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Particularidades anatómicas,
fisiólógicas y etólógicas cón
repercusión terapeutica, en medicina
aviar (I): órganós de lós sentidós,
aparató respiratórió y urinarió
Casilda Rodríguez Fernández1 Samanta Waxman2 José Julio de Lucas Burneo1
RESUMEN
Dentro de los vertebrados, la Clase Aves recoge una gran variedad de especies que presentan
numerosas peculiaridades fisiológicas, anatómicas y etológicas. Esto representa un reto para la
terapéutica veterinaria, ya que las diferencias que presentan con mamíferos, grupo a partir del
cual suelen extrapolarse en numerosas ocasiones los regímenes posológicos, pueden derivar en
una diferente respuesta a los fármacos. Esta extrapolación ha estado implicada en el fracaso
terapéutico de ciertos fármacos, en la aparición de reacciones adversas y/o la emergencia de
resistencias. En esta primera parte, se revisan las particularidades relativas a los órganos de los
sentidos (vista, oído, gusto), aparato respiratorio y sistema urinario.
I. INTRODUCCIÓN
Aunque estos últimos años se ha incrementado de forma muy marcada el conocimiento científico
sobre la Clase Aves, debemos ser conscientes de que estos avances se han desarrollado
principalmente a partir de aquellas especies que mantienen un contacto más directo con el
hombre, como son las aves de producción. Pero el enfoque zootécnico es muy diferente y las
diferencias existentes hacen que, en determinadas circunstancias, se haya utilizado información
obtenida de pollos de engorde o ponedoras que no ha sido adecuada al ser aplicada a aves
mascota como las psitacidas o passeriformes. Uno de los ejemplos más recientes, relacionado
con el declive poblacional de buitres del género Gyps en el continente asiático, es la intolerancia
que poseen ciertas especies de carroñeras al diclofenaco sódico frente a lo que se aprecia en
gallináceas. La investigación está menos evolucionada en el ámbito de las aves exóticas, pero es
especialmente escasa en aves salvajes. El gran reto al que nos enfrentamos al abordar la Medicina
dirigida a aves de compañía y salvajes es el gran vacío terapéutico que existe, debido a la escasez
de información para afrontar adecuadamente un uso clínico basado en evidencias científicas y de
medicamentos aprobados para su uso en estas especies.
En el mundo, existen más de 10.000 especies de aves, con más de 20.000 subespecies. En España
existen más de 600 especies de aves, estando amenazada la supervivencia de más de una
veintena. La variedad que llega a tener contacto con la Medicina Veterinaria es mucho menor
1
Departamento de Toxicología y Farmacología. Facultad de Veterinaria (Universidad Complutense de Madrid).
2 Cátedra de Anestesiología y Algiología. Facultad de Ciencias Veterinarias (Universidad de Buenos Aires).
2
(Tabla 1). La intervención clínica a esta población se suele realizar a través de Clínicas
especializadas en Aves Exóticas, Núcleos Zoológicos o Centros de Recuperación. El objetivo de
este artículo de revisión es abordar las diferencias observadas entre la clase Aves y la clase
Mammalia. Además, como existen numerosas diferencias entre los distintos órdenes y familias
de aves, haremos hincapié en aquellos aspectos diferenciales que posean repercusión clínica
entre las diferentes especies aviares.
Tabla 1. Clasificación taxonómica de alguno de los órdenes pertenecientes a la clase Aves.
ORDEN FAMILIA NOMBRE COMÚN de algunas especies
ANSERIFORMES Anatidae Ansar, barnacla, cisnes, ánades, cercetas, ….
GALLIFORMES Phasianidae Codorniz, perdiz, urogallo,…:
PROCELLARIIFORMES Procellariidae Petrel , pardela
CICONIIFORMES* Ciconiidae Cigüeñas
PELECANIFORMES: Ardeidae Garza, garceta, garcilla, avetorillo
ACCIPITRIFORMES*
Pandionidae Águila pescadora
Accipitridae Águilas, milano, buitre negro/leonado, ratonero, alimoche, ..
OTIDIFORMES Otididae Avutarda sisón
GRUIFORMES
Rallidae Calamón, focha
Gruidae Grulla
CHARADRIIFORMES
Charadriidae Avefría, chorlito
Scolopacidae Andarríos, zarapitos correlimos, agachadiza
Alcidae Frailecillo, arao
Laridae Gaviotas, fumarel, charrán
COLUMBIFORMES Columbidae Palomas, tórtolas
STRIGIFORMES*
Tytonidae Lechuzas
Strigidae Búhos, autillo, mochuelo, cárabo
CAPRIMULGIFORMES Caprimulgidae Chotacabras
APODIFORMES Apodidae Vencejo
BUCEROTIFORMES Upupidae Abubilla
CORACIIFORMES Alcedinidae Martín pescador
PICIFORMES Picidae Pico y pito (carpinteros)
FALCONIFORMES* Falconidae Cernícalos halcones alcotán esmerejón
PASSERIFORMES*
Laniidae Alcaudones
Oriolidae Oropéndola
Corvidae Arrendajo urraca chovas grajas cornejas cuervos
Alaudidae Alondra calandria
Hirundinidae Golondrina avión
Paridae Carbonero herrerillo
Sittidae Trepador azul
Certhiidae Agateador
Troglodytidae Chochín
3
Phylloscopidae Mosquiteros
Acrocephalidae Zarceros carriceros
Sylviidae Currucas
Muscicapidae Papamoscas ruiseñor petirrojo colirrojos collalbas y tarabillas
Turdidae Zorzales y mirlo
Sturnidae Estornino, miná
Fringillidae Lavanderas y bisbitas
Motacillidae Pinzón jilguero verderón camachuelo picogordo
Passeridae Gorrión
Estrildidae Pico coral, bengalí rojo
PSITTACIFORMES* Psittacidae Cotorras, loros, amazonas, guacamayos
*Órdenes tratados más frecuentemente en Medicina Aviar.
II. MORFOLOGÍA, METABOLISMO Y TEMPERATURA
Si se las compara con los mamíferos o incluso con los reptiles, con los que comparten un origen
evolutivo común, la morfología de las aves varía muy poco a lo largo de las especies, ya que tienen
una marcada limitación en su forma anatómica debido a su necesidad de adaptación al vuelo.
Esta forma corporal condiciona un cociente superficie/peso muy elevado, lo que facilita la pérdida
de calor. En aves la hipotermia es un problema especialmente grave, por ello siempre se
recomienda cuidar la temperatura ambiental, el uso de mantas eléctricas o bolsas termostáticas
y atemperar los fluidos adecuadamente a la temperatura de la especie antes de su administración,
especialmente si son grandes volúmenes. En el paciente quirúrgico, además, se debe evitar la
pérdida innecesaria de plumas y está desaconsejado el uso de soluciones alcohólicas sobre
grandes extensiones debido a la pérdida de temperatura que pueden llegar a ocasionar por
vasodilatación periférica.
La temperatura corporal de las aves oscila entre 39-42o
C aproximadamente, siendo las especies
del orden Passeriforme las que poseen valores más elevados y las aves corredoras como las
ratites las que presentan una temperatura que se encuentra dentro del rango fisiológico de los
mamíferos (Tabla 2). Esta temperatura corporal es más elevada que la que posee un mamífero
de igual peso corporal y su mantenimiento está en conexión con su alto metabolismo, su elevada
superficie con relación al peso y con las necesidades energéticas para el vuelo. Dada la diversidad
de especies y la falta de estudios farmacocinéticos, es una práctica común en aves no dirigidas a
producción, el establecimiento de pautas terapéuticas a partir de la tasa metabólica. Mediante
esta práctica un ave siempre recibiría una dosis mayor de cualquier fármaco que un mamífero del
mismo tamaño. Este hecho parece que sí es apropiado para ciertas quinolonas en algunas
especies de aves; sin embargo, puede llevar a un importante cuadro de toxicidad como sucede
con los aminoglucosidos. Por tanto, debe ser una herramienta utilizada con una extremada
precaución, aunque aparezca reflejada en numerosos manuales especializados.
El rango de tamaño de un ave oscila entre el peso del colibrí (2 g) y del avestruz (150 Kg), estando
el peso máximo de las aves voladoras alrededor de 15 Kg como es el caso de la avutarda o del
cóndor. El pequeño tamaño, que presentan la mayoría de las especies aviares que llegan a la
clínica, hace que exista un gran vacío de especialidades farmacéuticas que tengan una
concentración adecuada para dosificar con exactitud.
4
La homotermia requiere un costo energético importante, por ello algunas especies de aves como
el colibrí permiten que su temperatura corporal descienda de forma controlada mediante letargo
diario; ya que necesitarían consumir una gran cantidad de comida para poder mantener esta
temperatura tan elevada cuando desciende la temperatura ambiental. Aunque no existe ningún
trabajo científico que lo corrobore, los cambios fisiológicos que van unidos a esta hipotermia
lógicamente modificarían el comportamiento farmacocinético; ya que, esta influencia sí que está
demostrada en reptiles y anfibios cuando se disminuye la temperatura ambiental.
Tabla 2. Algunas características fisiológicas de los grupos de aves de mayor representación en Veterinaria.
III. ESTRÉS
Las aves son animales fácilmente estresables. Hay que intentar reducir al máximo los tiempos de
manejo en cualquier procedimiento clínico y se debe realizar la exploración sistemática y completa
de forma rápida. Un manejo de 15 min puede llegar a incrementar la temperatura del ave en más
de tres grados, incluso en aves mascotas acostumbradas al contacto con el ser humano. Por ello,
la inmunodepresión derivada del estrés puede complicar el cuadro clínico del paciente,
incrementando la susceptibilidad a infecciones. Las aves poseen una médula adrenal que no tiene
diferenciada la zona cortical y medular. El glucocorticoide principal es la corticosterona, no el
cortisol, y su secreción sigue un ritmo circadiano adaptado a los hábitos del ave siguiendo un
ritmo pulsátil ultradiano, donde el pico se origina a primeras horas del día o del crepúsculo según
sean diurnas o nocturnas. Es recomendable ajustarse a este comportamiento cuando se
administra exógenamente el corticoide. Esta hormona posee un mayor efecto mineralocorticoide
que la mamífera.
5
Los glucocorticoides deben utilizarse en aves con mucha precaución. Se recomienda el uso de
corticoides de acción ultracorta, utilizando una vía tópica siempre que sea posible con
especialidades de baja absorción. Su uso frente a situaciones graves como el shock está en
entredicho, y no es recomendable su administración en pacientes con cuadros hemorrágicos e
hipovolemia.
Esta elevada sensibilidad, hace que las especies aviares sean de elección a la hora de establecer
un modelo experimental para evaluar la actividad de un fármaco de este grupo farmacológico.
IV. PARTICULARIDADES QUE AFECTAN A LOS SENTIDOS
IV.1. VISTA
Las aves presentan una extremada agudeza visual, siendo capaces de visualizar la luz ultravioleta.
Su retina es avascular, de forma que permite evitar sombras y la dispersión de la luz; pero se
complementa con otra estructura conocida como pecten que posee una gran componente
vascular. Las aves pueden ver colores producidos por la luz ultravioleta, lo que le permite la
identificación sexual de algunas especies donde no existe dimorfismo sexual, identificar ciertos
frutos y rastros de presas. Todos los músculos del ojo de las aves son estriados incluidos los que
controlan el tamaño de la pupila. A diferencia de los mamíferos, el iris de la mayoría de las
especies aviares se caracteriza porque el músculo del esfínter pupilar está formado por fibras
estriadas en vez de lisas, lo que permite el control voluntario de la pupila (Figura 1). Por ello, los
fármacos parasimpaticolíticos clásicos usado como midriáticos no son eficaces en aves. Para
lograr producir midriasis mediante un tratamiento tópico en estas es necesario el uso de
bloqueantes musculares competitivos como los curáricos.
Figura 1. Estructura anatómica del ojo aviar y esquema de las diferentes formas oculares. (Dibujos: C. Rodríguez)
Las aves presentan decusación del nervio óptico por lo que existe una anisocoria fisiológica, de
manera que su presencia no tiene por qué estar relacionada con un problema neurológico (Figura
2). La iluminación del hábitat del ave con mecanismos basados en corriente alterna puede
ocasionar un gran estrés en el animal, debido a que se puede originar un efecto estreboscópico
(“efecto de parpadeo o destello”) debido a que la frecuencia de fusión de imágenes en un ave
6
llega hasta 160 Hz (humano:15-80 Hz). Las aves presentan una membrana nictitante
semitransparente que cubre y protege el ojo.
