1. Lectura y comentario de artículos
periodísticos: Ortega y Gasset.
•Asignatura: Periodismo y Cambio Social
•Profesor: José María Sanmartí
•Componentes del grupo: Víctor Franco Rojo,
María González Cuevas
María González Sánchez
Jaime Gutiérrez Hernández
Andrea Meijomil Valbuena
3. Madrid, 01/12/1917 -27/03/1939
1.- Empresa periodística o institución que sostiene la
publicación:
La Papelera Española
Nicolás María de Urgoiti
NO INCLUÍA INFORMACIÓN SOBRE
LOTERIAS, TOROS y MUY POCOS SUCESOS
5. Madrid, 01/12/1917 -27/03/1939
3.- Espacio redactado:
Espacio ocupado por titulares, el ocupado por ilustraciones y por el texto
6. Madrid, 01/12/1917 -27/03/1939
4.- Secciones:
Política
América Latina
La Región Catalana
Información general de provincias
Informaciones de todo el Mundo
Sección económica y financiera
Comunicados oficiales
La “Gaceta”
Centros oficiales
El nombramiento de alcaldes
El reglamento de oposiciones
Prensa extranjera
Prensa de Madrid
Deportes
Del ambiente militar
La vida artística
Vida intelectual
Los estrenos de ayer
Espectáculos
Noticiasoficiosas
Hoja literaria (Domingo)
Diario de la mujer
Revista de música
Sucesos
El día religioso
Pedagogía e institución pública (L)
Biología y medicina (M)
Ciencias sociales y económicas (X)
Historia y geografía (J)
Ingeniería y arquitectura (V)
Derecho y legislación (S)
Agricultura y ganadería (D)
Folletín de “El Sol”
7. Madrid, 01/12/1917 -27/03/1939
“Prestaremos al movimiento regionalista toda la atención que
se le debe (…) Nuestros abuelos solían decir muy cristiana y
autonómicamente: “cada cual en su casa y Cristo en la de
todos”. Esta es también nuestra fórmula regionalista: “Cada
cual en su casa y España en la de todos””.
8. Madrid, 01/12/1917 -27/03/1939
4.- Secciones:
Política
América Latina
La Región Catalana
Información general de provincias
Informaciones de todo el Mundo
Sección económica y financiera
Comunicados oficiales
La “Gaceta”
Centros oficiales
El nombramiento de alcaldes
El reglamento de oposiciones
Prensa extranjera
Prensa de Madrid
Deportes
Del ambiente militar
La vida artística
Vida intelectual
Los estrenos de ayer
Espectáculos
Noticiasoficiosas
Hoja literaria (Domingo)
Diario de la mujer
Revista de música
Sucesos
El día religioso
Pedagogía e institución pública (L)
Biología y medicina (M)
Ciencias sociales y económicas (X)
Historia y geografía (J)
Ingeniería y arquitectura (V)
Derecho y legislación (S)
Agricultura y ganadería (D)
Folletín de “El Sol”
11. Madrid, 01/12/1917 -27/03/1939
6.- Público objetivo y línea editorial
“…en favor del progreso y la cultura, aparece EL SOL en
nuestro firmamento periodístico”.
“La renovación nacional en todas las esferas de la
ciudadanía, de la cultura y del trabajo es la guía y enseña de
nuestro pensamiento y nuestra voluntad”.
“España tiene en su triple esencia municipal, regional y
nacional, en los vínculos de la raza, en la tradición histórica,
en las aspiraciones modernas, en su producción y en su
ingenio (…) elementos suficientes para renovar de arriba
abajo todo su organismo.”
“La cáscara oficial es la podrida. La
médula nacional está sana.”
12. Madrid, 01/12/1917 -27/03/1939
6.- Público objetivo y línea editorial
“Tenemos por sagrada e intangible la unidad nacional. Por eso mismo (…)
no podemos identificarla con un centralismo fracasado y corrompido,
plagiado torpemente del francés, que se está desmoronando sin remedio”.
“Nuestra neutralidad, con todo, está condicionada (…) por la dignidad, el
derecho y el interés de la Nación”.
Nuestras simpatías (están de parte de aquellas naciones que son más afines a
España por vínculos de vecindad, por comunidad de intereses, por influjos
de cultura y por analogía de carácter”.
