1. BRUJAS PARA TODOS LOS GUSTOS (fragmento)
Hay brujas de muchos tipos: brujas buenas de magia
blanca, aprendizas de brujas que no dan nunca pie
con bola y lo encantan todo al revés, brujas de
pacotilla, brujas curanderas, brujas maléficas que
practican la magia negra y te echan un mal de ojos en
menos que canta un gallo y, dentro del grupo de las
maléficas, las brujas comeniños, ¡ éstas son las
peores!
Berta, Fina y Anastasia eran tres brujas
comeniños.
-Estoy hasta la mismí sima coronilla de berzas,
coles y nabos –protestó Fina. Con lo bueno que está un
niño churruscado a la parrilla. Pero claro, como a
este rincón del bosque no llegan ni los turistas
despistados...
-Es verdad –intervino Berta relamiéndose de
gusto-. Se me hace la boca agua sólo de pensarlo.
2. -A propósito de niños y de guisos –se acordó
Anastasia-; ayer , en mi libro de hechizos, encontré
una receta que perteneció a la bruja de Hansel y Gretel.
-Espera un momento, que voy por mi pluma de
cuervo para tomar nota –la interrumpió Berta.
3. -Lo primero es conseguir los ingredientes
fundamentales: un niño y una niña. Tarea nada fácil en
los tiempos que corren, porque se las saben todas.
Después hay que hartarlos de comer durante una
semana. Cuando estén bien cebados se colocan en una
bandeja con el culo en pompa, se untan con aceite y
sal, se les pone una manzana en la boca y una ramita
de perejil en cada oreja y...¡ al horno!
¡ Ay!, seguro que están para chuparse los dedos –
repuso Fina, imaginándose tan suculento festí n.
4. En ese momento un murciélago se coló por la ventana
abierta y fue a posarse en el hombro de Anastasia.
-Hombre, Ulises, ¿cómo tú por aquí ?
-Mí rale la pata –se acercó Berta-; seguro que trae
un mensaje.
(Incompleto)