1. La muerte sin descendencia del rey Carlos II a la edad de treinta y nueve años, en noviembre de 1700, dio paso a un pleito dinástico internacional que se saldó con un conflicto internacional que provocó más de 1.200.000 muertes Archiduque de Austria, futuro emperador del Sacro Imperio Romano-germánico Retrato de Felipe V de España, nieto de Luis XIV de Francia, el Rey Sol . Carlos II de España, El Hechizado (1661-1700) El nuevo monarca, que reinó con el nombre de Felipe V, juró en octubre de 1701 las constituciones de Cataluña y convocó —después de más de un siglo— una corte general en que los catalanes consiguieron, a cambio de un importante donativo, concesiones políticas y económicas estratégicas, como el comercio directo con América.
2. La proclamación de Felipe V como rey de la monarquía hispánica provocó los recelos de buena parte de las potencias europeas, como Inglaterra, los Países Bajos y Alemania —la Gran Alianza de La Haya—, que en 1702 declararon la guerra a los estados borbónicos, es decir, a Francia y España. Desembarque de las tropas aliadas en Barcelona en 1704 Represión sobre la ciudad, autorizada por el virrey Los catalanes se pusieron a favor del la del archiduque Carlos Juramento de Rafael Casanova El conseller en cap juró, en la capilla del Consejo de Ciento, defender la ciudad "hasta derramar su última gota de sangre". Grabado del acto solemne del juramento.
3. Después de casi catorce meses de asedio, las tropas de Felipe V asaltaron Barcelona la madrugada del 11 de septiembre de 1714. El consejero Rafael Casanova, jefe de la Coronela, dirigió la defensa hasta que cayó herido por una bala.
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9. La transformación de la Ribera Plano del barrio de la Ribera realizado en el año 1770 a partir de una base cartográfica de 1679, con la superposición del espacio que ocupaba la ciudadela militar borbónica.
10. El derribo de gran parte del barrio de la Ribera y la construcción de una gigantesca ciudadela militar supuso la transformación urbana más importante que experimentó la ciudad a lo largo de la primera mitad del siglo XVIII.
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12. En el cementerio junto a Santa María del Mar se enterraron muchas personas que habían participado en la defensa de Barcelona contra las tropas de Felipe V. Vista del Fossar de les Moreres.
13. La Barceloneta Se empezó en el año 1753 según el proyecto del ingeniero militar Pedro Martín Cermeño para cubrir las necesidades logísticas del puerto de Barcelona y el crecimiento demográfico de la población. Se compone de una trama de calles ortogonales con manzanas de casas alargadas divididas en solares cuadrados. Originariamente, solo llegaba hasta la calle de Sant Carles, con la iglesia de Sant Miquel del Port en el centro. El barrio se construyó muy rápidamente, y en el año 1757 ya tenía 200 casas y 1.314 habitantes. Hasta 1858 estuvo bajo jurisdicción militar. La profundidad del puerto Plano militar del puerto realizado en el año 1774, con indicación de la profundidad.
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15. Hasta el siglo XVIII, el espacio de La Rambla era fundamentalmente un torrente, con la muralla de la ciudad a un lado y los terrenos del Raval ocupados por conventos al otro. A partir del año 1700 se inició una primera urbanización, con la creación de una arboleda con álamos. Después de la guerra de Sucesión, en los dos extremos de La Rambla se establecieron cuarteles militares . La transformación de La Rambla en un paseo empezó en el año 1766. El proyecto de urbanización fue del ingeniero militar Pedro Martín Cermeño. La urbanización comenzó 1772 con la construcción del Palacio de la Virreina. Proyecto de urbanización de la Rambla Urbanización de La Rambla
16. Se conoce así popularmente por ser donde vivió la mujer del virrey de Perú, Manuel d'Amat i de Junyent. Es uno de los conjuntos residenciales neoclásicos más destacados de las Ramblas barcelonesas. Fachada del Palau de la Virreina en 1933, según una fotografía anónima. Palacio de la Virreina
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Notas del editor
Después de los conflictos de las instituciones catalanas con el nuevo monarca y especialmente después del intento fallido de desembarque de las tropas aliadas en Barcelona en 1704, se desencadenó, por orden de las autoridades borbónicas encabezadas por el virrey de Cataluña, el duque de Velasco, una durísima represión sobre la ciudad que acabó de decantar la causa de los catalanes hacia la del archiduque Carlos. La caída de un meteorito en Barcelona durante la Navidad de 1704 despertó los peores presagios sobre el futuro del país. Los territorios de la Corona de Castilla se alinearon con el nuevo monarca; aunque al poco tiempo, en los territorios de la Corona de Aragón, las muestras de apoyo al otro pretendiente a la Corona, el archiduque Carlos de Austria, se convirtieron en una auténtica causa contra Felipe V. Finalmente, en noviembre de 1705, después de un asedio aliado, el archiduque Carlos de Austria entró triunfalmente en Barcelona, donde fue proclamado Carlos III. La ciudad volvió a ser corte real. Inmediatamente, el archiduque convocó una nueva Corte general, la cual ratificó las concesiones acordadas en el anterior encuentro y añadió otras nuevas. Barcelona resistió el primer asedio borbónico de 1706 , con la participación destacada de la Coronela y con episodios tan sorprendentes como un eclipse . No obstante, no fue capaz de afrontar las victorias borbónicas posteriores a la batalla de Almansa (1707) y, sobre todo, la marcha de Carlos III, cuando, tras la muerte de su hermano —el emperador José I—, en 1711, el archiduque fue proclamado emperador con el nombre de Carlos VI. Este abandonó Barcelona, donde permaneció la emperatriz Elisabet Cristina hasta marzo de 1713. El mes de julio siguiente todas las tropas aliadas abandonaron Cataluña. En Barcelona, sin embargo, las instituciones parlamentarias acordaron la resistencia a las tropas de Felipe V, que finalmente ocupó la ciudad el 11 de setiembre de 1714 después de un largo asedio de aproximadamente catorce meses.
Entre julio de 1713 y setiembre de 1714, Barcelona llegó a estar asediada por unos noventa mil soldados del ejército borbónico de las dos Coronas (Francia y España). Dentro de las murallas los milicianos que resistían no debieron de superar los cinco mil hombres. Atacada por tierra y mar, a partir del 22 de mayo de 1714 también lo fue por aire: se calcula que la ciudad fue atacada con unas treinta mil bombas. La ofensiva de las tropas borbónicas se vio reforzada significativamente a partir del mes de julio, con la llegada de nuevas tropas dirigidas por el duque de Berwick, que finalmente entró en la ciudad después del asalto del 11 de setiembre. El ataque definitivo empezó a las cuatro y media de la madrugada. A las tres de la tarde, después de horas de lucha y miles de muertes, Villarroel tomó la decisión de capitular. Los combates esporádicos, sin embargo, continuaron hasta la capitulación definitiva del día siguiente, cuando las tropas borbónicas se hicieron con el control total de la capital catalana.