“Libres, absolutamente libres de clientelas y parentelas”.
“Procuraremos ser los mas modestos, pero los más leales y firmes servidores
de la España que produce y trabaja, de la España que piensa y siente, de la
España que tiene hambre de justicia, sed de cultura, derecho al bienestar
ganado por los propios puños, de la España, en suma, que en sí misma y por
sí misma ha de reconstruirse, despojándose de todos los oropeles de la
España oficial y todos los guiñapos de la España de pandereta.”
13. Madrid, 01/12/1917 -27/03/1939
7- Redactores:
FELIX
LORENZO
(Heliófilo)
MANUEL
AZNAR
LUIS
BAGARÍA
RAMON J.
SENDER
Primer director Director 1918 Viñetista Redactor (1924)
14. JOSÉ ORTEGA Y GASSET (1883 – 1955)
1. Nace en Madrid el 9 de mayo de 1883
2. La Sociedad Editorial Española
3. “Desastre del 98”.
4. 1902, licenciatura de Filosofía en la
Universidad de Madrid.
5. 1914, Liga de Educación Política
Española y Meditaciones del Quijote
6. 1915, España
7. 1916, El Espectador
8. 1917 El Sol
9. 1923 Revista de Occidente
10. 1929, dimite de su cátedra.
11. 1930 vuelta a la Complutense, “El error
Berenguer”.
12. 1936, exilio
13. 1945, regreso a España
14. 1951, Doctor Honoris Causa en Alemania.
15. Muere en Madrid el 18 de octubre de1955
16. Primeros enfrentamientos
(1915-1918)
Contexto histórico:
I Guerra Mundial
Falta de materias primas Ley de subsistencia de 1915
“Para contrarrestar las deficiencias de nuestras cosechas siempre amenazadas por los
rigores de nuestro clima, la creciente alza de los precios en los mercados extranjeros y el
ininterrumpido encarecimiento de los fletes y conseguir que vendiendo productos de
primera necesidad de manera reglada, se impidan perturbaciones del consumo”
18. Primeros enfrentamientos
(1915-1918)
Solución final: Anticipo reintegrable
Regulado por el Decreto de 19 de octubre de 1916 y Ley de 29 de julio de 1918
A favor, la mayor parte de los periódicos encabezados por
ABC “la Prensa no puede vivir si ha de costear por si misma el precio del papel. El
anticipo reintegrable es de necesidad apremiante y absoluta” Heraldo de Madrid (28 junio
1918)
“Y si los periódicos no pueden vivir vendiendo sus números al precio que hoy rige es
deber elemental de todo gobierno proporcionarle los medios decorosos para que puedan
subsistir”. (ABC 20 de enero de 1918)
En contra, El Socialista y El Mundo de Madrid, y varios de
Barcelona encabezados por La Vanguardia, dirigida por
Miguel de los Santos Oliver y La Veu de Catalunya.
También El Sol cuando nace en 1917
19. Primeros enfrentamientos
(1915-1918)
Motivos en contra:
Morales: No dependencia del Estado
“Lo peor es que con esa medida la prensa se entrega atada de pies y manos a
los poderes públicos. La independencia del juicio, la libre crítica quedará
aherrojada por el temor de que el Gobierno suspenda sus favores”
(El socialista 28/2/1917)
Económicas: Urgoiti, director de la papelera quería dinamizar y
expandir el sector y las medidas del estado se lo impedían
20. Desde un primer momento se muestra en contra de la política de Dato en
materia periodística porque:
La visión de Ortega sobre el “Pleito de
los periódicos”
• Dudaba de su legalidad
• Atentaba contra la libertad de industria e intelectual
• No había sido aceptado por todos los directores de
periódicos
• Atenta directamente contra El Sol
• Futuras consecuencias en los medios venideros.
21.
22. “(Dato) ha querido vender un
derecho publico a cierta
empresa periodística a cambio
de no ser hostilizado por ella”
Abuso de poder, degüello de
las libertades
Favorecer a unos particulares
“El Señor Dato tiene que creer
que puede intervenir, según su
capricho, en la industria y
comercio de periódicos”
Nula defensa de los ciudadano
de sus libertades.
EL SEÑOR DATO, RESPONSABLE DELATROPELLO A LA
CONSTITUCIÓN
23. “[…] renunciar a una de las
libertades más explícitas de la
Constitución: la de industria.
