Un oscilador genético actúa como un reloj interno que controla y regula el funcionamiento total de un organismo midiendo el tiempo de los procesos fisiológicos. Puede sincronizar la actividad autónoma biomolecular y realizar modificaciones en las señales biológicas alterando su aumento o disminución. Además, un oscilador genético puede controlar la actividad y el ritmo de trabajo de un conjunto de autómatas.