Un fantasma que vivía en una escuela se sentía solo y aburrido porque no podía jugar con los niños. Un día decidió salir de su escondite para divertirse con ellos, pero la maestra le dijo que los asustaría. Un ratón le ofreció enseñarle cómo jugar de forma amable con los niños. El ratón le enseñó varios juegos y también cómo hacerse visible a los niños de forma segura. Desde entonces, el fantasma pudo jugar con los niños en el recreo todos los días gracias a la ayuda del ratón