Figura 2. Anisocoria fisiológica (Fotografía cedida por GREFA)
IV.2. OIDO
El sentido del oído es especialmente relevante en las rapaces nocturnas, como los búhos y las
lechuzas, donde está ampliamente desarrollado. No tiene pabellón auricular, su meato acústico
es asimétrico lo que les permite captar de forma más exacta la procedencia del sonido y en el
oído medio, el yunque, martillo y estribo ha sido sustituido por un único hueso, la columela. A
nivel de oído interno el órgano de Corti ha sido sustituido por la papila basilar; pero la diferencia
más llamativa con mamíferos es que las células de soporte de la cóclea son capaces de
regenerarse en células ciliadas funcionales después de que se haya producido una lesión, tanto si
ha sido inducida por ruido o por ototoxinas (Figura 3). Por ello, la pérdida de audición iatrogénica
originada por aminoglucósidos u otros fármacos, puede ser irreversible y de gran relevancia en
mamíferos, ya que son incapaces de regenerar el epitelio ciliado lesionado, en cambio en las aves
se logra revertir el efecto tóxico al cabo de varias semanas.
Figura 3. Estructura anatómica del oído de las aves. (Fotografía cedida por GREFA)
En pollos, la gentamicina administrada por una vía sistémica alcanza concentraciones menores
en la perilinfa que tras su aplicación tópica; originando un daño de 40% o bien ablación total de
las células ciliadas a los 5 días post-administración, respectivamente. Tras la lesión, las células
basales de la cóclea son capaces de sufrir una conversión fenotípica a células ciliadas mediante
transdiferenciación directa. Esta regeneración varía con el agente inductor. Cuando el agente
inductor es este aminoglucósidos, el tiempo de latencia para que dé inicio los procesos
reparadores es de unas 15 h, observándose cambios marcados en los primeros días y
7
consiguiéndose una regeneración total a los dos meses. La sordera neurosensorial, resultado de
la perdida de células ciliadas de la cóclea, no es un factor limitante en el uso de los
aminoglucósidos en aves, pero sí puede llegar a serlo la nefrotoxicidad.
Dado que la visión y el oído son los sentidos más destacados en aves, para reducir el estrés es
muy importante mantenerlos en una zona oscura y silenciosa. Por ello también es muy práctico
tapar la cabeza del ave bien con un paño de manejo o bien mediante una caperuza, como las que
se utilizan en cetrería con el fin de reducir el estrés del animal durante el manejo médico,
especialmente si son especies silvestres. Se debe cuidar la elección del tamaño de la caperuza
con respecto al tamaño del cráneo del ave.
IV.3. GUSTO
Parece que las aves no tienen un buen desarrollo del sentido del gusto quizás debido al rápido
tránsito de la comida por la boca, pero a pesar de ello sí que se han descrito problemas de rechazo
a ciertas especialidades farmacéuticas administradas vía oral, especialmente frente a sabores
amargos. Las papilas gustativas del ave se encuentran en el paladar, la base de la lengua y en la
zona inferior de la orofarínge. El número de papilas gustativas es mucho menor que en
mamíferos. Su gusto varía con las especies y está en relación con sus hábitos alimenticios, así las
frugívoras y nectívoras aceptan fácilmente formulaciones medicamentosas orales dulces, en
cambio no son adecuadas para especies granívoras y ciertas omnívoras por carencia de sucrasa.
Las aves que presentan glándula salinas desarrolladas aceptan los sabores salados fácilmente
(anátidas). Los sabores amargos suelen provocar rechazo, especialmente si existe la presencia de
sustancias fenólicas o tanino. Se cree que es un mecanismo de defensa frente a xenobioticos
tóxicos.
Frente a las sustancias picantes tienen una tolerancia mucho mayor que los mamíferos. Las aves
no evitan irritantes muy típicos de mamíferos como el amonio, el gengibre, las hidroquinonas y
el naftaleno. Otros irritantes de mamíferos como la piperina, el alil-isotiocianato y el ácido
mercaptobenzoico, tienen efecto repelente en aves pero solo a concentraciones muy altas. El
ejemplo más marcado es el de la capsaicina (picante del chile rojo, la guindilla), que es evitada de
forma acusada por los mamíferos (100-1.000 ppm), en cambio las aves aceptan concentraciones
de 20.000 ppm. La capsaicina actúa sobre canales iónicos de potencial transitorio, inicialmente
denominados receptor vanilloide y actualmente TRPV1. Hoy están incluidos en un grupo de
analgésicos que excitan y desensibilizan las neuronas sensitivas nociceptivas actuando sobre la
superfamilia de canales TRP, estando relacionado su efecto analgésico con la depleción de
transmisores pronociceptores, como la sustancia P. La capsaicina ha abierto nuevas vías de
investigación analgésica, pero ¿podríamos encontrar una respuesta diferente en aves?
V. APARATO RESPIRATORIO
Las aves, dentro de los vertebrados, representan el grupo que ha tenido un mayor éxito en la
conquista del medio aéreo. Las adaptaciones que ha sufrido el aparato respiratorio ha sido uno
de los puntos clave para reinar sobre ese elemento. A continuación vamos a analizar estas
particularidades siguiendo la estructura anatómica respiratoria (Figura 4).
8
Figura 4. Esquema de la estructura anatómica del aparato respiratorio de las aves. (Dibujo: C. Rodríguez)
V.1. CORNETES Y SENOS
El aire entra en la cavidad nasal a partir de las narinas u orificios nasales que se encuentran en la
base del pico de la mayoría de las aves. Algunas especies como los albatros carecen de estas
narinas primarias. A veces presentan un opérculo que hace de filtro para evitar la entrada de
objetos extraños, especialmente en aves con vuelo muy rápido como los halcones. Una vez en
cavidad nasal, el aire pasa a través de las coanas hacia la orofaringe y alcanza la glotis. Los
cornetes nasales están altamente vascularizados, presentando una importante red de vasos
sanguíneos (rete mirabile) que va a estar implicada en la termorregulación y en la homeostasis
del agua. Por ello, se puede favorecer la rehidratación del ave mediante nebulización. Se debe
tener en cuenta que este mecanismo se ve reducido cuando el ave está intubada durante el
procedimiento anestésico.
El seno infraorbital es un seno paranasal que está muy desarrollado en psitácidas, localizado en
posición ventromedial superficial con la órbita, que además presenta numerosos divertículos en
la zona premaxilar, alrededor del oído y el pico inferior. Además está comunicado con los cornetes
y los sacos aéreos cervico-cefálicos (Figura 4). En algunas aves como las psitacidas, se comunican
los senos derecho e izquierdo. La consecuencia terapéutica es que una patología como la sinusitis,
de frecuente presentación en aves de compañía, ve facilitada la diseminación de la infección a
otras zonas debido a estas características anatómicas. En estos casos además de la
administración sistémica de antibioterapia, se suelen realizar irrigaciones nasales con
antimicrobianos y solución salina. Es muy frecuente el uso de azólicos y combinaciones
antisépticas (biguanida unida a amonio cuaternario en presencia de EDTA).
V.2. GLOTIS Y TRÁQUEA
Las aves carecen de epiglotis, por ello, la neumonía por aspiración es un problema que puede
acontecer con facilidad, desaconsejando el uso de eméticos y aconsejando su intubación durante
la anestesia, en aquellas especies que sea recomendable.
La tráquea de las aves presenta una serie de características que se deben conocer antes de
realizar cualquier procedimiento anestésico inhalatorio. La tráquea es larga y está compuesta por
anillos rígidos y completos, presentando formas muy diversas. El hecho de que esta estructura
sea rígida hace aconsejable el uso de tubos endotraqueales sin manguito para evitar lesionar la
tráquea por necrosis por presión. Las aves poseen una tráquea de mayor longitud y diámetro que
los mamíferos de tamaño similar. Las aves han incrementado el diámetro de la tráquea para
compensar su incremento en la longitud, de forma que la resistencia de la tráquea al flujo gaseoso
9
es similar a los mamíferos. Además, existen estructuras traqueales muy diversas con formas
complejas y contorneadas. Como ejemplos podríamos citar las tráqueas dobles de pingüinos y
petreles, el divertículo que se abre en la tráquea cervical en aves corredoras como el emú, la
formación bulbosa traqueal que presenta el macho de muchas anátidas y las conformaciones en
espiral o bucle de grullas, espátulas o cisnes. Todo ello complica la intubación mediante sondas
endotraqueales, por lo que en muchas de estas especies aviares es aconsejable el uso de
mascarillas. Este tipo de tráquea forma un elevado espacio muerto, siendo 4,5 veces mayor que
en mamíferos. Para compensar este hecho las aves presentan un mayor volumen tidal y una
frecuencia respiratoria más lenta y profunda que los mamíferos de igual tamaño. Una paloma de
300 g presenta 26-29 respiraciones/min, en cambio una rata del mismo peso alcanza 85
respiraciones/min.
La siringe es el órgano fonador de las aves y está ampliamente desarrollado en algunas especies.
Se caracteriza porque forma un estrechamiento localizado entre la tráquea y los bronquios, lo
que facilita que sea una zona frecuente de obstrucción de cuerpos extraños.
V.3. SACOS AÉREOS
Los pulmones de las aves desde un punto de vista morfológico representan menos del 15% del
aparato respiratorio y están unidos a los sacos aéreos. Estos sacos juegan un papel muy
importante en la respiración, ya que llegan a representar el 80% del volumen respiratorio. Sin
embargo, su implicación en el intercambio gaseoso es mínimo, ya que sólo aportan un 5% del
mismo. Los sacos aéreos se extienden dentro de la cavidad de algunos huesos, denominados
neumáticos, que varían con las especies. Así se conectan con los huesos de las alas, vértebras
cervicales, algunas torácicas, esternón, húmero, pelvis o fémur (no en psitácidas, sí en rapaces).
Una lesión que afecte a estos huesos neumáticos puede vehicular infecciones hacia los pulmones
y los sacos aéreos.
Los sacos están formados por una fina pared avascular, lo que les hace de difícil acceso para los
fármacos cuando se administran por vía sistémica. La infecciones son frecuentes y de difícil
tratamiento.
Los sacos aéreos actúan como fuelles o como un sistema de bombeo que facilita el flujo continuo
de aire sobre la superficie funcional no expansible del pulmón. Como se observa en la Figura 4,
en la mayoría de aves morfológicamente encontramos 8 sacos; formados por 3 pares de sacos
aéreos (torácicos craneales, torácicos caudales y abdominales) y dos unitarios (clavicular y
cervical). Algunas aves tienen 9 sacos debido a que el cervical está pareado. Están conectados
con un bronquio secundario a través del ostium. Dependiendo de su conexión con el bronquio se
habla de los sacos craneales (cervical, clavicular y torácico craneal) y los caudales (torácico caudal
y abdominal) que conectan con el bronquio ventral y primario, respectivamente. Los sacos aéreos
también están implicados en la termorregulación (ya que reducen la cantidad de calor originado
en el vuelo mediante la evaporación), la vocalización, el cortejo y la termorregulación de los
testículos durante la espermatogénesis. Los sacos aéreos no acumulan o concentran los
anestésicos como en alguna ocasión se ha sugerido.
Cuando existe una obstrucción de la vía aérea superior en aves existe una alternativa única que
permite administrar fármacos anestésicos u oxígeno mediante canulación de un saco aéreo
(Figura 5), normalmente caudal, en vez de la tradicional canulación endotraqueal. Esta técnica
también se utiliza en cirugía facial, con fines diagnósticos y terapéuticos de procesos que afectan
a los sacos aéreos. Las cánulas usadas para este fin suelen tener un diámetro semejante al tamaño
de la tráquea de la especie y pueden ser específicas para este procedimiento o adaptadas de
otros procedimientos (tubos endotraqueales, catéteres intravenosos, urinarios,…), pero siempre
deben tener unos agujeros laterales para reducir el riesgo de obstrucción. Esta práctica no está
exenta de riesgo ya que se debe tener en cuenta que la incrementa la posibilidad de infecciones,
10
hipercapnia, hipotermia y deshidratación. Esta técnica no se debe usar cuando exista aerosaculitis
o ascitis.
Figura 5. Canulación aereo-sacular (Fotografía cedida por la Dra. Pilar Lanzarot)
V.4. PULMONES
Los pulmones de las aves son más rígidos y por tanto no presentan los cambios volumétricos que
se observan en los mamíferos. A pesar del poco volumen que representan dentro del aparato
respiratorio, poseen una gran capacidad funcional. Esto se debe a una serie de peculiaridades
que mencionaremos a continuación.
