Inicio de la novena en honor a san Juan Eudes
La mejor interpretación del Evangelio es la vida de los santos, decía recientemente el papa Benedicto XVI. Lo podemos notar muy bien en san Juan Eudes. Las cartas nos dejan entraren la profundidad de su corazón de cristiano y de sacerdote, penetrado de la fuerza y de la misericordia del Evangelio (P. Alvaro Torres, cjm)
En esta edición de la novena en honor a san Juan Eudes queremos presentar el Corazón del pastor a través de un recorrido por algunas de sus cartas.
San Juan Eudes inspire nuestras vidas para amar más a Jesucristo.
Equipo Unidad de Espiritualidad Eudista
2. Si queremos conocer a Juan Eudes en sus dimensiones humana,
cristiana, sacerdotal, apostólica, tenemos en las cartas un valioso
testimonio. Allí se nos presenta con sus sentimientos, sus ideales, sus
convicciones profundas, sus reacciones ante los acontecimientos que
le trae la vida, su talante de hombre de Dios, enamorado del Verbo
Encarnado, habitado por tierna devoción a María, servidor de la Iglesia,
apóstol infatigable, cultor de la que llama seguidamente la muy amada
y amable voluntad de dios.
La mejor interpretación del Evangelio es la vida de los santos, decía
recientemente el papa Benedicto XVI. Lo podemos notar muy bien en
san Juan Eudes. Las cartas nos dejan entraren la profundidad de su
corazón de cristiano y de sacerdote, penetrado de la fuerza y de la
misericordia del Evangelio [1]
P. Álvaro Torres Fajardo, cjm
Introducción cartas a los miembros de la Congregación de Jesús y María
Edición 2023
1
CONGREGACIÓN DE JESÚS Y MARÍA
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS
FACULTAD DE ESTUDIOS BIBLICOS, PASTORALES Y DE ESPIRITUALIDAD
UNIDAD DE ESPIRITUALIDAD EUDISTA
[1] Las cartas de san Juan Eudes, Colección Eudistas N|56, Corporación Centro Carismático Minuto de Dios,
Bogotá, 2011
3. La abadesa de Budos, es también su dirigida espiritual desde hace varios
años. En 1629 pierde a su hermano muy querido Antonio-Hércules, muerto en
la guerra. El Padre Eudes le escribe una larga carta para consolarla. San Juan
Eudes invita a su dirigida y con ella a todos sus hijos espirituales a reconocer
que Jesús desea acompañarnos a atravesar el valle del dolor, llama a las
puertas de nuestro corazón para concedernos la gracia del consuelo.
INTRODUCCIÓN
2
DÍA PRIMERO
“Es bueno aceptar los contratiempos que nos puedan sobrevenir en
el día unidos a la cruz salvadora de Jesús”
[2] Si no hay ministroordenado, se dice: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén” y se
continua con la lectura bíblica.
[3] Oremos con san Juan Eudes, Cali, 2005, Pag 26
SALUDO PRESIDENCIAL [2]
Presidente: Hermanos, que la paz de Cristo Jesús y el amor de su Corazón
estén con ustedes.
R/ Y con tu espíritu.
ORACIÓN [3]
Señor Jesús, acepto desde ahora, y por amor tuyo, los disgustos,
contrariedades, fatigas y aflicciones que me sobrevengan hoy y en todos los
días de mi vida. Me entrego a ti para sufrir, unido a ti, cuanto te dignes
enviarme. Detesto todo pensamiento o deseo de orgullo y vanidad, y rechazo
todo cuanto sea ofensa a mis hermanos y hermanas. Amén.
LECTURA BÍBLICA
Con Cristo estoy crucificado y, vivo, pero no soy yo, sino Cristo quien vive en
mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que
me amó y se entregó por mí. No tengo por inútil la gracia de Dios, pues,si por la
ley se obtuviera la justificación, entonces Cristo hubieramuerto en vano. (Gal
2, 19b-21)
DÍA PRIMERO
4. Confieso sin embargo que mi alma está colmada de tristeza y mi corazón lleno
de angustia pensando en su agonía. No me es posible pensar en usted y en el
lastimoso estado en que la veo, sin dolor y sin lágrimas. Creo que me está
permitido. Contemplo a Jesús, alegría del cielo y la tierra, que derrama
lágrimas y suspiros a la vista de las lágrimas de Marta y de Magdalena, cuando
lloraban la muerte de su hermano. ¿Por qué entonces no me estaría permitido
a mí también llorar ante semejante trance? Quiero llorar con Jesús, para
honrar las lágrimas de Jesús. Quiero llorar con los que lloran según la palabra
de su apóstol (Rom 12, 15). Quiero llorar llevado de los mismos movimientos y
sentimientos con los que Jesús lloró. Quiero ofrecerle un sacrificio de lágrimas
en homenaje de sus divinas y adorables lágrimas. Ofrezcámosle, Señora,
ofrezcámosle nuestras lágrimas en honor de las suyas. Pidámosle que las
santifique por las suyas y las bendiga con las suyas.
Jesús, su Padre y su Esposo, sintió en su Corazón paternal la misma aflicción
de la que está colmado el suyo. Por eso debe ser para usted dulce y agradable
pues pasó por un Corazón lleno de amor y de dulzura. Él cargó, dije, en otro
tiempo la misma aflicción que la agobia ahora. La llevó sin usted y por usted,
pero ahora la quiere llevar con usted y en su interior. Déjelo entrar en su alma.
No se deje embargar de tal manera de su dolor que no quede espacio en su
corazón para él que es su alegría, su consuelo y su todo. Lo contemplo tocando
a la puerta de su corazón y en espera, con su Corazón y sus manos llenas de
gracias, bendiciones y consuelos inexplicables, deseoso de comunicárselas.
Usted le ha prometido tantas veces que solo desea amarlo y honrarlo. Y
precisamente nunca ha tenido oportunidad de amarlo perfectamente y
honrarlo santamente como ahora. En este tiempo de prueba puede darle más
gloria y amor en un momento que en varios días de tiempos de consuelo.
San Juan Eudes, 1629
LECTURA EUDISTA
3
[4] Las cartas de san Juan Eudes, Colección Eudistas N|56, Corporación Centro Carismático Minuto de Dios,
Bogotá, 2011, pág. 126
CONDOLENCIA EN EL LUTO [4]
“Quiero llorar con Jesús para honrar sus lágrimas”
Carta a Lorenza de Budos, abadesa de la Santa Trinidad de Caen, con ocasión de la
muerte de su hermano Antonio Hércules de Budos, caído en el sitio de Privas. Año de 1629
5. Fuiste favor de María para tu sediento hogar;
en las aguas bautismales se encendió tu caridad.
En piadosa edad temprana experimentaste a Dios;
y creció tu amor a María a quien diste el corazón.
El sacerdocio de Cristo enamoró tu corazón;
feliz tocaste una puerta: Oratorio de Jesús.
