Una niña de 6 años desafía la afirmación de su maestra de que Dios no existe porque no se puede ver. La niña le pregunta a un compañero si puede ver cosas como árboles, pasto y el cielo que no pueden verse directamente. Cuando el niño dice que no puede ver el cerebro de la maestra, la niña concluye que según la lógica de la maestra, ella no tiene cerebro. La niña sugiere que la fe es más importante que lo que se puede ver.