Luisa de Marillac Animadora de las Cofradías de la Caridad
Hacia los pueblos alejados
1. HACIA LOS PUEBLOS ALEJADOS
Lionés de nacimiento y párroco de una
pequeña localidad, el P. Querbes pudo constatar
las ventajas de la ciudad sobre el campo, cuanto
a la instrucción de los niños. Tal constatación
y su preocupación por las gentes sencillas le
hacen sensible a la situación de los pueblos
alejados, particularmente desfavorecidos.
Confinado a tres departamentos alrededor de
Lyon por las cláusulas de autorización civil y
sujeto igualmente a la diócesis de Lyon por la
aprobación episcopal, de comienzos respetará
esos límites. De ahí que a los cinco años de la
fundación, su instituto trabaja en una docena
de alcaldías de los departamentos del Rhône y
del Loira
Deseoso de una mayor libertad de acción,
el joven fundador se vuelve hacia Roma para
obtener la aprobación que le permita ir a donde crea oportuno. En un mismo
impulso, traspasa las fronteras que le mantienen alrededor de Lyon y acepta
una pequeñita escuela en Saint-Sulpice en el departamento de Nièvre (plano
Ni), a unos 250 kilómetros al norte de Lyon. Se extiende ampliamente en
esta región. Tanto es así que al cabo de algunos años se encuentra al frente
de una decena de destinos en este departamento.
Solicitado por todas partes, intenta experiencias, breves en la mayoría
de los casos, en cinco o seis nuevos departamentos. Evocando la raíz
de sus orígenes, hace en 1840 una salida hacia el oeste, más allá de la
barrera montañosa del macizo central. A unos 400 kilómetros de Lyon, en
el Aveyron (plano Av), se encarga de la escuela de Salles-Curan, muy cerca
de Canabières de donde procedían sus padres. En esta región igualmente,
se multiplican las fundaciones.
Se le llama del Cantal (plano Ca), un departamento aislado en las
montañas, al norte de Aveyron. Se hace cargo de tres puestos abiertos por
los Hermanos de San Odilon, pequeña comunidad que no consigue ampliar
su vuelo.
Su campo de acción se extiende al Este, al Sur y hasta el Atlántico en el
departamento de Gironde. En 1844, puede sentirse satisfecho porque su
instituto está presente en trece departamentos, bastante más de los límites
Nº10
Correo Querbes
P. Luis Querbes, por Maurice Marcotte, csv.
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Correo Querbes nº 10
autorizados. Más de 80 religiosos trabajan
fuerte en una cuarentena de puestos.
De pronto suena la alarma. El gobierno
interviene y censura severamente esta
expansión irregular. A lo largo de seis
meses, el P. Querbes se sentará en el
banquillo y defenderá firmemente sus
posiciones frente al Ministro de Educación.
Finalmente se decidirá cerrar los ojos a
sus abusos a condición de que se ciña a la
situación del momento. Sería precisamente
durante este período difícil cuando atendería peticiones del exterior de
Francia: Canadá y la India. Prudentemente, el P. Querbes sigue abriendo
escuelas, y el Instituto echa raíces sobre todo en Cantal y en Aveyron. Por
otra parte en la zona de Nevers, el desarrollo tan prometedor se debilita y
progresivamente llega la retirada.
Nueva intervención del gobierno en 1851, interesante esta vez. Debido
a los servicios dedicados al país, se abren las puertas al Instituto por
toda Francia. Reconocimiento tardío, pero sorprendente, de la calidad
del Instituto de Querbes. Al parecer, la comunidad había alcanzado ya
la cumbre de su capacidad de expansión. Los establecimientos siguieron
multiplicándose, pero en zonas ya cultivadas. El Aveyron conocería un
desarrollo muy especial con la asociación de los Hermanos de San Juan en
1854. Solo algunos nuevos departamentos serían visitados.
Al morir el P. Querbes, llegaron a 195 los puestos abiertos en Francia en
25 departamentos desde la fundación, de los que 120 seguían abiertos en
13 departamentos. Cerca de 225 religiosos ejercen su apostolado según el
espíritu viatoriano. El P. Querbes había realizado bien su objetivo de abrir
escuelas de pueblo en regiones tan alejadas como el Cantal y el Aveyron.
¡Misión cumplida!
Maurice Marcotte, csv
UN HOMBRE SERVICIAL
La acogida generosa que el P. Querbes ofrece a las peticiones de los
obispos, además del respeto que les ofrece, evidencia su profundo sentido
del servicio. Al igual que sus respuestas a las numerosas peticiones de los
párrocos.
Solicitado, no descansa hasta encontrar una respuesta que corresponda
a sus esperas. Cuántas veces recurrió a soluciones no siempre canónicas
-como el envío de un novicio- para satisfacer una petición. Impulsado
por las circunstancias, siempre para dar soluciones, ha aceptado a veces
Francia en tiempo del P. Querbes
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candidatos cuyas aptitudes eran
discutibles. Tantas necesidades ante
sus ojos para solucionar, provocaban
la crítica de los que calculaban
demasiado sus esfuerzos.