[…] renunciar, pues, a la libertad
industrial trae consigo, en este
caso, dañar la libertad
intelectual”.
Preámbulo.
“El preámbulo lo dice: ni
siquiera se ha contado con todos
los que hoy dirigen los
periódicos.”
Futuro
“mi libertad industrial e
intelectual ha sido enajenada ya
por esa docena y media de
señores reunidos en La época. Si
no se ha contado con los
periódicos de hoy, era gollería
24. El preámbulo lo dice: ni siquiera
se ha contado con todos los que
hoy dirigen periódicos.
Futuro:
“mi libertad industrial e
intelectual ha sido enajenada
ya por esa docena y media de
señores reunidos en La época.
Si no se ha contado con los
periódicos de hoy, era gollería
pedir que se contase con los
de mañana.
El Sol ha sostenido que era urgente
restablecer la autoridad del Poder
público. Esto no se consigue con las
bayonetas, sino haciendo que el Poder
público sean en sí mismos, respetable.
26. “Es falso que con esta Real orden
se salve la industria periodística.
Se salva a algunos señores
dueños de unos periódicos
moribundos, que ya habían
empezado a morirse cuando el
papel estaba más barato que
nunca, a coste de la industria
periodística que queda maniatada
y sin movilidad para nuevos
ensayos.”
“Este derecho a inmortalizar un
periódico no pertenece tampoco al
señor Dato: es precisamente el
derecho único del público. Si un
diario es o no de utilidad pública
el público lo decidirá.”
PLEITOS PERIODÍSTICOS: Acerca de la libertad
industrial
27. “La Real Orden sacrifica también
la libertad de quien no es ninguno
de esos señores, por ejemplo, la
mía. Ha sacrificado, pues, lo que
no era suyo, y el señor Dato,
pretendiendo otorgar fuerza legar a
tal sacrificio de lo ajeno, se hace
su cómplice.”
PLEITOS PERIODÍSTICOS: Acerca de la libertad
industrial
28. “No solo insiste en la
famosa Real Orden, sino
que va a ser publicada otra
donde más
inequívocamente se trata
de atentar contra El Sol”
El Sol[] no podía aceptar la
intromisión del Estado en
la vida de la Prensa, no
habiendo, como no hay,
escasez de papel.
“[…]Otra cosa venía a ser
extirpar la libertad de
industria, que es en este
caso inseparable de la
libertad intelectual”
EL SEÑOR DATO Y LOS PERIODICOS
29. “Poco podemos fiar de la
sensibilidad liberal de nuestro
país. Aquellos que firman y
aceptan esa ley no pueden pedir
liberalismo”.
Da la gracias a Romanones y
Melquiades Álvarez. Ello
intentaron convencer de la
ceguera que el país tenía.
EL SEÑOR DATO Y LOS PERIODICOS
30. SOBRE LA REAL ORDEN: Todo es posible en España
“El señor Dato firma una orden en pro de una Prensa y contra otra.”
Consecuencia: “vende a unos pocos el poder del Estado”
De nuevo se resalta ese supuesto complot contra El Sol
Futuro incierto ante la pasividad de la sociedad: “Vamos a ser
villanamente atropellados por el presidente del Consejo”.
“Un día soplará una ráfaga y España será aventada como la duna en el
desierto.”.
“Al leer la última Real Orden, lo primero en que me ocurre pensar es la
indiferencia con que un delito de esta naturaleza suele ser recibido por las
gentes. Porque no las afecta inmediatamente, creen que no va nada con ellas.
[…] Y, sin embargo, yo so digo, que un hecho como el presente trasciende
de tal modo a innominable putrefacción de la vida pública[…]
El señor Dato, a sabiendo de que comete un alto delito, no vacila en
ejecutarlo.
35. Enfrentamientos desde las cabeceras
(1918-1920)
13 de agosto de 1920: El consejo de ministros acuerda eliminar la
publicación de El Sol, la Vanguardia y la Veu
38. El error Berenguer
La dimisión de Primo de Rivera, en enero de 1930, abría a
Alfonso XIII y a sus consejeros tres caminos posibles:
Prolongar la Dictadura y encargar a otro militar, otorgándole
plenos poderes, la misión de construir un nuevo Estado de
derecho en que había fracasado Primo de Rivera.