Un maestro iluminado te habló de la Encarnación.
Sacerdote para siempre, el Señor te consagró.
¡La Peste! Clamó tu pueblo; con él tu celo te unió.
Primeras armas de apóstol que tu memoria guardó.
Incendio de fe en tu mundo, tu palabra provocó.
Abriste un camino a todos: Vida y Reino de Jesús.
La mujer esclavizada tu mirada descubrió.
Refugio caritativo tu caridad le ofreció.
Por largos años luchaste fijos los ojos en Dios.
Su Voluntad fue tu guía que buscaste con tesón.
Encendiste en la Iglesia la hoguera del Corazón,
culto del Hijo y la Madre unidos en único amor.
En campos y ciudades tu fuerte voz resonó,
y en sus reales palacios al mismo rey cuestionó.
Para formar sacerdotes hogares tu celo abrió,
de santidad penetrados tu celo los pretendió.
A todos los bautizados, campo abriste en la misión,
voces de Cristo en el mundo tu amor los comprometió.
Incansable en la faena el final te sorprendió.
A Jesucristo entregaste años colmados de amor.
Huella dejaste en el mundo que hoy seguimos con fervor,
alcánzanos en el Cielo entusiasmo en la misión.
GOZOS
4
Antífona: De Jesús y María consigue a tus hijos el férvido amor.
6. ORACIÓN CONCLUSIVA
Oh Dios, que elegiste a san Juan Eudes para anunciar las inescrutables
riquezas del amor de Cristo; concédenos que, movidos por su palabra y por su
ejemplo, crezcamos en la fe y llevemos una vida conforme al Evangelio. Por
Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…
R/ Amén.
BENDICIÓN
Queremos, Señor Jesús, que vivas y reines entre nosotros. Y nos bendiga con
su Hijo, la Santísima Virgen María.
R/ Amén.
5
7. Juan Eudes escribe una carta a la pequeña comunidad eudista el 9 de
diciembre de 1643, un poco menos de ocho meses después de la fundación de
la misma, el padre Eudes se había dirigido a París para buscar apoyos que le
facilitaran la aprobación de la Congregación por la Santa Sede. En ella les
recuerda a sus hermanos lo esencial: Jesús y María nos llevan en su corazón y
nosotros debemos hacer que ellos vivan y reinen en el nuestro.
INTRODUCCIÓN
6
DÍA SEGUNDO
“Jesús y María nos llevan en su corazón y nosotros debemos hacer
que ellos vivan y reinen en el nuestro”
[5] Si no hay ministroordenado, se dice: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén” y se
continua con la lectura bíblica.
[6] Oremos con san Juan Eudes, Cali, 2005, Pag 147
SALUDO PRESIDENCIAL [5]
Presidente: Hermanos, que la paz de Cristo Jesús y el amor de su Corazón
estén con ustedes.
R/ Y con tu espíritu.
ORACIÓN [6]
Suscita, Señor, en tu Iglesia la vocación de servicio de los santos apóstoles y
sacerdotes; haz que, animados por tu Espíritu Santo, tus sacerdotes amen lo
que ellos amaron y realicen lo que enseñaron. Amén.
LECTURA BÍBLICA
Yo santificaré mi gran nombre profanado entre las naciones, profanado allí por
ustedes. Y las naciones sabrán que yo soy Yahvé –Oráculo del Señor Yahvé–
cuando yo, por medio de ustedes, manifieste mi santidad a la vista de ellos. Los
tomaré de entre las naciones, los recogeré de todos los países y los llevaré a su
suelo. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; de todas sus
manchas y de todos sus ídolos los purificaré. Yo les daré un corazón nuevo,
infundiré en ustedes un espíritu nuevo, quitaré de su carne el corazón de
piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en ustedes y haré
que se conduzcan según mis normas. (Ez 36, 23-27)
DÍA SEGUNDO
8. Dejo al padre Manchon el encargo de transmitir a ustedes las noticias. De mi
parte les escribo solo unas palabras para asegurarles que los llevo a todos
muy dentro de mi corazón, son sin igual afecto y ternura. Todo esto no
significa nada porque lo que debe alégrales es que nuestro Señor y su santa
Madre los llevan en el suyo. Llevémoslos a ellos en el nuestro y esforcémonos
para que en nosotros vivan y reúnen, mediante nuestra humildad verdadera
y profunda, la caridad perfecta y cordial, el desprecio absoluto del mundo y
de nosotros mismos y el puro amor a Dios. Así encontrarán ustedes la paz de
sus almas y el paraíso en la tierra. Suplico a nuestro Señor y a su santa
Madre que nos hagan a todos según du corazón en cuyo amor los abrazo a
todos y a cada uno, repitiéndome con todo mi afecto todo suyo, Jua Eudes.
San Juan Eudes, 1643
LECTURA EUDISTA
7
[7] Las cartas de san Juan Eudes, Colección Eudistas N°56, Corporación Centro Carismático Minuto de Dios,
Bogotá, 2011, pág. 11
PRIMER MENSAJE A LA CONGREGACIÓN DE JESÚS Y MARÍA [7]
“Los llevo a todos ustedes muy dentro de mi corazón”
Primer mensaje a la Congregación de Jesús y María.Año de 1643
9. Fuiste favor de María para tu sediento hogar;
en las aguas bautismales se encendió tu caridad.
En piadosa edad temprana experimentaste a Dios;
y creció tu amor a María a quien diste el corazón.
El sacerdocio de Cristo enamoró tu corazón;
feliz tocaste una puerta: Oratorio de Jesús.
Un maestro iluminado te habló de la Encarnación.
Sacerdote para siempre, el Señor te consagró.
¡La Peste! Clamó tu pueblo; con él tu celo te unió.
Primeras armas de apóstol que tu memoria guardó.
Incendio de fe en tu mundo, tu palabra provocó.
Abriste un camino a todos: Vida y Reino de Jesús.
La mujer esclavizada tu mirada descubrió.
Refugio caritativo tu caridad le ofreció.
Por largos años luchaste fijos los ojos en Dios.
Su Voluntad fue tu guía que buscaste con tesón.
Encendiste en la Iglesia la hoguera del Corazón,
culto del Hijo y la Madre unidos en único amor.
En campos y ciudades tu fuerte voz resonó,
y en sus reales palacios al mismo rey cuestionó.
Para formar sacerdotes hogares tu celo abrió,
de santidad penetrados tu celo los pretendió.
A todos los bautizados, campo abriste en la misión,
voces de Cristo en el mundo tu amor los comprometió.
Incansable en la faena el final te sorprendió.
A Jesucristo entregaste años colmados de amor.
Huella dejaste en el mundo que hoy seguimos con fervor,
alcánzanos en el Cielo entusiasmo en la misión.
GOZOS
8
Antífona: De Jesús y María consigue a tus hijos el férvido amor.
