PARÁBOLA DEL BUEN PASTOR-CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
8-11-15
1. Año 11, nº 574 - 08 de noviembre de 2015
“Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie”
EL PÚLPITO
PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LA MEDALLA MILAGROSA
EL PUERTO DE SANTA MARÍA (CÁDIZ)
Domingo 32º del Tiempo Ordinario
San Godofredo
Si el domingo pasado, Jesús
nos hablaba de un amor
excelente y bien combinado
(Dios y hombre) hoy, el
Señor, nos sugiere una
forma práctica de llevarlo a
c a b o : h u y e n d o d e l a
autocomplacencia y dando
valor al cómo se da y, no
tanto, al cuánto se da.
Y es que, muchas veces,
damos tanto bombo y
platillo al “cuánto” que
olvidamos el “cómo” lo
ofrecemos.
Hay personas, arrogantes y
vanidosas, que presumen de
realizar grandes cosas por
los demás. Ese es su premio.
Existen otras que, lejos de
preocuparse por defender la
justicia o los derechos de los
más débiles, entienden la
limosna como una especie
de cortina de humo. No es
bueno utilizar la riqueza
p a r a t r a n q u i l i z a r l a
conciencia.
Pero, amigos, hay otros –
ojalá entre ellos estemos
nosotros- que hacemos lo
q u e p o d e m o s . Q u e n o
presumimos ni de ser
mejores, ni tampoco peores
que los demás. Eso sí:
creemos que Jesús se fija en
la bondad del corazón, y por
ello mismo, intentamos en
las pequeñas cosas de cada
d í a , e n l o s m á s
insignificantes detalles, que
Dios sea creíble no por lo
que damos (aunque demos)
sino por el cómo lo damos:
c o n s e n c i l l e z , s i n
ostentosidad, sin vanidad y
sin hacer demasiado ruido.
Miremos a Jesús en este día.
¿En dónde clavó sus ojos?
¿En quién se fijó? ¿A quién
criticó? ¿A quién ensalzó?
Ni más ni menos aplaudió,
n o p o d í a s e r d e o t r a
manera, a una mujer que –
de lo poco- hizo un mucho: lo
dio con todo su corazón.
Otros, por el contrario,
estaban tan emborrachados
en sí mismos que, en la
cantidad y en la apariencia,
p e n s a b a n q u e t e n í a n
asegurada su victoria sobre
el corazón de Dios.
El evangelio de este día es la
exaltación del mínimo
detalle. ¡Cuántas veces no
valoramos lo insignificante
al ojo, pero muy significativo
y ox i g e n a n t e p a r a e l
c o r a z ó n ! ¡ E n c u á n t a s
ocasiones nos dejamos
llevar por lo que deslumbra!
¡En cuántos momentos
pensamos que, si no es
grande y costoso, no sirve
de nada o no tiene gran
valor!
Hoy no podemos dejar de
pasar de largo el testimonio
de aquellas personas que
todos los días depositan su
moneda en el arca de
nuestra felicidad (padres,
hermanos).
Hoy no podemos olvidar a
los que echan su pequeña
limosna en diversos lugares
de misión en nombre de
Jesús de Nazaret (los
misioneros).
Hoy, como el Señor, nos
fijamos en el testimonio de
c a t e q u i s t a s , C á r i t a s ,
c o l a b o r a d o r e s d e l a
p a r r o q u i a . . . q u e – s i n
excesivo protagonismo-
depositan su tiempo (¿no es
moneda valiosa?) para que
Jesús sea conocido, amado y
tenido en cuenta.
Hoy, y el evangelio nos lo
indica, hacemos memoria de
tantas personas que dan de
lo poco que tienen (su
tiempo y su misma vida)
para que el templo del
espíritu de tantas personas,
sea rejuvenecido por la
gracia de Dios: el Papa, los
obispos, los sacerdotes,
religiosas/os, agentes de
pastoral, formadores, etc.
Sí, hermanos, el evangelio
de este día es el evangelio de
los que, siendo pequeños y
sin darse cuenta, Dios los
mira con pasión y con amor.