Retornar sin más a la “normalidad constitucional” (a la de
1923). Era la solución más rápida, también la aparentemente más
sencilla, pero nadie veía la forma de recomponer, de la noche a la
mañana, una realidad históricamente desecha, y en cierto modo
ya inexistente.
Solución intermedia: nombrar a otro general, todavía también
con plenos poderes, pero con la misión de emplearlos para
reconstruir el pasado, y volver a la “normalidad constitucional”
en un proceso meditado y canalizado, sin traumas.
39. El error Berenguer
La última opción pareció entonces
la vía más prudente, y fue la
escogida por Alfonso XIII o por
sus consejeros, tal vez sin caer en
la cuenta que resucitar a un
muerto por métodos lentos y
suaves no es menos milagroso
que hacerlo en un acto súbito.
Así es como fue el encargado de
formar gobierno el general
Dámaso Berenguer, uno de los
militares más prestigiosos del
momento.
40. El error Berenguer
A la hora de formar gobierno, Berenguer sólo tuvo el ofrecimiento
del sector más caduco del caciquismo conservador. Por tanto, su
Gobierno se apoyaba en la corrupción política que era
tradicional en el mundo rural.
Su política se basaba en intentar recuperar una “normalidad
constitucional” como si no hubiera pasado nada (como si no
hubiese habido Dictadura).
Maniatado por su propio deseo de no hacer nada que recordase al
régimen anterior, fue incapaz de imponer la autoridad quizá en el
momento en que más se necesitaba; pero sin dar tampoco los pasos
previos para regresar legalmente a un sistema constitucional. Los
españoles bautizaron aquel régimen como “La dictablanda”.
41. El error Berenguer
A la hora de formar gobierno, Berenguer sólo tuvo el ofrecimiento
del sector más caduco del caciquismo conservador. Por tanto, su
Gobierno se apoyaba en la corrupción política que era
tradicional en el mundo rural.
Su política se basaba en intentar recuperar una “normalidad
constitucional” como si no hubiera pasado nada (como si no
hubiese habido Dictadura).
Maniatado por su propio deseo de no hacer nada que recordase al
régimen anterior, fue incapaz de imponer la autoridad quizá en el
momento en que más se necesitaba; pero sin dar tampoco los pasos
previos para regresar legalmente a un sistema constitucional. Los
españoles bautizaron aquel régimen como “La dictablanda”.
42. El error Berenguer
La expresión corresponde al título de un famoso artículo de Ortega y Gasset,
publicado el 15 de noviembre de 1930, en el que el filósofo advertía que “el
señor Berenguer no es el sujeto del error, sino el objeto”. A quien venía
culpando Ortega era al rey, por haberlo nombrado.
La situación se hizo grave cuando el 30 de diciembre se sublevaron en Jaca
dos oficiales de tendencia marxista, Galán y García Hernández, proclamando
la República. El golpe no fue sino la “punta del iceberg” de una conspiración
mucho más amplia.
Quizá en un momento no oportuno, pero ya del todo inevitable, en febrero de
1931, Berenguer anunció la celebración de unas elecciones municipales.
Encontró una tibia respuesta por parte de los conservadores, recelos y hasta
oposición en los liberales, y los demás partidos anunciaron su abstención.
El anuncio de elecciones por parte del “dictador” fue un paso en falso. Así
lo comprendió Berenguer, que dimitió días después.
43. Análisis de contenido
“El señor Berenguer no es el sujeto del error, sino el objeto”:
del error derivaba la figura de Berenguer, no al revés. El
error venía desde arriba (Rey), por lo que el general era
simplemente el vehículo que lo canalizaba.
El error no fue solo fruto de su nombramiento, sino
también de su cometido: haber intentado lo imposible.
Pero, ¿Qué era lo imposible tras el final de la dictadura?
44. Antecedentes:
La ascensión al poder de un político era estimulada con el fin de subsanar las heridas y los
golpes de la presidencia anterior. Ortega señala que a pesar de ello el hombre de
“derechas” no parecía estar agradecido; evitaba la proclamación de un régimen
republicano que solucionase los problemas estructurales de la nación.
