1. ANALISIS Y RESPUESTA DE LA CARTA EXPLICATIVA DE MI EXCLUSION DEL CEA
Agradezco al comité la carta aclaratoria y seguidamente pasaré al análisis de la misma así como de
la primera, en la que se me notifica mi exclusión
“Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana y de la primera no estoy
seguro”
(Albert Einstein)
Lo primero reconocer la parte de estupidez que me corresponde a mi: he sido lo suficientemente
estúpida como para pensar que, aún permaneciendo determinados miembros del comité en el
mismo, mi solicitud tendría posibilidades de ser aceptada. Creía, o más bien quería creer, tenía fe
(asumo plenamente la definición de fe que Mark Twain: “fe es creer en aquello que sabemos que no
es cierto”), en que las cosas dentro del comité habían mejorado.
Lo siguiente es hacer análisis crítico (parece que la capacidad de análisis y argumentación no me ha
sido negada). Vuelvo al primer documento, en el que me notificáis mi exclusión y cito textual:
“De todos modos, no es nuestra intención desaprovechar el interés y los
conocimientos de los personas y si por alguna circunstancia se diera la baja de algún
miembro, contactaríamos de nuevo contigo por si sigues interesada en formar parte del
CEA”
Lo que me decís, por una parte es contrario al propio reglamento, que supongo conocéis, ya que los
procesos extraordinarios de renovación solo se autorizan en 2 circunstancias:
1ª que el miembro que sale sea imprescindible para dar validez al comité, esto es que se marche el
jurista o el miembro lego (o los dos), que no sería mi caso
2ª que el número total de miembros de comité, por alguna circunstancia, se quede por debajo de 9
que es el número mínimo fijado en el reglamento, algo altamente improbable habida cuenta del
número total de miembros actuales
Pero por otra parte, si las razones últimas de mi exclusión están en una presunta falta de “capacidad
de diálogo, de trabajo en grupo, de acercamiento a razonamientos de otras personas, aceptación de
personas diferentes y tolerancia hacia otras opiniones”, entonces en ningún caso sería subsidiaria de
formar parte del comité. ¿O es que alguien piensa que estas capacidades pueden sobrevenirme via
“iluminacion” agustiniana?
Resulta, pues, que el primer documento que el comité me envió es extremadamente deshonesto;
indigno de un comité de ética. Incluso si se trata de una “mentira piadosa”, que resulta tanto o más
humillante ya que pone encuestión la autonomía moral del receptor, infantilizándolo, una clara
muestra de “paternalismo”. Se supone que un CEA lucha contra le paternalismo ¿no?
La siguiente reflexión: Si solicité mi inclusión en el comité, sabiendo quienes permanecían en el
mismo, sería por mi pre-disposicion al diálogo, al trabajo en grupo, al acercamiento a sus razones, a
la aceptación de personas diferentes y a la tolerancia hacia otras opiniones...¿no serán justamente
los que han promovido mi exclusion los que carecen de tales capacidades?
ES muy fácil negar una serie de capacidades a una persona que no es de nuestro agrado, que está
ideológicamene lejos, que tiene capacidad de análisis y argumentacion, y resulta muy difícilmente
manipulable, aunque tenga incluso una formación muy amplia, simplemente vertiendo opiniones
negativas, porque se trata unicamente de materia de doxa. Lo que además resulta gratis. Comprendo
que, como persona hipercrítica, puedo resultar muy molesta. Los tábanos siempre molestan. Sin
embargo esas capacidades que me negais las ejercito en mi vida diaria, (tanto a nivel profesional
como personal) y las muestro cada día, interviniendo en resolucion de conflictos, de ese modo que
decís “acercando posturas”, buscando soluciones intermedias, tolerando otras opiniones y aceptando
2. personas diferentes? (por cierto, como no puede ser de otro modo ya que no existen dos personas
iguales: todos somos diferentes, todos somos “raros”) y trabajando en equipo, tanto con mis
compañeros como con el resto del personal, procurando dejar a un lado la jerarquia y promoviendo
las ralaciones igualitarias, a través del diálogo fluido, sobre todo con el personal de enfermería.
Por último me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre lo que me decís de la formacion (cito
textual):
“b) que tengan buena formación en temas de bioética, a ser posible acreditada con titulación,
condición que aunque es importante y deseable, no es imprescindible (aunque sí lo es que al
menos un miembro del CEA sí lo sea)”
Conozco bien el reglamento interno y la ley gallega de comités (participé en la redacción de los dos
documentos). Efectivamente es imprescindible que al menos 1 de los miembros del CEA tenga
formacion universitaria acreditada en bioética, pero esto marca el mínimo, e indica que alguién no
debe ser excluido por el mero hecho de carecer de formación específica acreditada. El caso
contrario, esto es, la exclusion de personas con formacion acreditada, resulta mucho más dudoso.
Sinceramente, tal como lo expresáis me sugiere un elogio de la mediocridad, cuando un CEA nunca
debería conformarse con los mínimos y debería buscar la excelencia. Cuanto más variada sea la
ideología de las personas con formación avanzada, menos posibilidades hay de que los menos
formados puedan caer en la “falacia de la autoridad”
Por cierto¿Alguien se ha preguntado por qué el área sanitaria de Ourense tiene más Expertos
Universitarios en Bioética Sanitaria fuera que dentro del CEA? Creo que resultaría interesante que
se reflexionase acerca de este curioso hecho. La mayoría no quiere saber nada del tema y a los
pocos que nos atrevemos se nos excluye (no he sido la única persona con formacion acreditada
excluída -aunque seguramente sí la más “peleona”-)
Una verdadera lástima que el CEA se convierta en un ejemplo más del Eterno Retorno de lo Mismo
nietzscheano
Atentamente:
SAlomé Gil Rodríguez