Los bronquios primarios atraviesan los pulmones en toda su longitud (mesobronquios), para
desembocar en los sacos aéreos abdominales. En el pulmón, cada bronquio primario se divide en
4 bronquios secundarios y estos forman unos bronquios terciarios que se denominan
parabronquios, zona donde tiene lugar el intercambio gaseoso gracias a una compleja red de
capilares aéreos estrechamente ligados a capilares sanguíneos. Estos capilares aéreos son la
unidad terminal donde se realiza el intercambio gaseoso. Son más pequeños (3-10 µm) que los
alveolos de mamíferos (>35 µm) y forman una red tridimensional anastomosada de vías aéreas a
través de la cuál fluye el aire en una sola dirección. Para regular el tamaño de la vía aérea existe
la presencia de músculo liso en las paredes de la vía aérea superior y una sustancia surfactante
trilaminar, única en aves, que cubre las vías respiratorias, evitando su colapso. El número de
parabronquios terciarios varía con la especie, siendo más elevado cuanto más esté el ave
especializada en el vuelo. Estos parabronquios forman un grupo de cientos de túbulos paralelos
constituyendo lo que denomina paleo-pulmón, y en algunas especies existe también un
parabronquio de menor presencia que posee una ramificación irregular denominado neo-
pulmón. Algunas aves como el kiwi, emú y pingüino carecen de neo-pulmón, es mínimo en
palomas (10-12%) y algo mayor en passeriformes y psitacidas (20-25%). El aire que fluye a través
del paleo-pulmón va siempre en la misma dirección tanto en la inspiración como en la espiración,
en cambio en el neo-pulmón va a ser bidireccional y dependerá de la fase respiratoria.
La mayor eficiencia de intercambio gaseoso que poseen las aves (hasta 10 veces) se debe a
diferentes factores:
- Presencia de capilares aéreos en los parabronquios que permite un flujo de aire
unidireccional, donde hay un intercambio constante de oxígeno en el paleo pulmón
- Flujo sanguíneo está en ángulo recto con el flujo gaseoso, lo que forma un sistema de
intercambio contracorriente, que consigue una asimilación más eficiente de oxígeno sin tener
que existir altos niveles de CO2.
- Pulmón con un mayor volumen de capilares sanguíneos por peso (un 20% más) que los
mamíferos.
11
- Barrera hemato-gaseosa muy fina. Esto es más acentuado cuanto más especializada en vuelo
está el ave, siendo su tamaño en las aves corredoras muy cercano a los mamíferos.
- Respiración de doble ciclo: el aire inspirado en el primer ciclo no se elimina totalmente hasta
que se llega a la espiración del segundo ciclo. Así, el 50% del aire inspirado en el primer ciclo
pasa a través de los pulmones por el bronquio primario hasta los sacos aéreos caudales. El
otro 50% pasa a los pulmones donde se produce el intercambio gaseoso y también acompaña
al aire que pasa al paleo-pulmón desde los sacos aéreos posteriores en la espiración del
primer ciclo. En la inspiración del segundo ciclo este aire penetra en los sacos aéreos
craneales, eliminándose finalmente al exterior desde estos sacos en la espiración del segundo
ciclo (Figura 6). Esto hace que el aire delos pulmones se renueve tanto en la inspiración como
en la espiración de cada ciclo.
- Los pulmones son rígidos y no están implicados en el proceso mecánico de la ventilación, por
lo que no tienen que expandirse ni contraerse requiriendo poco tejido intersticial para tener
una mayor resistencia. Esto hace que su área de intercambio gaseoso sea un 20% mayor que
en mamíferos.
Figura 6. Respiración de doble ciclo. (Dibujo: C. Rodríguez)
La consecuencia terapéutica de esta excelente eficiencia respiratoria es que al igual que el
intercambio es muy rápido para el oxígeno, también lo es para cualquier xenobiótico. Por ello,
son especies de referencia frente a la intoxicación por vía aérea y, además, presentan una
velocidad en la absorción de anestésicos inhalatorios más elevada que los mamíferos, lo que va
unido a cambios más rápidos en la concentración sanguínea de anestésicos y por tanto a una
mayor velocidad de inducción y recuperación, alcanzando más rápidamente los planos
anestésicos. Sin embargo, los valores de la CAM son semejantes a los observados en mamíferos.
Las nebulizaciones se utilizan con gran frecuencia en medicina aviar para el tratamiento de
procesos respiratorios. Es frecuente la administración por esta vía de antibacterianos y
antifúngicos principalmente y en menor medida mucolíticos y broncodilatadores. Los fármacos
más usados suelen ser azoles, terbinafina y, en menor medida, anfotericina B. Esta técnica es
especialmente interesante frente al tratamiento de la aspergilosis, ya que existen muchas cepas
resistentes a muchos antifúngicos y los microorganismos proliferan en zonas donde el acceso de
los antimicóticos es bastante difícil por su escasa perfusión, como es el caso de los sacos aéreos.
Este método permite la llegada directa del fármaco al respiratorio, podría paliar potenciales
efectos adversos (p.e., la nefrotoxicidad de la anfotericina B, aunque existen opiniones
divergentes sobre ello en aves) y simultáneamente humidifica el aire de la cámara, con lo que
fluidifica las secreciones. Un punto crítico en este sistema de administración es conseguir un
12
tamaño de partícula adecuado para que logre acceder a la zona que llega el patógeno. Las esporas
de Aspergillus oscilan entre 2-5µm, por lo que el tamaño de partícula debe ser menor o igual a
5µm. Las formulaciones que funcionan mejor tienen una base acuosa no oleosa. Cuando existe un
bloqueo de las vías superiores, la nebulización no es de gran ayuda.
En aves, el riesgo de apnea es más elevado. Las aves buceadoras presentan una apnea fisiológica
y sufren una vasoconstricción selectiva, bradicardia y reducción del gasto cardiaco. El flujo
sanguíneo es desviado desde la piel, músculos y tracto digestivo hacia los órganos críticos como
el cerebro y el corazón y órganos sensoriales, para protegerlos de la hipoxia. Esta apnea fisiológica
podría bloquear la inducción anestésica. Las fracturas en huesos neumatizados también podrían
causar problemas en la anestesia.
V.5. DIAFRAGMA Y MÚSCULOS RESPIRATORIOS
Las aves carecen de diafragma, por lo que su respiración se basa en los movimientos de los
músculos intercostales, externos e internos, y los músculos abdominales. En la inspiración como
en la espiración hay una participación activa muscular y el flujo del aire en el paleo-pulmón
siempre va de caudal a craneal. Los anestésicos depresores de la actividad muscular pueden
reducir el intercambio gaseoso. La ventilación es menos eficiente en al ave anestesiada.
Es difícil asfixiar a un ave mediante estrangulamiento debido a que la tráquea está formada por
anillos rígidos y las carótidas protegidas por las vértebras cervicales, sin embargo esto puede
suceder si se pone una excesiva presión en el esternón, se agarra el ave fuertemente por su caja
torácica o se presiona a nivel abdominal. La ventilación puede verse afectada según la posición
en la que se coloque el animal anestesiado. Es muy importante tener en cuenta que si un ave se
coloca en decúbito dorsal, se puede reducir el volumen tidal más de un 50%, especialmente en
cirugía abdominal donde se coloca la cabeza en un plano más bajo para reducir la presión en las
vísceras abdominales. El problema es que estas presionan los sacos aéreos, y al estar anestesiado,
la frecuencia respiratoria está disminuida. Una problemática similar, pero más acentuada, es la
que se origina al colocar al ave en decúbito ventral, debido a la presión que ejerce el peso del
ave sobre el esternón, ya que debe levantar su propio peso para poder respirar, restringiendo
gravemente su movimiento. Por ello se recomienda el uso de ventilación mecánica con presión
positiva intermitente. Esta depresión respiratoria es menor en decúbito lateral.
La PCO2 es más baja que en mamíferos debido a esa eficacia respiratoria. Los quimiorreceptores
intrapulmonares en las aves son extremadamente sensibles al CO2. Las aves son muy sensibles a
la hipercapnia por lo que la velocidad de flujo del gas fresco debe ser tres veces mayor que en
mamíferos. El problema es que no siempre nos encontramos equipos anestésicos cuyo flujometro
sea exacto para especies aviares de pequeño tamaño.
VI. SISTEMA URINARIO
Dentro de los órganos que están implicados en la eliminación de fármacos, el riñón es uno de los
dos más activos. Las grandes diferencias que existen tanto a nivel anatómico como fisiológico
entre el sistema urinario de aves y mamíferos sugieren que puede presentarse una gran
diferencia en la eliminación de fármacos entre estas dos clases.
Los riñones de las aves están localizados en las fosas ventrales de los huesos sinsacro e ilion,
dorsales a los sacos aéreos abdominales. Estos son lobulares, de forma independiente al tamaño
a diferencia de los mamíferos, y carecen de límite preciso entre la corteza y la médula. Si se
pondera por su peso corporal, los riñones aviares poseen un tamaño mayor que los mamíferos,
siendo más marcada la diferencia de peso de riñón entre los diferentes tamaños del ave que la
que se observa en mamíferos. Así, utilizando las ecuaciones alométricas que relacionan el peso
renal frente al corporal para aves y para mamíferos podemos observar un diferente
comportamiento entre ambos. Si comparamos uno de los mamíferos de menor tamaño con la
13
tasa metabólica más alta dentro de esta clase, la musaraña o musgaño enano, con el ave de
menor tamaño, el colibrí (Mellisugahelenae), ambos con un peso cercano a dos gramos,
obtendríamos un peso renal de 37mg para el colibrí y 30mg para el musgaño. Si nos planteamos
estimar el peso del riñón tomando como punto de referencia el peso delas aves voladoras de
mayor tamaño, que puede alcanzar 15 kg, el tamaño renal en escala alométrica sería de 102g y
73g, para aves y mamíferos respectivamente. Este hecho también se observa en el gasto cardiaco
(0.002 kg: 3.99 y 1.17 mL/min; 15 kg: 1885 y 1614 mL/min, para aves y mamíferos
respectivamente). Este elevado gasto cardiaco podría estar relacionado con la eliminación más
rápida que sufren algunos fármacos, como se ha demostrado para el butorfanol en ratoneros
(Buteo buteo).
VI.1. NEFRONAS
Evolutivamente, las aves están emparentadas con los reptiles y mantienen diversas
características comunes. Por ello, las aves presentan a nivel renal nefronas de tipo reptiliano, que
son mayoritarias, y nefronas de tipo mamífero, que sólo representan entre un 10-30% del total
de nefronas y están localizadas a nivel medular (Figura 7). Dependiendo el porcentaje de las
mismas de las condiciones ambientales; así, cuando las aves pertenecen a un ambiente árido,
presentan más nefronas medulares capaces de concentrar la orina. El cortex renal está
compuesto nefronas de tipo reptiliano que están ordenadas de forma radial alrededor de una
vena eferente central.
Figura 7. Esquema de la anatomía renal de las aves, los tipos de nefronas y la repercusión del sistema porta-renal.
Las nefronas reptilianas son de pequeño tamaño (28-35 µm) presentan un glomérulo
extremadamente sencillo, no es una red marcada de capilares anastomosados, no poseen túbulos
contorneados sino que son rectos y carecen de asa de Henle como tal. Las nefronas de las aves
carentes de asa de Henle son similares a las nefronas de los reptiles, pero con una estructura
todavía más simple ya que sólo poseen túbulo proximal y distal sin el segmento intermedio, pero
su unión al tubo colector renal es en ángulo recto como sucede en las nefronas de los reptiles.
Las nefronas que presentan asa en las aves son muy semejantes a las de los mamíferos, su mayor
diferencia es que carecen de un segmento ascendente fino para el asa de la nefrona. Son nefronas
14
bastante largas y presentan túbulos distales y proximales altamente contorneados. Al igual que
las mamíferas, se unen al túbulo colector en paralelo.
VI.2. PH URINARIO y OSMOLARIDAD
La filtración glomerular es en general más baja en las aves que en los mamíferos, siendo esta
intermitente frente a la producción constante de los mamíferos. El pH urinario en aves es variable,
pero no es dependiente del tipo de alimentación como ocurre en mamíferos. Generalmente la
orina en aves es ácida, presentando los machos un pH urinario medio de 6.4. Esto está
relacionado con la baja eliminación de bicarbonato por orina, para tamponar la elevada
producción de ácidos orgánicos y así mantener la homeostasis. Alguna excepción se encuentra
en los avestruces, con un pH que oscila entre 6-9, siendo el valor medio de 7.6 y es frecuente en
situaciones de hipoxia típicas de aves buceadoras como los patos encontrar valores más ácidos,
con valores de pH por debajo de 5. Por tanto, no existiría la dependencia en el aclaramiento que
existe de ciertos fármacos como ciertas sulfamidas que presentan una eliminación diferente para
carnívoros o herbívoros dependiendo del pH urinario. Pero sí hay que tener en cuenta que las
hembras pueden tener unas oscilaciones amplias dependiendo de la fase de puesta; así, puede
alcanzar valores inferiores a 4.7 durante el depósito de calcio; sin embargo, tras la puesta del
huevo o una vez que el depósito de calcio ha finalizado, el pH urinario se alcaliniza pudiendo llegar
a valores de 8.Las hembras antes de la fase de puesta sufren poliuria debido a la excreción del
excedente de fosfatos óseos liberados durante la formación del huevo.