Con reconocimiento y con
agradecimiento.
Mientras tanto, otros, los
que más ruido meten en el
mundo; los poderosos; los
m a g n a t e s ; l o s q u e s e
permiten el lujo de exprimir
al personal (sin que estos se
percaten de ello), seguirán
pensando que son dueños
del universo y de lo que hay
en él.
Es bueno pensar que Dios
n o s s i g u e m i r a n d o y
animando a que –de lo poco
que tenemos y somos-
h a ga m o s u n a o f r e n d a
sincera, alegre y testimonial
de nuestra vida cristiana.
En definitiva, podemos ser
como la viuda (dejándonos
observar y encontrar por
Dios) o como los escribas
(pensando que estamos muy
cerca de Él, cuando en
realidad nos encontramos a
decenas de kilómetros de su
p e n s a m i e n t o y d e s u
voluntad).
Javier Leoz, sacerdote
Las pequeñas cosas de Dios Como la viuda, Señor
Daré sin esperar
nada a cambio.
Ofreceré sin arrogancia.
Dejaré sin pretensión
de recompensa.
COMO LA VIUDA, SENBOR,
Brindaré, incluso con la copa
que necesite.
Entregaré con sencillez.
Huiré de la canJdad y
cuidaré la calidad.
COMO LA VIUDA, SENBOR,
Ofreceré con humildad y
recogimiento.
Procuraré sin buscar engaños
Dejaré de lo mío para otros.
COMO LA VIUDA, SENBOR
Prestaré lo que otros no dan:
lo imprescindible.
Ofreceré lo que otros
te niegan: su ser.
Dejaré lo que otros
se guardan: su corazón.
COMO LA VIUDA, SENBOR,
Te ofreceré mi vida para que
sólo Tú la juzgues,
Te ofreceré mis bienes,
porque sé que son tuyos.
Te ofreceré mi sustento,
porque sé que Tú lo haces
posible.
COMO LA VIUDA, SENBOR
Caminaré sin arrogancia
ni seguridad en mí mismo.
Caminaré sin miedo a
encontrarte.
Caminaré dispuesto a
facilitarte lo que más
necesites.
COMO A LA VIUDA, SENBOR,
Mírame y condúceme.
Hazme desprendido y
sencillo. Dame la valenÚa de
darte lo que más me cueste.
Inspírame el gesto
y la palabra oportuna.
Y, si quieres, Señor, arranca
de mí incluso aquello
que, por comodidad o
egoísmo, busco y amarro.
para poder vivir. Amén.
2. PRIMERA LECTURA
(1R 17, 10-16)
“Ella se fue,
hizo lo que le había dicho Elías,
y comieron él, ella y su hijo”
En aquellos días, el profeta Elías se
puso en camino hacia Sarepta, y, al
llegar a la puerta de la ciudad,
encontró allí una viuda que recogía
leña. La llamó y le dijo: “Por favor,
tráeme un poco de agua en un jarro
para que beba”. Mientras iba a
buscarla, le gritó: “Por favor, tráeme
también en la mano un trozo de
pan”. Respondió ella: “Te juro por el
Señor, tu Dios, que no tengo ni pan;
me queda sólo un puñado de harina
en el cántaro y un poco de aceite en
la alcuza. Ya ves que estaba
recogiendo un poco de leña. Voy a
hacer un pan para mí y para mi hijo;
n o s l o c o m e r e m o s y l u e g o
moriremos”. Respondió Elías: “No
temas. Anda, prepáralo como has
dicho, pero primero hazme a mí un
panecillo y tráemelo; para ti y para
tu hijo lo harás después. Porque así
dice el Señor, Dios de Israel: “La orza
de harina no se vaciará, la alcuza de
aceite no se agotará, hasta el día en
que el Señor envíe la lluvia sobre la
tierra””. Ella se fue, hizo lo que le
había dicho Elías, y comieron él, ella
y su hijo. Ni la orza de harina se
vació, ni la alcuza de aceite se agotó,
como lo había dicho el Señor por
medio de Elías.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 145, 7-10)
R: Alaba, alma mía, al Señor.
