1. Vivir encogido?
¿Alguna vez lavaste un sweter y al
secarlo, se te encogió hasta
quedar varios talles más chico?
La lana apelmazada, pesada, sin aire...
Bien: así les sucede a muchas personas
sensibles y lúcidas, que, desde una
sobre-modestia neurótica, evitan expandir
su identidad por temor a su propio Ego.
Han nacido para ser talle extra-large...
pero viven small!
Veamos: los griegos acuñaron el concepto
de hybris:
lo que le sucede a quien, estando
egocentrado, cree estar más allá del Ego,
y se autopercibe como sublime,
trascendido...
Hoy en día hay una verdadera plaga de
"maestros" y seudo-sanadores que en
verdad padecen de este trastorno.
La Teología le llama soberbia espiritual,
y la Psicología lo define como inflación
del Ego (peligroso para quien lo vivencia
y para sus "seguidores"!).
Volvamos al principio: quien está en
real contacto con lo esencial de sí mismo
2. muchas veces se auto-disminuye
porque teme convertirse en alguien así.
Y no está mal ser prudente, pues quien es
tomado por su propio Ego suele ser el
último en advertirlo:
como decía Jung, "No puedes ver a un león
que te ha comido".
Sin embargo... no es encogiéndonos
como neutralizamos esta amenaza, sino
exponiéndonos a la vida.
Sólo así conocemos de qué estamos hechos:
la vida hurga dentro nuestro y constata
la calidad de nuestra materia prima.
¿Cómo va uno a descubrirla si vive
contraído?
Evitar expandirte no te salva del Ego; de
hecho,
para verlo de frente es necesario actuar
en el mundo.
El Ego es nuestra parte animal
psicologizada: haciéndola salir al ruedo
uno aprende a domesticarla!
La ecuación es la siguiente: si quienes
están enfermos de hybris sí ocupan amplio
espacio, y en cambio las personas sanas y
lúcidas se retraen... éstas les están
cediendo su lugar!
3. (A la vista están los resultados...)
Entonces: a desencogerse!
A desperezarse por dentro!
Si cada persona modesta y consciente
ejerce con convicción su participación en
el juego de la vida, (con atención
vigilante, para que el león no se la
coma!)... quizás aún podamos
redireccionar el rumbo de esta confusa
Humanidad.
Participar. En acciones ecologistas y
solidarias, en buscar justicia social, en
generar arte, en difundir valores...
No alcanza con pensar diferente: es
necesario convertir esa diferencia en
acción.
Cómo? Dándose.
Cuándo? Ahora!!
Vivir vivo sólo se trata de un juego,
pero un juego alegre y a la vez muy
comprometido. Así lo describió Lanza del
Vasto, amigo y discípulo de Gandhi:
"Juega a dar: no hay juego más
entretenido.
Date, gástate, compártete, piensa, canta:
actúa como lo hacemos al cantar.
Que la heredera ingrata, la Muerte,
4. encuentre los cofres vacíos
cuando venga a reclamar su parte;
que sólo halle
los restos de una fiesta
y la morada abandonada."
Virginia Gawel & Eduardo Sosa ã