Las aves tienen una escasa capacidad de concentrar la orina con una proporción de la
osmolaridad orina:sangre cercana a dos. Esto está relacionado con que sólo una pequeña
proporción de nefronas presentan asa de Henle (10-30%) y a diferencia de lo que sucede en las
nefronas de los mamíferos, el segmento delgado comienza en el descendente y tiene las mismas
características que el ascendente; no contribuyendo la urea significativamente en crear el
ambiente osmótico medular como ocurre en mamíferos, esta función la realiza el ClNa.
VI.3. ÁCIDO ÚRICO Y GOTA
El uricotelismo es un mecanismo de adaptación para la conservación del agua del organismo, que
permite a las aves la eliminación de los productos derivados del metabolismo de las proteínas
ahorrando una gran cantidad de agua. La excreción de ácido úrico es vital en el desarrollo del
embrión, ya que se almacena en el huevo en su forma anhidro, lo que le permite reciclar el agua
y, al ser insoluble, no es tóxico para el huevo, como ocurriría si fuera urea o el amoniaco.
En aves, se excreta el 60% de los desechos nitrogenados como uratos y la urea sólo se forma
como un subproducto de detoxicación renal o hepática. Las aves al ser uricotélicos
fundamentalmente producen ácido úrico, por lo que fisiológicamente presentan niveles más
elevados de ácido úrico en sangre; además, su elevada temperatura corporal permite un índice
de solubilización más elevado. El ácido úrico se produce principalmente a nivel hepático y se
excreta vía renal mediante secreción tubular (>90%) y en menor medida por filtración (10%). Este
compuesto nitrogenado necesita un menor aporte de agua para su excreción, por lo que la orina
de las aves no mezclada con las heces tiene un aspecto blanquecino o crema semisólido.
En aves la presentación de gota es un signo de hiperuricemia o fracaso renal. Para que se
incrementen de forma marcada los niveles de ácido úrico en una insuficiencia renal es necesario
que el fallo sea grave (70% afectación).La deshidratación en aves puede incrementar
marcadamente los niveles de ácido úrico llegando a originar gota, por lo que es muy importante
diagnosticarlo tempranamente e hidratar correctamente al animal. Se debe tener presente que
en aves carnívoras se produce una hiperuricemia fisiológica post-prandial y para determinar
adecuadamente los niveles de ácido úrico en animal debe estar en ayunas al menos 24h. Cuando
en un tratamiento se sospecha de que este puede ser en cierta medida nefrotóxico, se debe
instaurar fluidoterapia para prevenir esta reacción adversa.
15
VI.4. SISTEMA PORTA-RENAL
La eliminación presistémica de fármacos puede originarse por fenómeno de primer paso
hepático. En aves, además de este proceso pueden presentar un efecto de primer paso renal. Esta
peculiaridad también se observa en reptiles, anfibios y ciertos peces y se debe a la presencia del
sistema porta-renal (Figura 7). El riñón de las aves recibe tanto sangre arterial como venosa
aferente (portal) y se drena gracias a un flujo eferente venoso. El flujo aferente se consigue
mediante el sistema porta-renal, que recibe un aporte sanguíneo tanto de las venas isquiáticas
como iliacas externas, y se encarga de perfundir los túbulos. Las venas porta-renales participan
en la formación de un plexo capilar peritubular que rodea a los túbulos contorneados proximales.
Los uratos son eliminados mediante secreción tubular en esa zona. Dos tercios de la sangre que
perfunde el riñón, lo hace a partir del sistema venoso. Una válvula localizada entre la vena porta
renal y la vena iliaca común, la válvula porta-renal, recibe una inervación tanto adrenérgica como
colinérgica que regula el grado de apertura de la misma; de manera que cuando la válvula está
abierta se produce el paso de la sangre que fluye por la iliaca externa hacia la vena cava; sin
embargo cuando está cerrada se fuerza el paso de la sangre hacia las venas porta-renal caudal y
craneal. Evidentemente, la posibilidad de que un fármaco pase directamente por riñón antes de
llegar a nivel sistémico, podría originar una eliminación presistémica similar al efecto de primer
paso hepático. El hecho de que se produzca o no esa eliminación está sujeto a múltiples factores,
entre ellos el grado de estrés del ave (ya que el estrés puede inducir la apertura de la válvula) y
de las características del fármaco, dado que este sistema influirá especialmente en fármacos
hidrosolubles que no necesiten un metabolismo previo para eliminarse y que su excreción renal se
realiza mediante secreción tubular como podría ser el caso de algunos antimicrobianos -
lactámicos. Estos hechos justificarían una creencia, no siempre con una base sólida científica, de
que no es recomendable administrar cualquier tipo de fármaco por vía parenteral en las
extremidades posteriores o en la zona inferior del tronco, como es el caso de los avestruces en
las que se pueden administran fármacos en el músculo iliotrochanterici localizado en la zona
dorsal inferior.
Otro hecho a tener en cuenta es la presencia de fármacos nefrotóxicos como pueden ser los
aminoglucósidos que se excretan vida renal y, de esta manera, si se produce el cierre de la válvula
podrían alcanzar concentraciones muy elevadas en el epitelio tubular renal incrementando la
toxicidad de los mismos.
La aves carecen de vejiga urinaria y la orina semisólida producida en el riñones desemboca por
medio delos uréteres en una porción de la cámara cloacal denominada urodeo. La aves son
capaces de producir movimientos retroperistálticos que llevan la orina localizada en el urodeo
hasta el coprodeo y de ahí al aparato digestivo. La modificación postrenal de la orina uretral es
posible debido a su exposición a las membranas de la cloaca, colon y ciego (en aquellas especies
donde está desarrollado). Aunque las membranas de la cloaca son impermeables al agua (no al
Na+
), las del colon no lo son, produciéndose una reabsorción activa del Na+
seguida de reabsorción
de agua. En general, se reabsorbe entre 10-20% del agua y más del 70% del sodio con una
secreción adicional de potasio (20%).
Fármacos como los antimicrobianos pertenecientes al grupo de las penicilinas que se excretan
fundamentalmente por vía renal se eliminan con mayor velocidad en las especies aviares
estudiadas que lo observado en mamíferos. Por ello las pautas recomendadas en medicina aviar
se caracterizan por el uso de dosis más elevadas y/o menores intervalos de dosificación.
VI.5. OSMORREGULACIÓN Y GLÁNDULAS SALINAS
En aves existen distintos mecanismos implicados en la osmorregulación extrarrenal, que varían
con las especies. Las aves obtienen agua del alimento y la bebida, existiendo grandes diferencias
en la ingesta de líquidos dependiendo de ecosistema al que pertenezca esa especie; podemos
16
decir que, en general, las aves xerófilicas (habitan espacios desérticos) son las que necesitan
ingerir una menor cantidad de líquidos, frente a las aves nectívoras que por la composición de su
alimento beben más en proporción a su peso. Este hecho debe ser tenido en consideración en la
administración indirecta de fármacos en agua de bebida. Desaconsejándose este medio de
tratamiento en las aves xerofílicas.
Como las aves tienen muy poca capacidad de concentrar la orina, en la regulación osmótica
también participan unas glándulas localizadas en la cabeza, denominadas glándulas nasales o
salinas. Estas están especialmente desarrolladas en las aves marinas, lo que les posibilita el poder
beber agua salada y excretar el exceso de sal ingerido. Estas glándulas son muy importantes en
la conservación del agua especialmente en las aves de climas desérticos, llegando incluso algunas
especies a ser capaces de producir agua metabólica y producir una orina con un porcentaje de
agua muy escaso (alrededor de un 55%). Hay que tener en cuenta antes de su liberación que
cuando se está tratando un ave marina, esta glándula puede atrofiarse, porque no hayan ingerido
durante su ingreso la cantidad de sal adecuada.
El riñón de las aves es extremadamente sensible a los efectos nefrotóxicos de los inhibidores de la
COX. En especial, el diclofenaco ocasiona una importante lesión de las células tubulares causando
un daño renal que termina originando una gota visceral aguda que deriva la muerte del ave. Este
fármaco está relacionado con el declive poblacional de los buitres del género Gyps en el
continente asiático y, actualmente ha creado controversia en España, a partir dela aprobación en
2013 de una especialidad farmacéutica dirigida a animales de producción en España. Está
demostrado que este compuesto es altamente peligroso para esta carroñera, dado que las dosis
terapéuticas aplicadas en mamíferos son mortales para estas aves. En el escenario asiático se
aunaron una serie de condiciones que crearon un riesgo muy elevado que desencadeno este
grave problema. Pero se debe ser consciente de que este riesgo también afecta a otros
antiinflamatorios como el flunixin meglumine o el ketoprofeno. Hasta el momento el analgésico
antiinflamatorio que se recomienda en la mayoría de las especies de aves es el meloxicam. Aunque
en un estudio llevado a cabo en periquitos se ha observado que este fármaco también puede
originar una pequeña alteración renal, esta es reversible y en ninguno de los animales tratados
se observa la presencia de gota visceral.
La anfotericina B es un fármaco altamente nefrotóxico en mamíferos, pero algunos autores
relevantes en medicina aviar como Carpenter (2006) indican que parece que este no es un
problema tan marcado en aves. Se ha relacionado esta menor toxicidad de la anfotericina B con
una eliminación más rápida del fármaco en aves, hecho que se ha demostrado en pavos, pero a
pesar de ello, se debe extremar la precaución dado que existen muy pocos estudios científicos
que hayan analizado este problema.
BIBLIOGRAFÍA
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Anatomía y fisiología aviar

  • 1. 1 Particularidades anatómicas, fisiólógicas y etólógicas cón repercusión terapeutica, en medicina aviar (I): órganós de lós sentidós, aparató respiratórió y urinarió Casilda Rodríguez Fernández1 Samanta Waxman2 José Julio de Lucas Burneo1 RESUMEN Dentro de los vertebrados, la Clase Aves recoge una gran variedad de especies que presentan numerosas peculiaridades fisiológicas, anatómicas y etológicas. Esto representa un reto para la terapéutica veterinaria, ya que las diferencias que presentan con mamíferos, grupo a partir del cual suelen extrapolarse en numerosas ocasiones los regímenes posológicos, pueden derivar en una diferente respuesta a los fármacos. Esta extrapolación ha estado implicada en el fracaso terapéutico de ciertos fármacos, en la aparición de reacciones adversas y/o la emergencia de resistencias. En esta primera parte, se revisan las particularidades relativas a los órganos de los sentidos (vista, oído, gusto), aparato respiratorio y sistema urinario. I. INTRODUCCIÓN Aunque estos últimos años se ha incrementado de forma muy marcada el conocimiento científico sobre la Clase Aves, debemos ser conscientes de que estos avances se han desarrollado principalmente a partir de aquellas especies que mantienen un contacto más directo con el hombre, como son las aves de producción. Pero el enfoque zootécnico es muy diferente y las diferencias existentes hacen que, en determinadas circunstancias, se haya utilizado información obtenida de pollos de engorde o ponedoras que no ha sido adecuada al ser aplicada a aves mascota como las psitacidas o passeriformes. Uno de los ejemplos más recientes, relacionado con el declive poblacional de buitres del género Gyps en el continente asiático, es la intolerancia que poseen ciertas especies de carroñeras al diclofenaco sódico frente a lo que se aprecia en gallináceas. La investigación está menos evolucionada en el ámbito de las aves exóticas, pero es especialmente escasa en aves salvajes. El gran reto al que nos enfrentamos al abordar la Medicina dirigida a aves de compañía y salvajes es el gran vacío terapéutico que existe, debido a la escasez de información para afrontar adecuadamente un uso clínico basado en evidencias científicas y de medicamentos aprobados para su uso en estas especies. En el mundo, existen más de 10.000 especies de aves, con más de 20.000 subespecies. En España existen más de 600 especies de aves, estando amenazada la supervivencia de más de una veintena. La variedad que llega a tener contacto con la Medicina Veterinaria es mucho menor 1 Departamento de Toxicología y Farmacología. Facultad de Veterinaria (Universidad Complutense de Madrid). 2 Cátedra de Anestesiología y Algiología. Facultad de Ciencias Veterinarias (Universidad de Buenos Aires).
