El documento habla sobre la ceguera espiritual y la necesidad de reconocer los milagros que Dios obra en nuestras vidas cada día. Usa la historia del ciego de nacimiento curado por Jesús como ejemplo de alguien que reconoció el poder de Dios. Nos advierte que podemos estar más ciegos de lo que creemos y debemos esforzarnos por ver a Dios en todas las cosas para poder agradecerle sus dones.
Luisa de Marillac Animadora de las Cofradías de la Caridad
26-03-2017
1. […] Todos los días, y no hay
día que transcurra sin uno
de ellos, ocurren pequeños
m i l a g r o s a n u e s t r o
alrededor. Alguien, con
cierta razón, llegó a decir:
“no hay motivos para no
creer, todo lo que acontece
por insignificante que sea, es
inspiración divina”. ¿Que
c u e s t a p e r c i b i r l a
intervención de Dios, y su
presencia, en todo aquello
que hacemos, tocamos o
somos? Puede ser. ¿Pero, no
será que estamos más ciegos
de lo que creemos y, que
precisamente por eso,
porque no vemos con nitidez,
nos cuesta agradecer los
dones, los regalos, los
g r a n d e s o p e q u e ñ o s
prodigios que Dios obra en
nuestra vida, salud, trabajo,
etc.? Estamos tan metidos
e n o s c u r i d a d e s y e n
problemas que, sin quererlo,
todo ello se convierte en
gigantescas cataratas que
nos impiden ver, juzgar y
actuar con claridad, a la luz
d e l a f e , e n l o s
acontecimientos de nuestra
existencia. El ciego de
nacimiento, cuando vio,
confesó públicamente lo que
sus padres no se atrevían: el
poder y la acción de Jesús.
¡Cómo vamos a confesar
nosotros la luz del Señor, si
preferimos marchar por
túneles que conducen al
desencanto, al desenfreno
fruto de nuestra ceguera
espiritual! El ciego de
nacimiento fue valiente. No
le tembló el pulso a la hora
de indicar la fuente de su luz;
e l c a u s a n t e d e l a
recuperación de su visión:
Jesús de Nazaret. Pero claro,
el ciego recuperó la vista.
¿No será que nosotros
per manecemos en una
constante ceguera o miopía
espiritual que nos impide
confesar la presencia de
Jesús, su fuerza, su mano, su
Palabra o su importancia en
nuestras vidas? El ciego de
nacimiento fue agradecido.
No sabemos si era pobre o
rico, alto o bajo, prudente o
primario, abierto o cerrado…
Lo que sí sabemos es que
Jesús le proporcionó aquello
que más necesitaba: la luz.
Nosotros, por el contrario,
¿qué pedimos a Dios? ¿Luz
para conocer o fuegos de
artificio para disfrutar?
¿Comprender las cosas tal
como son o maquillaje para
observarlas según nuestro
propio interés? ¿Encontrar a
Dios en el día a día de
nuestra vida o buscar
explicaciones en la ciencia
para dejarlo en la orilla?
Demos gracias a Dios, por
supuesto, porque nuestros
ojos contemplan las grandes
o pobres maravillas del
mundo. Pero, al hilo del
e v a n g e l i o d e h o y ,
recordemos también que “no
hay mayor ciego que aquel
que no quiere ver”. Y aquí
podemos estar nosotros:
Cuando nos empeñamos en
no sentir a Dios. Cuando
v e m o s u n a c r u z y n o
reflexionamos sobre la
historia tan humana y tan
divina que esconden sus dos
m a d e r o s . C u a n d o
escuchamos la Palabra de
Dios y nos deja indiferentes y
ciegos en lo nuestro. Cuando
nos preguntan sobre nuestra
fe y respondemos “eso es
cosa de los curas, de la
Iglesia, de los catequistas.”
El mundo cuanto más se
a l e j e d e D i o s , m á s s e
a c e r c a r á a s u
autodestrucción. Entre otras
cosas porque la visión de
Dios aporta las fuerzas y
energías necesarias para
trabajar a favor de la
d i g n i d a d i n t e g r a l ( n o
interesada) del ser humano.
[ … ] S e r c i e g o s e n e l
conocimiento de Jesús, de
Dios, de su Palabra es una
afección mucho más grave
q u e s e r c i e g o s p a r a
reconocer los colores. ¿Crees
e n m í ? [ … ] ¿ Q u é l e
contestamos? […]
Javier Leoz, sacerdote
Año 13, nº 646 - 26 de marzo de 2017
“Él dijo:“Creo, señor”.Y se postró ante él”
EL PÚLPITO
PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LA MEDALLA MILAGROSA
EL PUERTO DE SANTA MARÍA (CÁDIZ)
San Braulio
Domingo 4º de Cuaresma
ACTOS DE CUARESMA
Todos los jueves (también en Cuaresma).
