2. Características del Romanticismo
rechazo al Neoclasicismo. Frente al escrupuloso rigor y orden con que, en el siglo XVIII,
se observaron las reglas, los escritores románticos combinan los géneros y versos de
distintas medidas, a veces mezclando el verso y la prosa; en el teatro se desprecia la
regla de las tres unidades (lugar, espacio y tiempo) y alternan lo cómico con lo dramático.
Subjetivismo. Sea cual sea el género de la obra, el alma exaltada del autor vierte en ella
todos sus sentimientos de insatisfacción ante un mundo que limita y frena el vuelo de sus
ansias tanto en el amor, como en la sociedad, el patriotismo, etc. Hacen que la naturaleza
se fusione con su estado de ánimo y que se muestre melancólica, tétrica, misteriosa,
oscura... a diferencia de los neoclásicos, que apenas mostraban interés por el paisaje. Los
anhelos de amor apasionado, ansia de felicidad y posesión de lo infinito causan en el
romántico una desazón, una inmensa decepción que en ocasiones les lleva al suicidio,
como es el caso de Mariano José de Larra.
Atracción por lo nocturno y misterioso. Los románticos sitúan sus sentimientos dolientes y
defraudados en lugares misteriosos o melancólicos, como ruinas, bosques, cementerios...
De la misma manera que sienten atracción hacia lo sobrenatural, aquello que escapa a
cualquier lógica, como los milagros, apariciones, visiones de ultratumba, lo diabólico y
brujería...
3. Principales Representantes del
Romanticismo
_Johann Wolfang von Goethe (Alemán)
_Alphonse de Lamartine (Francés)
_Víctor Hugo (Francés)
_ Jorge Isaacs. (Colombiano)
_Ricardo Palma (peruano)
_Mariano Melgar (peruano
4. Obras Representativas
Apellidos y nombre del autor: Gustavo Adolfo Bécquer
Título de la obra: Leyendas El rayo de luna
Editorial: Espasa Calpe
1. Resumen del argumento:
Manrique era un noble solitario, cuyas aficiones eran escribir y, sobre todo la
soledad, porque cuando estaba solo imaginaba un mundo fantástico y perfecto.
Manrique disfrutaba paseando a la luz de la luna por las orillas del Duero. Un día,
casi a media noche cuando de repente Manrique vio agitarse una extraña cosa
blanca que apareció y desapareció en un instante era una arte del vestido de una
mujer, nada más verlo salió detrás de esa mujer y estuvo persiguiéndola durante
mucho tiempo ya que estaba seguro de conocer a aquella mujer.
2.Tema:
La persecución de un amor irrealizable.
3. Tipo de narrador:
Es un narrador en tercera persona omnisciente.
4. Personajes:
Manrique: Es un personaje idealista y romántico. Es una persona que se parece a
un autista ya vive en su mundo creándose ilusiones prácticamente.
5. Espacio: El marco donde se desarrolla la obra es la naturaleza y lugares
insólitos.
5. Biografía
Nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836, hijo del pintor José Domínguez
Insausti, que firmaba sus cuadros con el apellido de sus antepasados como José
Domínguez Bécquer. Su madre fue Joaquina Bastida Vargas. Por el lado paterno
descendía de una noble familia de comerciantes de origen flamenco, los Becker o
Bécquer, establecida en la capital andaluza en el siglo XVI; de su prestigio da
testimonio el hecho de que poseyeran capilla y sepultura en la catedral misma
desde 1622. Tanto Gustavo Adolfo como su hermano, el pintor Valeriano Bécquer,
también adoptaron Bécquer como primer apellido en la firma de sus obras.
Fue bautizado en la parroquia de San Lorenzo Mártir. Sus antepasados directos,
empezando por su mismo padre, José Domínguez Bécquer, fueron pintores de
costumbres andaluzas, y tanto Gustavo Adolfo como su hermano Valeriano
estuvieron muy dotados para el dibujo. Valeriano, de hecho, se inclinó por la
pintura. Sin embargo el padre murió el 26 de enero de 1841, cuando contaba el
poeta cinco años y esa vocación pictórica perdió el principal de sus apoyos. En
1846, con diez años, Gustavo Adolfo ingresó en el Colegio de San Telmo de
Sevilla (institución mixta[1] que acogía también huérfanos de cierto nivel[2]),
donde recibe clases de un discípulo del gran poeta Alberto Lista, Francisco
Rodríguez Zapata, y conoce a su gran amigo y compañero de desvelos literarios
Narciso Campillo. Al año siguiente, el 27 de febrero de 1847, los hermanos
Bécquer quedaron huérfanos también de madre, y fueron adoptados entonces
por su tía materna, María Bastida y Juan de Vargas, que se hizo cargo de sus
siete sobrinos, aunque Valeriano y Gustavo se adoptaron desde entonces cada
uno al otro y de hecho más tarde emprendieron muchos trabajos y viajes juntos.