Luisa de Marillac y la educación de las niñas pobres
Te necesito a mi lado
1. “OYE”
Oye, te llamo, te necesito.
Escucha mi llamado, mi amor.
Sé que me amas, lo sé.
Es mi única certeza.
Es lo único real en mi mundo.
Mi mundo: egocéntrico, ególatra,
femenino, narcisista, ideal.
En mi mundo sólo cabes tú.
Tú, tú y tú. Nadie más.
Porque sí. Porque me basta
que sea así.
Eres hermoso, ¿lo oyes?
Continúa así. Regálame tu hermosura.
Tus ojos. Tu vida. Tu corazón.
Quiero tu corazón. Lo anhelo.
Tengo tu amor, pero quiero tu alma.
Para mí. Sólo para mí.
Porque en mi mundo
sólo importas tú. Porque...
sé que me amas.
Es lo único real en mi mundo.
En mi mundo sólo importan tú,
tú y yo.
Porque eres perfecto para mí;
porque fuiste hecho así:
bello, masculino y exactamente
moldeado en el frenesí
de la alquimia milenaria.
Moldeado, hecho y rehecho...
para mí.
Para mí, eres para mí.
Porque sí. Porque así debe ser.
Porque te amo en el colmo del placer.
Sólo importas tú. En mi mundo, sólo tú.
Porque te amo. Que continúe así.
Porque sí. Porque me basta que sea así:
tú, para mí.-
Rosana Waisman.-
23/05/2007