Exposición del Santísimo de 20.30 a 21.30h
(hora de meditación).
Todos los viernes de Cuaresma.
Ejercicio del vía crucis,
después de la misa de las 20h.
Miércoles 29 de marzo.
Acto penitencial comunitario
Viernes 7 de abril (Viernes de Dolores).
Vía crucis por las calles de la feligresía.
¿Será que nosotros no vemos?
Tiempo de oración
Lecturas de la próxima semana
(4ª semana del salterio)
Lunes 27: San Ruperto
Is 65, 17-21; Sal 29, 2-6.11-13; Jn 4, 43-54
Martes 28: San Esteban Harding
Ez 47, 1-9.12; Sal 45, 2-9; Jn 5, 2-3a.5-16
Miércoles 29: San Eustasio
Is 49, 8-15; Sal 144, 8-9.13-14.17-18; Jn 5, 17-30
Jueves 30: San Juan Clímaco
Ex 32, 7-14; Sal 105, 19-23; Jn 5, 31-33.36-47
Viernes 31: San Benjamín
Sab 2, 1a.12-22; Sal 33, 17-23; Jn 7, 1-2.10.25-30
Sábado 1: Santa María Egipcíaca
Jer 11, 18-20; Sal 7, 2-3.9-12; Jn 7, 40-53
Domingo 2: San Francisco de Paula
Ez 37, 12-14; Sal 129, 1-8; Rm 8, 8-11;
Jn 11, 3-7.17.20-27.33-45
*Los viernes de cuaresma son días de abs6nencia.
Y todos los viernes del año, como toda la cuaresma, son días de
penitencia, en los que se recomiendan las privaciones voluntarias,
la limosna, las obras de caridad y la ayuda a las misiones.
2. PRIMERA LECTURA
(1Sam 16, 1b.6-7.10-13a)
“Anda, úngelo, porque es éste”
En aquellos días, el Señor le dijo a
Samuel: “Llena la cuerna de aceite y
vete, por encargo mío, a Jesé, el de
Belén, porque entre sus hijos me he
elegido un rey”. Cuando llegó, vio a
Eliab y pensó: “Seguro, el Señor tiene
delante a su ungido". Pero el Señor le
dijo: “No te fijes en las apariencias ni
en su buena estatura. Lo rechazo.
Porque Dios no ve como los hombres,
que ven la apariencia; el Señor ve el
corazón”. Jesé hizo pasar a siete
hijos suyos ante Samuel; y Samuel le
dijo: “Tampoco a éstos los ha elegido
el Señor”. Luego preguntó a Jesé:
“¿Se acabaron los muchachos?” Jesé
respondió: “Queda el pequeño, que
precisamente está cuidando las
ovejas”. Samuel dijo: “Manda por él,
que no nos sentaremos a la mesa
mientras no llegue”. Jesé mandó a
por él y lo hizo entrar: era de buen
color, de hermosos ojos y buen tipo.
Entonces el Señor dijo a Samuel:
“Anda, úngelo, porque es éste”.
Samuel tomó la cuerna de aceite y lo
ungió en medio de sus hermanos. En
aquel momento, invadió a David el
espíritu del Señor, y estuvo con él en
adelante.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 22, 1-6)
R: El Señor es mi pastor,
nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas
me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia
me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por los años sin término. R.
SEGUNDA LECTURA
(Ef 5, 8-14)
“Caminad como hijos de la luz”
Hermanos: En otro tiempo erais
tinieblas, ahora sois luz en el Señor.
Caminad como hijos de la luz -toda
bondad, justicia y verdad son fruto
de luz-, buscando lo que agrada al
Señor, sin tomar parte en las obras
estériles de las tinieblas, sino más
bien denunciadlas. Pues hasta da
vergüenza mencionar las cosas que
ellos hacen a escondidas. Pero la luz,
denunciándolas, las pone al
descubierto, y todo descubierto es
luz. Pero eso dice: “Despierta, tú que
duermes, levántate de entre los
muertos, y Cristo será tu luz”.
SANTO EVANGELIO
(Jn 9, 1-41)
“¿Crees tú en el Hijo del hombre?”
En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a
un hombre ciego de nacimiento. Y
sus discípulos le preguntaron:
“Maestro, ¿quien pecó, éste o sus
padres, para que naciera ciego?”
Jesús contestó: “Ni éste pecó ni sus
padres, sino para que se manifiesten
en él las obras de Dios. Mientras es
de día, tenemos que hacer las obras
del que me ha enviado; viene la
noche, y nadie podrá hacerlas.