La difícil situación del país durante los siete años anteriores de régimen dictatorial. El
filósofo muestra su escepticismo hacia la nueva política de Berenguer: “Volver a la
normalidad por los medios normales”:
“España (…) que venía ya (…) arrastrando una existencia política bastante poco normal, ha sufrido
durante siete años un régimen de absoluta anormalidad en el Poder público, el cual ha usado medios de
tal modo anormales, que nadie (…) podrá recordar haber sido usados nunca ni dentro ni fuera de
España, ni en este ni en cualquier otro siglo”.
La dictadura no fue responsable con la vida pública ni fue capaz de autorregualrse.
Resultaba absurdo contrarrestarla importancia, ignorarla y hacer “como si aquí no
hubiese pasado nada”:
“…El Gobierno Berenguer, cuya política significa: Volvamos tranquilamente a la normalidad por los
medios más normales, hagamos “como si” aquí no hubiese pasado nada radicalmente nuevo,
sustancialmente anormal”.
45. ¿Cuál fue el error Berenguer?
El error Berenguer consistía, pues, en tratar de hacer como si no
hubiese ocurrido nada y en el hecho de que “desde Sagunto, la
Monarquía no ha hecho más que especular sobre los vicios
españoles, y su política ha consistido en aprovecharlos para su
exclusiva comodidad”.
Ortega se refiere a la errónea visión global que la Monarquía tiene
de los ciudadanos sobre la opinión de éstos hacia la situación del país.
Cree que el pueblo es ignorante y ajeno a los valores civiles, por lo
que aprovecha esta coyuntura para imponer sus principios.
El error de Berenguer fue su incapacidad de comprender que era
imposible volver a una situación previa al Golpe de Estado tras la
implantación de la dictadura.
46. Sin embargo, para Ortega el pueblo español ha cambiado y la opinión
pública –que en ese momento jugaba un papel activo en la vida política- no
puede olvidar siete años de tan opresora y degradante dictadura.
El pensador arremete entonces contra el Estado:
“El Estado, en vez de ser inexorable educador de nuestra raza
desmoralizada, no ha hecho más que arrellanarse en la indecencia
nacional”.
Prosigue:
“El régimen [la dictadura] sigue solitario, acordonado (…). No hay un
hombre hábil que quiera acercarse a él. (…) La reacción indignada de
España empieza ahora, precisamente ahora, y no hace diez meses”.
El filósofo aprovecha e invita al pueblo a que reaccione:
“¡Españoles, nuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo!”
Finalmente, sentencia con una controvertida frase: “Delenda est
Monarchia”.
Cinco meses después se proclamaba la II República.
47. Debate:
¿Era lícita la queja de Ortega?
¿Defendía el verdadero recorte de unas libertades o
sus intereses económicos?
48. Bibliografía
COMELLAS, J.L. (2002): Historia de España Contemporánea. Editorial
Rialp, Madrid.
GARCÍA QUEIPO DE LLANO, Genoveva. El reinado de Alfonso XIII, la
modernización fallida. Editorial temas de hoy, 1996, Madrid.
Prensa, impresos, lectura en el mundo hispánico contemporáneo,
varios autores, Pilar 2005
El Gobierno Berenguer (España). Artehistoria. Disponible en línea:
http://www.artehistoria.jcyl.es/histesp/contextos/7166.htm [Fecha de
consulta: 26 de octubre de 2010]
Archivo digital BNE: www.bne.es
Hermeroteca digital ABC: http://www.abc.es/archivo/archivo.asp
Notas del editor
El Sol fue un periódico madrileño, fundado el 1 de diciembre de 1917
por Nicolás Urgoiti, director de La Papelera Española y propulsor de otras empresas y medios de comunicación como el periódico La Voz, la agencia de noticias Febus o la Sociedad de Prensa Gráfica que editaba, entre otras, la publicación Mundo Gráfico.
Se publicó entre 1917 y 1939.
Costaba 10 céntimos porque, como se justificaba en su portada, “El sol no admite subvenciones, ni anticipos reintegrables. Su precio es de 10 céntimos porque el papel cuesta más de 5, y no cuenta con más ingresos que los lícitos y confesables en que se basa toda empresa seria e independiente”
No incluía información taurina o sobre loterías y pasaba de puntillas por las noticias de sucesos. Por ello fue considerado un periódico elitista y, como veremos, en él colaboró la élite cultural de la sociedad de la época.
