1. Querida “Seño”:
Mañana es nuestra graduación, dejamos atrás la etapa de infantil y no
quisiéramos hacerlo sin antes despedirnos de ti de una manera especial,
por eso escribimos estas palabras, que si bien no salen de nuestro puño
y letra, si que residen en nuestros corazones.
Durante tres largos años trabajaste con empeño nuestro patrón de
vida, y no es por tirarnos flores, pero has de reconocer que ya partías
con una materia prima de calidad. Juntos, hemos reído, llorado, jugado,
cantado, aprendido y prosperado en condiciones adversas. También
hemos dado respuestas a situaciones inexplicables y soñado con
universos imposibles. Compartiste nuestras equivocaciones, tropiezos,
caídas y nos ayudaste a levantarnos sin rendirnos. Te sentaste junto a
nosotros a comulgar y a compartir nuestras experiencias y también
hubo tiempo para consolar alguna congoja en el “rincón del aburrido”. Y,
muy importante, te has convertido en descubridora de nuestra parte
original, incitándonos a pensar en voz alta, a expresar nuestros
desalientos y a manifestar nuestras ilusiones, de ahí la espontaneidad
que nos caracteriza.
Gracias por esparcir e irradiar la fuerza, optimismo y alegría que tan
bien has sabido transmitir, por apreciar la belleza y por encontrar lo
mejor en cada uno de nosotros. Gracias por no permitir que todos los
días fueran iguales, por ayudarnos a percibir cuántas cosas buenas
tiene la vida, por hacer que cada mañana entrara el sol en nuestra aula y
por incluir un viaje gratis alrededor de las estrellas cada año. Créenos,
la estancia contigo fue de lo máximo, tu magia ha salpicado a todos los
que estábamos en tu entorno. Eso es tener éxito.

2. Por eso, hoy triste nos despedimos de quien fue parte de nuestra vida y
de quien sabias enseñanzas aprendimos, un hermoso equipaje que no
dejaremos atrás, lo llevaremos de la mano. Cierto es, que con los años
se debilita la memoria, cuando no se pierde del todo, flaquea la
retentiva sobre todo lo que está cercano, pero se retienen los mejores
momentos de nuestras vidas, así que, a ti te guardamos para siempre en
nuestra cajita de “seños geniales” y te inmortalizamos en el recuerdo.
Nos vamos sin prorroga, aunque no hemos cerrado una puerta, sino que
hemos abierto ventanas hacia un porvenir, en busca de nuevos retos.
Nunca olvidaremos que junto a ti formamos parte del mejor grupo, que
tuvimos la mejor “Seño”. Te enviamos toda clase de buenos deseos,
suerte, más éxito y sobre todo que jamás carezcas de esas virtudes.
Deseamos que nunca te falte un sueño por el que luchar, un proyecto
que realizar, algo que aprender, un recreo que custodiar y otros
caracolillos a quien querer.
Esperamos haber estado a la altura, confía en que tú la has
sobrepasado. Contamos con que abrazos, miradas de entendimiento y
complicidad, muestras de cariño, gestos y acciones hayan sabido
expresar durante estos años lo que ahora escribimos en esta carta.
Y…cuando se haga un silencio en el Aula Caracol, no pienses que ha
pasado un ángel, sino que 26 corazoncitos te siguen hablando desde
primaria.
Mañana estaremos felices, tranquilos porque tú también lo estarás.
Todo saldrá bien, subiremos orgullosos a recoger nuestro diploma y, en
un despliegue de sentimientos, desde un rinconcito del alma,
gritaremos: ¡HASTA SIEMPRE,…TE QUEREMOS!.
Tus “caracolillos”