1. El rincón de Morgana
¿Han puesto atención, alguna vez, a la letra de una
ranchera mexicana? Aunque no soy devota de ese tipo
de música, imposible no realizar el paralelo: ¡qué manera de sufrir en estos
libros! Ambos resumen los principales aspectos de la idiosincrasia
mexicana, transformando en literatura el profundo sentimentalismo de dos
mujeres tocadas por el amor.
Tal como si fuera una canción...
Tita - la joven protagonista de “Como agua para chocolate” - vuelca toda su
frustración hacia las artes culinarias, cuando se entera que Pedro, su
enamorado, se casará con su hermana... claro, ella es la hermana menor,
por lo tanto, como lo indica la tradición, debe quedarse soltera para cuidar
a su madre. Desde la cocina, Tita impregna sus recetas con su pena, su
despecho, su pasión... Es testigo de la vida de casada de su hermana
Rosaura, de la huida de la fogosa Gertrudis, de la muerte de su nana
Nacha...
Pero la vida da vueltas, y cuando dos personas están predestinadas a
amarse, no hay receta que funcione para separar a las almas.
En “Arráncame la vida”, la escritora Ángeles Mastretta nos presenta a la
joven y sublevada Catalina, quien antes de los quince años, contrae
matrimonio con el general Andrés Ascencio. El apuesto uniformado ya va
sobre los treinta, momento en que su carrera política lo pasea por los
turbulentos caminos del poder y la corrupción. Catalina, inmersa en la
Puebla machista de los años treinta, sufre al desencantarse de su marido,
quien la exhibe como una condecoración más de su uniforme. Obstinada
en conseguir su libertad y vivir el verdadero amor, la joven se transforma
en el contrapeso moral de Ascencio. Escucha a los oprimidos, cuestiona
sus decisiones, crea su propio mundo y hasta intenta abandonarlo. Sólo la
aparición del encantador Carlos Vives llevará a su atormentado corazón en
busca de un final...
Afortunadas doncellas: sea cual sea vuestra decisión, tienen por delante
dos bellos libros para suspirar en estas frías tardes de invierno.
Hechizos celestiales,
Morgana