Se le reprochó en varias ocasiones
el implicar demasiado pronto a
sus súbditos en la acción sin darse
tiempo para darles una formación
suficiente. En 1844, el cardenal De Bonald apoyaría fuertemente la decisión
de Querbes de no fundar ningún nuevo establecimiento durante dos años a
fin de obviar esta deficiencia. Uno se puede preguntar sobre políticas que
no siempre resultaban buenas para su Instituto. No dejaban de manifestar
pruebas incontestables de su celo y de su voluntad de servir.
Maurice Marcotte, csv
¿POR QUÉ DIVIDIR?
¿Qué razones motivaron a Querbes para crear demasiado pronto en Francia
centros de desarrollo regionales, Provincias diríamos hoy? Ciertamente no
el número excesivo de religiosos. Pero en cambio, las distancias importantes
que el fundador tenía que recorrer para visitar puestos desparramados
favorecían esta opción. En realidad, fueron circunstancias especialmente
particulares las que llevaron a esta partición.
Nevers sirvió de terreno para un primer ensayo en este sentido. La apertura
de varios puestos en esta región a partir de 1836, ofrecía perspectivas de
futuro interesantes. El cierre del Poyet por una parte, el vivo interés de
Monseñor Naudo por el Instituto, el ofrecimiento del señor de Maumigny de
unacasaparalaformacióndereligiososfueroncircunstanciasdeterminantes.
Consecuentemente se abrió un postulantado bajo la dirección del P. Faure.
Tras un inicio bastante prometedor, el intento se acabó. El poco prestigio
del P. Faure y algunos errores, eliminaron toda esperanza de erección de
una Provincia en esta región.
Años más tarde en 1844, nació en el Cantal
la fundación de la Provincia de Ternes debido
a otros problemas. Un germen de comunidad,
los Hermanos de San Odilon, había nacido por
iniciativa del vicario general de Saint-Flour.
Dificultades, principalmente el desembolso
que exigía la exención del servicio militar,
hacían vegetar al joven instituto. Por otra parte,
el muy reciente proyecto de Querbes era muy
Correo Querbesnº 10
Tocata y fuga, por Bruno Hébert, csv.
Paisaje del suroeste, André Masson
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Correo Querbes nº 10
ponderado por Monseñor de Marguerye. Entablar un proceso de afiliación a
este floreciente instituto se ofrecía como la solución ideal. Querbes aceptó
sin vacilar esta inclusión respetando las bases ya establecidas. Había
nacido la provincia de Ternes.
Diez años más tarde, Rodez iba a nacer en
circunstancias parecidas. En esta ocasión, era
el propio obispo Monseñor Crozier quien soñaba
con una comunidad religiosa. Resumiendo,
pedía al P. Querbes ayuda para hacer realidad
esta comunidad, con posibilidad de agradecerlo
en la primera ocasión. Petición desagradable
para Querbes “que había hecho costosos
sacrificios”, tal como lo explica, para trabajar
en esta zona. Paulatinamente, con disgusto, el
obispo abandonaría su proyecto de fundación y
los Hermanos de Saint-Jean se convertirían en Clérigos de San Viator. El
noviciado existente pasaba a ser viatoriano.
En resumen, tres lugares de crecimiento, Vourles, Rodez y Les Ternes
conocieron un desarrollo armonioso, hasta la conmoción que haría tambalear
toda esta estructura, cuando llegó el momento en que el gobierno se opuso a
la existencia de las comunidades religiosas con ocasión de la crisis de 1903
en Francia.
Maurice Marcotte, csv
DE PRIMERA NECESIDAD
En medio de las condiciones que se imponían entonces en las aldeas,
nuestro fundador encontraría a veces en la instalación de Hermanos,
situaciones al menos enojosas, que podían llegar en ciertos casos hasta la
falta de bienes de primera necesidad. Por ejemplo, este trozo de una carta
fechada en abril de 1856, que escribe al alcalde de un ayuntamiento con
ocasión de la atención a dos hermanos allí contratados, mal alojados y que
“están lejos de tener con 800 francos, lo necesario para su alimentación y su
vestuario. Nuestro contrato exige 1.100 francos para los dos Hermanos. Es
verdad que se les hace pequeños regalos, recursos eventuales, pero con los que
no se puede contar. Sin embargo, yo los incluyo y os ruego, Señor Alcalde,
que tenga a bien impulsar su Consejo Municipal a que vote un suplemento
que comprometa el trato de los dos Hermanos en mil francos. Con el coste de
los víveres y cerca de Lyon, este trato es aún muy modesto. La realidad es que
hace tiempo nuestros Hermanos se ven forzados a escatimar su alimento”.
Bruno Hébert, csv
Editado por la Provincia de los C.S.V. de Canadá - Traducido en la Comunidad viatoriana de España