un pequeño ensayo sobre política

1. HAY MOMENTOS EN QUE LAS MENTIRAS VIENEN ENVUELTAS EN REGALOS.
Todos hemos sido testigos de ello. En mi pueblo y en todo el Perú se ha hecho popular esa
artimaña. Siempre suceden en escenarios políticos. En tiempos de guerra todo vale. Dar algo
ha servido para manipular la conciencia de los lectores a la hora de decidir por quien van a
votar. De alguna manera a esto le llamamos” las campañas políticas (electorales)”. Un error
garrafal de todos en cuanto al concepto de política. Hasta en eso nos mienten. La política es
para hombres honestos, y pulcros que desean el bienestar de un país, región o localidad, y no
fanfarrones que utilizan el dinero o la labia para convencer a una multitud de gente que
esperan progresar. Si cuando llegan al poder todo quedan en promesas escritas en las paredes
y otros de repente en la conciencia de algunos.
“Honestidad y trabajo” bueno y otros son más frescos, ponen la palabra “transparencia”. No
esperes nada de eso si es que te vienen con víveres, ofrecerte trabajo u otros objetos que
intentan cambiar la dirección de tu dignidad.
Ciertamente, “las campañas politiqueras” ha sido sospechosa de muchos intentos de
manipulación en su historia. Muchos críticos de la publicidad, como la Asociación de Ética
Publicitaria, han denunciado, la falacia del imaginario publicitario que busca pintar una
realidad de gente caucásica y feliz o de guapas chicas en bikini para vendernos productos tan
diversos como una cerveza, un auto, un helado o una cuenta bancaria.
Durante mi estadía de vida en este país, aun no veo las propuestas claras que intenten
terminar con algunas necesidades vitales que la gente quiere saciar. Parece que ningún
candidato lo ha entendido. Las estrechadas de mano, las sonrisas fingidas, las frases de cajón y
la ausencia de propuestas originales son el insoportable castigo al que nos somete cada
campaña electoral. Existe esa idea trasnochada de que, como la gente es “básica”, como “el
pueblo es bruto”, como los peruanos no leemos, claro esto se debe también a ciertas
conveniencias de los que gobiernan el país, es por eso que la publicidad política debe
simplificarse a pan y circo.
La educación; como dijo Mándela: “Es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar
el mundo” y también es el oro más preciado para la gente de bajos recursos. No lo pongas en
riesgo al recibir cosas que tan solo te duran momentáneamente. Porque cuando se complica la
vida no quiero verte por las calles protestando en contra de la corrupción, cuando tú fuiste
cómplice de ella.
Ya sabes que las fachadas de las casas aguantan todo, y hoy en día la redes sociales que es
boom para estos objetivos. La gente con dignidad no. Por eso una campaña electoral, es una
oportunidad para los candidatos para adaptar medidas verdaderas que se muestren en
transparencias. Pero adoptarlo y demostrarlo. No en un discurso de habladurías y sensibles
mensajes de compasión hacia los receptores. Lo real es mostrarse como somos de forma
desnuda sin ocultar nada, expresar lo que sentimos, sin importar a quien le caemos bien o mal.
Pero no ofrecer nada a cambio de los votos, eso significa no mentirle a tu gente. Claro me
imagino que para algunos es algo obsoleto, utópico, pero es el camino formal.

2. Sin embargo, genuinamente estoy convencido de que ese líder, que cual salvador esperamos
en cada elección como la salvación a la mediocridad de nuestra clase política, no es sino ese
candidato o candidata que tome una decisión simplísima y a la vez complicadísima: decir la
verdad. Que los actores políticos no esperen que una campaña de publicidad diga lo que ellos
no pueden decir cara a cara ante un micrófono, agarrados de sorpresa. Se dice que los buenos
productos se venden solos, la publicidad lo único que hace es ayudarlos a ser conocidos. Así de
simple es lo que el público peruano debería esperar de sus gobernantes…
Irigoín Vásquez, Osberto (2018). Hay momentos en que las mentiras vienen envueltas en
regalos