El documento presenta tres lecciones sobre la inseguridad en el mundo. Primero, que la inseguridad no es una señal del fin del mundo sino que este será destruido cuando Jesús regrese. Segundo, que el hombre no puede darnos verdadera seguridad debido a la maldad en el mundo. Tercero, que Dios puede darnos paz interior a pesar de la violencia externa confiando completamente en él.