Dos nubes blancas viajaban juntas por el cielo azul de la primavera, riendo y persiguiéndose la una a la otra y dibujando formas extrañas. Al atardecer se volvieron de colores rosados, amarillos, rojos y morados. Un día de viento fuerte se fusionaron en una gran nube gris espesa que provocó una fuerte lluvia, y cuando paró de llover el cielo estaba más azul que nunca y sin ninguna nube.