Era un periódico de gran formato. De entre ocho y doce páginas (dependiendo de la época de publicación). Y dedicaba a publicidad casi un 20% del espacio. Algunas veces más, lo que lo define claramente como un periódico informativo y de empresa.
En el espacio publicado, las ilustraciones y viñetas van ganando espacio con el tiempo, los titulares en un principio agolpados se separan y el texto se oxigena. Y desde sus orígenes ya incluía primitivas infografías y sobre todo mapas, siendo seña de un periódico moderno y progresista.
Contaba con más de una veintena de secciones entre las que las más importantes son:
Política
América Latina
La Región Catalana
Sobre los movimientos regionalistas declaraba: “Prestaremos al movimiento regionalista toda la atención que se le debe (…) Nuestros abuelos solían decir muy cristiana y autonómicamente: “cada cual en su casa y Cristo en la de todos”. Esta es también nuestra fórmula regionalista: “Cada cual en su casa y España en la de todos””.
Información general de provincias
Informaciones de todo el Mundo
Sección económica y financiera
Comunicados oficiales
La “Gaceta”
Centros oficiales
El nombramiento de alcaldes
El reglamento de oposiciones
Prensa extranjera
Prensa de Madrid
Deportes
Del ambiente militar
La vida artística
Vida intelectual
Los estrenos de ayer
Espectáculos
Hoja literaria (Domingo)
Diario de la mujer
Revista de música
Sucesos
El día religioso
Pedagogía e institución pública (L)
Biología y medicina (M)
Ciencias sociales y económicas (X)
Historia y geografía (J)
Ingeniería y arquitectura (V)
Derecho y legislación (S)
Agricultura y ganadería (D)
Folletín de “El Sol”
Como el periodismo de la época se nutre de lo que hoy llamaríamos agencias o fuentes oficiales y de lo que le ofrece las telecomunicaciones existentes (teléfono o telégrafo – recordar Cataluña).
El Sol se presenta como un periódico “…en favor del progreso y la cultura”. Que utiliza un lenguaje regeneracionista partidario de “La renovación nacional en todas las esferas de la ciudadanía, de la cultura y del trabajo”.
Defiende la “triple esencia municipal, regional y nacional” de España, los ”vínculos de la raza, la tradición histórica (…)” como “elementos suficientes para renovar de arriba abajo todo su organismo.”
Exclama “La cáscara oficial es la podrida. La médula nacional está sana.”
Tiene “por sagrada e intangible la unidad nacional. Por eso mismo (…) no (puede) identificarla con un centralismo fracasado y corrompido, plagiado torpemente del francés, que se está desmoronando sin remedio”.
Su “neutralidad, con todo, está condicionada (…) por la dignidad, el derecho y el interés de la Nación”.
Y “sus simpatías (están de parte de aquellas naciones que son más afines a España por vínculos de vecindad, por comunidad de intereses, por influjos de cultura y por analogía de carácter”.
Se proclaman “Libres, absolutamente libres de clientelas y parentelas”.
Y procurarán “ser los más modestos, pero los más leales y firmes servidores de la España que produce y trabaja, de la España que piensa y siente, de la España que tiene hambre de justicia, sed de cultura, derecho al bienestar ganado por los propios puños, de la España, en suma, que en sí misma y por sí misma ha de reconstruirse, despojándose de todos los oropeles de la España oficial y todos los guiñapos de la España de pandereta.”
El primer director del periódico fue Félix Lorenzo (Heliófilo), cuyo pseudónimo proviene de las palabras griega helio (sol) y filo (amigo). Fue sustituido en 1918 por Manuel Aznar, que luego se posicionaría a favor de la Falange Española en tiempo del franquismo.
Las ilustraciones corrían a cargo de Luis Bagaría, que también trabajó para la revista España y, después del estallido de la Guerra Civil, para La Vanguardia.
Otro de los personajes de élite que formaron parte del periódico es Ramón J. Sender, conocido por libros como Réquiem por un campesino español.
Pero la figura fundamental del periódico es José Ortega y Gasset
Nació en Madrid el 9 de Mayo de 1883
Hijo del periodista José Ortega y Munilla, director del periódico “El Imparcial”, y de Dolores Gasset, a cuya familia pertenecía el diario. Su familia estará detrás de la fundación de la Sociedad Editorial Española, conocida como el trust de la prensa que reunirá tres cabeceras liberales El Liberal, El Heraldo de Madrid y El Imparcial.