10. ORACIÓN CONCLUSIVA
Oh Dios, que elegiste a san Juan Eudes para anunciar las inescrutables
riquezas del amor de Cristo; concédenos que, movidos por su palabra y por su
ejemplo, crezcamos en la fe y llevemos una vida conforme al Evangelio. Por
Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…
R/ Amén.
BENDICIÓN
Queremos, Señor Jesús, que vivas y reines entre nosotros. Y nos bendiga con
su Hijo, la Santísima Virgen María.
R/ Amén.
9
11. San Juan Eudes le escribe a una religiosa Montmartre sobre el amor de Dios
en la que le pide entregarse al Corazón de Jesús y reconoce que los
corazones de Jesús y María piden corazones humildes, puros, despegados de
todo, caritativos, fieles, sumisos, encendidos en grandísimo deseo de agradar
a Dios. Y nos invita a refugiarnos en esta hoguera de amor.
INTRODUCCIÓN
10
DÍA TERCERO
“Me ha traído mucha alegría al verla mantenerse siempre en el
deseo de amar cada vez más a nuestro muy amable Salvador”
[8] Si no hay ministroordenado, se dice: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén” y se
continua con la lectura bíblica.
[9] Oremos con san Juan Eudes, Cali, 2005, Pag 140
SALUDO PRESIDENCIAL [8]
Presidente: Hermanos, que la paz de Cristo Jesús y el amor de su Corazón
estén con ustedes.
R/ Y con tu espíritu.
ORACIÓN [9]
Corazón de Jesús, fuego que ardes sin consumirte, amor sin cesar ferviente,
enciéndeme por entero para que te ame con todo mi ser. Dios todopoderoso,
te pedimos que infundas en nuestros corazones el Espíritu y el Corazón de
Jesús, tu Hijo amantísimo, para que teniendo con él un solo Espíritu y un solo
Corazón, merezcamos sacrificarte nuestra vida y cuanto nos pertenece. Amén.
LECTURA BÍBLICA
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un
traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a un novio que se pone
la corona, o a una novia que se adorna con susjoyas.
Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor
hará brotar la justicia y los himnosante todos los pueblos.
Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que
despunte la aurora de su justicia y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos
verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo pronunciado por
la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la
palma de tu Dios.
Ya no te llamarán “Abandonada”, ni a tu tierra “Devastada”, a ti te llamarán “Mi
Favorita”, y a tu tierra “Desposada”, porque el Señor te prefiere a ti. (Is 61, 10 - 62,4)
DÍA TERCERO
12. Le agradezco, mi amadísima Hija, su amable carta que me ha traído mucha
alegría al verla mantenerse siempre en el deseo de amar cada vez más a
nuestro muy amable Salvador y a su queridísima Madre. Le suplico que las
arroje a todas, a la Señora y a todas sus muy queridas Hermanas, en lo más
hondo de la hoguera del divino amor. Allí las sumerjo yo a diario, en cuanto
me es posible, con el inmenso deseo de que todas se inflamen, devoradas y
consumidas, en las sagradas llamas de esa divina hoguera, clamando desde
lo más profundo de mi alma, de profundis clamavi desde lo más hondo clamé,
por cada una de ustedes: Escucha, escucha, escucha, oh gran hoguera de
amor. Esta brizna de paja pide con mucha insistencia, ser arrojada,
abismada, perdida, devorada, consumida en estas sagradas llamas por
siempre.
Esta hoguera es el divino Corazón de Jesús y María. Sus fuegos y llamas solo
se alimentan de corazones. ¡Oh, qué dichosos son los corazones que se
sumergen en esas divinas llamas! Pero ellas piden corazones humildes,
puros, despegados de todo, caritativos, fieles, sumisos, encendidos en
grandísimo deseo de agradar a Dios y completamente llenos de confianza en
la bondad infinita del Hijo de María y en la benignidad incomparable de la
Madre de Jesús.
San Juan Eudes
LECTURA EUDISTA
11
[7] Las cartas de san Juan Eudes, Colección Eudistas N°56, Corporación Centro Carismático Minuto de Dios,
Bogotá, 2011, pág. 199
SOBRE EL AMOR DE DIOS [10]
“Sus fuegos y llamas solo se alimentan de corazones”
A una religiosa de Montmartre sobre el amor de Dios
13. Fuiste favor de María para tu sediento hogar;
en las aguas bautismales se encendió tu caridad.
En piadosa edad temprana experimentaste a Dios;
y creció tu amor a María a quien diste el corazón.
El sacerdocio de Cristo enamoró tu corazón;
feliz tocaste una puerta: Oratorio de Jesús.
Un maestro iluminado te habló de la Encarnación.
Sacerdote para siempre, el Señor te consagró.
¡La Peste! Clamó tu pueblo; con él tu celo te unió.
Primeras armas de apóstol que tu memoria guardó.
Incendio de fe en tu mundo, tu palabra provocó.
Abriste un camino a todos: Vida y Reino de Jesús.
La mujer esclavizada tu mirada descubrió.
Refugio caritativo tu caridad le ofreció.
Por largos años luchaste fijos los ojos en Dios.
Su Voluntad fue tu guía que buscaste con tesón.
Encendiste en la Iglesia la hoguera del Corazón,
culto del Hijo y la Madre unidos en único amor.
En campos y ciudades tu fuerte voz resonó,
y en sus reales palacios al mismo rey cuestionó.
Para formar sacerdotes hogares tu celo abrió,
de santidad penetrados tu celo los pretendió.
A todos los bautizados, campo abriste en la misión,
voces de Cristo en el mundo tu amor los comprometió.
Incansable en la faena el final te sorprendió.
A Jesucristo entregaste años colmados de amor.
Huella dejaste en el mundo que hoy seguimos con fervor,
alcánzanos en el Cielo entusiasmo en la misión.
GOZOS
12
Antífona: De Jesús y María consigue a tus hijos el férvido amor.
14. ORACIÓN CONCLUSIVA
Oh Dios, que elegiste a san Juan Eudes para anunciar las inescrutables
riquezas del amor de Cristo; concédenos que, movidos por su palabra y por su
ejemplo, crezcamos en la fe y llevemos una vida conforme al Evangelio. Por
Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…
R/ Amén.
BENDICIÓN
Queremos, Señor Jesús, que vivas y reines entre nosotros. Y nos bendiga con
su Hijo, la Santísima Virgen María.
R/ Amén.
13
15. Cuando el padre Sesseval siente su deseo de partir a China y hacer misiones
en naciones extranjeras, san Juan Eudes le escribe una carta aprobando su
deseo y enviándolo en nombre de la pequeña congregación. Invitando a los
cristianos a vivir la experiencia de misión que tiene como objetivo destruir la
obra de satanás e instaurar el reino.
INTRODUCCIÓN
14
DÍA CUARTO
“Vete, pues, en el nombre de la santa Trinidad, para hacerla conocer
y adorar donde aún no es conocida ni adorada”
[11] Si no hay ministroordenado, se dice: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén” y se
continua con la lectura bíblica.
