Agustín tenía un amigo llamado Odi que era muy desordenado y descuidado con sus cosas. Un día, Odi perdió su libro favorito y Agustín lo ayudó a buscarlo por todas partes hasta que finalmente lo encontraron debajo del sofá. A pesar de lo desordenado que era Odi, Agustín era un buen amigo que siempre estaba dispuesto a ayudarlo.