego empecé a descubrir que trabajar con
manualidades y con la música era una manera
mas directa de evitar las ausencias, que al
tocarlo durante la ausencia había manera de
que volviera..
Actualmente… Sebastián durante la ausencia
logra grabar lo que se le dice, como si hubiese
estado “conectado”