El documento describe cómo Dios permitió que Israel alternara entre el éxito y el fracaso en batalla según si oraban o no, para enseñarles la importancia de la oración intercesora. También explica que la oración es esencial para la victoria sobre los enemigos espirituales y que debemos pasar más tiempo orando, tal como lo hacían Moisés, Aarón y Hur, para progresar en la vida espiritual. Finalmente, exhorta a la iglesia a orar por los ministros y misioneros para que sean protegidos