[12] Oremos con san Juan Eudes, Cali, 2005, Pag 140
SALUDO PRESIDENCIAL [11]
Presidente: Hermanos, que la paz de Cristo Jesús y el amor de su Corazón
estén con ustedes.
R/ Y con tu espíritu.
ORACIÓN [12]
Adoremos a Dios que envía su Hijo al mundo, y a Jesucristo que envía a sus
apóstoles, como el Padre lo envió. Agradezcamos a nuestro Salvador el
misterio de su encarnación, el haber fundado su Iglesia y el hacemos
participes de su misión. Pidamos perdón por haber sido negligentes en el
cumplimiento de nuestra misión y por no haber obrado como sus enviados.
Entreguémonos a él para que nos colme del espíritu misionero con que anima
a su Iglesia. Amén
LECTURA BÍBLICA
Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla,
purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y la presentó
resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino
que sea santa e inmaculada. (Ef. 5, 25b-27)
DÍA CUARTO
16. Sí, hermano muy querido, con todo nuestro corazón aprobamos la santa obra que
emprendes por la gloria de Dios y la salvación de las almas. Vete, pues, en el nombre
de la santa Trinidad, para hacerla conocer y adorar donde aún no es conocida ni
adorada. Vete en nombre de Jesucristo, Hijo único de Dios, para aplicar a las almas
el fruto de la sangre preciosa que él derramó por ellas.
Vete bajo la protección y el amparo de la divina Madre, para imprimir en los
corazones el respeto y la veneración que ella merece. Te protejan y guíen san José,
san Gabriel, tu ángel de la guarda, los santos apóstoles de los lugares a donde vayas
para trabajar con ellos en la salvación de las almas perdidas y abandonadas.
Vete en nombre y de parte de nuestra pequeña Congregación para realizar en
China y en los demás lugares a donde te conduzca la Providencia lo que ella
quisiera realizar en todo el universo, derramando hasta la última gota de sangre,
para destruir en él la tiranía de Satanás y establecer el reino de Dios.
Recuerda, empero, que en esta obra, eminentemente apostólica, te son
dispensables gran pureza de intención para no buscar sino la gloria de Dios,
profunda humildad y desconfianza de ti mismo, gran confianza en su infinita
misericordia, sumisión total a su adorable voluntad y a los prelados que hacen sus
veces, paciencia invencible en los trabajos y fatigas, celo ardiente por la salvación
de las almas y cordialidad sincera hacia los demás eclesiásticos, en particular hacia
los religiosos de la santa Compañía de Jesús, con los que 72 te pedimos con mucha
insistencia que vivas siempre en perfecta unión y armonía. Medita a menudo en
estas virtudes y pídelas con insistencia a Dios y esfuérzate por practicarlas con
fidelidad.
Quiera la bondad de Dios concedértelas junto con las demás gracias que necesitas
para cumplir perfectamente su santa voluntad y para comportarte en todo lugar
como auténtico misionero de la Congregación de Jesús y María y como verdadero
hijo de su amabilísimo corazón.
San Juan Eudes, 1661
LECTURA EUDISTA
15
[13] Las cartas de san Juan Eudes, Colección Eudistas N°56, Corporación Centro Carismático Minuto de Dios,
Bogotá, 2011, pág. 47
VETE EN NOMBRE DE LA SANTA TRINIDAD [13]
“Que este adorable Jesús y esta divina María te den con este fin su santa
bendición y que ella permanezca siempre en ti,”
Obediencia al Padre Sesseval, conocido como Damville, para ir a las misiones extranjeras 1661
17. Fuiste favor de María para tu sediento hogar;
en las aguas bautismales se encendió tu caridad.
En piadosa edad temprana experimentaste a Dios;
y creció tu amor a María a quien diste el corazón.
El sacerdocio de Cristo enamoró tu corazón;
feliz tocaste una puerta: Oratorio de Jesús.
Un maestro iluminado te habló de la Encarnación.
Sacerdote para siempre, el Señor te consagró.
¡La Peste! Clamó tu pueblo; con él tu celo te unió.
Primeras armas de apóstol que tu memoria guardó.
Incendio de fe en tu mundo, tu palabra provocó.
Abriste un camino a todos: Vida y Reino de Jesús.
La mujer esclavizada tu mirada descubrió.
Refugio caritativo tu caridad le ofreció.
Por largos años luchaste fijos los ojos en Dios.
Su Voluntad fue tu guía que buscaste con tesón.
Encendiste en la Iglesia la hoguera del Corazón,
culto del Hijo y la Madre unidos en único amor.
En campos y ciudades tu fuerte voz resonó,
y en sus reales palacios al mismo rey cuestionó.
Para formar sacerdotes hogares tu celo abrió,
de santidad penetrados tu celo los pretendió.
A todos los bautizados, campo abriste en la misión,
voces de Cristo en el mundo tu amor los comprometió.
Incansable en la faena el final te sorprendió.
A Jesucristo entregaste años colmados de amor.
Huella dejaste en el mundo que hoy seguimos con fervor,
alcánzanos en el Cielo entusiasmo en la misión.
GOZOS
16
Antífona: De Jesús y María consigue a tus hijos el férvido amor.
18. ORACIÓN CONCLUSIVA
Oh Dios, que elegiste a san Juan Eudes para anunciar las inescrutables
riquezas del amor de Cristo; concédenos que, movidos por su palabra y por su
ejemplo, crezcamos en la fe y llevemos una vida conforme al Evangelio. Por
Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…
R/ Amén.
BENDICIÓN
Queremos, Señor Jesús, que vivas y reines entre nosotros. Y nos bendiga con
su Hijo, la Santísima Virgen María.
R/ Amén.
17
19. San Juan Eudes escribe a los padres Ricardo le Mesle y Tomás Vigeon el 23 de
septiembre de 1646 para invitarlos a tomar una opción clara de “completar su
sacrificio” es un compromiso sencillo y radical de entregar su vida al servicio
del maestro. Invita Juan Eudes a que todos los cristianos dediquen su vida al
servicio del buen Dios.
INTRODUCCIÓN
18
DÍA QUINTO
“Sean fieles al que los ha llamado”
[14] Si no hay ministroordenado, se dice: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén” y se
continua con la lectura bíblica.
[15] Oremos con san Juan Eudes, Cali, 2005, Pag 131
SALUDO PRESIDENCIAL [14]
Presidente: Hermanos, que la paz de Cristo Jesús y el amor de su Corazón
estén con ustedes.
R/ Y con tu espíritu.
ORACIÓN [15]
Señor Jesús, que has dicho: bajé del cielo no para hacer mi voluntad sino la del
Padre que me envió. y también: todo el que cumple la voluntad de mi Padre, es
mi hermano, mi hermana y mi madre; concédenos que, siguiéndote en todo,
renunciemos a nuestras miras humanas, y con decisión cumplamos los
designios del que es tu Padre y nuestro Padre. Amén.