  • 2. 2 (Tabla 1). La intervención clínica a esta población se suele realizar a través de Clínicas especializadas en Aves Exóticas, Núcleos Zoológicos o Centros de Recuperación. El objetivo de este artículo de revisión es abordar las diferencias observadas entre la clase Aves y la clase Mammalia. Además, como existen numerosas diferencias entre los distintos órdenes y familias de aves, haremos hincapié en aquellos aspectos diferenciales que posean repercusión clínica entre las diferentes especies aviares. Tabla 1. Clasificación taxonómica de alguno de los órdenes pertenecientes a la clase Aves. ORDEN FAMILIA NOMBRE COMÚN de algunas especies ANSERIFORMES Anatidae Ansar, barnacla, cisnes, ánades, cercetas, …. GALLIFORMES Phasianidae Codorniz, perdiz, urogallo,…: PROCELLARIIFORMES Procellariidae Petrel , pardela CICONIIFORMES* Ciconiidae Cigüeñas PELECANIFORMES: Ardeidae Garza, garceta, garcilla, avetorillo ACCIPITRIFORMES* Pandionidae Águila pescadora Accipitridae Águilas, milano, buitre negro/leonado, ratonero, alimoche, .. OTIDIFORMES Otididae Avutarda sisón GRUIFORMES Rallidae Calamón, focha Gruidae Grulla CHARADRIIFORMES Charadriidae Avefría, chorlito Scolopacidae Andarríos, zarapitos correlimos, agachadiza Alcidae Frailecillo, arao Laridae Gaviotas, fumarel, charrán COLUMBIFORMES Columbidae Palomas, tórtolas STRIGIFORMES* Tytonidae Lechuzas Strigidae Búhos, autillo, mochuelo, cárabo CAPRIMULGIFORMES Caprimulgidae Chotacabras APODIFORMES Apodidae Vencejo BUCEROTIFORMES Upupidae Abubilla CORACIIFORMES Alcedinidae Martín pescador PICIFORMES Picidae Pico y pito (carpinteros) FALCONIFORMES* Falconidae Cernícalos halcones alcotán esmerejón PASSERIFORMES* Laniidae Alcaudones Oriolidae Oropéndola Corvidae Arrendajo urraca chovas grajas cornejas cuervos Alaudidae Alondra calandria Hirundinidae Golondrina avión Paridae Carbonero herrerillo Sittidae Trepador azul Certhiidae Agateador Troglodytidae Chochín
  • 3. 3 Phylloscopidae Mosquiteros Acrocephalidae Zarceros carriceros Sylviidae Currucas Muscicapidae Papamoscas ruiseñor petirrojo colirrojos collalbas y tarabillas Turdidae Zorzales y mirlo Sturnidae Estornino, miná Fringillidae Lavanderas y bisbitas Motacillidae Pinzón jilguero verderón camachuelo picogordo Passeridae Gorrión Estrildidae Pico coral, bengalí rojo PSITTACIFORMES* Psittacidae Cotorras, loros, amazonas, guacamayos *Órdenes tratados más frecuentemente en Medicina Aviar. II. MORFOLOGÍA, METABOLISMO Y TEMPERATURA Si se las compara con los mamíferos o incluso con los reptiles, con los que comparten un origen evolutivo común, la morfología de las aves varía muy poco a lo largo de las especies, ya que tienen una marcada limitación en su forma anatómica debido a su necesidad de adaptación al vuelo. Esta forma corporal condiciona un cociente superficie/peso muy elevado, lo que facilita la pérdida de calor. En aves la hipotermia es un problema especialmente grave, por ello siempre se recomienda cuidar la temperatura ambiental, el uso de mantas eléctricas o bolsas termostáticas y atemperar los fluidos adecuadamente a la temperatura de la especie antes de su administración, especialmente si son grandes volúmenes. En el paciente quirúrgico, además, se debe evitar la pérdida innecesaria de plumas y está desaconsejado el uso de soluciones alcohólicas sobre grandes extensiones debido a la pérdida de temperatura que pueden llegar a ocasionar por vasodilatación periférica. La temperatura corporal de las aves oscila entre 39-42o C aproximadamente, siendo las especies del orden Passeriforme las que poseen valores más elevados y las aves corredoras como las ratites las que presentan una temperatura que se encuentra dentro del rango fisiológico de los mamíferos (Tabla 2). Esta temperatura corporal es más elevada que la que posee un mamífero de igual peso corporal y su mantenimiento está en conexión con su alto metabolismo, su elevada superficie con relación al peso y con las necesidades energéticas para el vuelo. Dada la diversidad de especies y la falta de estudios farmacocinéticos, es una práctica común en aves no dirigidas a producción, el establecimiento de pautas terapéuticas a partir de la tasa metabólica. Mediante esta práctica un ave siempre recibiría una dosis mayor de cualquier fármaco que un mamífero del mismo tamaño. Este hecho parece que sí es apropiado para ciertas quinolonas en algunas especies de aves; sin embargo, puede llevar a un importante cuadro de toxicidad como sucede con los aminoglucosidos. Por tanto, debe ser una herramienta utilizada con una extremada precaución, aunque aparezca reflejada en numerosos manuales especializados. El rango de tamaño de un ave oscila entre el peso del colibrí (2 g) y del avestruz (150 Kg), estando el peso máximo de las aves voladoras alrededor de 15 Kg como es el caso de la avutarda o del cóndor. El pequeño tamaño, que presentan la mayoría de las especies aviares que llegan a la clínica, hace que exista un gran vacío de especialidades farmacéuticas que tengan una concentración adecuada para dosificar con exactitud.
  • 4. 4 La homotermia requiere un costo energético importante, por ello algunas especies de aves como el colibrí permiten que su temperatura corporal descienda de forma controlada mediante letargo diario; ya que necesitarían consumir una gran cantidad de comida para poder mantener esta temperatura tan elevada cuando desciende la temperatura ambiental. Aunque no existe ningún trabajo científico que lo corrobore, los cambios fisiológicos que van unidos a esta hipotermia lógicamente modificarían el comportamiento farmacocinético; ya que, esta influencia sí que está demostrada en reptiles y anfibios cuando se disminuye la temperatura ambiental. Tabla 2. Algunas características fisiológicas de los grupos de aves de mayor representación en Veterinaria. III. ESTRÉS Las aves son animales fácilmente estresables. Hay que intentar reducir al máximo los tiempos de manejo en cualquier procedimiento clínico y se debe realizar la exploración sistemática y completa de forma rápida. Un manejo de 15 min puede llegar a incrementar la temperatura del ave en más de tres grados, incluso en aves mascotas acostumbradas al contacto con el ser humano. Por ello, la inmunodepresión derivada del estrés puede complicar el cuadro clínico del paciente, incrementando la susceptibilidad a infecciones. Las aves poseen una médula adrenal que no tiene diferenciada la zona cortical y medular. El glucocorticoide principal es la corticosterona, no el cortisol, y su secreción sigue un ritmo circadiano adaptado a los hábitos del ave siguiendo un ritmo pulsátil ultradiano, donde el pico se origina a primeras horas del día o del crepúsculo según sean diurnas o nocturnas. Es recomendable ajustarse a este comportamiento cuando se administra exógenamente el corticoide. Esta hormona posee un mayor efecto mineralocorticoide que la mamífera.
  • 5. 5 Los glucocorticoides deben utilizarse en aves con mucha precaución. Se recomienda el uso de corticoides de acción ultracorta, utilizando una vía tópica siempre que sea posible con especialidades de baja absorción. Su uso frente a situaciones graves como el shock está en entredicho, y no es recomendable su administración en pacientes con cuadros hemorrágicos e hipovolemia. Esta elevada sensibilidad, hace que las especies aviares sean de elección a la hora de establecer un modelo experimental para evaluar la actividad de un fármaco de este grupo farmacológico. IV. PARTICULARIDADES QUE AFECTAN A LOS SENTIDOS IV.1. VISTA Las aves presentan una extremada agudeza visual, siendo capaces de visualizar la luz ultravioleta. Su retina es avascular, de forma que permite evitar sombras y la dispersión de la luz; pero se complementa con otra estructura conocida como pecten que posee una gran componente vascular. Las aves pueden ver colores producidos por la luz ultravioleta, lo que le permite la identificación sexual de algunas especies donde no existe dimorfismo sexual, identificar ciertos frutos y rastros de presas. Todos los músculos del ojo de las aves son estriados incluidos los que controlan el tamaño de la pupila. A diferencia de los mamíferos, el iris de la mayoría de las especies aviares se caracteriza porque el músculo del esfínter pupilar está formado por fibras estriadas en vez de lisas, lo que permite el control voluntario de la pupila (Figura 1). Por ello, los fármacos parasimpaticolíticos clásicos usado como midriáticos no son eficaces en aves. Para lograr producir midriasis mediante un tratamiento tópico en estas es necesario el uso de bloqueantes musculares competitivos como los curáricos. Figura 1. Estructura anatómica del ojo aviar y esquema de las diferentes formas oculares. (Dibujos: C. Rodríguez) Las aves presentan decusación del nervio óptico por lo que existe una anisocoria fisiológica, de manera que su presencia no tiene por qué estar relacionada con un problema neurológico (Figura 2). La iluminación del hábitat del ave con mecanismos basados en corriente alterna puede ocasionar un gran estrés en el animal, debido a que se puede originar un efecto estreboscópico (“efecto de parpadeo o destello”) debido a que la frecuencia de fusión de imágenes en un ave
  • 6. 6 llega hasta 160 Hz (humano:15-80 Hz). Las aves presentan una membrana nictitante semitransparente que cubre y protege el ojo. Figura 2. Anisocoria fisiológica (Fotografía cedida por GREFA) IV.2. OIDO El sentido del oído es especialmente relevante en las rapaces nocturnas, como los búhos y las lechuzas, donde está ampliamente desarrollado. No tiene pabellón auricular, su meato acústico es asimétrico lo que les permite captar de forma más exacta la procedencia del sonido y en el oído medio, el yunque, martillo y estribo ha sido sustituido por un único hueso, la columela. A nivel de oído interno el órgano de Corti ha sido sustituido por la papila basilar; pero la diferencia más llamativa con mamíferos es que las células de soporte de la cóclea son capaces de regenerarse en células ciliadas funcionales después de que se haya producido una lesión, tanto si ha sido inducida por ruido o por ototoxinas (Figura 3). Por ello, la pérdida de audición iatrogénica originada por aminoglucósidos u otros fármacos, puede ser irreversible y de gran relevancia en mamíferos, ya que son incapaces de regenerar el epitelio ciliado lesionado, en cambio en las aves se logra revertir el efecto tóxico al cabo de varias semanas. Figura 3. Estructura anatómica del oído de las aves. (Fotografía cedida por GREFA) En pollos, la gentamicina administrada por una vía sistémica alcanza concentraciones menores en la perilinfa que tras su aplicación tópica; originando un daño de 40% o bien ablación total de las células ciliadas a los 5 días post-administración, respectivamente. Tras la lesión, las células basales de la cóclea son capaces de sufrir una conversión fenotípica a células ciliadas mediante transdiferenciación directa. Esta regeneración varía con el agente inductor. Cuando el agente inductor es este aminoglucósidos, el tiempo de latencia para que dé inicio los procesos reparadores es de unas 15 h, observándose cambios marcados en los primeros días y
  • 7. 7 consiguiéndose una regeneración total a los dos meses. La sordera neurosensorial, resultado de la perdida de células ciliadas de la cóclea, no es un factor limitante en el uso de los aminoglucósidos en aves, pero sí puede llegar a serlo la nefrotoxicidad. Dado que la visión y el oído son los sentidos más destacados en aves, para reducir el estrés es muy importante mantenerlos en una zona oscura y silenciosa. Por ello también es muy práctico tapar la cabeza del ave bien con un paño de manejo o bien mediante una caperuza, como las que se utilizan en cetrería con el fin de reducir el estrés del animal durante el manejo médico, especialmente si son especies silvestres. Se debe cuidar la elección del tamaño de la caperuza con respecto al tamaño del cráneo del ave. IV.3. GUSTO Parece que las aves no tienen un buen desarrollo del sentido del gusto quizás debido al rápido tránsito de la comida por la boca, pero a pesar de ello sí que se han descrito problemas de rechazo a ciertas especialidades farmacéuticas administradas vía oral, especialmente frente a sabores amargos. Las papilas gustativas del ave se encuentran en el paladar, la base de la lengua y en la zona inferior de la orofarínge. El número de papilas gustativas es mucho menor que en mamíferos. Su gusto varía con las especies y está en relación con sus hábitos alimenticios, así las frugívoras y nectívoras aceptan fácilmente formulaciones medicamentosas orales dulces, en cambio no son adecuadas para especies granívoras y ciertas omnívoras por carencia de sucrasa. Las aves que presentan glándula salinas desarrolladas aceptan los sabores salados fácilmente (anátidas). Los sabores amargos suelen provocar rechazo, especialmente si existe la presencia de sustancias fenólicas o tanino. Se cree que es un mecanismo de defensa frente a xenobioticos tóxicos. Frente a las sustancias picantes tienen una tolerancia mucho mayor que los mamíferos. Las aves no evitan irritantes muy típicos de mamíferos como el amonio, el gengibre, las hidroquinonas y el naftaleno. Otros irritantes de mamíferos como la piperina, el alil-isotiocianato y el ácido mercaptobenzoico, tienen efecto repelente en aves pero solo a concentraciones muy altas. El ejemplo más marcado es el de la capsaicina (picante del chile rojo, la guindilla), que es evitada de forma acusada por los mamíferos (100-1.000 ppm), en cambio las aves aceptan concentraciones de 20.000 ppm. La capsaicina actúa sobre canales iónicos de potencial transitorio, inicialmente denominados receptor vanilloide y actualmente TRPV1. Hoy están incluidos en un grupo de analgésicos que excitan y desensibilizan las neuronas sensitivas nociceptivas actuando sobre la superfamilia de canales TRP, estando relacionado su efecto analgésico con la depleción de transmisores pronociceptores, como la sustancia P. La capsaicina ha abierto nuevas vías de investigación analgésica, pero ¿podríamos encontrar una respuesta diferente en aves? V. APARATO RESPIRATORIO Las aves, dentro de los vertebrados, representan el grupo que ha tenido un mayor éxito en la conquista del medio aéreo. Las adaptaciones que ha sufrido el aparato respiratorio ha sido uno de los puntos clave para reinar sobre ese elemento. A continuación vamos a analizar estas particularidades siguiendo la estructura anatómica respiratoria (Figura 4).
