Ante la escasez de alimentos, los atenienses enviaron embajadores a Esparta para establecer una alianza con los lacedemonios manteniendo el control de sus tierras y del Pireo, y para negociar los términos de un acuerdo. Sin embargo, los lacedemonios les aconsejaron ir a Esparta, ya que no tenían autoridad para acordar esos términos por sí mismos.