2. Hoy,
aún hay mucha gente
que no conoce a Jesucristo.
Por eso sigue siendo una gran urgencia la
misión ad gentes,
a la cual están llamados a participar
todos los miembros de la Iglesia,
porque la Iglesia es misionera por naturaleza:
La Iglesia nació
“en salida”.
3. Jesucristo, Hijo del Padre,
enviado para evangelizar el mundo,
SOSTIENE y
ACOMPAÑA
nuestro trabajo misionero.
4. El evangelista [Lucas] narra que
el Señor envió los setenta y dos
discípulos, de dos en dos,
a las ciudades y a los pueblos,
para anunciar que el Reino de Dios
está cerca y preparar a la gente al
encuentro con Jesús.
5. Después de haber cumplido esta misión de
anuncio, los discípulos volvieron llenos de
alegría:
la alegría es un tema dominante en esta
primera e inolvidable
experiencia misionera.
6. A los discípulos se les ha dado
la experiencia del amor
de Dios y también la posibilidad de
compartirla.
Y esta experiencia de los discípulos es
motivo de
gozosa
gratitud para el
corazón de Jesús.
7. El Padre,
Señor del cielo e de la tierra,
ha escondido estas cosas a los
sabios y entendidos,
y las ha revelado
a los pequeños (cfr Lc 10,21).
8. Qué es lo que Dios ha revelado
y escondido?
Los misterios de su Reino,
el señorío divino de Jesús
y la victoria sobre el mal.
9. Dios ha escondido
todo esto a quienes
están demasiado llenos de sí
y pretenden saberlo todo.
Son como saciados de la propia
presunción y no dejan
espacio a Dios.
12. Jesús
ha exultado,
porque el Padre
ha decidido
amar a los hombres
con el mismo amor
que Él tiene por el Hijo.
13. Jesús, viendo el buen éxito de
la misión de sus discípulos y por lo
tanto su alegría,
exultó en el Espíritu Santo y se
dirigió a su Padre
en oración.
14.
15. «La alegría del Evangelio
llena el corazón y la vida entera de aquellos que se
encuentran con Jesús.
Aquellos que se dejan salvar por Él son liberados
del pecado, de la tristeza, del vacío interior,
del aislamiento.
Con Jesucristo
siempre nace y
renace la alegría»
(EG 1)
16.
17. Los discípulos son aquellos que se dejan
aferrar siempre más por el amor de
Jesús y marcar por el
FUEGO
de la pasión del
REINO DE DIOS,
para ser portadores
de la ALEGRÍA .
18. Todos los discípulos del Señor son llamados
a alimentar la alegría de la evangelización.
La alegría de comunicar a JESUCRISTO se
manifiesta tanto en la preocupación de anunciarlo en
los lugares más alejados, cuanto en una
constante salida hacia las
periferias del propio
territorio, donde hay más
gente pobre en espera.
19.
20.
21. Donde hay alegría, fervor,
ganas de llevar a Cristo a los
otros surgen
vocaciones genuinas
24. Os exorto a hacer memoria, como en
una peregrinación interior, del
“primer amor”
con el cual el Señor Jesucristo ha
calentado el corazón de cada uno,
no para un sentimiento de nostalgia,
sino para perseverar en la
alegría.
25. El discípulo del Señor
persevera en la alegría
cuando está con El, cuando hace
su voluntad, cuando comparte
la FE, la ESPERANZA
y la CARIDAD
EVANGÉLICA.
26. A María modelo de
evangelización humilde y gozosa,
dirigimos nuestra oración
para que la Iglesia llegue a ser
una para muchos, una
madre para todos los pueblos
y haga posible el
nacimiento de
un mundo nuevo.