LECTURA BÍBLICA
Desde Mileto envió a llamar a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso. Cuando llegaron
donde él, les dijo: «Ustedes saben cómo me comporté siempre con ustedes, desde el
primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad y lágrimas y con
las pruebas que me vinieron por las asechanzas de los judíos; cómo no me acobardé
cuando en algo podía serles útil; les predicaba y enseñaba en público y por las casas,
dando testimonio tanto a judíos como a griegos para que se convirtieran a Dios y
creyeran en nuestro Señor Jesús.
Miren que ahora yo, encadenado en el Espíritu, me dirijo a Jerusalén, sin saber lo
que allí me sucederá; solamente sé que en cada ciudad el Espíritu Santo me testifica
que me aguardan prisiones y tribulaciones. Pero yo no considero mi vida digna de
estima, con tal que termine mi carrera y cumpla el ministerio que he recibido del
Señor Jesús, de dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios.
DÍA QUINTO
20. Les encarezco que vengan aquí para realizar perfectamente su sacrificio y
para permanecer con sus hermanos quienes los aman con ternura y desean
vivamente que estén con ellos ad convivendum et ad commoriendum, en la
vida y en la muerte. Saben bien ustedes que ninguno de los que miran hacia
atrás, una vez que han puesto la mano en el arado, es apto para el reino de
Dios. Acudan, pues, mis hermanos amadísimos, en el nombre de nuestro
Señor y de su santísima Madre, y sean fieles al que los ha llamado; vengan
sin tardar para que empleemos juntos lo que nos queda de vida en el servicio
de nuestro amado Maestro, y para conquistarle almas rescatadas con el
precio de su sangre. Tengan cuidado de que el tentador no los sorprenda y
que el mundo no los seduzca; cierren sus oídos a la voz de la serpiente y
ábranlos a la del cielo.
San Juan Eudes, 1646
LECTURA EUDISTA
19
[16] Las cartas de san Juan Eudes, Colección Eudistas N°56, Corporación Centro Carismático Minuto de Dios,
Bogotá, 2011, pág. 11
VENGAN HERMANOS [16]
“Vengan sin tardar para que empleemos juntos lo que nos
queda de vida en el servicio de nuestro amado Maestro”
A los Padres Ricardo le Mesle y Tomás Vigeon para invitarlos a venir para hacer sus
promesas de Incorporación Lion-sur-Mer, 23 de septiembre de 1646
Y ahora yo sé que ya no volverán a ver mi rostro ninguno de ustedes, entre quienes
pasé predicando el Reino. Por esto les testifico en el día de hoy que yo estoy limpio
de la sangre de todos, pues no me acobardé de anunciarles todo el designio de Dios.
Tengan cuidado de ustedes y de toda la grey, en medio de la cual les ha puesto el
Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que Él se adquirió
con la sangre de su propio hijo. Yo sé que, después de mi partida, se introducirán
entre ustedes lobos crueles que no perdonarán al rebaño; y también que de entre
ustedes mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas, para
arrastrar a los discípulos detrás de sí. Por tanto, vigilen y acuérdense que durante
tres años no he cesado de amonestarlos día y noche con lágrimas a cada uno de
ustedes. Ahora los encomiendo a Dios y a la Palabra de su gracia, que tiene poder
para construir el edificio y darles la herencia con todos los santificados.
(Hch 20, 17-32)
21. Fuiste favor de María para tu sediento hogar;
en las aguas bautismales se encendió tu caridad.
En piadosa edad temprana experimentaste a Dios;
y creció tu amor a María a quien diste el corazón.
El sacerdocio de Cristo enamoró tu corazón;
feliz tocaste una puerta: Oratorio de Jesús.
Un maestro iluminado te habló de la Encarnación.
Sacerdote para siempre, el Señor te consagró.
¡La Peste! Clamó tu pueblo; con él tu celo te unió.
Primeras armas de apóstol que tu memoria guardó.
Incendio de fe en tu mundo, tu palabra provocó.
Abriste un camino a todos: Vida y Reino de Jesús.
La mujer esclavizada tu mirada descubrió.
Refugio caritativo tu caridad le ofreció.
Por largos años luchaste fijos los ojos en Dios.
Su Voluntad fue tu guía que buscaste con tesón.
Encendiste en la Iglesia la hoguera del Corazón,
culto del Hijo y la Madre unidos en único amor.
En campos y ciudades tu fuerte voz resonó,
y en sus reales palacios al mismo rey cuestionó.
Para formar sacerdotes hogares tu celo abrió,
de santidad penetrados tu celo los pretendió.
A todos los bautizados, campo abriste en la misión,
voces de Cristo en el mundo tu amor los comprometió.
Incansable en la faena el final te sorprendió.
A Jesucristo entregaste años colmados de amor.
Huella dejaste en el mundo que hoy seguimos con fervor,
alcánzanos en el Cielo entusiasmo en la misión.
GOZOS
20
Antífona: De Jesús y María consigue a tus hijos el férvido amor.
22. ORACIÓN CONCLUSIVA
Oh Dios, que elegiste a san Juan Eudes para anunciar las inescrutables
riquezas del amor de Cristo; concédenos que, movidos por su palabra y por su
ejemplo, crezcamos en la fe y llevemos una vida conforme al Evangelio. Por
Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…
R/ Amén.
BENDICIÓN
Queremos, Señor Jesús, que vivas y reines entre nosotros. Y nos bendiga con
su Hijo, la Santísima Virgen María.
R/ Amén.
21
23. San Juan Eudes escribe entre los años 1674-1675 una carta a los miembros de
la Congregación sobre la confianza en medio de las persecuciones.
Presentándose como testimonio de que Dios siempre sale a la defensa de sus
hijos e invitando a todos los cristianos a ser fieles y mantener encendida la
confianza en Dios.
INTRODUCCIÓN
22
DÍA SEXTO
“Procuremos no perder ni un solo grano de nuestra confianza”
[17] Si no hay ministroordenado, se dice: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén” y se
continua con la lectura bíblica.
[18] Oremos con san Juan Eudes, Cali, 2005, Pag 140
SALUDO PRESIDENCIAL [17]
Presidente: Hermanos, que la paz de Cristo Jesús y el amor de su Corazón
estén con ustedes.
R/ Y con tu espíritu.
ORACIÓN [18]
¡Jesús, sólo en ti he puesto mi confianza! Tú eres mi fortaleza y mi único
refugio. Me entrego y abandono totalmente a ti. Haz de mí lo que te plazca. En
tus manos entrego y sacrifico mi ser, mi alma, mi vida y todo lo mío, para que
dispongas de mí en tiempo y eternidad para tu gloria. Amén.
LECTURA BÍBLICA
No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio. Y no con palabras sabias,
para no desvirtuar la cruz de Cristo. Pues la predicación de la cruz es una necedad
para los que se pierden; más para los que se salvan –para nosotros– es fuerza de
Dios.