Vivió el Desastre del 98, que dejará una gran huella en su pensamiento.
En 1902 obtiene la licenciatura de Filosofía en la Universidad de Madrid.
En 1914, año en que comienza la primera guerra mundial, fundará la "Liga de Educación Política Española"; en 1915 la revista "España"; y en 1917 será cofundador del diario "El Sol", después de un intento de introducir a Urgoiti en el trust familiar. Al mismo tiempo comienza la publicación de sus primeras obras, como las "Meditaciones del Quijote", (en 1914), "El Espectador", (en 1916), iniciando el período perspectivista de su filosofía, que predominará en su obra hasta 1923.
En 1923 se instaura en España la dictadura de Primo de Rivera. Ese año fundará la "Revista de Occidente", de marcada oposición política la dictadura, oposición que le llevará, en 1929, a dimitir de su cátedra en la Universidad de Madrid.
En 1930 volverá a la cátedra de la Complutense, bajo la dictadura de Berenguer, más tolerante que la de Primo de Rivera, publicando el conocido artículo El error Berenguer.
A raíz del golpe de estado de 1936 contra la II República, que dará lugar a la guerra civil española, Ortega se autoexilia, estableciendo su residencia primero en París, y luego en Holanda y Argentina, hasta 1942, año en que establecerá su residencia en Portugal.
Al finalizar la segunda guerra mundial regresará a España, será nombrado Doctor Honoris Causa en 1951 por las universidades de Marburgo y Glasgow, en Alemania. Regresará a España en 1955, muriendo en Madrid el 18 de octubre de ese mismo año.
Para más información, consulta los ejemplares de El Sol entre el 15 y el 20 de junio de 1920 en la BNE:
http://hemerotecadigital.bne.es/datos1/numeros/internet/Madrid/Sol,%20El%20(Madrid.%201917)/1920/192006/19200615/19200615_00000.pdf#page=1
http://hemerotecadigital.bne.es/datos1/numeros/internet/Madrid/Sol,%20El%20(Madrid.%201917)/1920/192006/19200616/19200616_00000.pdf#page=1
El 15 de noviembre de 1930 el filósofo contemporáneo José Ortega y Gasset publicaba en el diario El Sol un artículo que pretendía denunciar la situación política del Estado español: El error Berenguer. Para evitar ambigüedades en la interpretación del título, Ortega advierte que “el señor Berenguer no es el sujeto del error, sino el objeto”. Del error derivaba la figura de Berenguer, no al revés. El filósofo culpaba, pues, a aquella instancia que lo había proclamado Presidente del Consejo de Ministros: el Rey. Si el error venía provocado desde arriba, Berenguer era simplemente el vehículo que lo canalizaba por todos los rincones de la sociedad española.
Berenguer no supo cumplir con la misión que se le había encomendado en un período empeorado por el contexto histórico. Sin embargo, su famosa equivocación no fue solo fruto de su nombramiento, sino también precisamente de su cometido: haber intentado lo imposible. Pero, ¿qué era lo imposible tras el final de la dictadura de Primo de Rivera?
Antes de entrar en debate, Ortega nos lleva a los antecedentes. En primer lugar, el escritor trata de explicar un rasgo que atribuía a la elección de los partidos de Gobierno que regían la España del momento. Parecía que había cobrado auge la tendencia según la cual la ascensión al poder de un político se estimulaba con el fin de subsanar las heridas y los golpes que había provocado la presidencia anterior; es entonces cuando el ciudadano confiaba en una nueva alternativa política para enmendar los errores del mandato precedente. Aun experimentando ese alivio, el filósofo señala que el hombre de “derechas” no parecía estar agradecido; evitaba la proclamación de un régimen republicano que solucionase los problemas estructurales de la nación:
“Las llamadas “derechas” no se lo agradecen porque la especie humana es demasiado estúpida para agradecer que alguien le evite una enfermedad. Es preciso que la enfermedad llegue, que el ciudadano se retuerza de dolor y de angustia: entonces siente “generosamente” exquisita gratitud hacia quien le quita la enfermedad que le ha martirizado. Pero así, en seco, sin martirio previo, el hombre, sobre todo el feliz hombre de la “derecha”, es profundamente ingrato”.