  • 8. 8 Figura 4. Esquema de la estructura anatómica del aparato respiratorio de las aves. (Dibujo: C. Rodríguez) V.1. CORNETES Y SENOS El aire entra en la cavidad nasal a partir de las narinas u orificios nasales que se encuentran en la base del pico de la mayoría de las aves. Algunas especies como los albatros carecen de estas narinas primarias. A veces presentan un opérculo que hace de filtro para evitar la entrada de objetos extraños, especialmente en aves con vuelo muy rápido como los halcones. Una vez en cavidad nasal, el aire pasa a través de las coanas hacia la orofaringe y alcanza la glotis. Los cornetes nasales están altamente vascularizados, presentando una importante red de vasos sanguíneos (rete mirabile) que va a estar implicada en la termorregulación y en la homeostasis del agua. Por ello, se puede favorecer la rehidratación del ave mediante nebulización. Se debe tener en cuenta que este mecanismo se ve reducido cuando el ave está intubada durante el procedimiento anestésico. El seno infraorbital es un seno paranasal que está muy desarrollado en psitácidas, localizado en posición ventromedial superficial con la órbita, que además presenta numerosos divertículos en la zona premaxilar, alrededor del oído y el pico inferior. Además está comunicado con los cornetes y los sacos aéreos cervico-cefálicos (Figura 4). En algunas aves como las psitacidas, se comunican los senos derecho e izquierdo. La consecuencia terapéutica es que una patología como la sinusitis, de frecuente presentación en aves de compañía, ve facilitada la diseminación de la infección a otras zonas debido a estas características anatómicas. En estos casos además de la administración sistémica de antibioterapia, se suelen realizar irrigaciones nasales con antimicrobianos y solución salina. Es muy frecuente el uso de azólicos y combinaciones antisépticas (biguanida unida a amonio cuaternario en presencia de EDTA). V.2. GLOTIS Y TRÁQUEA Las aves carecen de epiglotis, por ello, la neumonía por aspiración es un problema que puede acontecer con facilidad, desaconsejando el uso de eméticos y aconsejando su intubación durante la anestesia, en aquellas especies que sea recomendable. La tráquea de las aves presenta una serie de características que se deben conocer antes de realizar cualquier procedimiento anestésico inhalatorio. La tráquea es larga y está compuesta por anillos rígidos y completos, presentando formas muy diversas. El hecho de que esta estructura sea rígida hace aconsejable el uso de tubos endotraqueales sin manguito para evitar lesionar la tráquea por necrosis por presión. Las aves poseen una tráquea de mayor longitud y diámetro que los mamíferos de tamaño similar. Las aves han incrementado el diámetro de la tráquea para compensar su incremento en la longitud, de forma que la resistencia de la tráquea al flujo gaseoso
  • 9. 9 es similar a los mamíferos. Además, existen estructuras traqueales muy diversas con formas complejas y contorneadas. Como ejemplos podríamos citar las tráqueas dobles de pingüinos y petreles, el divertículo que se abre en la tráquea cervical en aves corredoras como el emú, la formación bulbosa traqueal que presenta el macho de muchas anátidas y las conformaciones en espiral o bucle de grullas, espátulas o cisnes. Todo ello complica la intubación mediante sondas endotraqueales, por lo que en muchas de estas especies aviares es aconsejable el uso de mascarillas. Este tipo de tráquea forma un elevado espacio muerto, siendo 4,5 veces mayor que en mamíferos. Para compensar este hecho las aves presentan un mayor volumen tidal y una frecuencia respiratoria más lenta y profunda que los mamíferos de igual tamaño. Una paloma de 300 g presenta 26-29 respiraciones/min, en cambio una rata del mismo peso alcanza 85 respiraciones/min. La siringe es el órgano fonador de las aves y está ampliamente desarrollado en algunas especies. Se caracteriza porque forma un estrechamiento localizado entre la tráquea y los bronquios, lo que facilita que sea una zona frecuente de obstrucción de cuerpos extraños. V.3. SACOS AÉREOS Los pulmones de las aves desde un punto de vista morfológico representan menos del 15% del aparato respiratorio y están unidos a los sacos aéreos. Estos sacos juegan un papel muy importante en la respiración, ya que llegan a representar el 80% del volumen respiratorio. Sin embargo, su implicación en el intercambio gaseoso es mínimo, ya que sólo aportan un 5% del mismo. Los sacos aéreos se extienden dentro de la cavidad de algunos huesos, denominados neumáticos, que varían con las especies. Así se conectan con los huesos de las alas, vértebras cervicales, algunas torácicas, esternón, húmero, pelvis o fémur (no en psitácidas, sí en rapaces). Una lesión que afecte a estos huesos neumáticos puede vehicular infecciones hacia los pulmones y los sacos aéreos. Los sacos están formados por una fina pared avascular, lo que les hace de difícil acceso para los fármacos cuando se administran por vía sistémica. La infecciones son frecuentes y de difícil tratamiento. Los sacos aéreos actúan como fuelles o como un sistema de bombeo que facilita el flujo continuo de aire sobre la superficie funcional no expansible del pulmón. Como se observa en la Figura 4, en la mayoría de aves morfológicamente encontramos 8 sacos; formados por 3 pares de sacos aéreos (torácicos craneales, torácicos caudales y abdominales) y dos unitarios (clavicular y cervical). Algunas aves tienen 9 sacos debido a que el cervical está pareado. Están conectados con un bronquio secundario a través del ostium. Dependiendo de su conexión con el bronquio se habla de los sacos craneales (cervical, clavicular y torácico craneal) y los caudales (torácico caudal y abdominal) que conectan con el bronquio ventral y primario, respectivamente. Los sacos aéreos también están implicados en la termorregulación (ya que reducen la cantidad de calor originado en el vuelo mediante la evaporación), la vocalización, el cortejo y la termorregulación de los testículos durante la espermatogénesis. Los sacos aéreos no acumulan o concentran los anestésicos como en alguna ocasión se ha sugerido. Cuando existe una obstrucción de la vía aérea superior en aves existe una alternativa única que permite administrar fármacos anestésicos u oxígeno mediante canulación de un saco aéreo (Figura 5), normalmente caudal, en vez de la tradicional canulación endotraqueal. Esta técnica también se utiliza en cirugía facial, con fines diagnósticos y terapéuticos de procesos que afectan a los sacos aéreos. Las cánulas usadas para este fin suelen tener un diámetro semejante al tamaño de la tráquea de la especie y pueden ser específicas para este procedimiento o adaptadas de otros procedimientos (tubos endotraqueales, catéteres intravenosos, urinarios,…), pero siempre deben tener unos agujeros laterales para reducir el riesgo de obstrucción. Esta práctica no está exenta de riesgo ya que se debe tener en cuenta que la incrementa la posibilidad de infecciones,
  • 10. 10 hipercapnia, hipotermia y deshidratación. Esta técnica no se debe usar cuando exista aerosaculitis o ascitis. Figura 5. Canulación aereo-sacular (Fotografía cedida por la Dra. Pilar Lanzarot) V.4. PULMONES Los pulmones de las aves son más rígidos y por tanto no presentan los cambios volumétricos que se observan en los mamíferos. A pesar del poco volumen que representan dentro del aparato respiratorio, poseen una gran capacidad funcional. Esto se debe a una serie de peculiaridades que mencionaremos a continuación. Los bronquios primarios atraviesan los pulmones en toda su longitud (mesobronquios), para desembocar en los sacos aéreos abdominales. En el pulmón, cada bronquio primario se divide en 4 bronquios secundarios y estos forman unos bronquios terciarios que se denominan parabronquios, zona donde tiene lugar el intercambio gaseoso gracias a una compleja red de capilares aéreos estrechamente ligados a capilares sanguíneos. Estos capilares aéreos son la unidad terminal donde se realiza el intercambio gaseoso. Son más pequeños (3-10 µm) que los alveolos de mamíferos (>35 µm) y forman una red tridimensional anastomosada de vías aéreas a través de la cuál fluye el aire en una sola dirección. Para regular el tamaño de la vía aérea existe la presencia de músculo liso en las paredes de la vía aérea superior y una sustancia surfactante trilaminar, única en aves, que cubre las vías respiratorias, evitando su colapso. El número de parabronquios terciarios varía con la especie, siendo más elevado cuanto más esté el ave especializada en el vuelo. Estos parabronquios forman un grupo de cientos de túbulos paralelos constituyendo lo que denomina paleo-pulmón, y en algunas especies existe también un parabronquio de menor presencia que posee una ramificación irregular denominado neo- pulmón. Algunas aves como el kiwi, emú y pingüino carecen de neo-pulmón, es mínimo en palomas (10-12%) y algo mayor en passeriformes y psitacidas (20-25%). El aire que fluye a través del paleo-pulmón va siempre en la misma dirección tanto en la inspiración como en la espiración, en cambio en el neo-pulmón va a ser bidireccional y dependerá de la fase respiratoria. La mayor eficiencia de intercambio gaseoso que poseen las aves (hasta 10 veces) se debe a diferentes factores: - Presencia de capilares aéreos en los parabronquios que permite un flujo de aire unidireccional, donde hay un intercambio constante de oxígeno en el paleo pulmón - Flujo sanguíneo está en ángulo recto con el flujo gaseoso, lo que forma un sistema de intercambio contracorriente, que consigue una asimilación más eficiente de oxígeno sin tener que existir altos niveles de CO2. - Pulmón con un mayor volumen de capilares sanguíneos por peso (un 20% más) que los mamíferos.