Porque dice la Escritura: Destruiré la sabiduría de los sabios, e inutilizaré la
inteligencia de los inteligentes. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el docto? ¿Dónde el
sofista de este mundo? ¿Acaso no entonteció Dios la sabiduría de este mundo? De
hecho, como el mundo mediante su propia sabiduría no conoció a Dios en su divina
sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación.
Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros
predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos, necedad para los
gentiles. (1 Cor 1, 17-23)
DÍA SEXTO
24. Procuremos no perder ni un solo grano de nuestra confianza. Ofenderíamos el
poder y la bondad infinitos de nuestro adorabilísimo Padre y de nuestra muy
amable Madre, si luego de tantos efectos de su incomparable caridad,
careciéramos de confianza en ellos. Ellos suscitan algunas personas poderosas
para sostenernos y defendernos. Espero que esta persecución sea un último
efecto de la rabia del infierno contra nosotros. Ustedes no alcanzan a imaginar
cuantas especies de calumnias el demonio difunde por todas partes contra mí. En
medio de todo esto yo canto con todo mi corazón:
¡Viva Jesús, mi único deseo!
¡Viva Jesús, que es todo mi deleite!
¡Viva Jesús, mi amable Salvador!
¡Viva Jesús, Dios de mi corazón!
¡Viva la Reina de mi corazón!
¡Viva María, Madre de amor!
Día y noche quiero cantar las maravillas de su buen Corazón.
San Juan Eudes, 1674-1675
LECTURA EUDISTA
23
[19] Las cartas de san Juan Eudes, Colección Eudistas N°56, Corporación Centro Carismático Minuto de Dios,
Bogotá, 2011, pág. 61
CONFIANZA EN DIOS EN MEDIO DE LAS DIFICULTADES [19]
“Día y noche quiero cantar las maravillas de su buen Corazón”
A los sacerdotes de la Congregación sobre la confianza en Dios en medio de las
persecuciones. 1674-1675
25. Fuiste favor de María para tu sediento hogar;
en las aguas bautismales se encendió tu caridad.
En piadosa edad temprana experimentaste a Dios;
y creció tu amor a María a quien diste el corazón.
El sacerdocio de Cristo enamoró tu corazón;
feliz tocaste una puerta: Oratorio de Jesús.
Un maestro iluminado te habló de la Encarnación.
Sacerdote para siempre, el Señor te consagró.
¡La Peste! Clamó tu pueblo; con él tu celo te unió.
Primeras armas de apóstol que tu memoria guardó.
Incendio de fe en tu mundo, tu palabra provocó.
Abriste un camino a todos: Vida y Reino de Jesús.
La mujer esclavizada tu mirada descubrió.
Refugio caritativo tu caridad le ofreció.
Por largos años luchaste fijos los ojos en Dios.
Su Voluntad fue tu guía que buscaste con tesón.
Encendiste en la Iglesia la hoguera del Corazón,
culto del Hijo y la Madre unidos en único amor.
En campos y ciudades tu fuerte voz resonó,
y en sus reales palacios al mismo rey cuestionó.
Para formar sacerdotes hogares tu celo abrió,
de santidad penetrados tu celo los pretendió.
A todos los bautizados, campo abriste en la misión,
voces de Cristo en el mundo tu amor los comprometió.
Incansable en la faena el final te sorprendió.
A Jesucristo entregaste años colmados de amor.
Huella dejaste en el mundo que hoy seguimos con fervor,
alcánzanos en el Cielo entusiasmo en la misión.
GOZOS
24
Antífona: De Jesús y María consigue a tus hijos el férvido amor.
26. ORACIÓN CONCLUSIVA
Oh Dios, que elegiste a san Juan Eudes para anunciar las inescrutables
riquezas del amor de Cristo; concédenos que, movidos por su palabra y por su
ejemplo, crezcamos en la fe y llevemos una vida conforme al Evangelio. Por
Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…
R/ Amén.
BENDICIÓN
Queremos, Señor Jesús, que vivas y reines entre nosotros. Y nos bendiga con
su Hijo, la Santísima Virgen María.
R/ Amén.
25
27. San Juan Eudes escribe en Ruan el 24 de diciembre de 1659 una carta a la
madre Patín sobre su vida espiritual invitándola a permanecer en paz y
confianza en su vida espiritual. En ella san Juan Eudes invita a todos los
cristianos a vivir en el espíritu de santidad.
INTRODUCCIÓN
26
DÍA SÉPTIMO
“Este muy amable Salvador tiene amor particular por usted”
[20] Si no hay ministroordenado, se dice: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén” y se
continua con la lectura bíblica.
[21] Oremos con san Juan Eudes, Cali, 2005, Pag 141
SALUDO PRESIDENCIAL [20]
Presidente: Hermanos, que la paz de Cristo Jesús y el amor de su Corazón
estén con ustedes.
R/ Y con tu espíritu.
ORACIÓN [21]
Señor Jesús, me entrego a ti, totalmente y para siempre. Por la fe, adhiero a tu
doctrina, por la esperanza, aguardo tus promesas, por el amor y la caridad,
guardo tus mandatos y consejos. Como parte de tu cuerpo místico te sigo por
la práctica de tus virtudes y me uno a ti como a mi cabeza. Quiero continuar tu
vida sobre la tierra mediante tu gracia, que imploro de ti encarecidamente.
Amén.
LECTURA BÍBLICA
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles,
entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las
naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de
los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, reciban la
herencia del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque
tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y
me acogieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel,
y vinieron a verme”.
DÍA SÉPTIMO
28. Mi muy querida y buena madre, El divino Niño Jesús sea el corazón de nuestro
corazón y el espíritu de nuestro espíritu. Todo cuanto me escribe respecto del
estado y de las disposiciones de su alma es prueba cierta de que este muy amable
Salvador tiene amor muy particular por usted. No hay nada que temer, mi querida
madre: el estado de su alma es bueno. Permanezca en paz y confianza; y en
abandono de cuanto es, en tiempo y eternidad, a la muy adorable voluntad de Dios,
que ha establecido su reino en su corazón y reinará en él dichosamente por toda la
eternidad. Pero le ruego, mi muy querida madre, que no se persuada de que pueda
llegar a hacer lo que hizo antes. Por el contrario, debe moderar mucho sus
mortificaciones y dar a su cuerpo el reposo y los alivios que son necesarios para
conservar su salud. Si hace esto, esté cierta de que hace algo muy del agrado de
Dios, y mucho más agradable que si actúa de manera distinta.
San Juan Eudes, 1659
LECTURA EUDISTA
27
[22] Las cartas de san Juan Eudes, Colección Eudistas N°56, Corporación Centro Carismático Minuto de Dios,
Bogotá, 2011, pág. 89
VIDA ESPIRITUAL [22]
“No hay nada que temer, mi querida madre: el estado de su
alma es bueno”
A la Madre Patin, sobre su vida espiritual Ruan, 24 de diciembre de 1659
Entonces los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos
de comer; o sediento, ¿y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te
acogimos; o desnudo, ¿y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y
fuimos a verte?”.
