Poemas de Nicolás Hidrogo que enaltece el frenesí del amor...

1. Poesías de Nicolás Hidrogo 2012
Nicolás Hidrogo Navarro
Coordinador General
COLLAGE
La noche danza aterida sobre tu recuerdo
dejándome un sinfín de miedos dentro de mi piel.
Si al final del día, tú y yo, por los menos hemos cruzado una tímida mirada, hemos hecho
un mohín de un beso volado imaginario, hemos hablado poco, menos que ayer, y dicho
más con nuestras gestos y nuestros cuerpos, el día no habrá sido vano.
Cuando tu boca esté dentro de la mía: sobrarán las palabras.
Cuando tu cuerpo tenga necesidad del mío, no digas nada por no ruborizar ni
escandalizar tu pudor y el tabú del qué dirán: tiembla, mírame fijamente más de dos
segundos, grita en silencio y sabré qué hacer.
Para llegar a tu cuerpo bendito, primero necesito hacerte el amor con palabras, necesito
construir un edificio de ensueños (con palabras), necesito empedrar nuestro sendero al
paraíso (con palabras), necesito construir una barca hacia una isla solitaria (con
palabras), necesito diseñar nuestro lecho de rosas (con palabras), luego lo que tu cuerpo
y el mío decidan.
1 CONGLOMERADO CULTURAL:
"PROMOVIENDO LA INTEGRACIÓN DE CREADORES"

2. Poesías de Nicolás Hidrogo 2012
Hay en tu mirada empozada un topacio de alegrías y una avalancha de ternuras
desperezándose. En tus ojos rellenos de luces negras y mares azogados, se esconde tu
mirada con la mía. Hoy me asalta tu desborde juvenil, tus años disjuntos, tu pasión
encajonada en tus pechos como bandadas de palomas silvestres huyendo de este cazador
de tus pasiones y tus fantasías. Pero acaso solo quiera atrapar tu tristeza, quedarme con
tus ganas desenfrenadas, sentir la experiencia de ser amada en extremo, salvajemente
como un civilizado troglodita, invadir el sino de tu inocencia con un rictus barnizado de
fucsia azul. Y acaso en tus labios se meza una ola que humedece de cuando en cuanto tu
sonrisa matutina. Hoy creo ser exacto, el día la hora y el propicio sol y luna para medir
tu emoción desatada y creer que has vivido insuficiente todavía. Hoy quiero estar
encuadrado entre tu trópico de cáncer y tu trópico de capricornio
Rasgar el cielo bruñido de tu cuerpo, ha sido alcanzar el nirvana místico sin pasaporte ni
permiso alguno. Mi cuerpo y el tuyo lubricados, encontraron su propia sintonía y
frecuencia: tú emisora, yo receptor. Mi cuerpo arácnido e hiperactivo recorrió tu piel de
bebé, mi voz de fuego persiguió tu piel acuosa -cual tibio pan bueno recién horneado- y
juntos alcanzamos sincronizados el alarido perfecto. Mi reto fue clavar mi ancla a tu
profundidad requerida, para generar el bufido estentóreo en altamar bravía. Mis manos
trémulas sobre tu rostro y tu voz simplificada se encuentran en picada hacia el impulso
exacto de la pasión, la noche acá, el día allá: el amor convirtió la noche en mi día y el
fragor de nuestra príncipe batalla incendió la más completa oscuridad.
A veces uno escribe para derrotar sus tristezas, para ahogar el silencio yermo, para darse
fuerzas en su agonía, para lacerar el silencio y llamar la atención de alguna mirada
elegida. Cuando se escribe bien, es por el único grito de batalla defendible: libertad,
libertad absoluta para ser, vivir y escribir. Cuando uno escribe se autoaniquila sabiendo
que solo sus escritos le sobrevivirán.
Cuando el adiós esté inminente: es mejor callarlo todo – solo allí se justifica que no
existan las palabras, no se vale matar nuestros pasos andados, no se vale estrangular las
alegrías idas, no se vale aniquilar el misterio intrincado del amor.
Muchas veces uno tiene que cargar indolente con todas sus ilusiones y emociones rotas
cuando se dirige hacia el destierro del amor. Allí la soledad es la mejor compañía. Pero
nunca digas adiós: el amor es como un búmeran.
Si las palabras no existieran para exaltar tu belleza interior y algo de tu exterior: para
amarte, lo primero que haría sería inventarlas para darte vida y significado.
A veces tu cuerpo me ha parecido un cementerio desnudo, un matorral muerto, un
molusco dormitando en su siesta matutina, tus pechos dos melones maduros
descolgándose por la gravedad, pero la actitud de tu mirada, una saeta venenosa que
contamina mi libido y mueve todo el engranaje mórbido de mi lascividad.
2 CONGLOMERADO CULTURAL:
"PROMOVIENDO LA INTEGRACIÓN DE CREADORES"

