Este poema recitado por Pichuco describe su barrio de la infancia, incluyendo a Giacumin, su vecino de la esquina que jugaba al fútbol a su lado, y las estrellas titilantes de la esquina de la casa de su madre que le pedían que se quedara. Expresa su confusión sobre las afirmaciones de que se fue de su barrio, diciendo que siempre está regresando y que si alguna vez se olvidó, las estrellas le recordaron que se quedara.