1. LOS SANTOS OLEOS
En el judaísmo y el cristianismo medieval se utilizó para consagrar a los reyes.
En la actualidad se sigue usando en la Iglesia Católica y en la Iglesia Ortodoxa
en diversos sacramentos y ceremonias.
Los santos óleos en el catolicismo son tres: el Santo Crisma, usado para
ordenaciones, confirmaciones, bautizos, consagración de altares e iglesias; el
Oleo de los Catecúmenos, usado para ungir a los que están preparándose para
el Bautismo; y el Oleo de los Enfermos, usado en el Sacramento de la unción
de los enfermos. Estos óleos los consagra el Obispo de cada diócesis en la Misa
Crismal, que celebra en su catedral usualmente el Jueves Santo por la mañana.
Luego, son distribuidos a las parroquias de su jurisdicción.
El uso de aceite bendecido en el bautismo está atestiguado desde el siglo III
en documentos de la Iglesia primitiva como las Constituciones apostólicas, la
Tradición apostólica y el Eucologio de Serapión. El progresivo desarrollo de la
liturgia cristiana dio como resultado el uso de los distintos óleos.
A partir del siglo IV se empleó también otro tipo aceite santo para reemplazar
el uso de las reliquias, difíciles de encontrar. Se impuso la costumbre de hacer
traer el aceite bendecido que ardía día y noche en las lámparas delante de las
tumbas de los santos y los mártires y otros santos lugares, como Jerusalén.
A pesar de su desarrollo, su empleo no se extendió al ámbito de los
sacramentos y la liturgia romana sino que quedó en el marco de la devoción
popular, unido al uso de las reliquias y otros elementos bendecidos como el
agua, el pan, las velas, las flores, y vinculados a santuarios y templos dedicados
al culto de determinados santos. En la actualidad sigue existiendo esta
práctica, aunque es muy reducida.
Du Cange, en su Glosariumoleumbenedictum, cuenta que el aceite se empapaba
primero en paños de algodón y luego se metía en unas pequeñas ampollas,
generalmente de cristal, para facilitar su traslado. Los sacerdotes ungían con
él a los fieles en determinados días. Añade además el relato de una serie de
curaciones debidas a este uso. También se usaba en la consagración de los
altares como sustituto de las reliquias.
Los Papas enviaban como un gran regalo aceite santo a los reyes y personajes
ilustres. Se sabe que Gregorio Magno envió a la reina de los lombardos
2. Teodelinda sesenta y cinco ampollas con este contenido, que había sido
extraído de las tumbas de los mártires más venerados. Se conservan algunas
de estas ampollas, incluso las hay que llevan la primitiva etiqueta escrita.
En la ciudad de Monza (Italia), antigua capital de los lombardos, se conservan
bastantes ampollas. La mayoría son de cristal pero hay algunas de metal que
están decoradas con figuras y escenas cristianas y constituyen un verdadero
tesoro arqueológico.
http://es.wikipedia.org/wiki/Aceite_santo