La crisis económica en Europa se debió a que varias economías importantes como Alemania, Francia y Dinamarca entraron en recesión en 2008, con contracciones trimestrales de su PIB. La zona euro en su conjunto también se contrajo ese año. Además, el desempleo aumentó fuertemente y el crecimiento de economías como España fue débil. Las autoridades europeas reaccionaron tarde a la crisis debido a su enfoque en la inflación y deuda, lo que retrasó la recuperación mundial dado que Europa representa un gran porcentaje del