1. ¿LOS CANDIDATOS ESCUCHAN A LA POBLACIÓN?<br />La pugna de los partidos políticos por ganar el sillón municipal y regional comenzó con fuerza el primer trimestre del presente año, pues los representantes buscan ganarse la aceptación de los pobladores a toda costa; sin embargo esta vez la multitud no se dejará embaucar con simples promesas, dichas solo por salir del paso.<br />La población se cansó de tantas mentiras y de tantas campañitas políticas, que lo único que hacen es confundir cada vez más y más a la ciudadanía, utilizándonos, para que ellos se llenen los bolsillos a costillas de uno, pues en un principio ofrecen el oro y el moro y al momento de ejecutar con transparencia su función, se echan al olvido. <br />La inseguridad que tiene el electorado es cada vez mayor, pues no quieren caer de nuevo en lo mismo. Solo buscan encontrar a un personaje que sea capaz de sacar adelante a su región, capaz de enfrentarse a todas las adversidades, con el único fin erradicar la pobreza y mejorar la calidad de vida de los pobladores. <br />¡Honestidad! Es lo que la multitud pide a gritos a los futuros representantes, quienes tendrán que liderar y velar por el bienestar de todos los ciudadanos.<br />Sin embargo, hasta el momento, solo se presentan candidatos como poseedores de las mejores cualidades que consideren importantes para que den luz verde a la aceptación de la población, más no propuestas convincentes. <br />Si tan solo los candidatos se hicieran una autocrítica, se analizaran y se preguntaran imparcialmente ¿Por qué la población debe creer en ellos? ¿Son realmente capaces de cubrir las expectativas que espera el pueblo?; distintas fueran las cosas.<br />Confiar ciegamente en lo que prometen los candidatos durante su campaña, es una utopía; pues todos sabemos que se trata de un lindo sueño, que nunca se hará realidad, y sería pedir demasiado a estos futuros representantes.<br />El dinero invertido en las campañas electorales es sumamente alto, convirtiendo así, a los candidatos, en simples títeres, manipulados por ese billetito verde que a todos nos gusta tener en nuestros bolsillos o en las famosas cuentas corrientes. <br />