  • 11. 11 - Barrera hemato-gaseosa muy fina. Esto es más acentuado cuanto más especializada en vuelo está el ave, siendo su tamaño en las aves corredoras muy cercano a los mamíferos. - Respiración de doble ciclo: el aire inspirado en el primer ciclo no se elimina totalmente hasta que se llega a la espiración del segundo ciclo. Así, el 50% del aire inspirado en el primer ciclo pasa a través de los pulmones por el bronquio primario hasta los sacos aéreos caudales. El otro 50% pasa a los pulmones donde se produce el intercambio gaseoso y también acompaña al aire que pasa al paleo-pulmón desde los sacos aéreos posteriores en la espiración del primer ciclo. En la inspiración del segundo ciclo este aire penetra en los sacos aéreos craneales, eliminándose finalmente al exterior desde estos sacos en la espiración del segundo ciclo (Figura 6). Esto hace que el aire delos pulmones se renueve tanto en la inspiración como en la espiración de cada ciclo. - Los pulmones son rígidos y no están implicados en el proceso mecánico de la ventilación, por lo que no tienen que expandirse ni contraerse requiriendo poco tejido intersticial para tener una mayor resistencia. Esto hace que su área de intercambio gaseoso sea un 20% mayor que en mamíferos. Figura 6. Respiración de doble ciclo. (Dibujo: C. Rodríguez) La consecuencia terapéutica de esta excelente eficiencia respiratoria es que al igual que el intercambio es muy rápido para el oxígeno, también lo es para cualquier xenobiótico. Por ello, son especies de referencia frente a la intoxicación por vía aérea y, además, presentan una velocidad en la absorción de anestésicos inhalatorios más elevada que los mamíferos, lo que va unido a cambios más rápidos en la concentración sanguínea de anestésicos y por tanto a una mayor velocidad de inducción y recuperación, alcanzando más rápidamente los planos anestésicos. Sin embargo, los valores de la CAM son semejantes a los observados en mamíferos. Las nebulizaciones se utilizan con gran frecuencia en medicina aviar para el tratamiento de procesos respiratorios. Es frecuente la administración por esta vía de antibacterianos y antifúngicos principalmente y en menor medida mucolíticos y broncodilatadores. Los fármacos más usados suelen ser azoles, terbinafina y, en menor medida, anfotericina B. Esta técnica es especialmente interesante frente al tratamiento de la aspergilosis, ya que existen muchas cepas resistentes a muchos antifúngicos y los microorganismos proliferan en zonas donde el acceso de los antimicóticos es bastante difícil por su escasa perfusión, como es el caso de los sacos aéreos. Este método permite la llegada directa del fármaco al respiratorio, podría paliar potenciales efectos adversos (p.e., la nefrotoxicidad de la anfotericina B, aunque existen opiniones divergentes sobre ello en aves) y simultáneamente humidifica el aire de la cámara, con lo que fluidifica las secreciones. Un punto crítico en este sistema de administración es conseguir un
  • 12. 12 tamaño de partícula adecuado para que logre acceder a la zona que llega el patógeno. Las esporas de Aspergillus oscilan entre 2-5µm, por lo que el tamaño de partícula debe ser menor o igual a 5µm. Las formulaciones que funcionan mejor tienen una base acuosa no oleosa. Cuando existe un bloqueo de las vías superiores, la nebulización no es de gran ayuda. En aves, el riesgo de apnea es más elevado. Las aves buceadoras presentan una apnea fisiológica y sufren una vasoconstricción selectiva, bradicardia y reducción del gasto cardiaco. El flujo sanguíneo es desviado desde la piel, músculos y tracto digestivo hacia los órganos críticos como el cerebro y el corazón y órganos sensoriales, para protegerlos de la hipoxia. Esta apnea fisiológica podría bloquear la inducción anestésica. Las fracturas en huesos neumatizados también podrían causar problemas en la anestesia. V.5. DIAFRAGMA Y MÚSCULOS RESPIRATORIOS Las aves carecen de diafragma, por lo que su respiración se basa en los movimientos de los músculos intercostales, externos e internos, y los músculos abdominales. En la inspiración como en la espiración hay una participación activa muscular y el flujo del aire en el paleo-pulmón siempre va de caudal a craneal. Los anestésicos depresores de la actividad muscular pueden reducir el intercambio gaseoso. La ventilación es menos eficiente en al ave anestesiada. Es difícil asfixiar a un ave mediante estrangulamiento debido a que la tráquea está formada por anillos rígidos y las carótidas protegidas por las vértebras cervicales, sin embargo esto puede suceder si se pone una excesiva presión en el esternón, se agarra el ave fuertemente por su caja torácica o se presiona a nivel abdominal. La ventilación puede verse afectada según la posición en la que se coloque el animal anestesiado. Es muy importante tener en cuenta que si un ave se coloca en decúbito dorsal, se puede reducir el volumen tidal más de un 50%, especialmente en cirugía abdominal donde se coloca la cabeza en un plano más bajo para reducir la presión en las vísceras abdominales. El problema es que estas presionan los sacos aéreos, y al estar anestesiado, la frecuencia respiratoria está disminuida. Una problemática similar, pero más acentuada, es la que se origina al colocar al ave en decúbito ventral, debido a la presión que ejerce el peso del ave sobre el esternón, ya que debe levantar su propio peso para poder respirar, restringiendo gravemente su movimiento. Por ello se recomienda el uso de ventilación mecánica con presión positiva intermitente. Esta depresión respiratoria es menor en decúbito lateral. La PCO2 es más baja que en mamíferos debido a esa eficacia respiratoria. Los quimiorreceptores intrapulmonares en las aves son extremadamente sensibles al CO2. Las aves son muy sensibles a la hipercapnia por lo que la velocidad de flujo del gas fresco debe ser tres veces mayor que en mamíferos. El problema es que no siempre nos encontramos equipos anestésicos cuyo flujometro sea exacto para especies aviares de pequeño tamaño. VI. SISTEMA URINARIO Dentro de los órganos que están implicados en la eliminación de fármacos, el riñón es uno de los dos más activos. Las grandes diferencias que existen tanto a nivel anatómico como fisiológico entre el sistema urinario de aves y mamíferos sugieren que puede presentarse una gran diferencia en la eliminación de fármacos entre estas dos clases. Los riñones de las aves están localizados en las fosas ventrales de los huesos sinsacro e ilion, dorsales a los sacos aéreos abdominales. Estos son lobulares, de forma independiente al tamaño a diferencia de los mamíferos, y carecen de límite preciso entre la corteza y la médula. Si se pondera por su peso corporal, los riñones aviares poseen un tamaño mayor que los mamíferos, siendo más marcada la diferencia de peso de riñón entre los diferentes tamaños del ave que la que se observa en mamíferos. Así, utilizando las ecuaciones alométricas que relacionan el peso renal frente al corporal para aves y para mamíferos podemos observar un diferente comportamiento entre ambos. Si comparamos uno de los mamíferos de menor tamaño con la
  • 13. 13 tasa metabólica más alta dentro de esta clase, la musaraña o musgaño enano, con el ave de menor tamaño, el colibrí (Mellisugahelenae), ambos con un peso cercano a dos gramos, obtendríamos un peso renal de 37mg para el colibrí y 30mg para el musgaño. Si nos planteamos estimar el peso del riñón tomando como punto de referencia el peso delas aves voladoras de mayor tamaño, que puede alcanzar 15 kg, el tamaño renal en escala alométrica sería de 102g y 73g, para aves y mamíferos respectivamente. Este hecho también se observa en el gasto cardiaco (0.002 kg: 3.99 y 1.17 mL/min; 15 kg: 1885 y 1614 mL/min, para aves y mamíferos respectivamente). Este elevado gasto cardiaco podría estar relacionado con la eliminación más rápida que sufren algunos fármacos, como se ha demostrado para el butorfanol en ratoneros (Buteo buteo). VI.1. NEFRONAS Evolutivamente, las aves están emparentadas con los reptiles y mantienen diversas características comunes. Por ello, las aves presentan a nivel renal nefronas de tipo reptiliano, que son mayoritarias, y nefronas de tipo mamífero, que sólo representan entre un 10-30% del total de nefronas y están localizadas a nivel medular (Figura 7). Dependiendo el porcentaje de las mismas de las condiciones ambientales; así, cuando las aves pertenecen a un ambiente árido, presentan más nefronas medulares capaces de concentrar la orina. El cortex renal está compuesto nefronas de tipo reptiliano que están ordenadas de forma radial alrededor de una vena eferente central. Figura 7. Esquema de la anatomía renal de las aves, los tipos de nefronas y la repercusión del sistema porta-renal. Las nefronas reptilianas son de pequeño tamaño (28-35 µm) presentan un glomérulo extremadamente sencillo, no es una red marcada de capilares anastomosados, no poseen túbulos contorneados sino que son rectos y carecen de asa de Henle como tal. Las nefronas de las aves carentes de asa de Henle son similares a las nefronas de los reptiles, pero con una estructura todavía más simple ya que sólo poseen túbulo proximal y distal sin el segmento intermedio, pero su unión al tubo colector renal es en ángulo recto como sucede en las nefronas de los reptiles. Las nefronas que presentan asa en las aves son muy semejantes a las de los mamíferos, su mayor diferencia es que carecen de un segmento ascendente fino para el asa de la nefrona. Son nefronas
  • 14. 14 bastante largas y presentan túbulos distales y proximales altamente contorneados. Al igual que las mamíferas, se unen al túbulo colector en paralelo. VI.2. PH URINARIO y OSMOLARIDAD La filtración glomerular es en general más baja en las aves que en los mamíferos, siendo esta intermitente frente a la producción constante de los mamíferos. El pH urinario en aves es variable, pero no es dependiente del tipo de alimentación como ocurre en mamíferos. Generalmente la orina en aves es ácida, presentando los machos un pH urinario medio de 6.4. Esto está relacionado con la baja eliminación de bicarbonato por orina, para tamponar la elevada producción de ácidos orgánicos y así mantener la homeostasis. Alguna excepción se encuentra en los avestruces, con un pH que oscila entre 6-9, siendo el valor medio de 7.6 y es frecuente en situaciones de hipoxia típicas de aves buceadoras como los patos encontrar valores más ácidos, con valores de pH por debajo de 5. Por tanto, no existiría la dependencia en el aclaramiento que existe de ciertos fármacos como ciertas sulfamidas que presentan una eliminación diferente para carnívoros o herbívoros dependiendo del pH urinario. Pero sí hay que tener en cuenta que las hembras pueden tener unas oscilaciones amplias dependiendo de la fase de puesta; así, puede alcanzar valores inferiores a 4.7 durante el depósito de calcio; sin embargo, tras la puesta del huevo o una vez que el depósito de calcio ha finalizado, el pH urinario se alcaliniza pudiendo llegar a valores de 8.Las hembras antes de la fase de puesta sufren poliuria debido a la excreción del excedente de fosfatos óseos liberados durante la formación del huevo. Las aves tienen una escasa capacidad de concentrar la orina con una proporción de la osmolaridad orina:sangre cercana a dos. Esto está relacionado con que sólo una pequeña proporción de nefronas presentan asa de Henle (10-30%) y a diferencia de lo que sucede en las nefronas de los mamíferos, el segmento delgado comienza en el descendente y tiene las mismas características que el ascendente; no contribuyendo la urea significativamente en crear el ambiente osmótico medular como ocurre en mamíferos, esta función la realiza el ClNa. VI.3. ÁCIDO ÚRICO Y GOTA El uricotelismo es un mecanismo de adaptación para la conservación del agua del organismo, que permite a las aves la eliminación de los productos derivados del metabolismo de las proteínas ahorrando una gran cantidad de agua. La excreción de ácido úrico es vital en el desarrollo del embrión, ya que se almacena en el huevo en su forma anhidro, lo que le permite reciclar el agua y, al ser insoluble, no es tóxico para el huevo, como ocurriría si fuera urea o el amoniaco. En aves, se excreta el 60% de los desechos nitrogenados como uratos y la urea sólo se forma como un subproducto de detoxicación renal o hepática. Las aves al ser uricotélicos fundamentalmente producen ácido úrico, por lo que fisiológicamente presentan niveles más elevados de ácido úrico en sangre; además, su elevada temperatura corporal permite un índice de solubilización más elevado. El ácido úrico se produce principalmente a nivel hepático y se excreta vía renal mediante secreción tubular (>90%) y en menor medida por filtración (10%). Este compuesto nitrogenado necesita un menor aporte de agua para su excreción, por lo que la orina de las aves no mezclada con las heces tiene un aspecto blanquecino o crema semisólido. En aves la presentación de gota es un signo de hiperuricemia o fracaso renal. Para que se incrementen de forma marcada los niveles de ácido úrico en una insuficiencia renal es necesario que el fallo sea grave (70% afectación).La deshidratación en aves puede incrementar marcadamente los niveles de ácido úrico llegando a originar gota, por lo que es muy importante diagnosticarlo tempranamente e hidratar correctamente al animal. Se debe tener presente que en aves carnívoras se produce una hiperuricemia fisiológica post-prandial y para determinar adecuadamente los niveles de ácido úrico en animal debe estar en ayunas al menos 24h. Cuando en un tratamiento se sospecha de que este puede ser en cierta medida nefrotóxico, se debe instaurar fluidoterapia para prevenir esta reacción adversa.