Y el Rey les dirá: “En verdad les digo que cuanto hicieron a unos de estos hermanos
míos más pequeños, a mí me lo hicieron”.
Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apártense de mí, malditos, vayan al
fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me
dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me acogieron;
estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y en la cárcel, y no me visitaron”.
Entonces dirán también éstos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o
forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.
Y él entonces les responderá: “En verdad les digo que cuanto dejaron de hacer con
uno de estos más pequeños, también conmigo dejaron de hacerlo”. (Mt 25, 31-45)
29. Fuiste favor de María para tu sediento hogar;
en las aguas bautismales se encendió tu caridad.
En piadosa edad temprana experimentaste a Dios;
y creció tu amor a María a quien diste el corazón.
El sacerdocio de Cristo enamoró tu corazón;
feliz tocaste una puerta: Oratorio de Jesús.
Un maestro iluminado te habló de la Encarnación.
Sacerdote para siempre, el Señor te consagró.
¡La Peste! Clamó tu pueblo; con él tu celo te unió.
Primeras armas de apóstol que tu memoria guardó.
Incendio de fe en tu mundo, tu palabra provocó.
Abriste un camino a todos: Vida y Reino de Jesús.
La mujer esclavizada tu mirada descubrió.
Refugio caritativo tu caridad le ofreció.
Por largos años luchaste fijos los ojos en Dios.
Su Voluntad fue tu guía que buscaste con tesón.
Encendiste en la Iglesia la hoguera del Corazón,
culto del Hijo y la Madre unidos en único amor.
En campos y ciudades tu fuerte voz resonó,
y en sus reales palacios al mismo rey cuestionó.
Para formar sacerdotes hogares tu celo abrió,
de santidad penetrados tu celo los pretendió.
A todos los bautizados, campo abriste en la misión,
voces de Cristo en el mundo tu amor los comprometió.
Incansable en la faena el final te sorprendió.
A Jesucristo entregaste años colmados de amor.
Huella dejaste en el mundo que hoy seguimos con fervor,
alcánzanos en el Cielo entusiasmo en la misión.
GOZOS
28
Antífona: De Jesús y María consigue a tus hijos el férvido amor.
30. ORACIÓN CONCLUSIVA
Oh Dios, que elegiste a san Juan Eudes para anunciar las inescrutables
riquezas del amor de Cristo; concédenos que, movidos por su palabra y por su
ejemplo, crezcamos en la fe y llevemos una vida conforme al Evangelio. Por
Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…
R/ Amén.
BENDICIÓN
Queremos, Señor Jesús, que vivas y reines entre nosotros. Y nos bendiga con
su Hijo, la Santísima Virgen María.
R/ Amén.
29
31. Ante la carta a un doctor de la Sorbona en contra de Juan Eudes, los
hermanos eudistas le recomiendan defenderse de las calumnias, pero él les
responde con afecto y asegurándoles que su único deseo es imitar a Cristo en
su pasión. En este día san Juan Eudes nos invita a reconocer a nuestro
salvador sobre nuestros débiles esfuerzos humanos.
INTRODUCCIÓN
30
DÍA OCTAVO
“No puedo decidirme hacer otra cosa sino tratar de imitar a Cristo
en su paciencia y silencio”
[23] Si no hay ministroordenado, se dice: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén” y se
continua con la lectura bíblica.
[24] [1] Oremos con san Juan Eudes, Cali, 2005, Pag 76
SALUDO PRESIDENCIAL [23]
Presidente: Hermanos, que la paz de Cristo Jesús y el amor de su Corazón
estén con ustedes.
R/ Y con tu espíritu.
ORACIÓN [24]
Adoremos a Jesús por su obediencia exacta, pronta y perfecta, que lo llevó
hasta la muerte de cruz. Agradezcámosle el haber glorificado a su Padre por
esta virtud. Pidamos perdón por nuestra desobediencia. Entreguémonos a él
para seguirlo en su obediencia. Supliquémosle destruya nuestros egoísmos, y
haga vivir y reinar en nosotros la divina voluntad, por el ejercicio de una
obediencia perfecta. Pidamos la intercesión de la Madre de Dios, de los
ángeles y de los santos para alcanzar esta gracia. Amén
LECTURA BÍBLICA
Es cierta esta afirmación: Si alguno aspira al cargo de obispo, desea una noble
función. Es, pues, necesario que el obispo sea irreprensible, casado una sola vez,
sobrio, sensato, educado, hospitalario, apto para enseñar. Ni bebedor ni violento,
sino moderado, enemigo de pendencias, desprendido del dinero, que gobierne bien
su propia casa y mantenga sumisos a sus hijos con toda dignidad; pues si alguno no
es capaz de gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la Iglesia de Dios?
DÍA OCTAVO
32. Son muy loables el celo y la bondad de ellos. Pero como no encuentro en el santo
Evangelio que nuestro divino y adorable Maestro haya empleado la vía y los medios
sugeridos en su carta, para defenderse de la injusticia y crueldad de los judíos no
puedo decidirme a hacer otra cosa que tratar de imitarlo en su paciencia y en su
silencio. “pero Jesús callaba” Es posible que Dios suscite a alguien que responda al
libelo. Sea lo que fuere, acepto gustoso todas las cruces que plaza a Dios enviarme.
A El le suplico que perdone a mis perseguidores. Mis numerosos pecados merecen
mil veces más.
San Juan Eudes, 1675
LECTURA EUDISTA
31
[25] Las cartas de san Juan Eudes, Colección Eudistas N°56, Corporación Centro Carismático Minuto de Dios,
Bogotá, 2011, pág. 62
CAMINAR SOBRE LAS HUELLAS DE JESÚS [25]
“No hay nada que temer, mi querida madre: el estado de su
alma es bueno”
Que no sea neófito, no sea que, llevado por la soberbia, caiga en la misma
condenación del Diablo. Es necesario también que tenga buena fama entre los de
fuera, para que no caiga en descrédito y en las redes del Diablo.
También los diáconos deben ser dignos, sin doblez, no dados a beber mucho vino ni a
negocios sucios; que guarden el Misterio de la fe con una conciencia pura. Primero se
le someterá a prueba y después, si fuesen irreprensibles, serán diáconos. Las
mujeres igualmente deben ser dignas, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo. Los
diáconos sean casados una sola vez y gobiernen bien a sus hijos y su propia casa.
Yo te conjuro en presencia de Dios, de Cristo Jesús y de los ángeles escogidos, que
observes estas recomendaciones sin dejarte llevar de prejuicios ni favoritismos. No
te precipites en imponer a nadie las manos, no te hagas partícipe de los pecados
ajenos. Consérvate puro. (1Tm 3, 1-12. 5, 21-22)
33. Fuiste favor de María para tu sediento hogar;
en las aguas bautismales se encendió tu caridad.
