1. Vestas recupera el aliento bursátil
Durante las últimas presentaciones de resultados, el fabricante de aerogeneradores danés
Vestas sufría de pánico escénico. La mala coyuntura económica ha golpeado de lleno a las
energías renovables, que necesitan de la ayuda pública para instalarse. Los últimos tres años
han supuesto un particular vía crucis para los daneses. La competencia asiática era creciente,
la sequía en la financiación ahogaba proyectos y la rebaja de los márgenes era continúa. Las
pérdidas se acumulaban un ejercicio tras otro: cuatro de los últimos seis trimestres lucían
números rojos. Un mal augurio.
Pero las tornas se han dado la vuelta. Vestas sorprendió el miércoles 17 al mercado con un
beneficio neto en el segundo trimestre de 55 millones de euros, frente a las pérdidas de 143
millones del trimestre anterior. Incluso ha superado las previsiones de consenso de los
analistas, que estimaban unas ganancias de 33 millones de euros. Así, gracias a este buen
segundo trimestre, los resultados semestrales muestran unas pérdidas de 30 millones frente a
los 219 del anterior, un 82% menos. Además, la compañía ha asegurado que mantiene las
previsiones de facturar 7.000 millones de euros para este año, lo que, conjugado con la
recuperación de los márgenes, augura unos buenos resultados. El mercado recibió con alegría
la noticia. La cotización en la bolsa de Copenhague se aupaba más de un 25% en los primeros
compases de la sesión, recuperando el terreno perdido.
No hay que olvidar que el panorama energético mundial ha cambiado mucho en los últimos
meses, y los mercados sonríen, de nuevo, a las energías renovables. La catástrofe de la central
nuclear japonesa de Fukushima y la apuesta decidida de Alemania por las fuentes de
generación limpia han dado un vuelco al tablero. Vestas lo está experimentando en primera
persona. A otras, como Gamesa, les puede pasar pronto.