El plan de actuación tiene como objetivos concienciar sobre la contaminación digital, economizar el uso de los smartphones y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Algunas de las medidas incluyen aumentar la vida útil de los smartphones, crear tecnologías más sostenibles, educar desde la infancia y mejorar los planes de reciclaje. También propone un decálogo de buenas prácticas como apagar aparatos cuando no se usen, cuestionar las compras tecnológicas y utilizar la tecnología de forma responsable.