Que mantiene su fidelidad
perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza
a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino
de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.
SEGUNDA LECTURA
(Hb 9, 24-28)
“Cristo se ha ofrecido una sola vez
para quitar los pecados de todos”
Cristo ha entrado no en un santuario
construido por hombres - imagen del
auténtico-, sino en el mismo cielo,
p a r a p o n e r s e a n t e D i o s ,
intercediendo por nosotros. Tampoco
se ofrece a sí mismo muchas veces-
como el sumo sacerdote, que entraba
en el santuario todos los años y
ofrecía sangre ajena; si hubiese sido
así, tendría que haber padecido
muchas veces, desde el principio del
m u n d o - . D e h e ch o , é l s e h a
manifestado una sola vez, al final de
la historia, para destruir el pecado
con el sacrificio de sí mismo. Por
cuanto el destino de los hombres es
morir una sola vez. Y después de la
muerte, el juicio. De la misma
manera, Cristo se ha ofrecido una
sola vez para quitar los pecados de
todos. La segunda vez aparecerá, sin
ninguna relación al pecado, a los que
lo esperan, para salvarlos.
SANTO EVANGELIO
(Mc 12, 38-44)
“¡Cuidado con los escribas! […]
Devoran los bienes de las viudas,
con pretexto de largos rezos”
En aquel tiempo, entre lo que
enseñaba Jesús a la gente, dijo:
“¡Cuidado con los escribas! Les
encanta pasearse con amplio ropaje
y que les hagan reverencias en la
plaza, buscan los asientos de honor
en las sinagogas y los primeros
puestos en los banquetes; y devoran
los bienes de las viudas, con pretexto
de largos rezos. Éstos recibirán una
sentencia más rigurosa”. Estando
Jesús sentado enfrente del arca de
las ofrendas, observaba a la gente
que iba echando dinero: muchos
ricos echaban en cantidad; se acercó
una viuda pobre y echó dos reales.
Llamando a los discípulos, les dijo:
“Os aseguro que esa pobre viuda ha
echado en el arca de las ofrendas
más que nadie. Porque los demás
han echado de lo que les sobra, pero
ésta, que pasa necesidad, ha echado
todo lo que tenía para vivir”.
“Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie”
Parroquia de Ntra. Sra. de la Medalla Milagrosa. C/Federico García Lorca, s/n. Apdo. de correos, 164. 11.500 El Puerto de Santa María. Tlfno: 956 85 65 61.
Tiempo de oración
Lecturas de la próxima semana
(4ª semana del salterio)
Lunes 9: FIESTA DE LA DEDICACIÓN
DE LA BASÍLICA DE LETRÁN
Ez 47, 1-2.8-9; Sal 45, 2-9; Jn 2, 13-22
Martes 10: San León Magno
Sb 2, 23 - 3, 9; Sal 33, 2-3.16-19; Lc 17, 7-10
Miércoles 11: San Martín de Tours
Sb 6, 2-12; Sal 81, 3-7; Lc 17, 11-19
Jueves 12: San Millán de la Cogolla
Sb 7, 22 - 8, 1; Sal 118, 89-91.130.135.175;
Lc 17, 20-25
Viernes 13: San Leandro
Sb 13, 1-9; Sal 18, 2-5; Lc 17, 26-37
Sábado 14: San José de Pignatelli
Sb 18, 14-16; 19, 6-9; Sal 104, 2-3.36-37.42-43;
Lc 18, 1-8
Domingo 15: San Alberto Magno
Dn 12, 1-3; Sal 15, 5.8-11; Hb 10, 11-14.18;
Mc 13, 24-32
Jueves Eucarístico y Sacerdotal
(hora de meditación con exposición del Santísimo)
Todos los jueves de 20.30 a 21.30h.
Envíe sus aportaciones a hojaparroquialmilagrosa@yahoo.es