3. Poesías de Nicolás Hidrogo 2012
No me es conveniente -para escribir fuerte- estar feliz. Lamentablemente,
masoquistamente, anhelo mi soledad, aguardo la congoja, algún filón de melancolía,
encontrar una frustración más de todas las sorteadas –o sea casi todas-, probarme a mí
mismo que soy tormenta de las derrotas, que soy domeñador y exorcizador de mis propias
incertidumbres ígneas. La única certeza que tengo es que existes, no sé dónde ni cuándo,
nada más, no sé si virtual o real, no sé si sabes si existo o no, no sé si sabes si muero
mientras aparento que vivo. Y sí, aguardo aquí, estoicamente el ruidoso silencio de la
noche, para saborear sus espantos. La felicidad es solo un fugaz pasajero displicente en
mí, debo acostumbrarme a estar sentado al borde de mi pozo azul mirando su negritud
con una sonrisa profana.
Estoy aquí al fondo, silencioso, no habido, del abismo, fumando mi propio recuerdo,
esperando asomar tu rostro adusto, aguardando tus misterios, aguardando tu olvido.
Las lobas y los lobos no necesitan otro mejor lenguaje que la pasión amartelada. Fueron
hechos para amarse desaforadamente sin tabús ni límites, sin celos ni recelos, con
entrega felina y suaves mordiscos poéticos. Por eso cuando se ama el uno y el otro con
desenfreno -ni distancia, color, credo, edad, mar, lo bloqueará- la diferencia del idioma
es lo de menos. El amor tiene un doble lenguaje universal: el silencio verbal -algunas
veces-, y el fragor corporal, en todas. Por eso terrícolas a seguir el ejemplo de los lobos y
las lobas. Los animales, sin malicia ni ciencia ni educación, siempre algo nos enseñan.
Habría elegido tu cuerpo para allí dar rienda suelta al banquete de todas mis ansias.
BALADA TRISTE AL AMANECER
Hoy, que tu mirada musical no aparece en el face
el día luce sin tiempo ni forma, con un sinfín de agujeros negros
las noches se yerguen como negruzcos heraldos
la hoja de afeitar yace jubilada en un rincón,
con el mismo filo estrenado de hace un mes,
y acaso de reojo una cuerda pendular
en media habitación, observa mi cogote, con ansias titulares.
Hoy, que el acecho al punto verde no prende
ni se activa nuestro historial,
acaso dan ganas de ir cerrando las cortinas ariscas
de esa historia prohibida de amor.
3 CONGLOMERADO CULTURAL:
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4. Poesías de Nicolás Hidrogo 2012
La luz ya no chisporrotea mi mañana
el estrépito de cualquier carcajada criba mi espanto
la misma ropa no la quiero abandonar
los mismos libros caballerescos me repasan
cualquier historia de fermosura pastoril.
Y acaso don Quijote esté más cuerdo que yo
hay un viento imperfecto dormitando debajo de mi habitación,
hay una soledad atracada e histérica
que fustiga mi inanición
el aire ingrávido se cuela desde afuera, denso, me asfixia
y tu retrato nítido en alta resolución
se dibuja intermitente, alucinatorio
sobre el ecran huequeado de mis parietales
las arañas respiran mi aire y se observan con gran visión
estoy de bruces sobre el camastro lloriqueante
resignado,
tu cielo me llama
desde arriba me siento crucificado
mientras agonizo un sinfín de películas paralelas
de mi vida y la tuya
avanzan en cámara rápida en una eclosión de fisión nuclear
no hay canchita ni chocolates
es un cine oscuro, lúgubre y fantasmal, acaso ni existe, es virtual
es un cine emocional, construido con purita ficción
allí estamos solitos tú y yo, en la última fila
desde abajo siento una llamarada líquida que perfora mis entrañas
verde, verde, verde, verde, … prende… piensa, piensa, piensa, piensa
un martirologio, pan ebrio, caos ordenado, mañana roja
sonrisa príncipe, grisedad galopante, autoencierro místico, luciérnagas
ventana famélica, aúllan los perros en lontananza
no hay arena por millar, no hay gaviotas que atrapar
no hay agua dónde nadar, no hay un puerto donde atracar
acaso con libros se haga una perfecta pira y cajón funeral
el único menú literario está preñado de imágenes alucinatorias
que ya no distingue personas de personajes ni ficción con realidad
y la misma triste canción aúlla estéreo en mi noche
lleva tu nombre y tu aliento, lleva tu mirada diáfana, dura, displicente
y acaso una historia en clave que no se escribirá ni se sabrá jamás.
4 CONGLOMERADO CULTURAL:
"PROMOVIENDO LA INTEGRACIÓN DE CREADORES"

5. Poesías de Nicolás Hidrogo 2012
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5 CONGLOMERADO CULTURAL:
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