En piadosa edad temprana experimentaste a Dios;
y creció tu amor a María a quien diste el corazón.
El sacerdocio de Cristo enamoró tu corazón;
feliz tocaste una puerta: Oratorio de Jesús.
Un maestro iluminado te habló de la Encarnación.
Sacerdote para siempre, el Señor te consagró.
¡La Peste! Clamó tu pueblo; con él tu celo te unió.
Primeras armas de apóstol que tu memoria guardó.
Incendio de fe en tu mundo, tu palabra provocó.
Abriste un camino a todos: Vida y Reino de Jesús.
La mujer esclavizada tu mirada descubrió.
Refugio caritativo tu caridad le ofreció.
Por largos años luchaste fijos los ojos en Dios.
Su Voluntad fue tu guía que buscaste con tesón.
Encendiste en la Iglesia la hoguera del Corazón,
culto del Hijo y la Madre unidos en único amor.
En campos y ciudades tu fuerte voz resonó,
y en sus reales palacios al mismo rey cuestionó.
Para formar sacerdotes hogares tu celo abrió,
de santidad penetrados tu celo los pretendió.
A todos los bautizados, campo abriste en la misión,
voces de Cristo en el mundo tu amor los comprometió.
Incansable en la faena el final te sorprendió.
A Jesucristo entregaste años colmados de amor.
Huella dejaste en el mundo que hoy seguimos con fervor,
alcánzanos en el Cielo entusiasmo en la misión.
GOZOS
32
Antífona: De Jesús y María consigue a tus hijos el férvido amor.
34. ORACIÓN CONCLUSIVA
Oh Dios, que elegiste a san Juan Eudes para anunciar las inescrutables
riquezas del amor de Cristo; concédenos que, movidos por su palabra y por su
ejemplo, crezcamos en la fe y llevemos una vida conforme al Evangelio. Por
Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…
R/ Amén.
BENDICIÓN
Queremos, Señor Jesús, que vivas y reines entre nosotros. Y nos bendiga con
su Hijo, la Santísima Virgen María.
R/ Amén.
33
35. San Juan Eudes escribe en respuesta a una religiosa de Montmartre que le
había escrito para consolar al padre Eudes en medio de sus tribulaciones. En
esta Juan Eudes rescata que Dios es siempre Dios y en él expresa su
confianza y consuelo a todos los cristianos.
INTRODUCCIÓN
34
DÍA NOVENO
“Dios es siempre Dios”
[26] Si no hay ministroordenado, se dice: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén” y se
continua con la lectura bíblica.
[27] Oremos con san Juan Eudes, Cali, 2005, Pag 66
SALUDO PRESIDENCIAL [26]
Presidente: Hermanos, que la paz de Cristo Jesús y el amor de su Corazón
estén con ustedes.
R/ Y con tu espíritu.
ORACIÓN [27]
¡Dios y Padre nuestro, que por obra de tu amor nos hiciste miembros de tu
único Hijo y nos diste tener con él un mismo corazón; concédenos cumplir con
amor tu voluntad, para que deseando lo que te agrada podamos ver cumplido
nuestro anhelo de santidad. Amén.
LECTURA BÍBLICA
Y como cooperadores suyos que somos, los exhortamos a que no reciban en vano la
gracia de Dios. A nadie damos ocasión alguna de tropiezo, para que no se haga mofa
del ministerio, antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios: con
mucha constancia en tribulaciones, necesidades, angustias; en azotes, cárceles,
sediciones; en fatigas, desvelos, ayunos; en pureza, ciencia, paciencia, bondad; en el
Espíritu Santo, en caridad sincera, en la palabra de verdad, en el poder de Dios. (2
Cor 6, 1. 3-7ª)
DÍA NOVENO
36. Ore por mí, mi muy querida Hija, pues me encuentro en gran necesidad, agobiado
de cruces como nunca. Pero el menor de mis pecados merece mil veces más y mi
consuelo es que Dios es siempre Dios. Él sabe sacar siempre su mayor gloria de
todo esto. Todos los poderes de la tierra y del infierno no serán capaces de
impedirme hacer mi única tarea que es servir y amar a mi muy buen Salvador y a
mi amabilísima Madre.
San Juan Eudes, 1675
LECTURA EUDISTA
35
[28] Las cartas de san Juan Eudes, Colección Eudistas N°56, Corporación Centro Carismático Minuto de Dios,
Bogotá, 2011, pág. 191
DIOS ES DIOS [28]
“Que haga grandes santos a mis bienhechores”
A la hermana San Enrique, religiosa de Montmartre, sobre el libelo difundido entre el
publico por los enemigos del padre Eudes. Diciembre 1675
37. Fuiste favor de María para tu sediento hogar;
en las aguas bautismales se encendió tu caridad.
En piadosa edad temprana experimentaste a Dios;
y creció tu amor a María a quien diste el corazón.
El sacerdocio de Cristo enamoró tu corazón;
feliz tocaste una puerta: Oratorio de Jesús.
Un maestro iluminado te habló de la Encarnación.
Sacerdote para siempre, el Señor te consagró.
¡La Peste! Clamó tu pueblo; con él tu celo te unió.
Primeras armas de apóstol que tu memoria guardó.
Incendio de fe en tu mundo, tu palabra provocó.
Abriste un camino a todos: Vida y Reino de Jesús.
La mujer esclavizada tu mirada descubrió.
Refugio caritativo tu caridad le ofreció.
Por largos años luchaste fijos los ojos en Dios.
Su Voluntad fue tu guía que buscaste con tesón.
Encendiste en la Iglesia la hoguera del Corazón,
culto del Hijo y la Madre unidos en único amor.
En campos y ciudades tu fuerte voz resonó,
y en sus reales palacios al mismo rey cuestionó.
Para formar sacerdotes hogares tu celo abrió,
de santidad penetrados tu celo los pretendió.
A todos los bautizados, campo abriste en la misión,
voces de Cristo en el mundo tu amor los comprometió.
Incansable en la faena el final te sorprendió.
A Jesucristo entregaste años colmados de amor.
Huella dejaste en el mundo que hoy seguimos con fervor,
alcánzanos en el Cielo entusiasmo en la misión.
GOZOS
36
Antífona: De Jesús y María consigue a tus hijos el férvido amor.
38. ORACIÓN CONCLUSIVA
Oh Dios, que elegiste a san Juan Eudes para anunciar las inescrutables
riquezas del amor de Cristo; concédenos que, movidos por su palabra y por su
ejemplo, crezcamos en la fe y llevemos una vida conforme al Evangelio. Por
Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…
R/ Amén.
BENDICIÓN
Queremos, Señor Jesús, que vivas y reines entre nosotros. Y nos bendiga con
su Hijo, la Santísima Virgen María.
R/ Amén.
37