13. Inútiles siervos.
A ti mi Dios me entrego, humillada me encuentro,
De qué pudiera servirme lo que vivo, si no lo vivo en Cristo,
A ti mi Salvador, sin más, me rindo;
Nada soy, nada tengo, nada busco mi Dios y mi Señor,
Amado Padre Nuestro.
Sé con nosotros, querido Salvador,
Lo que vivo en la carne, lo vivo en ti, mi Cristo,
Lo que yo quiera hacer, lo que quiera decir,
Ya nada importa, lo que soy, lo que hago,
Todo lo que digo, es solamente en Ti
Te entregaste por mí, padeciste la cruz por mis pecados,
Qué puedo darte yo, qué pudiera yo hacer que fuera algo.
Aunque todo lo hiciere, aunque cumpliere con lo que me has pedido,
Eso es nada Señor, somos siervos indignos,
Aunque a nuestro orgullo, soberbia y altivez,
Presunción y arrogancia aplastáramos,
Nada hemos hecho, somos inútiles siervos, indignos esclavos
Mi Dios, ya Tú lo has dado todo,
Ahora dime, Señor, qué más quieres que haga,
Ya me rindo a tus pies, ya me anulé ante ti,
Ya no soy nada, nada.
Ya todo lo perdí para ganarte a ti,
Ya me humillé mi Dios, dime, qué más haré,
Solo quiero el poder que me des,
Me quiero levantar si eres Tú quien me alzas,
Señor, ya yo no puedo más, me conoces, me sabes,
Tú eres quien me das, ya no te pido nada.
Amén