1. Reconversión industrial
Reconversión industrial, en el contexto de la salida de la crisis de 1973, un
conjunto de políticas de reconversión del sector secundario simultáneo y
complementario al de reindustrialización, que duró toda la década de los 80, siendo
ambos las dos vertientes de un proceso conjunto de reestructuración industrial. Se
puede definir como la adopción de medidas de política económica para intentar ayudar
a que converjan la oferta y la demanda en el mercado en los sectores en crisis.
Respondiendo al planteamiento general marcado por la OCDE a partir de 1975 para su
aplicación a las economías de los países industrializados, pretendía ser un tratamiento
de choque intensivo y a corto plazo, que reformara las industrias más afectadas por la
la crisis para garantizar su competitividad. Se intentó ajustar la oferta a la demanda
mediante la eliminación del exceso de capacidad, cerrando instalaciones y ajustando
las plantillas laborales con todo tipo de medidas (regulación de empleo temporal,
despidos definitivos, prejubilación, etc.).
De cara a la producción futura, las unidades industriales que se mantuvieran
deberían adaptarse al nuevo ciclo tecnológico y al mercado, reorientándose
en productos de mayor demanda, sin intentar competir en los sectores
maduros, tanto pesados (siderurgia, construcción naval, minería) como
ligeros (textil), con los menores costes laborales de los nuevos países
industrializados; y aplicando nuevos sistemas de organización y gestión.
La reconversión industrial en España:
En 1974, España era la decima potencial mundial a nivel industrial, pero las debilidades
del sector eran más que patentes.
En el caso de España el proceso de reconversión industrial significaría el
desmantelamiento de buena parte de la industria pesada más obsoleta que se había
ido construyendo desde la autarquía de los primeros años del franquismo en torno al
INI, concentrada en determinadas zonas con un tejido industrial más sensible y menos
diversificado, como por ejemplo Asturias, que se ha calificado de monocultivo industrial
(HUNOSA, ENSIDESA), la ría de Bilbao (Altos Hornos de Vizcaya, AHV), Sagunto (Altos
Hornos del Mediterráneo, AHM), Ferrol (astilleros públicos tanto militares como civiles)
Cartagena (astilleros e industria química) o la bahía de Cádiz (astilleros). La
coincidencia en el tiempo con la muerte de Franco y el inicio de la Transición Española
hizo que aplazaran políticas impopulares por el temor a la conflictividad social
correspondiente. También influyó el hecho de que el boicot petrolífero de la OPEP en el
momento inicial de la crisis no afectara a España, por ser un país que no reconocía a
Israel.
Las políticas de reconversión, por tanto, se tomaron a partir de los años 1980. Estas
medidas se tomaron en España en 1981, con retraso respecto a los restantes países
industrializados de Europa, y supusieron recortes importantes en la capacidad
productiva de las empresas de los sectores más tradicionales en crisis (naval,
siderurgia, etc.), para lo que se intentó canalizar la producción hacia otras nuevas
ramas industriales con mejores expectativas.