La banda mexicana Café Tacvba rompe un silencio de cinco años con su nuevo álbum "El objeto antes llamado disco", grabado en vivo ante público en cuatro ciudades. El guitarrista Jáselo Rangel explica que el tiempo lo pasaron de gira y cada miembro trabajó en proyectos individuales. Ahora inician una gira para presentar el nuevo álbum en la que esperan visitar también España.
1. “No somos del todo conscientes de lo que hemos logrado o de
lo que representamos. Para mí es mejor no darme cuenta. Me
permite seguir creando y proponiendo cosas absurdas o
tontas”
La banda más importante del rock mexicano
contemporáneo rompe un silencio de cinco años con “El
objeto antes llamado disco”. El guitarrista Jáselo Rangel
explica a Eduardo Guillote el original proceso de
elaboración del álbum, y el periodista Ernesto Lechner
(“Los Angeles Times”) recuerda su visita a la grabación.
2. En México y otros países latinoamericanos llenan estadios, pero en España son
un grupo de culto, quizá porque no tienen nada que ver con Maná. Ahora, Café
Tacvba rompen un largo silencio con “El objeto antes llamado disco”, un álbum
grabado ante el público en estudios de Los Ángeles, México DF, Buenos Aires y
Santiago de Chile.
Han transcurrido cinco años desde “Sino”, más tiempo que nunca. ¿Ha pasado el
grupo por un periodo de reflexión?
Esos cinco años estuvimos en activo. Tres de ellos, de gira continua, presentando
nuestro disco “Sino” y celebrando los veinte años de la banda con una gira que
llamamos “20 20” (veinte años, veinte ciudades). Logramos visitar toda
iberoamérica, y fuimos por primer vez a Japón y a China. Digo todo esto no por
presunción, sino para dejar claro que no estuvimos encerrados en casa, en donde
se da más la reflexión. De los otros dos años, uno fue completamente libre, y cada
uno se involucró en proyectos paralelos; y durante el último trabajamos en este
nuevo disco. En estos cinco años cada cual fue componiendo las canciones que
ahora están en “El objeto antes llamado disco”. La verdad es que, estando
dentro, ni siquiera me había dado cuenta de que estábamos pasando por un
momento reflexivo. Es ahora que estoy haciendo entrevistas y leyendo reseñas
que me doy cuenta que sí, tal vez es un disco que reflexiona sobre la vida, sobre
nuestro país, sobre la tierra. Supongo que la edad nos da lo que llaman reflexión.
3. En este tiempo también ha cambiado mucho la industria. ¿Debe
entenderse en ese contexto el título del disco?
El título fue primero un chiste. Quique, el bajista, llegó con la idea de
que el disco no tuviera nombre. Así que trajo un símbolo dibujado en su
cuaderno. Todos bromeamos y dijimos que la disquera no permitiría eso,
que nos harían como a Prince y al final dirían: “El objeto antes llamado
disco”, así como hicieron con el artista antes conocido como Prince. Nos
gustó tanto como sonaba, que las demás propuestas quedaron
descartadas. Claro, habla de la industria musical y su decadencia.
También del cambio de formatos, de la forma de transmitir la música.
Nosotros, que hemos vivido varios formatos, nos preguntamos: ¿será
este el último disco compacto físico que lanzamos?
Tampoco habéis grabado según un método tradicional. ¿Cómo surgió la
idea de hacerlo en vivo con público (siendo canciones nuevas) y en
cuatro ciudades diferentes?
La idea la trajo el vocalista, Rubén. Él no quería volver a encerrarse en un
estudio a grabar. Cantar solo en una cabina oscura no es su idea de
disfrutar. Así que planteó que lo hiciéramos en vivo. Emmanuel, el
teclista, propuso que fueran sesiones de grabación con público,
continuando con la idea de que fuera en vivo, pero cuidando el registro
lo más posible. Junto con Gustavo Santaolalla, el productor, llegamos a
la idea de hacerlo en varias ciudades. Teníamos ganas de salir de México
y fue el pretexto perfecto. Además, en cada una de estas ciudades
tenemos seguidores de la banda a los que queríamos mostrarles estas
canciones.
4. ¿Qué buscabais al grabarlo así?
Como la idea viene de Rubén, me remito a lo que le he escuchado decir en
entrevistas: Compartir. Además de que nos renueva no hacer las cosas igual que
antes.
Este proceso también ha supuesto que la grabación se reduzca al cuarteto
original, como en vuestros primeros discos. ¿Cómo os habéis sentido?
Bien. En realidad todos los discos siempre comienzan así: nosotros cuatro
encerrados en un cuarto. Emmanuel programa una caja de ritmos (o su
correspondiente en la computadora) y hacemos el arreglo de las canciones. Es ya
en la grabación cuando invitamos a otros músicos. En el “objeto” lo único que
hicimos fue quedarnos en la primera etapa, en donde estamos nada más los
cuatro con la caja de ritmos.
¿Se podría decir que el disco supone un proceso de reinvención para la banda?