Seguidamente, el escritor señala los propósitos del nuevo Gobierno del general: “volver a la normalidad por los medios normales”. Ortega muestra su escepticismo hacia esta nueva política, dado el periodo tan complejo que antecedía al partido Berenguer: la difícil situación del país durante los siete años anteriores de régimen dictatorial:
“España (…) que venía ya (…) arrastrando una existencia política bastante poco normal, ha sufrido durante siete años un régimen de absoluta anormalidad en el Poder público, el cual ha usado medios de tal modo anormales, que nadie (…) podrá recordar haber sido usados nunca ni dentro ni fuera de España, ni en este ni en cualquier otro siglo”.
Ortega considera, por lo tanto, que el país ha sobrevivido durante casi una década a una política hermética y opresora que ha debilitado el derecho público, llevándolo incluso a un rango inferior al propio de “los pueblos salvajes”. Para el pensador, la dictadura no ha sido responsable con la vida pública ni ha sido capaz siquiera de autorregularse. Resultaba absurdo contrarrestar importancia a una dictadura que había marcado a la sociedad española durante tantos años; era imposible ignorarla y hacer “como si aquí no hubiese pasado nada”.
“…El Gobierno Berenguer, cuya política significa: Volvamos tranquilamente a la normalidad por los medios más normales, hagamos “como si” aquí no hubiese pasado nada radicalmente nuevo, sustancialmente anormal”.
Según Ortega, la Monarquía se construye una errónea visión global de la actitud de los ciudadanos hacia la situación sociopolítica del país; no le interesa comprender que éstos se sublevan y se oponen a determinados principios, al menos en silencio. La Monarquía es una institución que tacha a la población de ignorante, de fiel rebaño seguidor: “Piensa (…) que los españoles no tienen sentido de los deberes civiles, que son informales, que a las cuestiones de derecho y, en general, públicas presentan una epidermis córnea”. El Estado aprovecha esta coyuntura ficticia para imponer sus principios casi siempre excluidos de la demanda popular. La población acepta por propia autorestricción todo lo que les venga impuesto desde arriba.
En eso consistía el error Berenguer: en tratar de hacer como si no hubiese ocurrido nada y en el hecho de que “desde Sagunto, la Monarquía no ha hecho más que especular sobre los vicios españoles, y su política ha consistido en aprovecharlos para su exclusiva comodidad”. El error de Berenguer fue su incapacidad de comprender que era imposible volver a una situación previa al Golpe de Estado tras la implantación de la dictadura.
[Fue en Sagunto donde el 27 de diciembre de 1874 tuvo lugar pronunciamiento militar encabezado por el general Martínez Campos, el cual terminó con la I República e inició el periodo de la Restauración Borbónica (Comellas, 2002)].
Sin embargo, no se tuvo en cuenta que el pueblo español había cambiado: no puede olvidar siete años de tan opresora y degradante dictadura. Después de diez meses, la opinión pública –que en este momento jugaba un papel activo en la vida política- estaba menos decidida que nunca a olvidar ese régimen soberano que había afectado profundamente al seno de la sociedad. Ortega aprovecha entonces para arremeter contra el Estado, que ha corrompido la formación del país y la educación de sus componentes especulando sobre sus vicios nacionales:
“El Estado, en vez de ser inexorable educador de nuestra raza desmoralizada, no ha hecho más que arrellanarse en la indecencia nacional”.
Prosigue:
“El régimen [la dictadura] sigue solitario, acordonado (…). No hay un hombre hábil que quiera acercarse a él. (…) La reacción indignada de España empieza ahora, precisamente ahora, y no hace diez meses”.
La política del momento debería haber reconstruido el Estado y no pretender una vez más “salir del paso”. Ha encontrado a un general que intenta inútilmente practicar la política del “aquí no ha pasado nada”. Ortega denuncia esta forma simplista y arbitraria de hacer Gobierno e invita a la reacción del pueblo: “¡Españoles, nuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo!”
Por último, sentencia con una controvertida frase: “Delenda est Monarchia”. Cinco meses después se proclamaba la II República.
[“La Monarquía debe ser destruida”].