  • 15. 15 VI.4. SISTEMA PORTA-RENAL La eliminación presistémica de fármacos puede originarse por fenómeno de primer paso hepático. En aves, además de este proceso pueden presentar un efecto de primer paso renal. Esta peculiaridad también se observa en reptiles, anfibios y ciertos peces y se debe a la presencia del sistema porta-renal (Figura 7). El riñón de las aves recibe tanto sangre arterial como venosa aferente (portal) y se drena gracias a un flujo eferente venoso. El flujo aferente se consigue mediante el sistema porta-renal, que recibe un aporte sanguíneo tanto de las venas isquiáticas como iliacas externas, y se encarga de perfundir los túbulos. Las venas porta-renales participan en la formación de un plexo capilar peritubular que rodea a los túbulos contorneados proximales. Los uratos son eliminados mediante secreción tubular en esa zona. Dos tercios de la sangre que perfunde el riñón, lo hace a partir del sistema venoso. Una válvula localizada entre la vena porta renal y la vena iliaca común, la válvula porta-renal, recibe una inervación tanto adrenérgica como colinérgica que regula el grado de apertura de la misma; de manera que cuando la válvula está abierta se produce el paso de la sangre que fluye por la iliaca externa hacia la vena cava; sin embargo cuando está cerrada se fuerza el paso de la sangre hacia las venas porta-renal caudal y craneal. Evidentemente, la posibilidad de que un fármaco pase directamente por riñón antes de llegar a nivel sistémico, podría originar una eliminación presistémica similar al efecto de primer paso hepático. El hecho de que se produzca o no esa eliminación está sujeto a múltiples factores, entre ellos el grado de estrés del ave (ya que el estrés puede inducir la apertura de la válvula) y de las características del fármaco, dado que este sistema influirá especialmente en fármacos hidrosolubles que no necesiten un metabolismo previo para eliminarse y que su excreción renal se realiza mediante secreción tubular como podría ser el caso de algunos antimicrobianos - lactámicos. Estos hechos justificarían una creencia, no siempre con una base sólida científica, de que no es recomendable administrar cualquier tipo de fármaco por vía parenteral en las extremidades posteriores o en la zona inferior del tronco, como es el caso de los avestruces en las que se pueden administran fármacos en el músculo iliotrochanterici localizado en la zona dorsal inferior. Otro hecho a tener en cuenta es la presencia de fármacos nefrotóxicos como pueden ser los aminoglucósidos que se excretan vida renal y, de esta manera, si se produce el cierre de la válvula podrían alcanzar concentraciones muy elevadas en el epitelio tubular renal incrementando la toxicidad de los mismos. La aves carecen de vejiga urinaria y la orina semisólida producida en el riñones desemboca por medio delos uréteres en una porción de la cámara cloacal denominada urodeo. La aves son capaces de producir movimientos retroperistálticos que llevan la orina localizada en el urodeo hasta el coprodeo y de ahí al aparato digestivo. La modificación postrenal de la orina uretral es posible debido a su exposición a las membranas de la cloaca, colon y ciego (en aquellas especies donde está desarrollado). Aunque las membranas de la cloaca son impermeables al agua (no al Na+ ), las del colon no lo son, produciéndose una reabsorción activa del Na+ seguida de reabsorción de agua. En general, se reabsorbe entre 10-20% del agua y más del 70% del sodio con una secreción adicional de potasio (20%). Fármacos como los antimicrobianos pertenecientes al grupo de las penicilinas que se excretan fundamentalmente por vía renal se eliminan con mayor velocidad en las especies aviares estudiadas que lo observado en mamíferos. Por ello las pautas recomendadas en medicina aviar se caracterizan por el uso de dosis más elevadas y/o menores intervalos de dosificación. VI.5. OSMORREGULACIÓN Y GLÁNDULAS SALINAS En aves existen distintos mecanismos implicados en la osmorregulación extrarrenal, que varían con las especies. Las aves obtienen agua del alimento y la bebida, existiendo grandes diferencias en la ingesta de líquidos dependiendo de ecosistema al que pertenezca esa especie; podemos
  • 16. 16 decir que, en general, las aves xerófilicas (habitan espacios desérticos) son las que necesitan ingerir una menor cantidad de líquidos, frente a las aves nectívoras que por la composición de su alimento beben más en proporción a su peso. Este hecho debe ser tenido en consideración en la administración indirecta de fármacos en agua de bebida. Desaconsejándose este medio de tratamiento en las aves xerofílicas. Como las aves tienen muy poca capacidad de concentrar la orina, en la regulación osmótica también participan unas glándulas localizadas en la cabeza, denominadas glándulas nasales o salinas. Estas están especialmente desarrolladas en las aves marinas, lo que les posibilita el poder beber agua salada y excretar el exceso de sal ingerido. Estas glándulas son muy importantes en la conservación del agua especialmente en las aves de climas desérticos, llegando incluso algunas especies a ser capaces de producir agua metabólica y producir una orina con un porcentaje de agua muy escaso (alrededor de un 55%). Hay que tener en cuenta antes de su liberación que cuando se está tratando un ave marina, esta glándula puede atrofiarse, porque no hayan ingerido durante su ingreso la cantidad de sal adecuada. El riñón de las aves es extremadamente sensible a los efectos nefrotóxicos de los inhibidores de la COX. En especial, el diclofenaco ocasiona una importante lesión de las células tubulares causando un daño renal que termina originando una gota visceral aguda que deriva la muerte del ave. Este fármaco está relacionado con el declive poblacional de los buitres del género Gyps en el continente asiático y, actualmente ha creado controversia en España, a partir dela aprobación en 2013 de una especialidad farmacéutica dirigida a animales de producción en España. Está demostrado que este compuesto es altamente peligroso para esta carroñera, dado que las dosis terapéuticas aplicadas en mamíferos son mortales para estas aves. En el escenario asiático se aunaron una serie de condiciones que crearon un riesgo muy elevado que desencadeno este grave problema. Pero se debe ser consciente de que este riesgo también afecta a otros antiinflamatorios como el flunixin meglumine o el ketoprofeno. Hasta el momento el analgésico antiinflamatorio que se recomienda en la mayoría de las especies de aves es el meloxicam. Aunque en un estudio llevado a cabo en periquitos se ha observado que este fármaco también puede originar una pequeña alteración renal, esta es reversible y en ninguno de los animales tratados se observa la presencia de gota visceral. La anfotericina B es un fármaco altamente nefrotóxico en mamíferos, pero algunos autores relevantes en medicina aviar como Carpenter (2006) indican que parece que este no es un problema tan marcado en aves. Se ha relacionado esta menor toxicidad de la anfotericina B con una eliminación más rápida del fármaco en aves, hecho que se ha demostrado en pavos, pero a pesar de ello, se debe extremar la precaución dado que existen muy pocos estudios científicos que hayan analizado este problema. BIBLIOGRAFÍA  Barsotti G, Briganti A, Spratte JR, Ceccherelli R, Breghi, G. (2010). Bilateral mydriasis in common buzzards (Buteobuteo) and little owls (Athene noctua) induced by concurrent topical administration of rocuronium bromide. Veterinary Ophthalmology, 13 Suppl: 35-40.  Barsotti G, Briganti A, Spratte JR, Ceccherelli R, Breghi, G. (2012). Safety and Efficacy of Bilateral Topical Application of Rocuronium Bromide for Mydriasis in European Kestrels (Falco tinnunculus). Journal of Avian Medicine and Surgery 26: 1-5.  Calder WA. (1968). Respiratory and Heart Rates of Birds at Rest. The Condor, 70: 358-65.  Clippinger TL. (1997). Diseases of the Lower Respiratory Tract of Companion Birds. Seminars in Avian and Exotic Pet Medicine, 6: pp. 201-8.  Dubé C, Dubois I, Struthers J. (2011). Intravenous and Intraosseous Fluid Therapy in Critically Ill Birds of Prey. Journal of Exotic Pet Medicine, 20: 21–6.  Daan S, Masman D, Groenewold A. (1990). Avian basal metabolic rates: their association with body composition and energy expenditure in nature. American Journal of Physiology - Regulatory, Integrative and Comparative Physiology, 259: R333-40.  De Francisco N, Ruiz Troya JD, Agüera EI. (2003). Lead and lead toxicity in domestic and free living birds. Avian Pathology 32, 3- 13.  Dorrestein GM, Van Miert ASJ. (1988). Pharmacotherapeutic aspects of medication of birds. Journal of Veterinary Pharmacology and Therapeutics 11, 33–44.
  • 17. 17  Echols MS. (2006). Evaluating and treating the kidneys. En: Clinical Avian Medicine, Harrison G.J. y Lightfoot, T.L. (ed.) Spix Publishing Inc, Palm Beach, Florida.Pp: 451-92.  Frazier DL, Jones MP, Orosz SE. (1995). Pharmacokinetic considerations of the renal system in birds: part I. Anatomic and physiologic principles of allometric scaling. Journal of Avian Medicine and Surgery, 9: 92-103.  Galán Martínez CL, Souto Cárdenas RD, Valdés García CS, Minaberriet Conceiro E. (2015). Transient receptor potential ion channels and their leading role in analgesic therapy. Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas, 34.  Gil Cano F. (2016). Anatomía Específica De Aves: Aspectos Funcionales Y Clínicos. https://www.um.es/anatvet/interactividad/aaves/anatomia-aves-10.pdf (25 de septiembre de 2016)  Helmer P, Whiteside DP, Lewington JH. (2009). Avian Antomy and Physiology. En: Clinical Anatomy and Physiology of Exotic Species: Structure and function of mammals, birds, reptiles, and amphibians. Cap 6 Elsevier Ltd; pp. 97-161  Jones MP, Pierce KE, Ward, D. (2007). Avian Vision: A Review of Form and Function with Special Consideration to Birds of Prey. Journal of Exotic Pet Medicine, 16: 69-87.  Loerzel SM, Smith PJ, Howe A, Samuelson DA. (2002). Vecuronium bromide, phenylephrine and atropine combinationsas mydriatics in juvenile double-crested cormorants (Phalacrocoraxauritus). Veterinary Ophthalmology, 5: 149–54.  Longley L. (2008). Avian AnaesthesiaEn: Anesaesthesia of Exotic Pets; Cap 9 Elsevier Ltd; pp: 129-70.  Ludders JW. (2003). Anestesia inhalada para aves. En: Recent Advances in Veterinary Anesthesia and Analgesia: Companion Animals, Gleed RD and Ludders JW (Eds.). International Veterinary Information Service, Ithaca NY (www.ivis.org).  Ludders JW. (1998). Respiratory Physiology of Birds: Considerations for Anesthetic Management. Seminars in Avian and Exotic Pet Medicine, 7: 3-9.  Machin KL. (2005). Controlling Avian Pain Compendium, 27: 299-309.  Maina JN.(2014). Comparative respiratory physiology: the fundamental mechanisms and the functional designs of the gas exchangers. Open Access Animal Physiology, 6: 53–66.  McNab BK. (1966). Body Temperature Of Birds. The Condor, 68: 47-55.  McNab BK. (2009). Ecological factors affect the level and scaling of avian BMR. Comparative Biochemistry and Physiology; Part A, 152: 22–45.  Naidoo V, Wolter K, Cromarty AD, Bartels P, Bekker L, McGaw L, Taggart MA, Cuthbert R, Swan GE. (2008). The pharmacokinetics of meloxicam in vultures. Journal of veterinary Pharmacology and Therapeutics, 31: 128-34.  Oaks JL, Gilbert M, Virani MZ, Watson RT, Meteyer CU, Rideout BA, Shivaprasad HL, Ahmed S, Chaudhry MJ, Arshad M, Mahmood S, Ali A, Khan AA. (2004). Diclofenac residues as the cause of vulture population decline in Pakistan. Nature, 427: 630-3.  Pollock C, Carpenter JW, Antinoff N. (2005). Birds. En: Exotic Animal Formulary. Carpenter, Ed Elsevier Saunders, 3ª ed. St Louis, Missouri.  Pollock C. (2006). Diagnosis and Treatment of Avian RenalDisease. Veterinary Clinics of North America: Exotic Animal Practice, 9: 107–28.  Redig PT. (1998). Recommendations for Anesthesia in Raptors With Comments on Trumpeter Swans. Seminars in Avian and Exotic Pet Medicine, 7, 22-9.  Ritchisong G. (2016). Ornithology. http://people.eku.edu/ritchisong/ornitholsyl.htm. (16 de septiembre de 2016).  Riggs SM, Hawkins MG, Craigmill AL, Kass PH, Stanley SD, Taylor IT. (2008). Pharmacokinetics of butorphanol tartrate in red- tailed hawks (Buteojamaicensis) and great horned owls (Bubo virginianus). American Journal of Veterinary Research, 69: 596- 603.  Sánchez-Migallón Guzman D. (2014). Advances in Avian Clinical Therapeutics. Journal of Exotic Pet Medicine, 23: 6–20.  Spenser EL. (2004). Compounding, Extralabel Drug Use, And Other Pharmaceutical Quagmires In Avian And Exotics Practice. Seminars in Avian and Exotic Pet Medicine 13: 16-24.  Thouzeau C, Duchamp C, Handrich Y. (1999). Energy metabolism and body temperature of barn owls fasting in the cold. Physiology and Biochemical Zoology, 72: 170-8.  Ward S, Speakman PJ, Slater B. (2003). The energy cost of song in the canary, Serinuscanaria .Animal Behaviour, 66: 893–902.