1. 1.
El espíritu incognito de la belleza absoluta yació para juntar almas gemelas emancipadas: las imágenes profundas de
Mallarmé y las melodías reproducidas por Debussy, sin embargo su secreto y revelación se esconde en tumbas parisinas.
La sociedad burguesa es un monstruo deforme de la monotonía y mediocridad, dejando víctimas inmortales encarnadas
en Madame Bovarys y Bolas de cebos que en un crítico se limita a llamar realismo a una realidad con antecedentes.
2.
Mario Vargas Llosa, recordaba la actitud de la sociedad francesa con respecto a la llamada
nouvelle, la cual era aborrecida y considerada como un género menor a la poesía. Sin embargo el
espíritu post romántico de la lírica y perfección eran inmutables solo hasta la revelación de
Flaubert, quien en narrativa en contraposición a los estándares románticos concibió una obra
maestra, cuyo personaje encarna una heroína de la miseria moral y del propio romanticismo; no
obstante, la perfección fue un canon para cada silaba, cada vínculo entre las palabras para de esta
forma resultar armónicamente en una página. Madame Bovary, significo el nacimiento de la
novela moderna y sus bases de renovación narrativa. Es por lo tanto la expresión francesa de la
novela moderna comparable por similitudes con la novela moderna española Don Quijote de la
Mancha. Del quijotismo al bovarismo, la perdida de los sesos de los personajes principales fue
causada por el sentimiento de una lectura que no se concluyó para sus mentes, Emma Bovary con
lecturas románticas de Walter Scott y Alonso Quijano con Amadis de Gaula.
Flaubert se recreó a sí mismo en cinco años de tejer con palabras a su compañera burguesa. En
efecto, German Espinosa considera que Flaubert llego a solidarizarse en algunos intereses de
Emma. Romanticismo al realismo, Gustave Flaubert describió escenario romántico a los ojos
maravillados de Emma en constelaciones en forma de candelabros de salones rústicos, obra hecha
realidad los libros antes leídos en el convento. Una vez dentro de este lugar tridimensional en
forma de castillo, Bovary aproximo su estirpe hasta su inexorable fin, aunque físicamente se
hallaba ya fuera de este lugar en Yonville, su alma se creía merecedora de sus exuberantes deseos.
Espinosa argumenta que al trágico fin en el que las aspiraciones inagotables el alma peligra y para
concluir este argumento Llosa diría que Emma se entregó a hombres que creyó estar a la altura de
sus sueños.
Llosa y Espinosa, cada quien con su lenguaje revalorizan a Madame Bovary, por su parte Espinosa
le llama al síntoma de su lectura como elipsis estructural, la cual es definida como saltos abruptos
en el tiempo, que dejan numerosos acontecimientos a merced de la imaginación del lector. En el
verano de 1959 en París, Llosa tuvo este síntoma al leer Madame Bovary, la cual absorbió su
atención y su tiempo hasta devorar la historia por completo.
2. ‘‘La cosa más importante que me ha pasado en la vida es aprender a leer’’, de este modo el
nacimiento de Llosa fue a los cinco años, edad en la que ya se considera un lector puro sin
discernir de estética de la literatura. El libro como Universo se conecta desde la familia, la herencia
y motivación que le brindaron fue el primer motor para disfrutar de los viajes en el tiempo,
experiencias en destinos inalcanzables para la realidad per sin límites para las aventuras literarias.
Era un niño feliz, como decía Borges la lectura es una forma de felicidad y no se puede obligar a
nadie a ser feliz. Leer por puro placer y con linaje materno lector fue la primera etapa de Llosa en
el Libro como Universo.
La edad adolecente fue de provecho y desafíos, juventud y literatura conjugan bien para
inmortalizar aventuras reales y difuminarlas con la imaginación. A pesar del estereotipo de un
escritor por la imagen de bohemio, una vida llena de fracasos. Su padre fue su censura prematura,
sirvió para reforzar la vocación literaria; Sin embargo, su padre con esperanza de cambiar su
mente, le envía a un colegio militar sin saber que le daría el tema de su primera novela. A la edad
de dieciséis años, en sus vacaciones de diciembre a marzo se diligencio en el oficio de periodista,
de por sí el desarrollo del escritor y periodista se han dado a la par en América Latina. Por lo cual
sería fructífero posteriormente para Llosa las aventuras vividas en sus investigaciones de
periodismo policial. Mario Vargas Llosa afirma que el periodismo permite escalar por la pirámide
social, en efecto fuera de su propio mundo, su barrio, su ciudad sino entrometerse en otros
mundos, otros lugares. El libro como Universo de su etapa periodística experimentó la dicotomía
del periodismo y la literatura, separadas por un lenguaje funcional sin muchas interferencias
retoricas y un lenguaje literario para materializar el espíritu.
El libro como Universo de aprendiz, su etapa de releer la historia más allá de las cátedras de su
apreciado maestro. Aprendió de su maestro el fervor de preparar sus clases como si fueran las
primera de sus veinte años. Mientras en su etapa universitaria, su producción literaria revalorizo
su modo de leer, en cuanto a sintaxis y semántica. En su espíritu de las letras recordaba ‘‘Todo
puede ser gran literatura, o todo puede ser mala literatura depende de la manera como se
cuente’’. Esta etapa de aprendiz se juntaron historia y literatura, una se puede escribir a gusto de
la imaginación o se puede partir de un hecho histórico para crear un escenario literario y la otra
puede contar las vivencias de cada época e influir en el sentimiento de ideología.
Llevar a la práctica lo que había aprendido de su maestro de historia, permitió a Llosa entender la
diferencia entre un tipo de lectura por gusto y la lectura para enseñar. La lectura para enseñar
implica ingenio humano para racionalizar las emociones de una obra y explicar el origen de dichas
emociones. El libro como Universo es enseñar y compartir lecturas.
El Libro como Universo de Mario Vargas Llosa concluye como la escritura, de provecho de su vida
para reinventarla. Escribir es actuar a través de las palabras y uno puede cambiar su propia
historia. A pesar de la época de letras virtuales, su ritmo es el ritmo de la mano al igual que desde
niño escribir significaba atreverse a garabatear.