Totalmente. Cada vez que hacemos un disco alguien llega con una idea nueva que
cambia la forma de componer, grabar, tocar. Alguien un día propuso hacer
canciones de otros compositores (“Avalancha de éxitos”, 1996), otra vez alguien
dijo que hiciéramos un disco instrumental (“Revés”, 1999), nos hemos
intercambiado los instrumentos y ahora grabamos enfrente de público. Estos
pequeños cambios nos renuevan.
Vuelve a producir Gustavo Santaolalla, casi un quinto miembro del grupo. ¿Cómo
definirías la relación de Café Tacuba con él?
Nuestra relación ha cambiado con el tiempo. Primero era un productor que
decidía todo, pero luego nosotros aportamos mucho al proceso, nos convertimos
en productores también. Se hizo amigo de cada uno, se peleó con algunos, se
reconcilió. De todo ha pasado con Gustavo. Para mí es casi una figura paterna, o
al menos como el tío que es músico igual que yo. Para el grupo es esa visión
externa tan necesaria para avanzar y luego concluir. A pocas personas le hacemos
caso. Pero confiamos mucho en Gustavo.
5. Se acaba de editar un libro con los “100 discos esenciales del rock
mexicano” y solo dos grupos tienen dos elepés en la lista: Caifanes y
vosotros. También ha salido recientemente una lista en “Rolling Stone”
estadounidense con los mejores discos del rock latino y “Re” (1994)
estaba en el número uno. ¿Sois conscientes de vuestro papel central en la
historia de la música pop mexicana y latinoamericana?
Creo que no somos del todo conscientes de lo que hemos logrado o de lo
que representamos. Para mí es mejor no darme cuenta. Me permite
seguir creando y proponiendo cosas absurdas o tontas. Si me tomara en
serio a mí mismo no haría muchas de las cosas que hago cada día.
Fuisteis una de las puntas de lanza de aquello que se llamó “Rock en
español”, una manera de tratar de introducir en el entorno anglosajón la
música pop rock en castellano. ¿Cómo lo valoráis a posteriori?
Para nosotros era algo natural cantar en español, no tanto por enarbolar
la bandera de “Rock en español”, sino solo porque queríamos utilizar el
idioma con el que crecimos y nos comunicamos. Ahora veo muchas
bandas mexicanas que cantan en inglés y, la verdad, no lo entiendo.
Supongo que ya estoy viejo. Lo que sí noto es que estas bandas que
cantan en otro idioma ante los mexicanos no logran el éxito que
quisieran, ni la comunicación que pretenden. Muchos de ellos
desaparecen o traducen sus canciones al español. No creo que lo hagan
por un cambio de filosofía, sino solo para sobrevivir.
6. En 2012 se han cumplido veinte años de vuestro debut.
¿Tenéis prevista alguna conmemoración, aparte de la gira
“20 20”?
La verdad es que nos tomó por sorpresa. Estabamos
mezclando el “objeto” cuando nos comenzaron a felicitar
por las redes sociales. ¿Porqué? Alguien nos llevó al estudio
un pastel de cumpleaños, una tarta, con la portada del
primer disco. Ese día se cumplieron veinte años de su
salida. En lo personal, lamenté que no hubiera una edición
especial, con demos, grabaciones en vivo de la época y
todas esas cosas. Falta de visión de la compañía que se
quedó con nuestro disco. También es culpa nuestra, pero
tenemos el pretexto de que estamos viviendo el presente
con toda su fuerza. Prometo que para la conmemoración de
los veinte años de “Re” saldrá un disco especial.
7. En estos veinte años habéis visto nacer y crecer a una nueva generación de bandas
de rock en México. ¿Qué relación mantenéis con ellas? ¿En qué estado se
encuentra el rock mexicano en estos momentos?
Hay buenas propuestas, pero les falta mucho apoyo. Hay gente que despotrica de
las compañías disqueras, pero yo las extraño solo por una cosa: apostaban por
talento nuevo. Ok, hacían muchas cosas mal, pero firmaban bandas, les grababan
un disco, les daban promoción, los ponían en la radio. Yo he tratado de grabar
bandas nuevas, pero algo que el público no sabe es que los buenos ingenieros de
sonido y de mezcla, los buenos estudios de grabación, siguen cobrando mucho
dinero por hacer su trabajo. De nuevas propuestas, me gusta el nuevo disco de
Hello Seahorse! y el solista de León Larregui, cantante de Zoe. Yo he producido
los discos de Renoh, Teletransportador, La Banderville y Candy. Me he
involucrado en su música porque me gustan.
¿Qué planes de gira tenéis con “El objeto antes llamado disco”? ¿Entra España en
ellos?
Estamos de gira desde mediados de este año, aunque tocando solo una canción
del nuevo disco, el primer sencillo: ‘De este lado del camino’. El próximo año
haremos una gira especial que comenzará en marzo. Tenemos invitaciones a
festivales, tanto en Estados Unidos como en Europa. Seguramente visitaremos
España para presentar en vivo este objeto con el que estamos tan contentos.