Mientras estoy en el mundo, soy la
luz del mundo”.Dicho esto, escupió
en tierra, hizo barro con la saliva, se
lo untó en los ojos al ciego y le dijo:
“Ve a lavarte a la piscina de Siloé
(que significa Enviado)”. Él fue, se
lavó, y volvió con vista. Y los vecinos
y los que antes solían verlo pedir
limosna preguntaban: “¿No es ése el
que se sentaba a pedir?” Unos
decían: “El mismo”. Otros decían: “No
es él, pero se le parece”. Él
r e s p o n d í a : “ S o y y o ” . Y l e
preguntaban: “¿Y cómo se te han
abierto los ojos?” Él contestó: “Ese
hombre que se llama Jesús hizo
barro, me lo untó en los ojos y me
dijo que fuese a Siloé y que me
lavase. Entonces fui, me lavé, y
empecé a ver”. Le preguntaron:
“¿Dónde está él?” Contestó: “No sé”.
Llevaron ante los fariseos al que
había sido ciego. Era sábado el día
que Jesús hizo barro y le abrió los
ojos. También los fariseos le
preguntaban cómo había adquirido
la vista. Él les contestó: “Me puso
barro en los ojos, me lavé, y veo”.
Algunos de los fariseos comentaban:
“Este hombre no viene de Dios,
porque no guarda el sábado”. Otros
replicaban: “¿Cómo puede un
pecador hacer semejantes signos?”
Y estaban divididos. Y volvieron a
preguntarle al ciego: “Y tú, ¿qué
dices del que te ha abierto los ojos?”
Él contestó: “Que es un profeta”. Pero
los judíos no se creyeron que aquél
había sido ciego y había recibido la
vista, hasta que llamaron a sus
padres y les preguntaron: “¿Es éste
vuestro hijo, de quien decís vosotros
que nació ciego? ¿Cómo es que ahora
ve?” Sus padres contestaron:
“Sabemos que éste es nuestro hijo y
que nació ciego; pero cómo ve ahora,
no lo sabemos nosotros, y quién le ha
abierto los ojos, nosotros tampoco lo
sabemos. Preguntádselo a él, que es
mayor y puede explicarse”. Sus
padres respondieron así porque
tenían miedo los judíos; porque los
judíos ya habían acordado excluir de
la sinagoga a quien reconociera a
Jesús por Mesías. Por eso sus padres
dijeron: “Ya es mayor, preguntádselo
a él”. Llamaron por segunda vez al
que había sido ciego y le dijeron:
“Confiésalo ante Dios: nosotros
sabemos que ese hombre es un
pecador”. Contestó él: “Si es un
pecador, no lo sé; sólo sé que yo era
ciego y ahora veo”. Le preguntan de
nuevo: “¿Qué te hizo, cómo te abrió
los ojos?” Les contestó: “Os lo he
dicho ya, y no me habéis hecho caso;
¿para qué queréis oírlo otra vez?;
¿también vosotros queréis haceros
discípulos suyos?” Ellos lo llenaron
de improperios y le dijeron:
“Discípulo de ése lo serás tú;
nosotros somos discípulos de Moisés.
Nosotros sabemos que a Moisés le
habló Dios, pero ése no sabemos de
dónde viene”. Replicó él: “Pues eso es
lo raro: que vosotros no sabéis de
dónde viene y, sin embargo, me ha
abierto los ojos. Sabemos que Dios no
escucha a los pecadores, sino al que
es religioso y hace su voluntad.
Jamás se oyó decir que nadie le
abriera los ojos a un ciego de
nacimiento; si éste no viniera de
Dios, no tendría ningún poder”. Le
replicaron: “Empecatado naciste tú
de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar
l e c c i o n e s a n o s o t r o s ? ” Y l o
expulsaron. Oyó Jesús que lo habían
expulsado, lo encontró y le dijo:
“¿Crees tú en el Hijo del hombre?” Él
contestó: “¿Y quién es, Señor, para
que crea en él?” Jesús les dijo: “Lo
estás viendo: el que te está hablando,
ése es”. Él dijo: “Creo, señor”. Y se
postró ante él. Jesús añadió: “Para
un juicio he venido ya a este mundo;
para que los que no ve vean, y los
que ven queden ciegos”. Los fariseos
que estaban con él oyeron esto y le
preguntaron: “¿También nosotros
estamos ciegos?” Jesús les contestó:
“Si estuvierais ciegos, no tendríais
pecado, pero como decís que veis,
vuestro pecado persiste”.
“Él dijo: “Creo, señor”. Y se postró ante él”
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