El arte medieval en Europa se desarrolló tras la caída del Imperio Romano y se dividió en varios subperíodos, incluyendo el paleocristiano, germánico, prerrománico, románico y gótico. El cristianismo impregnó la mayor parte de la producción artística medieval, mientras que las culturas germánicas reinterpretaron el arte clásico. El arte bizantino también influyó en el arte europeo temprano, heredando tradiciones del Imperio Romano de Oriente.