1. TEMA 2. UN
MATRIMONIO
FRUCTÍFERO
HIJO MÍO, NUNCA OLVIDES LAS COSAS QUE TE HE
ENSEÑADO; GUARDA MIS MANDATOS EN TU CORAZÓN. SI
ASÍ LO HACES, VIVIRÁS MUCHOS AÑOS, Y TU VIDA TE DARÁ
SATISFACCIÓN (PROVERBIOS 3:1-2 NTV)
2. Introducción
Ser obedientes a Dios y a su Palabra nos aparta de seguir viviendo a
la luz de nuestros esquemas; son los consejos de Dios, como Padre,
la esencia misma de nuestra felicidad, por eso se hace necesario
aplicarlos
Proverbios 3:1-12 nos enseña el
modelo para una vida y un
Hogar que de mucho fruto
3. 1- Atesorar la palabra de Dios en
mi corazón (v. 1-2)
Estudiar la palabra de Dios
Escuchar con atención sus
enseñanzas
No olvidar lo aprendido, sobre
todo si se trata de los
mandamientos de Dios.
4. 2.Que la verdad y la misericordia
estén conmigo (v.3)
Para hacer uso de la verdad
debo aprender a desarrollar
la misericordia hacia los
demás, de lo contrario no
tendremos temor de hacer
daño con las mentiras.
5. 3.Confiar en el Señor y no en mis
capacidades (v.5)
Confiar en el Señor es la
única manera de vivir, y
alcanzar nuestros sueños; Él
va a enderezar nuestros
pasos si tomamos la
decisión de seguirle.
6. 4.Buscar la sabiduría divina y no
jactarse de la propia. (V.7a)
No es la inteligencia
humana la que nos
lleva a la prosperidad,
es más beneficioso el
conocimiento de Dios.
(Filipenses 3:8)
7. 5.Temor de ofender a Dios. (v.7b)
Es necesario amar a Dios
con un amor genuino,
no con un amor
emocional. Amarlo
como Él mismo lo
demanda: con toda
nuestra mente, con todo
nuestro corazón y con
toda nuestra alma.
8. 6.Honrar a Dios con mis bienes.
(v.9-10)
Esto implica ser íntegro con
lo que Dios me ha dado.
Es reconocer que todo lo
que tengo le pertenece a
Él.
Si deseo ser fructífero no
puedo engañar a aquel
que me da todo, aún sin
merecerlo.
9. Aplicación Teoterápica
Debemos entender que la disciplina de Dios es la expresión de su amor v.11-12,
no es una golpiza, sino la manera como Él nos enseña que vamos por el sendero
equivocado. Si verdaderamente nos sentimos hijos y hemos reconocido a Dios
como Padre, no podemos menospreciar su amor. Atesorar sus mandamientos en
nuestro corazón es la garantía para una larga vida, abundante y llena de
satisfacción.